ISSN 2660-9037
EL LLANERO DE VIVA VOZ. RECORRIDOS
IDENTITARIOS AL BORDE DE LA NOSTALGIA
Carlos Adán Valbuena Chirinos*, Morelva Leal Jerez**
RESUMEN
Se elabora una aproximación a las dinámicas identitarias contemporáneas en el llano, mediante la búsqueda
del testimonio de sus habitantes torno a los llaneros; con el n de elaborar una aproximación a la llaneridad
como componente identitario presente entre los pobladores de La Luz y caseríos aledaños, municipio Obispos
del estado Barinas. El trabajo presente está ancado en la antropología como núcleo disciplinar en tanto ésta
como ciencia por una parte hace posible una perspectiva comparativa, con base en los preceptos de Amodio
(1993, 1996), Cliord (1992) y Sélim (1986). La llaneridad se revela como un espacio identitario con respecto al
cual los habitantes de La Luz están elaborando transacciones entre las representaciones no siempre coinci-
dentes que se desprenden de la industria cultural, los nuevos patrones de desarrollo planteados por el estado,
la vida cotidiana y el tipo particular de actividades productivas que ellos enfrentan en la vida diaria.
Palabras clave:
Llanero, Identidad, Cultura, Voz.
THE LLANERO BY VOICE. IDENTITY TOURS ON THE VERGE
OF NOSTALGIA
ABSTRACT
An approach to contemporary identity dynamics in the plain is elaborated, through the search for the testimony
of its inhabitants around the llaneros; in order to elaborate an approach to the plains as an identity component
present among the inhabitants of La Luz and neighboring villages, Obispos municipality of Barinas state. The
present work is based on anthropology as a disciplinary nucleus, insofar as this as a science, on the one hand,
makes a comparative perspective possible, based on the precepts of Amodio (1993, 1996), Cliord (1992) and
Sélim (1986). Plainness is revealed as an identity space with respect to which the inhabitants of La Luz are
elaborating transactions between the not always coinciding representations that emerge from the cultural
industry, the new development patterns proposed by the state, daily life and the type particular of productive
activities that they face in daily life.
Keywords:
Llanero, Identity, Culture, Voice
Recibido: 05/06/2021
Aceptado: 30/09/2021
CLÍO: Reivsta de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
pp. 8-23
* Facultad de Humanidades y Educación. Universidad del Zulia
**Facultad Experimental de Ciencias. Universidad del Zulia
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
9
INTRODUCCIÓN
En un escenario contemporáneo cada vez más globalizado, diariamente irrum-
pen particularidades sociales cuyo interés es ser reconocidas en su dimensión de
presencia tonal en la polifonía que constituye el concierto/desconcierto de las iden-
tidades de los pueblos del mundo.
Ese es el caso de Venezuela, una república que se abre paso a pulso en el escena-
rio de las naciones y para ello muestra su multiculturalidad encarnada en la multipli-
cidad de presencias históricas y culturales fundidas en el crisol de un mestizaje algu-
nas veces no denido con suciente nitidez. Por lo cual es posible escuchar arpegios
que presentan un país en cuyo pentagrama se dibujan notas andinas, amazónicas y
caribeñas no siempre ausentes de la tensión que generan las identidades regionales
y mucho menos de la presencia de las matrices étnicas europeas, africanas y ame-
rindias reclamando el reconocimiento de sus perles propios; tanto para ser incor-
porados a la imagen a proyectar hacia el afuera internacional y global, como para ser
reconocidos hacia el adentro como parte de la diversidad nacional.
Ya una vez en el pasado la élite política venezolana eligió un componente para
la denición de lo nacional cuando una tarde lluviosa de septiembre exactamente
el sábado 19, el teatro Nacional de Caracas se llenó de faldas de vuelo y escotes
adornados, de liquiliques y alpargatas, de arpas, cuatros y maracas ante un acto que
simbólicamente delinearía de forma denitiva los rasgos del ser nacional. Esa tarde
la obra cumbre de la pluma de Rafael Bolívar Coronado y el genio musical de Pedro
Elías Gutíerrez fue estrenada para convertirse apenas viera luz en el segundo himno
nacional de Venezuela, el Alma Llanera.
En medio del poder del andino Juan Vicente Gómez la nación fue consolidada “…
pasamos el siglo XIX en puras guerras civiles, en una dispersión del poder entre jefes
y jefecillos de todas clases, Páez intentó crear un estado nacional y no pudo. Tam-
poco Guzmán Blanco. Juan Vicente Gómez lo logró porque acabó con la vieja política
y también de manera increíble, con cien años de guerra civil. Estableció la paz, un
Estado Nacional, una hacienda y un ejército” (Uslar, Arturo 1996)
La llanería se convirtió en el estandarte de lo venezolano, transitó hacia una lla-
neridad cuyos referentes expresados como hermandad con la espuma, las garzas,
las rosas y el sol, la indomable fuerza de ríos y caballos al galope y la pasión entre el
amor y el llanto eran delimitados por la rivera norte del caudaloso Arauca.
