Clío:
Revista de Historia, Ciencias Humanas y Pensamiento Crítico; es un órgano de difu-
sión periódica de investigaciones arbitradas de alcance internacional, adscrita a Ediciones
Clío, La Academia de Historia del Estado Zulia y al Centro Zuliano de Investigaciones Ge-
nealógicas. Su objetivo es difundir investigaciones y reexiones que se hacen desde las
Ciencias Humanas abordando problemáticas sociales desde distintas áreas del estudio
como la Historia, Filosofía, Educación y Pedagogía, Ciencias Políticas, Antropología, Socio-
logía entre otras ciencias humanas; siempre bajo una perspectiva crítica. Su naturaleza
es interdisciplinaria de manera que aparte de publicar artículos cientícos; permite la in-
corporación de otras secciones o apartados dentro de su contenido para conferencias,
ensayos, entrevistas, escritos sobre arte y artistas, textos de carácter histórico, jurídico,
acuerdos, declaraciones, reseñas de libros y medios audiovisuales; entre otros.
Su publicación es semestral; cada número está conformado por artículos sobre temas en
cada una de las áreas de sus competencias. La revista tiene como compromiso ofrecer un
puente de comunicación entre los diferentes enfoques y propuestas de investigación en el
sentido de generar un debate ante las complejidades del saber y el hacer social entre las
ciencias humanas, permitiendo las críticas necesarias pues consideramos que la ciencia
tiene que ser constantemente interpelada ya que su naturaleza no es estática, sino que
está en continuo movimiento.
Año 3. Nro 6. Junio-Diciembre 2023
ISSN:
2660-9037
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tir, copiar, distribuir, ejecutar y comunicar públicamente. Todo el contenido de la revista
será de libre acceso, distribuido bajo la licencia Creative Commons (BY-NC-SA)
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ISSN 2660-9037
Director
Dr. Jorge F. Vidovic
Miembro honorario de la Academia de Historia
del estado Zulia. Maracaibo-Venzuela.
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Editores Asociados
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Universidad del Zulia. Universidad Nacional Expe-
rimental Rafael María Baralt., Venezuela.
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Equipo Asesor
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Universidad del Zulia. Cronista del municipio
Maracaibo. Miembro de número de la Academia
de Historia del Estado Zulia, Venezuela.
ORCID 0000-0002-3231-9214
Dr. Ángel Rafael Lombardi Boscán
Universidad del Zulia, Venezuela.
Director del Centro de Estudios Históricos
de LUZ.
ORCID 0000-0001-6273-1990
ISSN 2660-90373
Sumario
PRESENTACIÓN
La visión lineal del tiempo en la investigación histórica
The linear view of time in historical research
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
7-13
ARTÍCULOS
Las unidades de producción artesanal en Venezuela durante el periodo
hispánico
The artisan production units in Venezuela colonial period
Luis Alberto Ramírez Méndez
17-45
La ciencia experimental, sus lectores y bibliotecas en la América colonial: La
circulación del libro cientíco en la provincia de Venezuela en el siglo XVIII
Experimental science, its readers and libraries in colonial America: The circulation of the scientic
book in the province of Venezuela in the 18th century
Rafael Balza García
46-74
La propiedad privada de la Hacienda “El Banco” Municipio Sucre, Estado
Zulia (1600-1830)
The private property of the Hacienda “El Banco” Sucre Municipality, Zulia State (1600-1830)
Edward García Chourio
75-88
The African American Population in The United States After the Abolition
of Slavery
La población afroamericana en Estados Unidos luego de la abolición de la esclavitud
Carlos Alberto Navarro Fuentes
89-98
Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Los músicos polacos y su contribución a la cul-
tura musical de Venezuela en el marco de la situación cultural de ambos países
The Maracaibo Symphony Orchestra. Polish Musicians and Their Contribution to the Musical
Culture of Venezuela within the Context of the Cultural Situation of Both Countries
