
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de Historia, Ciencias Humanas y pensamiento crítico / Año 4, Núm 8. Julio/Diciembre (2024)
Diego Efraín Salazar- Pisfil, Moisés Cumpa-Valencia, Angela Maria Herrera-Alvarez
Comprensión lectora como fundamento del desarrollo socioeducativo en el Perú.
PP. 184-198
186
Por esta razón, el artículo se propone analizar las estrategias educativas necesarias para
mejorar la comprensión lectora en el Perú, destacando el estudio de los textos continuos y
discontinuos, los niveles en la comprensión lectora y las interpretaciones surgidas a partir del
contexto peruano. El método empleado es el hermenéutico-documental, entendido como un
enfoque cualitativo, que busca desentrañar los signicados, características y símbolos inmer-
sos dentro del texto, otorgando preponderancia a las apreciaciones críticas surgidas de este.
1. Textos continuos y textos discontinuos
La comprensión de un texto, sea este continuo (texto lineal, como un artículo) o discon-
tinuo (infografía, mapa, diagrama, entre otros), sigue siendo un desafío en todos los niveles
educativos, a pesar de que un factor primordial para determinar la calidad de la educación
es la instrucción a nivel de pensamiento (Martínez, 2002). En ese sentido, la comprensión de
un texto implica un logro de aprendizaje que incluye decodicar e interpretar el contenido, la
estructura y la intencionalidad expresada en el mismo (Caycho y Salas, 2013). Por esta ra-
zón, esta competencia es fundamental en todas las materias de la educación básica y supe-
rior, constituyendo un desafío tanto para docentes como para estudiantes (Pinchao, 2020).
De manera más precisa, se debe establecer la diferencia entre textos discontinuos y
textos continuos, tal como lo maniesta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE). Los primeros presentan un formato cuya lectura puede realizarse desde
el punto que elija el lector. Incluyen cuadros, grácos, tablas, matrices, ilustraciones, mapas,
formularios, hojas informativas, avisos, anuncios, vales, cupones, certicados, entre otros.
Los textos continuos, por su parte, son los que presentan oraciones que forman párrafos, y
estos, a su vez, forman apartados y capítulos (OCDE, 2004).
Los textos continuos pueden ser clasicados según diversos criterios. Por la función del
lenguaje (Adam, 1987), se reconocen los narrativos (que informan de hechos y acciones),
los descriptivos (que describen cosas o seres), los argumentativos (que exponen opiniones
con el n de convencer), los explicativos (que muestran relaciones de causa y consecuen-
cia) y los conversacionales (que implican preguntas y respuestas). Por su contenido temá-
tico, pueden ser cientícos, literarios o losócos (Caycho y Salas, 2013). Por la función del
emisor, pueden ser informativos, prescriptivos, persuasivos o estéticos (Martín, 2009).
Cabe señalar que la clasicación en un determinado tipo de la relación anterior, no es
exclusiva. Así, se observan textos híbridos, como un texto argumentativo que, a la vez, es
cientíco; o un texto literario que puede ser empleado en un anuncio publicitario.
La lectura representa una habilidad básica. Por medio de ella, el sujeto obtiene información y con-
sidera para ello códigos, que pueden ser percibidos a nivel auditivo, visual o táctil, como es el caso del
método braille (León-Islas et al., 2019; Morán, 2017). En la misma línea argumentativa, autores como
Cassany y Morales (2008) enfatizan que la lectura es un proceso, que presenta ciertas particularida-
des: se aprende una sola vez, su aplicación es universal y puede ser aplicada en cualquier área.