GENESIS DE LOS MOVIMIENTOS OBREROS Y SINDICALISMO
PETROLERO EN EL ESTADO ZULIA
Iván José SALAZAR ZAÍD*
RESUMEN
Se analizan los orígenes de los movimientos obreros y el sindicalismo petrolero
en el Estado Zulia, especícamente en las primeras décadas del siglo XX. Para ello,
la reexión parte del desarrollo inicial de la industria petrolera en Venezuela y
su impacto social, que incidiría en la organización de los trabajadores petroleros
en estructuras sindicales. La discriminación social, las deplorables condiciones
de trabajo, la políca de opresión y explotación permanente mantenida por las
empresas petroleras desde el inicio de la explotación del oro negro y que cerce-
naba las justas aspiraciones del obrero petrolero, fueron los factores esenciales
que contribuyeron a que fueran desarrollando una conciencia de clase, que trajo
a su vez una serie de conictos laborales y descontentos, que con el transcurrir
del empo dieron origen a los sindicatos de obreros y empleados petroleros, y a
los primeros movimientos obreros y huelgas en la industria petrolera establecida
en el Estado Zulia.
Palabras clave: movimiento obrero, sindicalismo, industria petrolera, Venezuela.
THE CONFORMATION OF THE SYSTEMS OF AUTHORITY IN
AFRO-DESCENDANT SOCIETY DURING THE COLONIAL PERIOD IN
THE SOUTH OF LAKE MARACAIBO
ABSTRACT
The origins of the labor movements and the oil trade unionism in the Zulia state
are analyzed, specically in the rst decades of the 20th century. For this, the
reecon starts from the inial development of the oil industry in Venezuela and
its social impact, which would inuence the organizaon of oil workers in union
structures. Social discriminaon, deplorable working condions, the policy of
oppression and permanent exploitaon maintained by the oil companies since
the beginning of the exploitaon of black gold and which curtailed the just as-
piraons of the oil worker, were the essenal factors that contributed to their
being developing a class consciousness, which in turn brought about a series of
labor conicts and discontent, which with the passage of me gave rise to the oil
workers ‘and employees’ unions, and to the rst labor movements and strikes in
the oil industry established in the Zulia state.
Keywords: labor movement, trade unionism, oil industry, Venezuela.
* Miembro de Número de la Academia de Historia del Estado Zulia.
Ensayo
R e c i b i d o : 1 3 / 1 0 / 2 0 2 0
Aceptado: 01/12/2020
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EL ESTADO ZULIA EN LOS INICIOS DE LA ERA PETROLERA
En el período comprendido entre las décadas de los años 10 y 20 del pasado
siglo XX, exisa en el Zulia una escasez de mano de obra en los sectores donde
se estableció en 1914 la naciente industria petrolera, especícamente en la costa
oriental del Lago de Maracaibo. Esta situación origino en la región una importación
de mano de obra campesina que era explotada y someda a un régimen similar a la
esclavitud. En la disciplina laborar se les aplicaba azotes, cepos, etc., y eran prác-
camente obligados a contraer una deuda de por vida con el patrono.
Conscientes de esta situación, algunas autoridades locales, en su carácter de
jefes civiles de los distritos petroleros del Estado Zulia, se decidieron a informar
al presidente de la nación sobre la situación en que vivían los agricultores pobres
en sus jurisdicciones. Calicaban de desastroso y rano el trato que en todas las
haciendas de la zona se daba a los peones jornaleros, a quienes los hacendados
trataban como animales y esclavos. Enterado el gobierno sobre esto, decidió des-
tuir a estos jefes civiles favoreciendo de esta manera a los explotadores de los
campesinos (Linder, 2000: charla).
Debido al maltrato recibido y a las condiciones de trabajo existentes en las ha-
ciendas, el campesinado vio en la naciente industria petrolera su tabla de salvación.
