CLÍO:
Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 3, Núm 5. Enero / Junio (2023)
Laura María Guerrero Navarro
La Asunción De La Virgen María Y El Símil Extático De María Magdalena... PP: 39-70
ISSN 2660-9037
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1. LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
La asunción de la madre de Jesucristo –lo que implica también su muerte,
asumidos ambos episodios como uno1 por la Iglesia- fue recogida en varios
manuscritos apócrifos asuncionistas. Entre ellos destacan los de Pseudo Me-
litón –
De transitu virginis Mariae
o “Tránsito de la Virgen María”, escrito proba-
blemente entre los siglos IV y V–; el de san Juan el evangelista, “el Teólogo”,
–
Libro de San Juan Evangelista sobre la Dormición de la Madre de Dios
, manuscrito
hacia el siglo VI–; el del arzobispo Juan de Tesalónica –
Tesalonicense,
fechado
en la primera mitad del siglo VII–; o la obra más tardía del Pseudo José de Ari-
matea –
Narración del Pseudo José de Arimatea,
posterior al siglo XIII–, muy similar
a los anteriores y que sirvió de difusión de las demás narraciones apócrifas
asuncionistas durante la Edad Media. Aunque, esta última, se diferenció del
resto por aportar datos genuinos, como la presencia de Tomás y el episodio
en el que la Virgen le entregó a este el cíngulo con el que los apóstoles habían
ceñido su cuerpo; convirtiéndose en el único testigo de su subida a los cielos.
A estas habría que añadir la
Leyenda dorada
de Santiago de la Vorágine,
la cual recogió el testimonio de san Juan Evangelista, así como de Padres de
la Iglesia, caso de san Cosme; y su redacción fue enriquecida con diálogos y
demás relatos.
Todos ellos van a mencionar parte de la vida de la Virgen tras la muerte
de Jesús; como el deseo de María de que su hijo cumpliera la promesa de
venir desde el cielo a por ella cuando muriera:
Entre las muchas cosas que la madre inquirió a su hijo durante el tiempo aquel que pre-
cedió a la pasión del Señor guran las referentes a su tránsito, sobre el cual empezó a
preguntarle en estos términos: «¡Oh carísimo hijo!, ruego a tu Santidad que, cuando llegue
el momento en que mi alma haya de salir del cuerpo, me lo hagas saber con tres días de
antelación; y entonces tú, querido hijo, hazte cargo de ella en compañía de tus ángeles»
2.
Así, después de que Jesús ascendiera a los cielos, su madre pasó sus
últimos años orando y rogando que se produjera lo que tanto anhelaba. Y,
llegado ese momento, un ángel del Señor actuó de mensajero para con ella:
Durante el segundo año a partir de la ascensión de nuestro Señor Jesucristo, la beatísima virgen
María solía entregarse asidua y constantemente a la oración de noche y de día. Pero en la an-
tevíspera de su muerte recibió la visita de un ángel del Señor, el cual la saludó diciendo: «Dios
1 Salvador-González, José María (2011).
La iconograa de La Asunción de la Virgen María en la pintura del
Quarocento italiano a la luz de sus fuentes patríscas y teológicas.
Mirabilia. Revista Electrónica de Histo-
ria Angua y Medieval. Nº 12, pp. 237-268.
2 SANTOS OTERO, Aurelio de,
Los Evangelios Apócrifos
. Biblioteca de autores crisanos, Madrid, 2005, p. 344.