CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Gabriel Andrade
Los protocolos de los sabios de Sion. Un texto que se niega a morir. PP: 183-180
ISSN 2660-9037187
En EE.UU.,
Los protocolos de los sabios de Sion
tuvieron también una difusión especial. Hen-
ry Ford, el famoso empresario y diseñador de automóviles, creó un periódico, el
Dearborn in-
dependent.
En el libro, se publicaban constantemente artículos antisemitas, y eventualmente,
Ford fue publicando
Los protocolos de los sabios de Sion
en fragmentos10. Luego, hizo una edi-
ción con un considerable número de ejemplares, y Ford se encargó de entregar gratuitamente
un volumen a todo aquel que comprase sus automóviles.
Ha habido muchas investigaciones periodísticas y documentales que demuestran la fal-
sedad del libro. En Suiza, en 1933, hubo un juicio legal que dictaminó que
Los protocolos de
los sabios de Sion
no son auténticos11. Eso no ha impedido que hoy siga siendo un libro muy
popular. En los países árabes, se sigue asumiendo su veracidad. Nasser, el dictador egipcio,
continuamente hacía referencia al libro12, y en su país, hace algunos años hubo una serie te-
levisiva dramatizando las reuniones de los sabios de Sion13.
En Occidente, los conspiranoicos tratan de ser un poco más racionales. Ellos admiten que
Los protocolos de los sabios de Sion
no son realmente las actas de un congreso judío secreto
a inicios del siglo XX. Pero, tal como el conspiranoico racista David Duke explica, un texto no
necesita ser literalmente verdadero, para expresar cosas más profundas. Así lo explica Duke:
“es irrelevante si el texto original de
Los protocolos
fue escrito por agentes zaristas o no. De he-
cho, como señalo, son en realidad una obra de ‘cción’ con gran poder predictivo— lo mismo
que 1984 de George Orwell, o Un mundo feliz de Aldous Huxley”14.
Según Duke,
Los protocolos de los sabios de Sion
son falsos en el sentido de que nunca hubo
una reunión secreta de judíos tal como se describe en el libro; pero no son falsos en todo
sentido, pues sí existe una elite internacional judía que está haciendo cumplir muchas de las
acciones propuestas en el libro. De hecho, cuando se hizo muy evidente que
Los protocolos de
los sabios de Sion
no eran reales, Henry Ford pidió disculpas a los judíos, pero siguió insistien-
do en que ellos planicaban la dominación del mundo.
Más colorida es la teoría conspiranoica de David Icke. Según él,
Los protocolos de los sabios
de Sion
son obra de algún judío que deliberadamente la plagió de textos anteriores, buscando
desprestigiar a todo aquel que criticase a los judíos15. Así pues, el texto en cuestión cierta-
mente es un fraude, pero es también una táctica deliberada para hacer creer que no existe
10 Robert Singerman, “The American Career of the” Protocols of the Elders of Zion”,”
American Jewish History
71, no. 1 (1981): 48–78.
11 Laura Ymayo Tartako, “Synagogues, Cemeteries, and Frontiers: Anti-Semitism in Switzerland,”
Society
54 (2017): 56–63.
12 Michael Sharno,
Defining the Enemy as Israel, Zionist, Neo-Nazi Or Jewish: The Propaganda War in Nasser’s Egypt, 1952-196
7
(Vidal Sassoon Internat. Center for the Study of Antisemitism, 2012).
13 Esther Webman, “Adoption of the Protocols in the Arab Discourse on the Arab− Israeli Conflict, Zionism, and the Jews,” in
The Global Impact of the Protocols of the Elders of Zion
(Routledge, 2012), 187–207.
14 David Duke, “Help Us Publish This Incredible New Book! & Watch New Video: The Illustrated Protocols!,” June 3, 2014,
https://davidduke.com/illustrated-protocols-zion/.
15 Daniel Allington and Tanvi Joshi, “‘What Others Dare Not Say’: An Antisemitic Conspiracy Fantasy and Its YouTube Audien-
ce,”
Journal of Contemporary Antisemitism
3, no. 1 (2020): 35–54.