Se produjo un éxodo de campesinos oriundos de Oriente, los Andes, Lara y Falcón
hacia la costa oriental del lago. Brito (1973: 418), en unas estadíscas, nos indica
que en el año 1916, emigraron hacia la zona petrolera la candad de 1.135 campe-
sinos, el 15 % de ellos entró en la industria petrolera como obreros, un 37% ingreso
en acvidades suplementarias a la naciente industria, mientras que un 18% emigró
a las ciudades, volviendo un 30% a su lugar de origen. Para 1921, la cifra de emi-
grantes campesinos ascendía a 3.360. De este número, el 40% fue incorporado a
la industria petrolera como obreros, el 30% en acvidades complementarias, mien-
tras que el 18% emigró a las grandes urbes, y el 12% regresó a sus lugares de origen.
De la vecina isla de Trinidad fueron traídos alrededor de 3.000 negros anllanos
contratados para supervisar y trasmir órdenes de los Jefes de la Industria a los
trabajadores venezolanos. Eran remunerados con uno o dos bolívares extras y se les
instruía para que abusaran verbalmente de la masa obrera. De esta manera los tra-
bajadores creían que sus enemigos eran los anllanos y no los blancos extranjeros.
En el Archivo Histórico del Estado Zulia existen documentos que nos reeren
que en 1926, algunos dueños de posesiones solicitaban el apoyo de las autorida-
des para evitar la fuga de peones de sus haciendas, debido a los mejores jornales
que ofrecían las compañías petroleras. Por tal movo se enviaban comisiones a los
campos en búsqueda de los peones fugados que al ser localizados eran casgados
de acuerdo con el Código de Policía, es decir tres días de arresto que es lo que en
estos casos establecía la ley” (A.H.Z., 1926: t.I-leg.I). Los dueños de las posesiones
pretendían que las autoridades los casgaran con cepos o calabozo como lo habían
hecho anteriormente otras autoridades.
Entre las causas que movaron la fuga de los peones para ir a buscar trabajo
en las compañías petroleras se encontraban:
El mísero jornal que pagaban los hacendados de 3 bolívares diarios.
Una desnutrida y desbalanceada dieta alimencia.
El maltrato que recibían por parte de los capataces y en oportunidades de los
mismos dueños de las haciendas.
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Los peones se quejaban de que mientras los productos de los dueños de ha-
ciendas (ganado en pie, queso, mantequilla, etc.) subían de precios y obtenían
grandes ganancias, a ellos les seguían pagando el mismo sueldo (A.H.Z., ídem).
Cabe destacar, que por inuencia de las compañías petroleras, amparadas
por la Ley de Expropiación por Causa de Ulidad Pública, y con el apoyo de los je-
fes civiles, a los campesinos que sembraban libremente en terrenos baldíos, con
el propósito de obtener el sustento diario, se les perseguía y encarcelaba. Esta
situación los obligó también a abandonar sus práccas agrícolas de subsistencia
y buscar empleo en las empresas petroleras (A.H.Z., 1926:t.I, leg.11).
La decisión tomada por los campesinos de emigrar hacia los campos petro-
leros no implicaba que las condiciones de trabajo y de vida en las compañías
petroleras eran mejores. Pero lo que si era obvio, es que la Venezuela agraria de
aquellos empos era explotadora, represiva e inhumana, y no ofrecía a la mayor
parte de los ciudadanos otra alternava que no fuera la del llamado del oro ne-
gro. Es por esto, y por razones de orden económico, que se vieron como empu-
jados hacia el camino que les ofrecía la industria petrolera como una posible so-
lución a sus problemas, con la esperanza de poder trabajar como obreros libres
asalariados. Sin embargo, se puede decir, que aunque las condiciones laborales
y de subsistencia en las haciendas eran duras, no era menos cierto que las de los
campos petroleros eran muy parecidas. La única pequeña diferencia radicaba
en que en las haciendas, mientras que los salarios eran de 2 a 3 bolívares, en la
industria petrolera eran de 4 a 5 bolívares diarios.
