ISSN 2660-9037189
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 190-203. Provincia de Pontevedra - España
Servio Tulio Baralt: una vida entre la gloria y la
tragedia
Servio Tulio Baralt: a life between glory and tragedy
Carmelo Raydan*
En febrero de 1915 muere en Caracas, en la cárcel de La Rotunda, como prisionero político
del régimen gomecista, Servio Tulio Baralt Faria, fotógrafo y cineasta maracaibero de mucho
prestigio en su momento y amplia obra realizada; quien paradójicamente es muy poco cono-
cido en la Venezuela de hoy, siendo mencionado mínimamente dentro de la historia de las dos
disciplinas grácas que ejecuto. A poco más de un siglo de su desaparición física, vamos a
colocar un grano de arena, en función de comenzar a hacerle el reconocimiento que aún no
ha recibido y que nosotros no dudamos en considerar que merece.
Nuestro hombre nace en Maracaibo el 11 de abril de 1876, hijo de Ignacio Baralt Echeto y Clo-
tilde Faria1; perteneciendo la familia a la elite social de la ciudad, que proviene de los tiempos de la
colonia. Sobre los estudios que realizo, tuvimos acceso a tres documentos que nos proporcionaron
sus propios descendientes: el primero, con fecha 14 de Julio de 1889, emitido por el colegio Sagra-
do Corazón de Jesús, probablemente de la ciudad de Maracaibo, certica que aprobó de manera
sobresaliente el curso de aritmética básica; el segundo, manuscrito por el vice-rector de la Univer-
sidad de los Andes, en la ciudad de Mérida, el 16 de Septiembre de mismo año ya mencionado
de 1889, informa que el joven Baralt”, con tan solo 14 años de edad , se matriculo para recibir las
clases correspondientes al primer año de Latín; y el tercer comprobante académico, nuevamente
escrito por el vice-rector de la señalada casa de estudios y fechado al año siguiente, el 20 de Agos-
to de 1890, informa que termino con calicación destacada la cátedra en cuestión2. No teniendo
nosotros conocimiento si continúo o no sus estudios universitarios y que grado académico obtuvo,
información que habrá que buscar en futuras investigaciones en los archivos de la ULA.
En el ámbito de las relaciones familiares, con Servio Tulio Baralt se nos presenta una situa-
ción muy particular, estaba vinculado con varios de los principales fotógrafos de Maracaibo.
Era primo hermano de Nemesio Baralt, hasta donde se sabe el primer fotógrafo profesional de
nuestra urbe del lago, ya que los progenitores de ambos eran hermanos de padre y madre3; primo
1 Acta de nacimiento de Servio Tulio Baralt Faria. Archivo de la Alcaldía de Maracaibo. Expedientes Matrimoniales. Año
1898. Tomo 104. Legajo 18.
2 Documentos manuscritos pertenecientes a Rafael José Baralt, nieto de Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoá-
tegui. 2006.
3 Kurt Nagel. “La Familia Baralt de Maracaibo y otras Alianzas”. Banco Occidental de Descuento. Maracaibo. 2011. Página 51.
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
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segundo de Julio Cesar Soto, importante fotógrafo y cineasta maracaibero de entre nales del
siglo XIX y comienzos del XX, debido a que este era hijo extramatrimonial de Nemesio4; también
primo segundo de Arturo Lares Baralt, posiblemente el más importante fotógrafo de la capital
zuliana del siglo XIX, por causa de que la madre de este y su abuelo era hermanos de padre y
madre5; y yerno de Juan Bautista Maggiolo, destacado fotógrafo de la ciudad durante las últimas
décadas del siglo XIX, ya que en primeras nupcias se casó con la hija de él, Edilia Maggiolo6.
