ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de Historia, Ciencias Humanas y pensamiento crítico / Año 4, Núm 7. Enero/Junio (2024)
Ángel Rafael Lombardi Boscán
Bicentenario batalla naval del lago 24 de julio de 1823.
PP. 169-179
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Para empezar, ya tenemos un intríngulis alrededor del siempre vigente tema borgiano
del héroe y traidor. Padilla, el héroe en 1824, en las hermosas riberas del majestuoso Lago
de Maracaibo, ya es traidor, en la fría Bogotá del año 1828. Bolívar, dio la orden de fusilarlo
por traidor, porqué supuestamente acompañó el complot que intentó asesinarle. Urdaneta,
el gran héroe zuliano, es el encargado de que el pelotón de fusilamiento haya acabado con
la vida del Almirante Padilla. La historia, humana al n, no es nada apacible ni justa que
digamos.
La escuadra de Padilla es una conuencia de barcos que provienen de Cartagena y Santa
Marta. Y otros de Puerto Cabello. Había que cercar y tomar Maracaibo y solo esto era posi-
ble controlando las rutas marítimas y destruyendo las pocas fuerzas navales realistas en el
Caribe. Después de Carabobo el 24 de junio de 1821 los restos del ejército realista encon-
traron refugio en Cumaná y Puerto Cabello. Entre ellos existió la remota expectativa de ser
socorridos desde el mar desde Cuba y Puerto Rico.
Para comprender esta etapa nal de la Guerra de Independencia entre los años 1822 y
1823 hay que remitirnos a lo que se conoce como la Campaña de Maracaibo. La mayoría ig-
nora esta campaña porque supone que Carabobo fue el punto nal. Además, Simón Bolívar,
ya no está en Venezuela sino Páez y Soublette como los encargados de rematar la faena.
La Campaña de Maracaibo fue la resurrección inesperada de un moribundo. Porqué La
Torre, jefe militar principal realista, no se rindió al asedio que Páez le impuso en Puerto
Cabello. En dos años y medio, desde Puerto Cabello, los realistas se lanzaron a la ofensiva
y conquistaron Coro, Maracaibo y los Andes venezolanos. A mediados de 1822, Miguel de
la Torre, es obligado a dejar Venezuela y se trasladó hasta Puerto Rico. Francisco Tomás
Morales, asumió como Capitán General y consolidó la conquista militar del Occidente. Esto
hizo prender las alarmas en el campo republicano que organizaron de inmediato una con-
traofensiva por mar y tierra para acabar con el audaz jefe realista y sus muy disminuidas
fuerzas. Es en este contexto en que tenemos que ubicar la Batalla Naval del Lago de Mara-
caibo, ocurrida el 24 de julio de 1823, como la culminación exitosa de los esfuerzos milita-
res republicanos de abatir denitivamente esta reacción post Carabobo.
Así tenemos que hay que hacerse un mapa mental primero para identicar los espacios,
sus rutas, las fuerzas militares implicadas, las embarcaciones marítimas y actores principa-
les y secundarios. Y no sólo los de un solo bando. Ya que hubo un vencedor y un derrotado.
Conocer ambas versiones. Lo más común es que este tema sea prisionero de la tenaza pa-
triótica y de la exaltación del vencedor que termina monopolizando los recuerdos e impone
las celebraciones. Es importante señalar que los historiadores con formación profesional
no nos dedicamos a la Historia Patria y mucho menos a la exaltación de los héroes. Cuando
mucho llevamos a cabo un intento de compresión lo más amplio posible y desde la plurali-
dad de las miradas.
El “inicio” de la Batalla Naval del Lago sucedió el 1 de mayo de 1823 en Puerto Cabello,