Antes episodios históricos habían marcado la emblematización con el sello im-
puesto por los centauros llaneros, por Páez mismo y sobre todo por los grupos de
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
10
poder “ cuando en 1830 la élite venezolana –cuyos intereses económicos y políticos
pugnaban por la separación de Venezuela de la Gran Colombia- dice a Paez ¡General!
eres la Patria, cuesta no adivinar en la rotunda economía de la altisonante ecua-
ción la preguración de esa condición emocional que mueve como naturalmente al
venezolano a aceptar que Venezuaela es el Llano” (Rago, Víctor.1994:27)
Después los arquetipos literarios surgidos del tintero de Rómulo Gallegos
quien además de insigne escritor fue presidente de la república electo por el pueblo
y derrocado ocho meses después por las fuerzas armadas— hicieron su contribu-
ción en la armación de la imagen del llano pues “Gallegos lo considera en el plano
económico-político como el espacio venezolano, el escenario que deniría el nuevo
Estado Nacional. El Llano, como elemento simbólico. Lo toma como el valor de la
“tierra” en tanto que lugar de origen, de arraigo como también de las luchas internas
por la propiedad de los bienes que produce” (Ferrer, 2006:62).
No obstante en la contemporaneidad y a la luz de los cambios acontecidos en
la nación venezolana << incorporada desde hace décadas a la explotación minera y
petrolera, a la producción agrícola y pecuaria masiva y tecnicada en gran medida y
por supuesto a la industria cultural y el consumo>> donde el mundo empírico des-
de el cual germinó la “llaneridad como epítome de lo venezolano” parece entrar en
crisis, << entre otras razones por la aparente la desaparición del llano como inmen-
sidad indivisa, como latifundio de dimensiones colosales donde manadas de ganado
pastaban libres y recios hombres imponían control de las bestias y encaraban las
fuerzas de la naturaleza>> se materializan interrogantes en torno a la persistencia de
la llaneridad y del llanero como imagen dominante en el abanico identitario nacional.
En este sentido se hace pertinente interesarse en el modo según el cual se man-
tiene la llaneridad como elemento identitario de los habitantes del llano, pero muy
especialmente en ¿cuál es la percepción que los habitantes del llano tienen del lla-
nero en la actualidad?
Para dar respuesta a esta interrogante se presenta en este documento una ex-
ploración cuyo objetivo es elaborar una aproximación a las dinámicas identitarias
contemporáneas en el llano, para ello se ha buscado recoger el testimonio de hom-
bres y mujeres del llano en torno a los llaneros. A partir de esta información elaborar
una aproximación a la llaneridad como componente identitario presente muy parti-
cularmente entre los pobladores de La Luz y caseríos aledaños y contiguos, ubicados
en el municipio Obispos del estado Barinas.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
11
PRECISIONES TEÓRICAS
La palabra identidad, es en principio un término proveniente del latín
identitas
,
que signica la calidad de idéntico, aquello que en substancia o accidente es lo mis-
mo que otra cosa con la que es comparado. Dicho vocablo es incluyente de su relati-
vo
alteritas,
cuyo signicado es de difícil traducción puesto que signica “otro” sin ser
esencialmente opuesto. La voz identidad, constituye un binomio pues implica en su
denición la presencia de un anverso en cuya compañía se dene, por lo cual se ha
preferido, tal como en el título de este aparte, presentarla en su bipolaridad, aunque
en muchas ocasiones se haga referencia únicamente a la identidad en el desarrollo
del presente texto.
La identidad se considera como una noción por medio de la cual se hace referencia
a una construcción colectiva que reúne las representaciones cognitivas, simbólicas y
afectivas que se comparten hacia el interior de un grupo social denido, a su vez tales
características le integran a un “nosotros” con el cual es capaz de presentarse ante los
diferentes “otros” en los diversos contextos socioculturales. Es crucial considerar aquí,
que la identidad de un grupo, comporta una condición que le permite presentarse de
forma múltiple de acuerdo a la situación que la determine, en este sentido es construi-
da desde dentro de un grupo y reconstruida en la interacción con aquellos que existen
más allá de la frontera de quienes se adscriben y componen el “nosotros”.
En lo relativo al problema de la identidad/alteridad se impone recordar como en
la actualidad, el resurgimiento de los nacionalismos, las luchas de los grupos étnicos
minoritarios, en simultaneidad con la existencia de políticas y acciones segregacio-
nistas imprimen una poderosa actualidad a esta cuestión, de hecho:
La mayoría de los estudios realizados en Venezuela sobre el desarrollo cultural sostienen
que el país está sometido a un proceso constante de debilitamiento de la identidad cultural
nacional y por ende un deterioro paulatino de la misma. Esto se viene registrando de ma-
nera acelerada a partir de los años sesenta. Los esfuerzos gubernamentales por detener
esta situación son casi imperceptibles…La penetración de los medios de comunicación de
masas y la poderosa industria cultural foránea con gran número de valores ajenos a nuestra
identidad, en un contexto de políticas culturales y educativas débiles; son en gran medida los
causantes de la crisis (Colina, Tinoco, Villalobos, 1997: 13).
