ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de Historia, Ciencias Humanas y pensamiento crítico / Año 4, Núm 7. Enero/Junio (2024)
Juan Pablo Monroy Lancheros
Importancia de la neuropsiquiatría en el Derecho Penal.
PP. 158-166
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En efecto, se destacan la neuropsicología y la neuropsiquiatría, ya que se interrelacionan
entre ellas y a su vez, son de interés para la práctica jurídica, de acuerdo a Gil (2019), la esen-
cia de la neuropsicología, consiste en el estudio de las alteraciones cognitivas, igual que las
emocionales, los trastornos de personalidad causados por traumatismos del encéfalo, el
cual se encarga de recibir e interpretar, la información sensitiva, actuando con el entorno a
través de la motricidad, la comunicación verbal, y la construcción de la identidad propia, por
lo tanto, las afecciones en el encéfalo se maniestan a través de trastornos que modican
la conducta, debido a ello la neuropsicología es referida también como neurología conduc-
tual. En ese sentido Gil (2019), establece los objetivos de la neuropsicología, en tres tipos:
diagnósticos, cognitivos y terapéuticos.
Por su parte, la neuropsiquiatría integra el estudio de enfermedades mentales con le-
siones orgánicas cerebrales, lo cual incide en otras áreas de investigación, tales como la
educación, la antropología y la criminología (Avendaño, 2002).
Por lo anterior, la integración de neurociencia con psicología y psiquiatría, se debe a
factores históricos, como el desarrollo de fármacos cada vez más especícos que actúan
sobre mecanismos complejos en procesos de daños cerebrales, dolor, trastornos afectivos
y psicosis, etc.; también de técnicas de neuroimagen; aplicación de injertos biológicos para
reparación de patologías; descubrimientos que la genética molecular aportó en el campo de
la patología neurológica con base genética (Avendaño, 2002), es decir que las tres áreas de
estudio están intrínsecamente vinculadas a la salud mental, en particular la neurosiquiatría.
En este orden de ideas, la salud mental es un concepto difuso, con ella se alude a un es-
tado o condición del individuo, también a un campo dentro de la salud pública, igualmente a
una serie de patologías psiquiátricas y problemas psicosociales, e incluso a un conjunto de
iniciativas sanitarias, sociales y políticas (Miranda Hiriart, 2018). En efecto, al encontrarse
trastornos de salud mental se incrementa el riesgo de otras enfermedades y se contribuye
a lesiones no intencionales e intencionales (Organización Panamericana de la Salud, s.f.).
Otro componente a considerar dentro de la revisión de la literatura se enmarca en la va-
riable derecho penal. Así, la ley penal es un acto de poder político; y, el derecho penal como
ciencia es un saber jurídico, es el discurso de los penalistas (Zaffaroni, 2006). Ambas guras
están vinculadas al ser humano, sea desde la aplicación o no de una sanción como conse-
cuencia de algún hecho congurativo de delito (ley penal) o desde la argumentación reque-
rida en las decisiones (ciencia del derecho penal); las dos se construyen por las personas.
En relación con las implicaciones de lo expuesto previamente, las neurociencias abren un
abanico de posibilidades, en función de una mejor aplicación del derecho penal1, en lo referente
1 En el caso venezolano, los trastornos mentales se encuentran descritos en el artículo 58 del Código Penal, tal como se indica
a continuación: “Cuando el delincuente cayere en locura o imbecilidad después de recaída sentencia firme condenatoria, se
procederá como lo dispone el artículo 62 en su aparte final, y si recobrare la razón, cumplirá el tiempo de pena que aún estu-
viere pendiente, descontado el de la enfermedad” (Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, 2005).