Iwona Stoińska-Kairska
99-126
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 3-5. Provincia de Pontevedra - España
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Sumario. PP: 3-5
ISSN 2660-9037
Educación, fraternidad y sociedad. La evocación de Simón Rodríguez en
la narrativa y ensayística de Arturo Uslar Pietri
Education, Fraternity and Society. The Evocation of Simón Rodríguez in the Narrative and Essa-
ys of Arturo Uslar Pietri
Lino Latella-Calderón
127-139
Factores determinantes para el acceso a la educación superior en el Mu-
nicipio San Juan del Cesar-La Guajira desde la gestión pedagógica
Determining factors for access to higher education in the Municipality of San Juan del Cesar-La
Guajira from the pedagogical management
Julio Guillermo Otero Celedón,María Martha Daza Mejía, Yamelys Navarro Becerra
140-153
Political Power and Neocolonialism of Vaccines: The Exercise of the
Word and the Human Act
Poder Político y Neocolonialismo de las Vacunas: El Ejercicio de la Palabra y el Acto Humano
Camilo Andrés Vargas Machado, Salvador Cazzato Dávila
154-167
El Lago de Maracaibo: espacio vital aglutinador de la identidad regional zuliana
Lake Maracaibo: vital space that brings together the regional identity of Zulia
Angélica Arámbulo
168-180
ENSAYOS
Los protocolos de los sabios de Sion: Un texto que se niega a morir
The Protocols of the Elders of Zion: A text that refuses to die
Gabriel Andrade
183-188
Servio Tulio Baralt: una vida entre la gloria y la tragedia
Servio Tulio Baralt: a life between glory and tragedy
Carmelo Raydan
189-203
Pensando en la Educación desde la otra orilla
Thinking about Education from the other shore
Valmore Muñoz Arteaga
204-218
RESEÑAS
Pedro Páramo, de Juan Rulfo
Ángel Rafael Lombardi Boscán
221-222
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico.
Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Sumario. PP: 3-5
ISSN 2660-9037
Liderazgo político y conformación del estado democrático venezolano
(1945-1999), de Jorge Villasmil Espinoza
Moisés Flores
223-225
Sodomía en Indias. El homoerotismo en Iberoamérica durante el periodo
colonial, de Luis Alberto Ramírez Méndez
Jorge Fymark Vidovic López
226-229
NORMAS – GUIDELINES
230-234
235-240
ISSN 2660-90377
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 7-13. Provincia de Pontevedra - España
Presentación
La visión lineal del tiempo en la investigación
histórica
Julio César García Delgado*, Jorge F. Vidovic L.**
El positivismo es una corriente losóca que estableció el conocimiento cientíco como
la única forma válida de conocimiento, a través de la promoción de la observación empírica
y la experimentación como los métodos más adecuados para obtener información objetiva y
precisa. También cree en el progreso continuo de la ciencia y la importancia de la educación
cientíca para mejorar la sociedad. La inuencia del positivismo en los estudios históricos
posibilitó la instauración del método histórico con la visión lineal del tiempo que se utiliza
para estudiar lo que ha sucedido y ha sido documentado en las fuentes escritas, mediante
las cuales los historiadores reconstruyen el pasado y comprenden cómo ha evolucionado la
sociedad en diferentes épocas.
En ese aspecto, es preciso expresar que los estudios históricos son fundamentales para
la comprensión del pasado y la inuencia del mismo en el presente y permiten profundizar en
temas relevantes para la sociedad actual, entre los cuales se pueden mencionar, el racismo
y la distribución desigual de recursos, la discriminación, los patrones de actuación y numero-
sos otros tópicos que pueden se objetivos de la investigación del pasado. El método histórico
documental es utilizado por los historiadores para investigar y comprender el pasado. Se
basa en el análisis crítico de fuentes documentales como manuscritos, libros, periódicos y
fotografías, con el objetivo de reconstruir los eventos y procesos pasados. Este método es
fundamental para el trabajo de los investigadores y se consolidó durante el siglo XIX, en un
contexto en el que los preceptos positivistas dominaban las ciencias sociales.