En el ámbito nacional, aunque pueda aparecer de manera anecdótica, la rearma-
ción de
lo venezolano e
n su dimensión de
defensa de la identidad,
está presente en sus
más diversos aspectos sobre todo, como un efecto ideológico inducido desde la esfera
gubernamental del estado. En el orden comercial frases como ”compre venezolano” y
“ a todo tren con Venezuela”, han tenido momentos de máxima popularidad; en el de
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
12
la “cultura de los medios de comunicación” , baste recordar el famoso decreto del “uno
por uno”, vigente una vez más a partir de las políticas comunicacionales del gobierno
bolivariano, en el cual se exige a las emisoras radiales la colocación de un tema de
producción nacional por cada tema de origen extranjero lo cual ha propiciado la apa-
rición de formas musicales como el neofolclor y el tecnojoropo pertinentes también al
estudio de la identidad aunque no serán abordadas en el presente trabajo
En el dominio geopolítico, las interminables discusiones que en todos los órganos
deliberantes y medios de comunicación del país expresan alarma por la problemá-
tica fronteriza y el resguardo del territorio ante las amenazas foráneas, nos dan una
idea de la preocupación por la defensa de lo considerado propio ante el amago de
lo ajeno, de lo nuestro en oposición a lo extranjero “ignominioso”, circunstancias que
en algunas ocasiones han producir consignas tales como: No a la invasión Yankie
go home”, “No a la intervención extranjera fuera los cubanos”, “Has patria, mata un
colombiano”, amén de las anecdóticas <<pero no por eso poco signicativas>> inter-
venciones del primer mandatario nacional en tribunas internacionales.
En este sentido, la propuesta de investigación que aquí se adelanta, reconoce,
desde el punto de vista teórico, que la identidad, en el marco de las relaciones socia-
les, debe plantearse, tal como lo expresa (García Gavidia, 1996:11) en consonancia
con Marcel D´Ans que:
…las identidades se conforman en el proceso de interacción entre las personas que constitu-
yen los grupos; es decir, a partir de las innumerables redes y formas de relación entre los tipos
sociales de personas en el interior y en el exterior de los grupos de una misma sociedad o
entre sociedades diferentes. En consecuencia, es un fenómeno sujeto a invención, re-creación
y negociación. Por lo tanto, se inventa o se crea, se destruye y se recrea o se negocia en la
interacción social, en diferentes contextos y con la ecaz contribución de múltiples factores”.
Las consideraciones recorridas, permiten asumir que las identidades colectivas
resultan del entretejido de eventos y momentos, metáforas y narrativas que se con-
jugan en un argumento denido, que les permite a los grupos sociales construir un
recurso para la autoadscripción y la elaboración de los esquemas de cohesión del
colectivo particular aclarando desde luego que:
…la identidad cultural no se reere ni a un patrimonio cultural ni al resultado anterior de la
cultura, sino a una cultura viva, a una actividad que la ha producido y que la asume sobre-
pasándola. En el límite, aquella se imbrica en la capacidad de integración de las diferencias,
riqueza y grandeza del hombre” (Sélim, 1986:14 en Eddine Aaya 1997:6).
Del mismo modo, se considera fundamental la vigencia de ópticas que conside-
ran primordial valorar la visión de los sujetos como involucrados y reconocedores
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
13
de su protagonismo en la historia particular que generan desde el interior de su
sociedad y al mismo tiempo, construyen desde perspectivas diferenciales y variables
su juego de identidad, sobre todo si se toma en cuenta queexiste:
...hoy más que ayer, el reconocimiento de la posibilidad de poder jugar con varios registros
identitarios a la vez y/o en tiempos y espacios diferentes, es decir, la posibilidad de utilizar es-
tratégicamente identidades múltiples, interrelacionadas en un sistema global implícitamente
coherente (Amodio, 1996:63).
Por esta razón coincidimos en considerar a los nes de esta investigación la im-
portancia de un rango de transacciones de amplio espectro en lo que reere a las
dinámicas de la identidad/alteridad ya que creemos eciente considerar al menos en
el caso que nos ocupa, que:
El reconocimiento del carácter arbitrario de toda identidad y de poder pasar de una a otra se-
gún las situaciones, produce a menudo respuestas más ecaces y más diversicadas frente
a los poderes que se ejercen sobre nosotros, tanto del interior, como del exterior del grupo.
También se trata de estrategias que impiden el repliegue y el encierro en si mismo dentro
de una sola identidad, permitiéndonos así dialogar y establecer solidaridades transversales
(Peressini,1993:18 en Amodio, 1996:63).
