CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 3. Enero / Junio (2022)
René Daniel Cunca Pirona
Crítica a las prácticas eurocéntricas... PP: 64-85
ISSN 2660-9037
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radicalmente sus formas tradicionales de conocer el mundo, adoptando como pro-
pio el horizonte cognitivo del dominador.
Los nuevos esquemas, mapas mentales y cognitivos, así como también los afecti-
vos que debe desarrollar una educación originaria que aspire fomentar la consolida-
ción de un ser humano sin clases, tipicaciones y jerarquías, debe asumir una mente
multiforma, la cual pueda establecer mentes y cogniciones dinámicas que se muevan
de manera horizontal, vertical, diagonal, de centro a periferia, de periferia a centro,
tal y como lo hace nuestro planeta en sus movimientos de globalidad, así deben ser
los procesos mentales y así deben moverse y evocarse los conocimientos para que
sea interiorizados en su totalidad y exteriorizados de acuerdo a las demandas estu-
diantiles y a la vida cotidiana.
El aprendizaje, debe ser promovido y posicionarse desde la constitución de for-
mas mentales, donde los puntos de inserción de las formas, sostengan la importan-
cia de los signicados que se adquieran en el proceso educativo, esto orienta hacia
una responsabilidad docente en la unión de estos puntos de inserción. Esta pers-
pectiva Originaria, Colectivista y Conectivista de la Enseñanza y Aprendizaje, puede
orientarse también como una alternativa epistémica, que oriente una nueva forma
de construir y dar signicado simbólico a los conocimientos, desde la originalidad
hacia la realidad situacional de las localidades.
Aspirar a la superación de la racionalidad moderna en educación, es una meta
utópica que cada día se acerca más a una realidad, las limitantes de los métodos
tradicionales y la objetivación del ser y la naturaleza se ha ido desencajando por
las transformaciones civilizatorios en este siglo que actualmente vivimos. En este
sentido, una educación originaria, que se perle bajo las premisas interculturales
de un nuevo tipo de ética, dialogo, conocimiento, episteme, metodologías, investi-
gación hacen que la educación desfase la escolástica institucional, y se traslade a
las localidades y sus contextos particulares, esta forma de hacer Estado, Educación,
Investigación y Conocimiento, orienta hacia un nuevo proyecto de ser humano, pero
también de sociedad cooperativa, integral, autodeterminada, ética y culturalizada
originalmente. Para Quijano, (2001-117):
En América Latina y el Caribe, desde siempre en su historia, está planteado un conicto entre
tendencias que se dirigen hacia una reoriginalización cultural y otras de represión contra
ellas o de reabsorción de sus productos dentro del poder dominante en la sociedad. Ese
conicto impregna nuestra más profunda experiencia histórica, porque no solamente sub-
yace en la raíz de nuestros problemas de identidad, sino que atraviesa toda nuestra historia,
desde el comienzo mismo de la constitución de América, como una tensión continua de la