PRIMEROS MOVIMIENTOS OBREROS PETROLEROS EN EL
ESTADO ZULIA
En la etapa comprendida entre los años 1921 a 1925, la explotación del pe-
tróleo se intensicaba en el Zulia. A los campamentos petroleros auían cada
día más un gran número de obreros de todas clases y de muchos lugares, lo que
generaba ciertas condiciones o situaciones excepcionales en la comunidad. Esto
se debía más que todo a las variantes existentes en las culturas, costumbres, y
manera de actuar de cada uno de los grupos de venezolanos que procedían de
diferentes regiones del país. Por eso, los trabajadores, desde un principio, se
empezaron a denir a ellos mismos como regionalistas de acuerdo a su lugar de
procedencia: margariteños, andinos, larenses, zulianos, etc.
El marcado regionalismo existente no les permia a los obreros unirse en
contra de los atropellos que comea la industria petroleras, más bien mante-
nían entre ellos mismos diferencias de po costumbristas en sus relaciones la-
borales que se proyectaban y provocaban fricciones en la vida codiana de esos
grupos que inicialmente ellos conformaron. La supuesta conciencia regional in-
dividualista trajo como consecuencia también una competencia y rivalidad en
el trabajo, al querer probar con esto que los mejores en las labores que se les
asignaban eran los de su región de origen. De esta situación se aprovechaban al
máximo las autoridades de las compañías petroleras, acentuando las marcadas
diferencias que exisan entre ellos, para seguir de esa manera explotándolos al
máximo.
Para ese entonces, la situación de los obreros era tan críca que el Ministro
de Relaciones Interiores dictó una resolución, por disposición del Presidente de
los Estados Unidos de Venezuela donde se comisionaba al ciudadano Rómulo
Farías Nones, para que se trasladara el Estado Zulia, con el objeto de inspeccio-
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nar las condiciones en que se encontraban los obreros que trabajaban en los
campos de explotación petrolera (A.H.Z., 1926: t.V, leg.I).
La jerarquía de la sociedad de los campos petroleros funcionaba como una
especie de sistema de casta. Estaba constuida principalmente por los jefes, su-
pervisores, y técnicos anglo-holandeses-norteamericanos, luego le seguían los
negros anllanos. Los líderes de las empresas petroleras que inicialmente eran
europeos y posteriormente norteamericanos, reejaron sus mentalidades en la
construcción de los campamentos petroleros, ya que construyeron barreras -
sicas (cercados de alambre) que los mantuvieron separados de las poblaciones
periféricas no petroleras, que nacieron o se acrecentaron con el establecimiento
de la industria petrolera y conformadas por un grupo social desamparado por
el gobierno de turno, además de que no recibían ninguno de los benecios que
ofrecían las petroleras.
El panorama social que ofrecían estos campamentos petroleros, les permió
a los obreros reexionar acerca de lo dicil que era la vida en sus comienzos.
Entre los grandes males que los envolvían se encontraban entre otros:
Jornadas de trabajo de 9 de la mañana a 9 de la noche.
Viviendas especie de covachas” (bohíos fabricados de palmas y madera), sin
servicios sanitarios mínimos.
Ausencia total de servicios médicos asistenciales.
Condiciones deplorables de insalubridad en el trabajo y en los campamentos.
Carencia de agua potable.
Proliferación de plagas transmisoras de enfermedades como el paludismo y ma-
laria.
En ese mismo orden de ideas, eran tan deprimentes e inhumanas las condicio-
nes de trabajo de los obreros pioneros de la industria petrolera que debían dia-
riamente atravesar intrincadas selvas plegadas de eras, y otros pos de alimañas
como serpientes y mosquitos. Como medicamento, la compañía petrolera solo les
otorgaba una paslla diaria de quinina que servía como paliavo a las enfermedades
provocadas por las picadas de mosquitos. Se veían en la imperiosa necesidad de be-
ber el agua insalubre del lago de Maracaibo. No contaban con sios recreacionales
o de entretenimientos salvo los expendios de bebidas alcohólicas y lupanares ubi-
cados en las afueras del campamento, donde acudían en las noches supuestamente
para aliviar sus penas. En ese entonces, ningún familiar (Padres, abuelos, os, her-
manos, etc.), tenía derecho a vivir con el trabajador e inclusive tenían prohibido el
acceso a los campamentos, solamente estaban autorizados los obreros para habitar
las viviendas que se les asignaban, primeramente como solteros y posteriormente
se les permió habitar con su esposa (o concubina) e hijos legalmente reconocidos.