Las notas periodísticas de esa época relacionadas con nuestro investigado que logramos
ubicar abarcan 10 años, los cuales van desde 1905 hasta 1915; conteniendo en nuestra opi-
nión las informaciones más relevantes, las que se encuentra en los siguientes voceros: de
Maracaibo, en “El Fonógrafodel 27 de Junio de 1905, en “La Guitarradel 22 de Marzo de
1906, en “El Fonógrafodel 6 de Septiembre de 1906, del 24 de Septiembre 1908, del 17 de
Octubre y del 15 de Diciembre de 1911; de Caracas, en “La Bandera Española” del 30 de Junio
de 1908, en “El Constitucional” del 17 de Julio de 1908, en “El Tiempo” del 20 de Septiembre y
del 12 de Octubre de 1911; y de Valencia, en “El Cronista” del 13 de Agosto y del 2 de Octubre
de 1908. A esto hay que sumarle las no pocas informaciones que se encuentra en la revista
quincenal caraqueña “El Cojo Ilustrado” a partir del año 1911, cuando Servio Tulio se convierte
en uno de los principales fotógrafos de ese vocero impreso; destacando por su contenido los
ejemplares del 15 de marzo de 1911, donde se reseña el premio que obtuvo en Paris y el del 1
de marzo de 1915, donde en un muy pequeño obituario se informa sobre su muerte.
En Junio de 1905 anuncia en Maracaibo la inauguración de su taller fotográco, localizado en
la calle Carabobo, esquina con Urdaneta, a una cuadra de la Plaza Bolívar, y cuadra y media de la
galería de las hermanos Trujillo Duran, que posiblemente son para ese momento sus principales
competidores en el ocio; allí ofrece diversos tipos de trabajos, con la especialidad del retrato de
estudio en formato tarjeta postal iluminado y salpicado con brillantina7; establecimiento que para
Marzo de 1906 se mantiene en la misma dirección y ofrece los mismos servicios8. Parte para Cara-
cas en una fecha no determinada y luego de una corta estadía en esa ciudad, retorna a Maracaibo
en septiembre de ese mismo año de 1906, momento en el que avisa por la prensa que reabre su
taller por breve lapso, ya que ha decidido trasladarse denitivamente a la capital del país9.
Para 1907 ya se encuentra establecido en Caracas y dedicado a hacer fotografía y cine.
Con relación al segundo ocio, funda en asociación con su hermano Ignacio Baralt y con Ma-
nuel Delhom la empresa “Baralt y Compañía”, con la que realiza al menos tres cortometrajes
documentales, los cuales se exhiben, que se sepa, en Caracas y Valencia, los nombres de
estas cintas son: “Carrera de Caballos en el Hipódromo”, que muestra lo que indica el títu-
4 Testimonio oral de Consuelo y Rosaura Sánchez, bisnietas de Julio Cesar Soto. Maracaibo. Estado Zulia. 2010.
5 Kurt Nagel. OB CITT. Páginas 40 a 42.
6 IBID. Página 62.
7 Diario “El Fonógrafo, del 27 de junio de 1905. Maracaibo.
8 Diario “La Guitarra, del 22 de marzo de 1906. Maracaibo.
9 Diario “El Fonógrafo, del 6 de septiembre de 1906.
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lo; “5 de Julio, Película Criolla”, que trata sobre un paseo por Caracas en el mencionado día
mostrando los actos ociales conmemorativos; y “Las Trincheras-Valencia”, que presenta una
visita del presidente Cipriano Castro a las dos localidades mencionadas; también hay noticia
de un cuarto lm titulado “Cazadores en Catuche”, que aunque no queda claro en la nota de
prensa si fue producido por la Empresa Baralt o solamente exhibido por esta, lo más probable
es que sea una creación de ellos; no conservándose en la actualidad, hasta donde tenemos
conocimiento, ninguna de estas producciones10.(10) Veamos un comentario que se publicó
en el periódico caraqueño “La Bandera Española” del día 30 de Junio de 1908, con motivo de
la película “Carrera de Caballos en el Hipódromo”.
Teatro Caracas
“Cada noche que trabaja el cinematógrafo de los señores “Baralt
y Compañía” en este coliseo, es un verdadero éxito el que alcanza.
Las películas locales que exhibe son de todo punto interesantes.
La de carrera de caballos en el hipódromo, superiorísima, no puede
pedirse más”.