Poderes, intereses, conocimientos y fuerzas, en contraposición o compatibilidad
coinciden en las dinámicas colectivas para mostrar que “La Identidad grupal, en este
sentido, es necesariamente relacional y no esencial. Se moldea a partir de una serie de
contingencias de la vida cotidiana , se comprende mediante los discursos dominantes
capaces de suscitar aceptación en determinado momento, y se negocia bajo la forma de
estrategias de dominación, de resistencia y - mas típicamente - de adaptación” (Cliord,
1992:486), al criterio anterior, únicamente se considera necesario agregar un punto de
atención a la posibilidad de comprender también la identidad/alteridad partiendo de
los discursos y de las prácticas que se producen en la subalternidad como contrapoder.
El hilo conductor de esta investigación está en la asunción de la existencia
a priori
de un conjunto de referentes primordiales indispensable a los grupos sociales para
la activación de las dinámicas de construcción de sus identidades colectivas, es decir,
generadas en la vida social de un grupo. En consecuencia, se parte de los postulados
de García Gavidia, Nelly (1996:20) los cuales se sintetizan con la nalidad de crear la
concordancia de estos con los ámbitos de análisis del actual trabajo y para permitir
operar con mayor versatilidad como categorías.
De modo pues que como referente primordial se enfatizará en la distinción:
Espacial,
en cuanto perla el adentro y afuera, el aquí y el allá, lo propio y lo
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
14
extraño vinculado a una experiencia territorial y de arraigo.
Estas distinciones no excluyen la existencia de otras que puedan presentarse
de modo diverso, pues su presencia tanto en la vida cotidiana como en los eventos
extraordinarios de una comunidad no está sujeta a ningún tipo de restricción para
su combinación.
En este sentido, se escoge para el presente documento la distinción espacial por
la particularidad enunciativa de “el llano” cuyo elemento distintivo es claramente es-
pacial y de carácter topográfico por ello es importante delinear la existencia numero-
sos matices en la comprensión de la de la noción de
espacio
ya que es esta la dimen-
sión de contacto entre culturas y este incluye los aspectos materiales, el hábitat y sus
modelos de organización espacial pues estos son fundamentales para la denición
de sus respectivos patrones de convivencia y de igual modo inuyen en su capaci-
dad de integración, no en balde el espacio es soporte donde se materializa el juego
de la semejanza, es sobre un espacio bien sea geopolítico, topológico imaginario o
mitológico en el cual las personas vuelcan sus sistemas de representaciones, reglas
e imágenes, creando un territorio propio como síntesis determinada por el grupo
social, un espacio en el cual toman cuerpo las dinámicas identidad/alteridad pues el
“ nosotros no es posible sin un entorno espacial de referencia” (Amodio, 1993:17).
ASPECTOS DETODO
El trabajo presente está claramente ancado en la antropología como núcleo
disciplinar en tanto ésta como ciencia por una parte hace posible una perspectiva
comparativa y permite estudiar elementos del presente y del pasado, de lo lejano y
lo cercano de lo cotidiano y de lo extraordinario y por otra reconoce y a la vez con-
ere valor a la textura de la vida real.En atención a lo anterior se ha establecido una
relación directa entre los sujetos investigadores e investigados quienes emprenden
un intercambio dialógico de información al mismo tiempo que se desarrolla una per-
cepción propia del investigador en cuanto a su experiencia personal al compartir un
segmento de la vida de la comunidad e intercambiar con los protagonistas de las
prácticas, apreciaciones y criterios para lograr una aproximación que permita inter-
pretaciones pertinentes, así como comparaciones y convalidaciones ajustadas a los
hechos investigados de acuerdo a las experiencias y a la teoría antropológica.
Se ha acudido al registro de sonido e imagen, y en apego a la tradición etnográca
se ha procedido a la recopilación de testimonios orales de algunos miembros de la
comunidad como fuente de información, los mismos acercan a los investigadores a
instancias algunas veces colectivas y otras casi personales.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
15
Es prácticamente imposible armar que en las ciencias sociales existen técnicas
exclusivas a una u otra disciplina, no obstante, en el seno de la antropología se ha cul-
tivado con características sobresalientes, el trabajo de campo sostenido en técnicas
que van desde la observación simple, por así decirlo, hasta la observación participan-
te la cual abre la posibilidad de “ explorar las complejas relaciones que se establecen
entre ‘lo que se dice’, ‘lo que se dice que se hace’ y ‘lo que en realidad se hace’, permi-
tiendo -además- observar los ambientes naturales donde acaecen los comportamien-
tos, sin quebrantar tampoco su propia estructura” JOCILES, María Isabel. (1999: 40).
En este trabajo recurre a la observación para intentar una lectura de las relacio-
nes sociales a partir de las prácticas, pero también de las relaciones simbólicas, en
un doble recorrido en el cual ambas son n y principio, focalizando aquellos aspectos
que hayan expuesto las dinámicas identitarias en las comunidades en estudio.