(Severeyn, 1994: entrevista). Por úlmo cabe destacar que los campamentos eran
cercados con alambres de púas y con vigilancia policial, muy semejante a los campos
de concentración.
La discriminación social, las deplorables condiciones de trabajo, la políca de
opresión y explotación permanente mantenida por las empresas petroleras desde
el inicio de la explotación del oro negro y que cercenaba las justas aspiraciones del
obrero petrolero, fueron los factores esenciales que contribuyeron a que fueran de-
sarrollando una conciencia de clase, que trajo a su vez una serie de conictos labo-
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rales y descontentos, que con el transcurrir del empo dieron origen a los sindicatos
de obreros y empleados petroleros, y a los primeros movimientos obreros y huelgas
en la industria petrolera establecida en el Estado Zulia.
En esos empos, el panorama ofrecía una ola de rebeldía y se presentaban al-
gunos que otros pequeños conictos de escasa duración, pero que dieron como
resultado el despido o la expulsión a su lugar de origen de todo obrero que tuviese
madera de líder, con el propósito de atemorizar al resto de los trabajadores. Dado
a la situación reinante, los obreros expulsados se las ingeniaban cambiando sus
nombres para poder solicitar trabajo en otros campos petroleros. Igualmente, estos
señores difundían sus experiencias anteriores y poco a poco fueron estableciendo
una mayor comunicación entre los diferentes campamentos, disminuyendo el aisla-
miento que exisa entre ellos, y al mismo empo que tomaban conciencia de su ex-
plotación, se converan en una clase obrera sin ideas de orden regionalista que los
dividiera. De esta manera, la visión de su mundo fue sufriendo las transformaciones
esenciales que les permieron ver que el enemigo no eran sus propios compañeros
sino el patrono.
En el proceso de toma de conciencia ayudaron algunos trabajadores extranjeros
al tanto de la situación laboral y condiciones de vida de los obreros. Muchos de los
anllanos originarios de Trinidad a pesar de haber sido ulizados por las compañías
para parecer ante los ojos de los obreros como sus enemigos narraban sus expe-
riencias laborales obtenidas en sus viajes por todo el mundo. Para los trabajadores
locales eran muy signicavas las nocias procedentes del mundo exterior, ya que
Venezuela para ese entonces se encontraba casi incomunicada con el resto del mun-
do y en especial los nacientes campamentos petroleros. Cabe destacar, que para ese
entonces, el país estaba somedo por su Presidente, General Juan Vicente Gómez a
una dictadura férrea que brindaba todo su apoyo a las transnacionales.
También jugaron un papel muy importante en este proceso algunos empleados
extranjeros, como Domingo Mariani, mecánico y soldador de la Renería de petró-
leo de San Lorenzo, quien fue el primero en manifestarle a los obreros venezolanos
la necesidad que tenían de unirse y crear un organismo que les permiera agremiar-
se para poder luchar unidos por mejores reivindicaciones laborales, económicas y
sociales (Salazar, 1996:78).
En el campo de Mene Grande algunos perforadores de origen norteamericano,
también aportaron sus experiencias y conocimientos, al dar a conocer sus ideas polí-
cas revolucionarias traídas de otras partes del mundo, permiéndole a los obreros
con esto, orientarse en cuanto a la lucha que debían emprender (Salazar, 1996:78).