En este contexto, se presentan los artículos de la Revista Clío, correspondientes al presen-
te número, los cuales abordan una variedad de temas y enfoques, pero tienen en común una
dimensión histórica. Con ese propósito, se propone en estas palabras explorar la inuencia del
positivismo en el método histórico documental, utilizado por los historiadores para investigar
y comprender el pasado a través del análisis crítico de fuentes documentales, en la cual se
explica la inuencia del positivismo en la historia, una corriente losóca que promueve la
* Msc. en Antropología, Mención: Antropología Social y Cultural (Universidad del Zulia). Candidato a Doctor en Educación
(Universidad Nacional Experimental “Rafael María Baralt”). Profesor de la Universidad Nacional Ex-perimental “Rafael Ma-
ría Baralt”, adscrito al departamento de Ciencias Sociales y al Centro de Investigaciones Educativas de la mencionada
institución. Miembro correspondiente de la Academia de Historia del estado Zulia. Correro-e: juliogarciad@gmail.com.
https://orcid.org/0000-0001-9213-2593
** Miembro honorario Academia de la Historia del estado Zulia – Venezuela. Orcid: https://orcid.org/0000-0001-8148-4403
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
La visión lineal del tiempo en la investigación histórica.. PP: 7-13
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observación empírica y la experimentación, como métodos para obtener información objetiva
y precisa. Además, se explora la concepción lineal del tiempo propia de occidente y su relación
con el desarrollo de la ciencia histórica. Al mismo tiempo, se presentan otros enfoques inter-
pretativos y subjetivos en la historia que complementan o cuestionan la perspectiva positivista.
Ciertamente, el positivismo ha inuido en la ciencia histórica en la forma en que se rea-
lizan los estudios dedignos; enfatizando la importancia de la investigación empírica y la
recopilación de datos concretos y objetivos, al tiempo que rechaza la especulación y la inter-
pretación subjetiva. Tal fue la inuencia del positivismo Los historiadores que han abrazado
la corriente positivista buscan analizar los hechos históricos de manera objetiva y precisa,
utilizando el método riguroso en la investigación y vericación, lo que implica recopilar datos
empíricos de archivos, documentos y otros registros históricos y analizarlos mediante mé-
todos cientícos. Sin embargo, hay otros enfoques interpretativos y subjetivos en la historia
que complementan o cuestionan la perspectiva positivista. Estos enfoques incluyen el histo-
ricismo, que se centra en el contexto y las circunstancias históricas; la hermenéutica, que se
enfoca en la interpretación del signicado de los eventos históricos; el postestructuralismo,
que cuestiona la idea de una verdad objetiva y la historia oral, que se basa en los testimonios
de personas que vivieron en determinados eventos históricos.
Estos enfoques han enriquecido y diversicado la investigación histórica, complementan-
do la perspectiva positivista. Sin embargo, también se ha criticado al positivismo por descui-
dar la subjetividad y la complejidad de los hechos históricos, y por su excesivo enfoque en los
datos cuantitativos. Entre los mismos se halla:
El historicismo, que sostiene que cada época histórica tiene su propia lógica, sus
propias formas de pensamiento y sus propios valores y por lo tanto, las acciones y
eventos pasados deben ser entendidos desde su propio contexto. En este sentido,
el historicismo enfatiza la importancia de la interpretación y la comprensión de las
mentalidades de las personas que vivieron en el pasado.
Otro enfoque interpretativo es el marxismo, que sostiene que las relaciones sociales
y económicas son las fuerzas motrices de la historia, y que la lucha de clases es la
clave para comprender los procesos históricos. En esta perspectiva, la historia se
entiende como una lucha constante por el poder y la propiedad, y se busca analizar
cómo las relaciones de producción y las estructuras económicas han evolucionado y
han inuido en la sociedad.
Otra corriente es la historia cultural, que se enfoca en la cultura y las formas de vida
de las sociedades del pasado e intenta entender cómo la cultura ha inuido en la so-
ciedad y cómo la sociedad ha inuido en la cultura. En este enfoque, la cultura es vista
como un producto social y es analizada en términos de su signicado y su impacto
en la vida cotidiana.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
La visión lineal del tiempo en la investigación histórica.. PP: 7-13
ISSN 2660-90379
Por último, existe la perspectiva postmodernista, que cuestiona la idea de una verdad
objetiva y universal y sostiene que la historia es inherentemente subjetiva y que las
interpretaciones del pasado están inuenciadas por los valores y las perspectivas del
historiador. En este sentido, la historia se entiende como una construcción social y
las narrativas históricas se analizan en términos de cómo han sido construidas y qué
intereses y valores subyacen en ellas.