Y ese mismo año de 1908, en septiembre, obtiene el primero de cuatro premios en fotogra-
fía que le son otorgados, uno nacional y tres europeos; logros sin lugar a dudas destacados,
que sin embargo no solo los está alcanzando el en la Caracas de esos años iniciales del siglo
XX, pues su colega y principal competidor, Pedro Ignacio Manrique, los estaba obteniendo
muy similares. El inicial de estos lauros lo conquista en el Bazar de Caridad, en Caracas, donde
le conceden primer premio con medalla de oro “por sus trabajos fotográcos”11. Pasan poco
más de dos años, y en febrero de 1911, obtiene en la Exposición Internacional de Paris, el gran
premio con medalla de oro y diploma; pudiéndose observar tanto la imagen ganadora como el
diploma en el ejemplar del 15 de marzo de 1911 de “El Cojo Ilustrado”. Trascurren apenas ocho
meses y en octubre de ese mismo año de 1911 obtiene en Londres otro triunfo fotográco,
hecho sobre el que nos informa el periódico caraqueño “El Tiempoy en Maracaibo se hace eco
“El Fonógrafo12. Finalmente, en diciembre, apenas a dos meses del logro anterior, es premiado
en Roma; veamos la nota que al respecto público “El Fonógrafo” del 15 de diciembre de 1911.
Repetidos triunfos
“Nuestro estimado amigo el señor Servio Tulio Baralt, ha obtenido
el diploma del gran premio de la exposición Riunite de Roma, 1911.
Con este son tres grandes premios ganados por el coterráneo, que
tan alto sabe poner el nombre del Zulia en el exterior. Por ello lo
felicitamos calurosamente”.
10 Varios Autores. “Filmografía Venezolana, 1897-1938”. Fundación Cinemateca Nacional. Caracas. 1997. Páginas 14 y 15.
11 Diario “El Fonógrafo”, del 24 de Septiembre de 1908. Maracaibo.
12 Diario “El Fonógrafo”, del 17 de Octubre de 1911. Maracaibo.
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Para Septiembre de 1911 su establecimiento fotográco se halla entre las esquinas de
Madrices y Marrón, local número 35, a menos de dos cuadras de la Plaza Bolívar, informán-
donos la publicidad del taller que este fue construido siguiendo los planos del estudio pari-
sino del afamado profesor Rentlinger13; sitio que será visitado por gran parte de la clase alta
capitalina de ese momento, para requerir sus servicios como retratista de estudio, como lo
demuestra la no pequeña cantidad de obras salidas de sus manos, que aún se conservan en
poder de algunas familias, de coleccionistas, y de varias instituciones privadas del ámbito
de la cultura, en la ciudad de Caracas. No pudiendo nosotros precisar desde que momento
labora en la mencionada ubicación urbana.
Con respecto al trabajo que Servio Tulio Baralt llevo a cabo para “El Cojo Ilustrado”, pode-
mos decir que las primeras imágenes que publico en ese órgano periódico fueron tres gra-
cas del manicomio de Maracaibo, las cuales vieron la luz pública en el ejemplar número 347
del 1 de Junio de 1906, mientras que la ultima es un retrato de la señorita Cecilia Díaz Paul,
que se presentó en la edición número 511 del 1 de Abril de 1913; siendo sus años de mayor
actividad en la revista 1911 y 1912, cuando es uno de sus principales trabajadores grácos
y publico allí cientos de imágenes. Sobre los géneros que ejecuto durante sus años de activi-
dad en el quincenario caraqueño, determinamos que fueron cuatro: el primero de estos es el
retrato en estudio, el cual a su vez lo desarrollo en cuatro modalidades, de niños, de damas
jóvenes, de personajes prominentes y de actores interpretando escenas particulares, donde
lo importante no es la persona retratada sino la actuación que está representando; en segun-
do lugar, tenemos ceremonias ociales del gobierno gomecista, correspondiendo muchas de
estas a los festejos del centenario de la independencia nacional; en tercer lugar, encontramos
ambientes urbanos caraqueños en sus labores cotidianas; y por último, imágenes de edica-
ciones públicas de asistencia social en actividad.