Antes de producirse la primera huelga petrolera ya el gobierno de turno tenía
conocimiento pleno sobre la llegada clandesna de extranjeros que tenían como
objevo adoctrinar a la masa obrera, para que se organizaran e iniciaran sus luchas
por mejores reivindicaciones. En ese sendo, el Presidente del Estado Zulia, empe
a tomar las medidas necesarias al caso, por lo que inmediatamente solicitó a las
autoridades locales una nómina de los extranjeros que se encontrasen en los distri-
tos petroleros para invesgarlos y los que pudieran considerarse como individuos
peligrosos para el orden y la tranquilidad social” proceder a extraditarlos como disi-
dentes comunistas (A.H.Z., 1926: t.I, leg.I).
PRIMER MOVIMIENTO OBRERO PETROLERA EN EL ESTADO ZULIA
Esta primera huelga petrolera de trabajadores petroleros se fraguo en el año
1925. Fue patrocinada y dirigida por Augusto Malavé, conviréndose de esta
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manera en el pionero del movimiento obrero petrolero venezolano y a quien
Jesús Prieto Soto describe como un “hombre de estatura baja, rechoncho, de
cara indiada y ojos pequeños, creador de proscenio improvisado sobre calones de
balancines británicos, en el pao de la Caribbean Petroleum Company del campo
Mene Grande, líder autenco del proletariado que se atrevió a retar a la temida
dictadura del Presidente Juan Vicente Gómez y a la poderosa compañía cuando
apenas se daba inicio a la construcción en Mene Grande del primer campamento
petrolero de Venezuela” (Prieto, 1975:78).
La huelga se fraguó en medio de las noches, entre los trabajadores de San
Lorenzo y Mene Grande que viajaban en un carromato de rieles que recorría a
diario la vía existente entre estas dos población. A pesar que estos señores tenían
que empujar por largo trecho la pesada máquina y regresar en la madrugada a
su sio de trabajo, los obreros oían emocionados las palabras elocuentes del
fogonero Augusto Malavé (Prieto, ídem).
Los movos de este primer movimiento obrero petrolero fueron suciente-
mente explicados en capítulos anteriores. El veterano luchador sindical, Panta-
león García Salazar, (1982: 16 y 17), en su obra sobre la historia del movimiento
sindical en el Estado Zulia, arma que, para el momento de la huelga, 40 traba-
jadores redactaron una carta con una serie de peciones, donde se establecía
un aumento de sueldo de diez bolívares diarios, atención médica y vivienda. Los
obreros decidieron que el paro sería hasta que fueran sasfechas sus demandas.
La empresa petrolera, en vista de la situación reinante, optó por enfrentar a los
obreros con las autoridades policiales, con el propósito de hacerlos volver a su
sio de trabajo, pero los trabajadores en huelga al hablar con los policías logra-
ron ponerlos de su parte. Esta situación obligó a la compañía a llegar a un arreglo
que consisó en:
Una hora menos de trabajo (de 10 am a 9 pm).
Aumento de sueldo mínimo de cuatro a cinco bolívares diarios.
Un médico (pero sin aportar medicinas).
Estudiar el problema de la vivienda.
En deniva, la huelga duró doce días, volviendo a su sio de trabajo todos
los trabajadores pero con la promesa de que la empresa cumpliría con las demás
peciones.
Esta primera huelga petrolera, permió que los trabajadores comprendieran la
necesidad de agremiarse y luchar sin temores contra los defensores de las compa-
ñías petroleras para así poder lograr sus justas aspiraciones. Lo lamentable de esta
huelga fue el encarcelamiento y despido de algunos trabajadores y la desaparición
de otros como el caso del propio Augusto Malavé quien fue puesto preso. Pasa-
dos varios días fue visto cuando lo embarcaban en una goleta que lo trasladó por
las aguas del Lago de Maracaibo hacía un rumbo desconocido, puesto que no se
supo más nada de su persona (Garcés, 1996: entrevista). Mientras sucedía esto,
los trabajadores despedidos por la empresa también se vieron en la necesidad
de cambiarse su aspecto sico y sus nombres, para tratar de esa manera conse-
guir trabajo en otros campos petroleros, ya que los nombres de cada uno de ellos
estaban reseñados en lo que llamaban la “Lista Negra” la cual era transmida al
resto de las compañías asentadas en la región, con el propósito de evitar que estos
señores fuesen contratados por alguna de ellas. A parr de este hecho. Se puede
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decir entonces que los obreros de los campamentos petroleros dejaron marcada
una huella en la historia del movimiento obrero petrolero en Venezuela, por haber
sido escenario del primer gesto reivindicavo de este po a nivel nacional.