La combinación de técnicas para el abordaje de un mismo objeto de estudio, y
la exibilidad de la etnografía, son una de sus principales cualidades, puesto que
permite constatar empíricamente, el modo según el cual prácticas y discursos tienen
lugar, lo cual abre al investigador oportunidades inmejorables para alcanzar inter-
pretaciones y explicaciones más dinámicas y complejas de los fenómenos sociocul-
turales, tal como se ha planteado hasta ahora en el ámbito de la antropología.
En atención al sentido amplio de la investigación antropológica también realizarán
cuadros de descripción de las relaciones sociales, del mismo modo se acudirá a la
detección de los sujetos clave del estudio, tomando en cuenta “la relación que existe
entre la morfología de un grupo y los diversos aspectos de su existencia” (CAZENEU-
VE, J.1970: 60). En dicha orientación, se atenderá las recomendaciones de MAUSS. M
(1967:13), al ofrecer el criterio de que el etnógrafo ha de preocuparse de ser exacto,
completo; debe tener el sentido de los hechos y de sus relaciones mutuas, así como
el de las relaciones y las conexiones. Debe ser capaz de evocar, explicar y comparar
las sociedades desde sus “hechos sociales totales”1, asumiendo que el ejercicio de lo
que llamamos llaneridad corresponde a esta categoría.
Esta perspectiva permite una comprensión holística de los hechos, tomando
en cuenta el entorno general, el contexto y los sujetos sociales que constituyen de
modo conjunto la unidad de análisis, aunque en algunos casos puedan ser conside-
rados aisladamente en atención a los elementos de su particularidad. En atención
a lo anterior es importante anotar que la muestra está constituida por un conjunto
de 22 informantes individuales y una familia << a quienes se solicitó consentimiento
1 Concepto que el autor desarrolla en su amplitud en su trabajo Ensayo sobre el don.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
16
para el uso de sus testimonios e imágenes después de informados de la intención
de los investigadores >>, los primeros elegidos en tanto referencia como líderes de
opinión en la población de La Luz y los caseríos aledaños.
Finalmente se hace necesario referir que para la concreción de este documento
se ha llevado a cabo un arqueo y revisión bibliográca que ha permitido ampliar el
panorama teórico, metodológico, que conduce y soporta la investigación realizada.
En cuanto al análisis e interpretación de la información recogida la misma se sometió
a clasicación, cuanticación y correspondiente codicación y en algunos casos a
representación gráca.
CAMINO A LA LUZ
Quedan atrás diez horas de carretera. Acaba de amanecer y está nublado, la
terminal de autobuses de Barinas se presenta bulliciosa llena de gente. Se escuchan
nombres de localidades y pueblos como destino; estrategia singular para que los
viajeros reconozcan las unidades que se dirigen a uno u otro lugar y se distribuyan
de acuerdo a la oferta gritada a voz en cuello.
Luego abordar la autobuseta a cuyo llenado se espera pacientemente, una vez
ocupados todos los asientos el conductor anuncia la partida del “Tren de Media No-
che a Georgia” cuyo destino real es la población del Orza en la ruta con escala en la
población de Libertad. De allí, otros cuarenta minutos y se llega al pueblo de La Luz.
El trayecto asemeja una inducción sucesiva en la inmensidad que el llano repre-
senta; extensiones de verde innito, marcado e interrumpido por cercas, industrias,
riachuelos, ríos, corrales, viviendas y silos que parecen demostrar furiosamente la
inmensa escala del llano en ausencia de un horizonte alcanzable solo con la mirada.
La Luz es un pueblo de una sola calle2 orientado en sentido noroeste sureste,
dicha calle está perfectamente asfaltada y a través de ella transitan exiguamente el
escaso transporte público que presta servicio a la población de aproximadamente
dos mil personas que viven en La Luz, a pesar de que según el Señor Baudilio Cor-
dero, prefecto de esta unidad territorial no se dispone de un censo y por eso está
realizando ante el Instituto Nacional de Estadística las diligencias pertinentes de lo
cual dice: “Estoy en pañales en la población porque yo no lo tengo aquí, yo solicité
la población pero allá en el INE en el instituto Nacional de Estadística no lo tienen,
fui otra vez en el mes que terminó y tampoco estaba, mañana vuelvo a ir a buscarlo.
¿Verdad? Lo solicité por edad y por sexo”.
2 Ver plano referencial anexo
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
17
Sin embargo, La Luz cuenta con un equipamiento de servicio en el que se destaca
la existencia de acueducto, aserradero, campo santo, iglesia, plaza Bolívar, escuela,
liceo, módulo de barrio adentro y ambulatorio, además de una barbería, seis abastos
o bodegas y un bar con pista de baile.
De acuerdo a la información suministrada por el prefecto las actividades económi-
cas y principales y fuentes de trabajo están asociadas a la producción agropecuaria
en las ncas cercanas al pueblo y el comercio en pequeña escala. Durante la visita de
campo se estaba desarrollando en el pueblo un registro de requerimiento de vivienda
pues existe en la comunidad un nivel de organización que ecientemente gestiona la
dotación de viviendas en terrenos en el ámbito central del núcleo poblado.