Y da comienzo, en algún momento no ubicado por nosotros, lo que será la última aventura
profesional del creador maracaibero. Con motivo de la conmemoración en el país de la prime-
ra centuria de los hechos ocurridos el 19 de abril de 1810 y del 5 de julio de 1811, que dieron
inicio a nuestra gesta independentista, el gobierno de Juan Vicente Gómez lo contrata para la
realización de una serie de fotografías que muestren monumentos históricos y edicaciones
gubernamentales destacadas, de la ciudad de Caracas y otros sitios del centro del país, dán-
dosele por nombre al conjunto graco encargado Álbum del Centenario”. Es de suponer que
por lo amplio del encargo, la empresa le ocupo a nuestro fotógrafo varios meses de trabajo,
pero no tenemos la certeza de que lo haya llevado hasta el punto por el deseado, porque los
sucesos dramáticos que le acontecieron durante ese periodo de su vida, nos inducen a pen-
sar que posiblemente el proyecto fue cancelado antes de su nalización; y muy relacionado
con este conjunto de circunstancias que se presentaron, el trabajo hecho nunca tuvo ningún
uso por quien lo ordeno, desde que fue entregada la obra hasta el día de hoy, esta descansan
afortunadamente a buen recaudo, pero olvidada y desconocida.
13 Diario “El Tiempo”, del 20 de septiembre de 1911. Caracas.
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Con relación a la situación actual (año 2023) de ese muy importante conjunto de fotogra-
fías, hasta donde nosotros hemos logrado conocer, en Caracas se conservan dos juegos de
imágenes originales del mencionado álbum. Uno está en la Ocina del Cronista de la ciudad,
en su portafolio original de más de cien años, en un estado de conservación de mediano de-
terioro, el cual no está a disposición del público. Y el otro se encuentra en el Archivo Audio-Vi-
sual de la Biblioteca Nacional, en dos álbumes con tapas de madera de confección reciente,
hallándose este segundo conjunto en mejores condiciones de preservación que el de la oci-
na del cronista y siendo posible su revisión por cualquier persona que así lo desee. El primer
grupo están conformados por 49 fotografías, de tamaño 25 por 34 centímetros, faltando una
de su hoja de resguardo, que en algún momento fue sustraída y que debe ser localizada y
restituida; estas se encuentran adheridas a una cartulina algo mayor, que genera un borde de
varios centímetros en torno a las imágenes, estando identicado el motivo documentado con
su nombre en la parte inferior-central del folio. El segundo grupo, el de la Biblioteca Nacional,
está constituido por 67 gracas del mismo tamaño y montadas en el mismo tipo de cartuli-
nas que las de la Ocina del Cronista, pero hay 17 copias fotográcas repetidas, lo que nos
da un total de 50 sitios registrados, es decir, una imagen más que en el primer archivo, donde
falta una. Ambos conjuntos contienen las mismas imágenes, siendo la primera de estas un
retrato de Juan Vicente Gómez, presidente de la nación para ese momento y quien encargo
la realización del álbum, luego tenemos 47 gracas caraqueñas de instituciones públicas y
monumento históricos, habiendo también tres fotografías de la población de Puerto Cabello,
dos de actividades navieras y una de una plaza pública.
Llegados a este punto es necesario expresar cuatro ideas con relación al Álbum del Cen-
tenario”. Primera, seria de valor indagar en ambas instituciones mencionadas, como fueron las
circunstancias de la adquisición de los conjuntos grácos en cuestión y cuánto tiempo tienen
guardados en cada una de ellas; asunto del que no nos ocupamos en la presente pesquisa.
