REVISTA CLÍO, VOL. 1, NÚM. 1, Enero-Junio 2021
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Carmen Laura PAZ REVEROL
Fronteras y forcaciones en la Península de La Guajira… 43-54
Para cumplir su labor sasfactoriamente requirieron refuerzos y materiales
para la defensa, se mencionaban la solicitud de hombres (relevo de los milita-
res de la fortaleza), caballos
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, elementos de guerra como cañones (y sus úles
como las cureñas, carrella) y pertrechos e instrumentos de labor para mante-
ner el sio de avanzada. Es así como otros úles como cepo para las casa fuerte y
otros como “cuatro palas para abrir cacimbas de que proveerse de agua” y media
docena de “machetes para limpiar y despejar el frente de la fortaleza de cujizales
en que los indios cocinas se ocultan para hacer sus rapiñas
18
.
Incluso requerían de otros recursos para no perder de vista a sus enemigos
cordiales como “un anteojo de larga vista para las observaciones de los indígenas
de esta fortaleza al punto donde ellos (acampan) que es bien distante”; pues con
este instrumento ”pueden destruirse sus planes de ataque, con ancipación, y
no será tan constante las amenazas a que está sujeta esta guarnición”
19
. El tema
de estas arremedas era constante, se evidenciaba la superioridad del indígena
en número de hombres, armas y conocimiento del territorio.
En ocasiones, las autoridades recogían o expandían la fuerza militar en ese
espacio, se puede detectar la incidencia de los momentos de estabilidad o ines-
tabilidad en la provincia o en el país en relación con el despliegue de la fuerza
militar sobre los wayuu
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. En este sendo, cuando se trataba de recoger reclutas
de Sinamaica para enviar al ejército a otro lado argumentaban las autoridades de
ese espacio que “nuestra población quedará en consecuencia converda en un
verdadero desierto, puesto que los individuos que componen esta tropa, son en
su mayor parte habitantes de esta Villa, y en ellos está basada toda la seguridad
de la población”. Es de hacer notar que este punto quedaría en “espantoso aban-
dono en que va a quedar esta villa y el limón, estando situados entre Carabedes
y Seila, es decir, entre la sombría guajira y el caudaloso Socuy”
21
.
El temor invadía los ánimos de las autoridades por los estragos que pudiese
“causar en este pueblo la fuerza de los guajiros” añadían “estos enen jurados un
eterno rencor contra nosotros, y entonces suelen desplegarle, cuando nos con-
de la provincia contándole lo sucedido de la manera de sigue “un vecino del caserío de estas guardias
ha pasado hoy contra las órdenes de este punto, a empo que hay muchos indios acampados al fren-
te, y despreciando las amonestaciones del Comandante de las Guardias y el mandato de a la espalda
de las cennelas ha rodeado por la calle de la vigía cubriéndose por la loma intermedia, y al reperle
las sentencias de la voz en alto eludiendo el cabo que iba con su (soldado)”. Todos los intentos de de-
tención fueron inúles, las autoridades consideraban que casos como este “pueden reperse porque
estos vecinos hacen poco alarde de despreciar la autoridad militar”. Por ello debía de impedirse la
“introducción de tal desorden “ para evitar “comprometerse esta guarnición y la tranquilidad pública
porque los indios al ver paisano sólo fuera de la línea, en su campamento puede atacarlo, ya por
resenmiento (...).A.H.Z.1845, t. 1, leg. 2..
17 Abundan innumerables documentos sobre la situación militar, caballería e infantería de las Guar-
dias de Afuera que evidencian la importancia que tuvo este punto, su análisis sería objeto de otro
estudio parcular sobre este tema.
18 Comunicación del Comandante de Armas de la Provincia Jn. Muñoz Tebar en fecha 2 de julio de
1849 al Gobernador de la Provincia. A.H.Z. 1849, t. 15, leg. 7.
19 Comunicación del Comandante de Armas del la Provincia al Gobernador de la Provincia en la que
inserta solicitud del Comandante de la línea de Sinamaica. A.H.Z. 1858, t. 5, leg. 14.
20 En comunicación del Comandante de Armas de la Provincia al Gobernador de la Provincia en nota
inserta del Secretario de Guerra y Marina con fecha 28 de abril de 1854 resuelve que se rere de la
Guarnición de Sinamaica el piquete de milicia “por ser innecesario y costoso” y que exigiera del Go-
bernador “la fuerza enteramente indispensable para la seguridad de la provincia” encareciéndole al
mismo empo que procure llevar el completo número de sus plazas las compañías de caballería e in-
fantería de las Guardias de Afuera. Esto con la nalidad de que “enviaran el número de reclutas para
completar los 80 hombres que deben completar la mandada a organizar por la provincia por el Su-
premo Poder Ejecuvo, pues hasta la fecha consta sólo de 24 plazas. A.H.Z. 1854, tomo 4, legajo 27.
21 Comunicación de Juez 1ero. de Paz José del Leal al Gobernador de la Provincia. Sinamaica, 3 de
agosto de 1854. (A.H.Z. 1854, tomo 4, legajo 27)
ISSN 2660-9037