CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 2, Núm 4. Julio / Diciembre (2022)
Luis J. González Oquendo
Participación social de judíos masones en Maracaibo (siglos XIX y XX)... PP: 111-128
ISSN 2660-9037
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autoridades, como Benito Henríquez, Francisco de la Cerda, Gaspar Andrés y Manuel de
Zerda. A pesar de esa relativa pervivencia, también hubo encarcelados por la inquisición,
como ocurrió con Luis Méndez de Chávez, apresado al llegar a Maracaibo en 1649. Otros
tuvieron presencia itinerante, manteniendo contactos con otros puertos como Cartagena
o Veracruz, como Baltazar de Araujo, Miguel de Cárdenas y Francisco López de Fonseca.
Lo cual demuestra que, a pesar de las restricciones inquisitoriales, hubo alguna apertura
de carácter comercial a esta comunidad, incluso más allá del contrabando. Por ejemplo,
en la década de 1780, el hebreo holandés David Morales –cuyas actividades se extendían a
Turquía, Saint Domingue [actual Haití] y Curazao- también comerciaba mercaderías con La
Guaira, Coro y Maracaibo (Aizenberg, 1983; Moreno Goldschmidt, 2017; Navarrete Peláez,
2010; Villalobos et al, 2011; Zinguer Delgado, 2019).
La instalación del régimen republicano facilitó la presencia de los miembros de la
comunidad judía. En 1819, se les otorgó el derecho a radicarse en el país, dándole inclu-
so garantías de libertad religiosa y derechos políticos y al igual que Barranquilla, Buenos
Aires, La Habana y Montevideo, como en general las ciudades portuarias latinoameri-
canas en cuyo desarrollo los extranjeros desempeñaron un papel signicativo. En par-
ticular en la Nueva Zamora en su condición de ciudad puerto motivó a que tuviese una
amplia apertura al comercio mundial a principios del siglo XIX (Fawcett y Posada Carbó,
1998). Esto impulso la presencia de ciudadanos y súbditos de diferentes nacionalidades
y credos se asentarán en esas urbes, permitiendo además la difusión de elementos
culturales e instituciones propias de la modernidad. Entre los que arribaron estaban
algunos miembros del pueblo judío. Esas disposiciones del gobierno colombiano atra-
jeron, en primer lugar, a comerciantes de la comunidad judía sefardita de la cercana
isla de Curazao. Durante las décadas de 1820 y 1830, ya algunos comerciantes hebreos
estaban presentes en Maracaibo: los hermanos Isaac y Josías Pardo, José Ignacio Roo,
Isidro Lisaur, José Seriol y David Ebensur. Otros, sin tener permanencia en la ciudad,
mantenían relaciones constantes, incluso ilegales. El judío británico de Jamaica, Daniel
Levy, interpuso una demanda ante el gobierno venezolana al serle capturada una goleta
de su propiedad frente a Maracaibo bajo la acusación de contrabando. En la década de
1840, Jeudad Senior, judío curazoleño instalado en Coro, se asoció con José Henríquez
y Samuel Levy Maduro para instalar casas de comercio en Coro y Maracaibo (Aizenberg,
1983; De Lima, 2002; Fawcett y Posada Carbó, 1998; Salazar Rodríguez, 2015).
En ese sentido, se ha señalado que el nacimiento de la hekilá [comunidad judía
organizada] en Maracaibo se concretó en 1944 con el establecimiento de la Socie-
dad Israelita de Maracaibo (Sihman, 2012). Esto, sin embargo, requiere una mayor
precisión, para la década de 1940, la mayor parte de los miembros de la comunidad