FUNDACIÓN DE LOS SINDICATOS DE OBREROS Y EMPLEADOS
PETROLEROS EN EL ZULIA
Parendo del año 1925 hasta llegar a 1936, en los campos petroleros se man-
tuvo la ola de rebeldía ante el patrón inhumano. Aún exisan una serie de factores
que movaron otros conictos laborales. Las condiciones estaban dadas para iniciar
los trámites que conllevaron a la creación de los sindicatos. “Los obreros petroleros,
luego de haber vencido los obstáculos que contribuyeron a su desarrollo y madurez
en estas luchas, logran fundar sus sindicatos en el año 1936”. (García, ob. cit).
A pesar de las medidas represivas policiales y los controles tomados por el fa-
llecido gobernante y que connuaron con el Presidente entrante, General Eleazar
López Contreras, para controlar la entrada de extranjeros con ideas comunista al
país, no pudieron evitar que estos señores se inltraran clandesnamente entre
los trabajadores petroleros, para ayudarlos en la fundación de sus sindicatos. En el
mes de enero de 1936, aprovechándose del cambio de gobierno, el pardo comu-
nista en la clandesnidad ordena a sus miembros acvos a organizar a los obreros
petroleros en todo el Estado Zulia, con el n de planicar y crear los sindicatos
petroleros. De esta manera, la inuencia marxista predominó en la fase formal,
por medio de su doctrina y literatura en la constución de todos los sindicatos que
se fueron creando en las poblaciones petroleras del Zulia: Maracaibo, Cabimas,
Lagunillas, Mene Grande, San Lorenzo, Bachaquero, etc. (Salazar, 2001:19).
Los sindicatos se constuyeron en esa época en medio de la resistencia con-
tra las polícas laborales agresivas y represivas de las compañías petroleras, pero
principalmente en lo que se refería a la cuesón de los salarios y las jornadas de
trabajo. De esta manera, se convireron en los ejes de la organización de la clase
obrera petrolera.
Es importante destacar, que para la década de los años 30, del pasado siglo
XX, ya se notaba dentro de nuestra políca nacional del trabajo una inuencia
losóco-económica de origen marxista, sobre todo en lo concerniente a la teoría
de luchas de clases. Esa losoa, estaba inltrándose y era adoptada por nuestras
sociedades obreras a través de un adoctrinamiento basado en información obte-
nida de segunda, de tercera y hasta de cuarta mano, por lo que la mayoría de las
personas que sostenían o apoyaban dicha teoría lo hacían en ese entonces sin un
conocimiento pleno de su origen, de un modo vago y diluido (New York Times,
1941:1). Esta realidad, se pudo observar en algunos documentos de la época don-
de los obreros manifestaban que su lucha era más que todo de orden social y eco-
nómico, por lo tanto no querían aceptar que esta se polizara (Salazar, ob. Cit.: 31).
LA GRAN HUELGA PETROLERA DE 1936-1937
Con la creación de los sindicatos petroleros, los trabajadores comenzaron a
organizar una huelga general en la industria petrolera. Este conicto que ya era
a nivel nacional, se constuyó en una gran lucha por las reivindicaciones econó-
micas y sociales, el rescate de la idendad nacional y para acabar de una vez por
todas con el fantasma de la dictadura gomecista, soportada durante 27 años.