Durante la visita de campo realizada es interesante resaltar que en La Luz no se
observó la presencia de indigentes ni ninguna de otra clase de sujetos desatendidos
desde el punto de vista de las necesidades básicas. La pobreza presente en diversos
sectores de la comunidad no se maniesta en los términos de la miseria extrema y
sus implicaciones de abandono, sin embargo, las condiciones socioeconómicas de
la población en general no evidencian condiciones de lujo o riqueza expresada exte-
riormente en las casas o en las actitudes sociales de los sujetos.
LA NOSTALGIA EN LA VOZ
Cualquier exploración como la descrita impone una atmósfera cuyo primer com-
ponente emerge de datos que se imponen desde el contexto mismo, en este caso
es necesario mencionar que el llano, y el llanero como referente nuclear de la llane-
ridad, saltan desde las esquinas de las plazas, los comercios y las panaderías desde
donde la música hace presencia invadiendo los espacios sociales.
Es posible armar que el llanero está en la música, al menos en aquella que emer-
ge de las señales radiofónicas o de los reproductores de discos compactos desde
donde a ritmo de arpa, cuatro, maraca y complementos electrónicos cantantes mas-
culinos y femeninos expresan modelos de acción y patrones de comportamientos
sociales a seguir.
Ser llanero exige una socialidad particular ante el amor, la pareja, los amigos,
la madre, la indelidad y otros tópicos que ante los anteriores son sencillamente
secundarios. Al menos así lo establecen los cánones de comportamiento y las re-
ferencias de procedimientos que dicta la experiencia implícita en las letras de las
canciones de la llamada música llanera.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
18
Se realiza la referencia anterior con la intención de sugerir un indicio para congu-
rar un perl de la llaneridad desde la industria cultural que domina determinados es-
pacios sociales y cuyas repercusiones en la constitución de representaciones compar-
tidas sobre lo llanero podrían ser de interés para una reexión diversa a la presente.
Sobre todo si se toma en cuenta que existe una distancia considerable entre la música
que se reconoce como llanera en los medios audiovisuales nacionales, las emisoras
radiofónicas locales y las prácticas musicales desarrolladas de manera espontánea o
coordinada al interior de las comunidades que como La Luz, cuentan con repertorios
propios e interpretes si se quiere exclusivos cuyas trayectorias están ancadas en la
intensidad de su participación en la vida llanera más que en la representación especta-
cularizada por multimedias como “Atardecer llanero” o en las apariciones en la pantalla
chica como cuota nacional impuesta por la denominada “ley resorte”
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
19
Ahora bien, uno de los primeros elementos que se aprecian en los testimonios
en relación al llanero es su denición a partir del desempeño de su faena y en este
sentido se registra una escala que correlaciona tareas con de deniciones de llanero,
peón de llano y veguero :
De lo anterior se desprende de acuerdo a este componente las tareas de la fae-
na hacen al llanero y lo separan del veguero y emerge una categoría intermedia
como es la de peón de llano, no obstante, todo peón de llano es potencialmente un
llanero pues su desempeño de alguna manera acerca a estos sujetos al paradigma
de pro-hombre a caballo como núcleo de la llaneridad. Estas deniciones quedan
enfatizadas en los testimonios de modo que:
Llanero es el que trabaja el llano, que tiene ncas, el que es hacendado pues, un fundo o una
nca…, el llanero es el que te tiene ganao, que trabaja con ganao con bestias, con animales…
Arturo Nácar.
…peón de llano era el hombre que iba a recoger los becerros pa erralos y además a errarlos,
era el hombre que iba a por ejemplo, cualquier animal que tenía gusano, le mataba los gu-
sanos, ese lo agarraban los claros del día en la sabana. El hombre que en la mañana recogía
el ganao pa ordeñarlo, era un poco de ganao y no eran como orita que llegan dos hombres
meten el gano, las vacas de ordeño, le meten una cosa eléctrica, cha, cha, cha… esto era una
totuma.
José Rafael Blanco.
Veguero es por lo menos el que tiene su vega, que tiene yuca, que tiene plátano, tiene topo-
cho, tiene maíz, a eso llaman veguero…. al que trabaja con cementera, ¿verdad? lo que es la
agricultura, la yuca, el arroz, el maíz, la caña, el plátano, tiene vega, eso se llama vega, por eso
viene veguero y el llanero es el que trabaja con ganao…
José Francisco Solórzano.
