CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 3. Enero / Junio (2022)
Johanna Hidalgo
Notas preliminares sobre Bolívar y Manuela ...PP: 118-129
ISSN 2660-9037
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INTRODUCCIÓN
Simón Bolívar, el líder, militar y político venezolano, es presumido como un hombre
que luchó contra la corona española para lograr la independencia de Bolivia, Colom-
bia, Ecuador, Perú y Venezuela; reconocido como el Libertador de América. Es impor-
tante mencionar que este ilustre héroe no solo fue prodigioso como estratega militar,
guerrero y diplomático, ya que tuvo un carisma especial reejado en discursos, citas y
cartas que materializó durante su prolíca vida (Murray, 2008). Sus pensamientos son
parte de un gran legado como una de las guras más importantes de América Latina.
El Bolívar apasionado, romántico y poeta, es tal vez una de las facetas menos co-
nocidas y difundidas gracias a la proyección global como hombre de guerra y político.
Por tanto, el propósito de este breve ensayo a modo de notas preliminares es hur-
gar, indagar y recorrer los caminos de su lado más próximo entre el amor y erotismo,
esa fuerza capaz de congregarnos bajo un mismo lenguaje; presente en las corres-
pondencias epistolares con uno de sus grandes amores, Manuela Sáenz, a quien él y
muchos escritores, historiadores, cronistas y poetas han llamado ‘La Libertadora del
Libertador’. Ambos, amantes, utopistas y aguerridos humanos comprometidos con
la libertad, soberanía y autodeterminación de sus naciones.
Simón Bolívar y Manuela Sáenz fueron conquistados por la pasión de un amor
clandestino y prohibido para su época, debido a la tradición conservadora, atravesa-
da por los cimientos de una sociedad que no solo ejercía opresión en lo geopolítico,
sino que además establecía una especie de emplazamiento patriarcal sobre la gura
femenina como extensión utilitaria, servil y procreadora. Un gran amor expresado
por correspondencia con encuentros casuales que cautivaron la vida de dos de las
guras más importantes de Sudamérica, bajo un aluvión de expresiones que encar-
nan una incandescente ola de emociones, deseo y desbordantes palabras que van
desde la ternura hasta la lujuria. En este sentido:
El sentido del erotismo escapa a cualquiera que no comprenda su sentido religioso (…) Tene-
mos la costumbre de asociar la religión con la ley, con la razón. Pero si consideramos lo que
funda, en su conjunto, las religiones, deberemos rechazar este principio. La religión es, inclu-
so lo es en su base, subversiva. Ella aparta de la observación de las leyes (Bataille, 1960:55).
Y es precisamente este cuadro, una de las recreaciones próximas al amor encar-
nado en ambas guras. Un amor, llevado a los límites de los grandes relatos conte-
nidos en la memoria colectiva de los distintos tiempos históricos y sus civilizaciones.
Por lo cual, triunfa la imagen gloriosa de dos amantes que desafían a la sociedad,
sus tradiciones y estigmas, amparados en la supremacía masculina, en este caso a
cuestas de Manuela Sáenz. Nos encontramos frente a una vinculación de lecturas