Los trabajadores petróleos tenían sobrados movos para luchar contra el cri-
minal desposmo, que quería mantener el nuevo gobierno. La razón esencial de
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este conicto se debió en gran parte a los hechos ocurridos en el campo de Mene
Grande, el día 24 de junio de 1936, cuando en el cine “San Felipe” de la localidad,
se llevaba a cabo una asamblea sindical, que decreun paro conocido como la
huelga de junio, en contra de una rechazada “Ley de Defensa Social”, creada con
el único propósito de frenar todas las manifestaciones populares. La referida Ley
fue introducida al Congreso Nacional por un grupo de adictos al gobierno y su
tulo real era Ley para Garanzar el Orden Público y el Ejercicio de los Derechos
Individuales”. El comando o dirección de la mencionada huelga estaba centrali-
zado en la población de Mene Grande, pero el sindicato de San Lorenzo acató sus
directrices, dándole un apoyo total e incondicional al movimiento. Al atardecer
una de las autoridades policiales que se encontraban bajo la inuencia alcohólica
irrumpió de manera violenta y ordenó a su tropa asaltar la asamblea sindical que
se celebraba en el referido cine. El fuego cerrado de fusilería tronó en el recinto
que estaba para el momento totalmente lleno de trabajadores, lo que trajo como
consecuencia que lamentablemente murieran asesinados algunos obreros., que
pasaron a ser los primeros márres de las luchas obreras petroleras en Venezue-
la.
Tan deplorable hecho, dio pie a que los trabajadores organizados llegaran a la
heroica huelga petrolera de 1936-1937, que se mantuvo por 45 días, corriendo
los trabajadores el riesgo de que si se perdía el movimiento de masas se irían
todos los logros anteriores al suelo, pero si se ganaba, el movimiento popular
recibiría nuevos impulsos para recuperar su angua fuerza y poder enfrentarse
de esa manera a las pretensiones del nuevo gobierno.
Inspirados en sus márres y movados por la emoción efervescente del mo-
vimiento sindical y las medidas represivas puestas en prácca por el gobierno de
López Contreras, los dirigentes obreros decidieron reunirse en el mes de agosto
de 1936, en el campo de San Lorenzo, con el propósito de discur la creación de
un organismo que uniera a todos los sindicatos petroleros existentes en todo el
país. Todos los dirigentes estuvieron de acuerdo con la idea. Esto permió que se
constuyera lo que se llamó la “Unión Sindical Petrolera (U.S.P.)” (García, ob.cit:
18). De la conformación de este organismo surgió un pliego de peciones que
contenía las cláusulas siguientes:
Aumento de sueldo con un salario mínimo de 10,oo bolívares diarios.
Reconocimiento de los sindicatos como defensa de los trabajadores y a su Jefe
de Reclamos.
Reenganche de los trabajadores despedidos en la huelga anterior.
Suministro de agua potable y hielo.
Servicios médicos y medicinas.
Suministro de vivienda para todos los trabajadores.
Pago de los salarios retenidos por parcipación en la huelga.
Jornada de trabajo de 8 horas diarias.
Trato decente por los jefes y caporales.
Al inicio de la discusión del pliego de peciones, las compañías en forma desca-
rada apenas si ofrecían el hielo, porque el agua según la gerencia, debían tomarla
bien sea de las calderas o del lago. Esta actud tan inhumana indignó aún más a los
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trabajadores y lógicamente esto impidió llegar a un entendimiento entre ambas
partes (Nehru, ob.cit.:256).
La cerrada intransigencia, el descaro y la arrogancia patronal, así como también
la complicidad maniesta de las autoridades gubernamentales obligó a los traba-
jadores a girar instrucciones precisas de preparación de la huelga y resolvieron
introducir los pliegos pero ya con carácter conicvo. Fue así como se dio el grito
de huelga el 14 de diciembre de 1936. Todos los trabajadores petroleros del Zulia y
Falcón pararon totalmente la industria petrolera llenos de entusiasmo, ocupando
cada uno de los sindicatos sus puestos de combate.
La huelga marchó muy organizada a pesar que las condiciones ambientales y
sanitarias existentes en los refugios de los trabajadores eran deplorables. El pro-
blema de la alimentación para ellos y sus familiares se resolvió gracias a la organi-
zación de un comité de abastecimiento que cumplió con su función a cabalidad.