Igualmente es importante para el establecimiento de un perl de llanero con-
siderar que algunos de los informantes dejan ver que la condición de llanero esta
asociada a la posesión de tierras y de ganado como propiedad particular, en este
sentido aparece una correlación en la cual los informantes al hablar del llanero como
potentado le oponen por implicación la existencia de un campesino, veguero3 o pata
en el suelo la cual se puede ilustrar de la siguiente forma:
Es interesante hacer notar como algunas de las denominaciones anteriormente
dichas encadenan a la noción de llanero atributos como la riqueza y la posesión de
ganado, mientras que otras guardan una relación locativa en cuanto reeren formas
3 Existeigualmentelatendenciaareconoceralveguerorico,comounaguramásbienrecientedevenidadela
intensicaciónyexpansióndelosculvosysuexplotaciónporinversoresydueñosdencasestrictamenteagrí-
colas cuyos dividendos parecen recolocar la noción de veguero desplazándola hacia la de potentado en oposición
también con la de pobre o pata en el suelo.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
20
asociadas al espacio y especícamente a su régimen de propiedad como en los casos
de terrateniente, campesino, parcelero y pata en el suelo y así lo conrma el siguien-
te testimonio:
…el vocabulario veguero es el que vive en el monte, que siembra su agricultura, vive de la
pesca, de la vega, con eso hay un porvenir, crían los hijos, hay vegueros montunos, que no
hablan con nadie.
Santiago Contreras
Con respecto a las categorías espacio y tiempo en la construcción de identidad el
primer elemento de signicación para la conguración es la condición cognaticia que
se adjudica al llanero, en este sentido, llanero es el que nace en el llano, de modo
que abre un espectro de mayor inclusividad, pués en tanto nacidos en el llano, hom-
bres y mujeres comparten la condición de llaneros.
En todo caso nacer en un lugar es evidentemente una categoría espacial y es ex-
presada por los informantes con armaciones como las siguientes:
Yo nací en el llano, yo me siento llanero, y soy del llano ¿entiende? y te digo aquí nosotros
le decimos a los criollos llaneros, aquí nací y aquí entierro el cacho. Así pienso yo.
Baudilio
Cordero.
…nosotros nos decimos somos llaneros porque nacimos en el llano, nosotros somos llaneros
porque nacimos en el llano.
Jenny Gelambe.
Yo soy hijo del llano, nacido y criado en el llano.
Mario Urquiola.
Finalmente como último componente de la distinción espacial para la construc-
ción de la llaneridad, está la referencia al llanero y al llano como desplazados o des-
aparecidos del lugar enunciativo, en tanto que en muchos casos los testimonios de
los habitantes de La Luz señalan una recolocación del llanero cuando a la pregunta
quienes son los llaneros responden:
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
21
Los apureños, porque esos están en el propio llano, son los propios llaneros, son los ver-
dugos del llano, porque esos coños enlazan mejor de noche que de día y te conocen la vaca
gorda es de noche…
Mario Urquiola.
…los llaneros están en todos laos, ahora están por el Apure, por aquellos laos…Porque allá
hay más llaneros, allá hay más llano y la gente es más llanera, más del campo.
Miguel Li-
nares.
Se acabaron las cosas del llano. Ya no hay llaneros, desde que trajeron las jaulas ya no hay.
El ganado lo llevaban arreao hasta Valencia y les pagaban un fuerte o diez bolívares. Ahora
todo es comodidad
María Ruperto Valero.
Llanero, coño, bueno aquí los llaneros eran muchos, Gregorio Betancourt, era un llanero no
joda… un hombre que ponía un caballo aquí delante de un toro arrecho y ni lo trompezaba
pues…aquí había mucho llanero…lo que es és que el llano se acabó compañero, el llano se
acabó, había 20, 30 hombres trabajando, ahora hay uno solo, se lo comieron, lo acabaron
todo esa vaina ese era el hombre del llano….hombre de llano …gente que el toro le mataba
el caballo y le llegaba un coño e madre, lo tumbaba con una cobija así, ra, ra, ra, ra, y le aga-
rraba el rabo. Ahí está…Apureño… esos coños apureños saben de todo, llaneros de verdad,
los apureños…
Jesús Falcón.
Pa´busca el llanero, coño yo creo que tendrá que irse uno pa´ Apure que todavía hay partes
donde se trabaja así como se trabajaba antes, pero por aquí no, aquí había 2 hatos no más
y eso se acabaron, eso no, una parte lo acabó la gente, la gente lo acabó todos dos porque
lo invadieron.
Los testimonios precedentes permiten apreciar como en el referente identitario
espacial Apure es el espacio de recolocación de los llaneros y allí se visualiza un nú-
cleo de la llaneridad que los habitantes de La Luz ven desaparecer de su entorno,
tal como expresan la desaparición del llano, su nal, su acabamiento a causa de la
proliferación de cercas e invasiones.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Algunos elementos que es posible reconocer como cruciales al seguir explorar la
llaneridad como constructo identitario y el llano como espacio generador de la cuali-
dad de llanero es posible avanzar unos atisbos pertinentes que indican la que existe
una rearmación cognaticia de la llaneridad la cual es utilizada como herramienta para
enfrentar los cambios que los habitantes del pueblo de La Luz advierten como trans-
formaciones en las cualidades del llanero asociadas a la faena y a la localización espa-
cial de esta. Ser llanero por nacer en el llano les permite rearmarse y al mismo tiempo
encarar los cambios en el entorno, los cuales implican un uso de la tierra diverso al
conocido por ellos en el pasado y distinto al del imaginario dominante que también fa-
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
22
cilita para ellos el anclaje y la conciliación de las ideas que sobre el llano algunas veces
se presentan contradictorias y otras veces se ubican al borde de la nostalgia.