Segunda, no es del todo descartable que puedan existir más juegos de copias fotográcas de
dicha compilación, en manos de otras instituciones públicas o entes privados. Tercera, es per-
tinente mencionar que todas las fotografías fueron hechas con una estética positivista, debido
a ser esa la corriente losóca que para esa época prevalecía en las elites gobernantes en toda
Latinoamérica y también a la circunstancia innegable de que el trabajo fue encargado desde el
poder político, siendo uno de sus objetivos la promoción del régimen gomecista; realidad que no
le quita valor a la obra como importante documento gráco de la Caracas de esos años. Y, por
último, señalar que en ninguno de los dos acopios grácos se menciona el nombre de Baralt, sin
embargo, su autoría para nosotros no tiene dudas por dos motivos, primeramente, por la rme
tradición oral que así lo señala entre sus familiares y los trabajadores de las dos instituciones
donde se resguarda ese legado, y en segundo lugar, debido al hecho comprobable de que varias
de ellas fueron publicadas durante esos años por “El Cojo Ilustrado”, con el nombre de su autor.
Volvamos con los datos biográcos de nuestro creador de imágenes. Luego de su última
fotografía publicada por “El Cojo Ilustrado”, en la edición del 1 de abril de 1913, no encontra-
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mos más informaciones sobre el hasta la que nos proporciona nuevamente la misma revista,
en su número del 1 de marzo de 1915, cuando en un muy pequeño texto nos comunica su
muerte. Por otro lado, de fuente oral que provienen de su propia familia, se nos señala que
murió preso en febrero de 1915, posiblemente asesinado, siendo un recluso político en la cár-
cel La Rotunda, en Caracas14. Tenia para ese momento la edad de 39 años y le pudo dedicar
a la creación gráca tan solo ocho años. Este dramático e inesperado acontecimiento nos
plantea la siguiente pregunta. ¿Qué actividad estaba llevando a cabo que lo hizo destinatario
de semejante destino? A nosotros se nos ocurre plantea la hipótesis de una posible relación
cercana entre nuestro fotógrafo y el derrocado Presidente Cipriano Castro, quien para estos
años que estamos tratando se hallaba en las islas del Caribe, imposibilitado de entrar al país,
y vigilado por agentes del gobierno gomecista15;(15) un indicio que nos lleva a esa conjetura
son los dos cortos cinematográcos publicitarios de su gestión, que Servio Tulio le realizo a
Castro en 1908, uno, sobre los festejos ociales del 5 de Julio de ese año, y el otro, con mo-
tivo de la visita de este a las localidades de Valencia y Las Trincheras, ambos llevados a cabo
pocos meses antes de ser destituido por su vicepresidente y compadre Juan Vicente Gómez,
en diciembre de 1908, aprovechando la ausencia de Castro en Venezuela, quien por razones
médicas se hallaba en ese momento en Alemania16.(16)
Ahora bien, independientemente de cual fuera la causa de los trágicos sucesos que le cos-
taron la vida a nuestro investigado, no es difícil llegar a la conclusión que el principal motivo
que explica su actual desconocimiento como fotógrafo, cineasta y gura histórica integral, es
el hecho de haber pasado los últimos años de su vida y haber muerto siendo un proscrito, el
cual según los intereses de la dictadura gomecista debía ser borrado de la memoria nacional.
Finalmente, antes de terminar este corto ensayo, nos sentimos en la obligación de invitar
a los estudiosos de nuestro pasado, a ocuparse de un actor social como Servio Tulio Baralt
Faria, quien a más de cien años de su muerte en manos de un régimen oprobioso y casi no-
venta de la desaparición de dicha dictadura, aún se halla en el olvido al que esta lo condeno.
En el presente momento de la historia política venezolana, cuando con razón está siendo
reexaminado todo lo que se nos contó sobre los acontecimientos pretéritos de nuestro país
y del mundo, es de mucha pertinencia hacer visible a este creador y colocarlo en el lugar que
con justicia le corresponda.
14 Testimonio oral de Rafael José Baralt, nieto de Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoátegui. 2006.
15 Siso Martínez. “Historia de Venezuela”. Editorial Yocoima. Ciudad de México. 1968. Pagina 649.
16 Siso Martínez. “Historia de Venezuela”. Editorial Yocoima. Ciudad de México. 1968. Página 648.