“Fueron muchas las personas que colaboraron de una u otra manera. En ese sen-
do, los agricultores facilitaron todo po de culvos, igual lo hicieron los pescado-
res. Todo po de ayuda llegaba a los sindicatos y a los refugios” (Severeyn, ídem”).
Esta forma de organizarse fue lo que permió que la huelga trascurriera discipli-
nadamente y cada trabajador cumplió con los deberes que les fueron asignados.
Algunos sindicalistas supuestamente eran los que comandaban la huelga pero
estratégicamente la huelga era dirigida secretamente por la direcva tular. De
esta manera aparentaban estar desligados totalmente de sus responsabilidades,
pero esto era con el propósito de evitar que les aplicaran cargos según la triste-
mente famosa “Ley para Garanzar el Orden Público”, evitando de esta manera
que el conicto quedara sin los cerebros que la dirigían. “La huelga concluyó a raíz
de un decreto dictado el 22 de enero de 1937, por el Ejecuvo Nacional, donde se
ordenaba el reingreso al trabajo o de lo contrario serían aplicadas fuertes sancio-
nes. Según el decreto se les concedía el aumento de un bolívar a los trabajadores
que ganaban de 7 a 9 bolívares diarios. Los trabajadores que no tenían vivienda
también obtuvieron un bolívar de aumento adicional. La empresa quedaba obliga-
da a dotar de agua fría a los centros de trabajo y a los marinos. Las mismas reivin-
dicaciones fueron logradas para los ayudantes de cocina que ganaban un salario
de 100 bolívares mensuales” (Nehru, ídem).
Los dirigentes del conicto decidieron acatar a duras penas el decreto, pero
bajo una fuerte y enérgica protesta pública, ordenando de inmediato un repliegue
de fuerzas con el n de evitar el desmoronamiento de las organizaciones de masas
y así poder conservar muy en alto la moral combava para futuras jornadas de
lucha proletaria. Las medidas que tomaron estos dirigentes del conicto fueron
las más acertadas y el empo les dio la razón, puesto que para el momento del
decreto las condiciones no estaban dadas para converr el movimiento de corte
económico y social al orden de lo políco, en el caso de que hubiesen decidido
oponerse al referido decreto. Sin embargo, se puede decir que la huelga de 1936-
1937 fue un éxito si se toman en cuenta los aspectos siguientes:
1. Fue la huelga petrolera de mayor duración, importancia y cohesión que haya
tenido el movimiento obrero venezolano hasta el presente.
2. Se destacaron y se formaron una candad considerable de dirigentes natos.
3. Los trabajadores legaron a las generaciones futuras el derecho a huelga y a crear
organismos de po gremial y políco.
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4. Se logró que por primera vez los trabajadores petroleros pudieron rmar un con-
trato con las compañías petroleras.
5. Como consecuencia de este conicto surgieron una serie de cambios en el orden
de lo económico, lo políco, lo social, y lo laboral en la región zuliana y en toda
Venezuela.
6. Las consecuencias en general de sus acciones, de sus actudes y de su senr
democráco y nacionalista se pueden palpar actualmente en muchos aspectos
de la codianidad del venezolano.
7. Se destacó la resistencia ofrecida por los trabajadores, su bien planicada orga-
nización y el elevado espíritu de unión y hermandad.
8. Quedó maniesto un gran deseo de superar una época de maltratos e injuscias
por parte de los dirigentes de las compañías petroleras y del mismo gobierno, lo
cual era una constante en sus vidas.
9. Las empresas petroleras se vieron obligadas a darle un cambio radical a su polí-
ca laboral.
10. Se da inicio a la construcción de viviendas dignas para el trabajador petrolero,
además de instalaciones educavas, de servicios médicos, deporvas, centros
culturales y clubes sociales y deporvos.
11. Por último, se puede decir, que a parr de estos hechos, fue cuando los trabaja-
dores se pudieron incorporar a la vida acva del quehacer diario de la nación y
se echaron las bases del régimen democráco, que a pesar de sus muchas fallas,
aún existe en nuestro sistema de gobierno
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