La llaneridad se revela como un espacio identitario con respecto al cual los ha-
bitantes de La Luz están elaborando transacciones entre las representaciones no
siempre coincidentes que se desprenden de la industria cultural, los nuevos patro-
nes de desarrollo planteados por el estado, la vida cotidiana y el tipo particular de
actividades productivas que ellos enfrentan en la vida diaria.
REFERENCIAS
Bibliográcas
AMODIO, Emanuele (1993a):
Formas de la alteridad.
Ediciones ABYA-YALA. Quito.
BACHELARD, Gastón:(1965)
La poética del Espacio.
Fondo de Cultura
BERTAUX. Daniel (1993).
“De la perspectiva de la historia de vida a la transformación de la
práctica sociológica”. E
n:MARINAS, José, SANTAMARINA, Cristina. La Historia oral:
Métodos y experiencias. Edit Debate. España
Diccionario de Historia de Venezuela,
1988. Fundación Polar. Caracas.
CASTORIADIS, Cornelius:(1999)
La institucion imaginaria de la sociedad. El imaginario so-
cial y la Institución.
Vol.2Editorial Tusquets.Buenos Aires Argentina.
COLINA, Mirtha y otros. (1997).
Marco programático y líneas maestras de la política cultural
de la Secretaría de Cultura
. Edit. SCEZ. Maracaibo. Venezuela
CUNILL GRAU, Pedro. 1987.
Geografía del poblamiento venezolano en el siglo XIX.
Tres
tomos, Caracas: Ediciones de la Presidencia de la República.
ECO, Umberto:(1992)
Los límites de la interpretación
. Editorial Lumen. Barcelona-Espa-
ña.
EDDINE AFFAYA, Mohammed. (1997)
Lo Intercultural o el señuelo de la identidad.
Afers
Internacionals Número 36. Cidob. España
FIORE, Bárbara. (1985)
Antropologia dello spazio
. La Ricerca Folklorica Nº 11. Grafo
Ediizioni. Brescia. Italia.
FLORES DIAZ, Dilia:(2006)
Rómulo Gallegos y el Centauro .
Universidad del Zulia.Edicio-
nes del Vice Rectorado Académico.Maracaibo.Zulia-Venezuela.
GARCÍA, Nelly. (1996)
Códigos utilizados en la invención, re creación y negociación de la identidad
nacional
. Opción Nº 20, Edit. Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del Zulia.
CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 1. Enero / Junio (2022)
Carlos Adán Valbuena Chirinos, Morelva Leal Jerez
El Llanero de viva voz... PP: 8-23
ISSN 2660-9037
23
JOCILES, María Isabel. (1999).
Las técnicas de investigación en antropología. Mirada antro-
pológica y proceso etnográco.
Gazeta Antropológica Nº 15.
Edit Universidad de
Granada- España.
KOTTAK, Conrad. (1994).
Antropología.
Edit Mc Graw Hill, Madrid.
MAUSS,Marcel. (1967)
Introducción a la Etnografía.
Ediciones ISTMO. Madrid.
PAEZ, Ramón (1980)
La vida en los llanos de Venezuela.
Ediciones Centauro 80. Cara-
cas-Venezuela
RAGO Víctor:(1994) En los andes y en la costa Venezuela es el llano. Revista Bigott Nº
32.Caracas-Venezuela
ROSALDO, Renato:(1991)
Cultura y Verdad. Nueva propuesta de análisis social
. Editorial
Grijalbo. México,DF.
RUBIO RECIO, J.M:(1988)
El Orinoco y Los Llanos.
Biblioteca Iberoamericana. Ed. Anaya.
Madrid.
SALCEDO BASTARDO, José Luis: (1982).
Historia Fundamental de Venezuela.
Universidad
Central de Venezuela. Ediciones de la Biblioteca. Caracas-Venezuela.
SHUTZ, Alfred y LUCKMAM, Thomas:(1977)
La estructura del mundo y de la vida.
Amo-
rrortu Editores. Buenos Aires.
SILVA, Armando. (1998)
Imaginarios Urbanos.
Edit Tercer Mundo. Bogotá -Colombia
USLAR PIETRI, Arturo:El Positivismo. El Universal, P.1, C-4; 1996 Mayo 16.
VELASCO, Honorio y DÍAZ DE RADA, Ángel:(1997)
La lógica de la investigación etnográca.
Un modelo de trabajo para la etnografía de la escuela.
Editorial Totta. Madrid-España.