La visión lineal del tiempo es otro concepto importante en historia. Se basa en la idea de
que el tiempo avanza de manera continua y unidireccional desde el pasado hacia el futuro.
Esta concepción implica que los eventos pasados son irreversibles y que el futuro es incierto.
se puede decir que la visión lineal del tiempo es un elemento propio de occidente. La concep-
ción lineal del tiempo se reere a la idea de que el tiempo avanza en una dirección única y
progresiva, desde un pasado que ya ha ocurrido hacia un futuro que aún no ha sucedido. Esta
visión del tiempo es característica de la cultura occidental y se ha desarrollado a lo largo de la
historia, especialmente en el contexto de la religión judeocristiana.
En la religión judeocristiana, la idea de la creación del mundo en un momento especíco
del pasado y la noción de un n del mundo futuro, impulsan la concepción lineal del tiempo.
Además, la losofía y la ciencia occidental también han adoptado este enfoque, considerando
el tiempo como una dimensión lineal y objetiva.
El desarrollo de la ciencia histórica —y, en consecuencia, del método histórico—ha estado
muy relacionado con la concepción lineal del tiempo propio de occidente. No es casual que
una de las ciencias que, en un principio acoge los preceptos positivistas durante el siglo XIX
sea, precisamente, la historia, no solo por el hecho de sumarse a la corriente, sino que esa
concepción lineal del tiempo, que se solapa con la noción de progreso, la cual caracteriza
tanto a la episteme occidental y buena parte de los fundamentos del positivismo. La concep-
ción lineal del tiempo en Occidente ha tenido importantes implicaciones en la forma en que
se aborda la historia:
Dirección del tiempo: La concepción lineal del tiempo en occidente se basa en la idea
de que el tiempo avanza en una dirección única, desde un pasado que ya ha ocurrido
hacia un futuro que aún no ha sucedido. En cambio, la visión cíclica del tiempo de
estas culturas no se preocupa tanto por la dirección del tiempo, sino por la repetición
de ciclos.
Signicado del pasado: En la concepción lineal del tiempo en occidente, el pasado es
algo que ya ha ocurrido y que no se puede cambiar. En cambio, en la visión cíclica del
tiempo de estas culturas, el pasado es algo que se repite y que puede ser reinterpre-
tado y reevaluado en cada ciclo.
Relación con los ciclos naturales: La visión cíclica del tiempo de estas culturas está
estrechamente vinculada a los ciclos naturales y cósmicos, como las fases de la luna
ISSN 2660-9037
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Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
La visión lineal del tiempo en la investigación histórica.. PP: 7-13
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y las estaciones del año. En cambio, la concepción lineal del tiempo en occidente
se basa más en la idea de un progreso lineal y en el control humano sobre el medio
ambiente.
Relación con lo divino: En la concepción lineal del tiempo en occidente, el tiempo se
considera una dimensión objetiva y secular, que se puede medir y controlar cientíca-
mente. En cambio, en la visión cíclica del tiempo de estas culturas, el tiempo se con-
sidera una dimensión sagrada y mística, que está estrechamente ligada a los dioses
y a los ciclos cósmicos.
Por otro lado, algunas culturas orientales, como la cultura china y la cultura hindú, tienen
una visión cíclica del tiempo, en la que los eventos se repiten en un ciclo continuo y el pasado
y el futuro están estrechamente conectados. En estas culturas, la idea de la eternidad y la
repetición de ciclos es más importante que la idea de una progresión lineal del tiempo.
Además de la cultura china y la cultura hindú, otras culturas que tienen una visión cíclica
del tiempo. Aquí se mencionan algunas:
La cultura maya: Los mayas creían en un tiempo cíclico que se dividía en unidades de
52 años, conocidas como “calendarios sagrados”. Cada ciclo de 52 años se conside-
raba un nuevo comienzo y se celebraba con ceremonias y rituales.
La cultura azteca: Los aztecas también creían en un tiempo cíclico, que se dividía en
ciclos de 52 años. Creían que cada ciclo se regía por un dios diferente y que el destino
de la humanidad estaba ligado a estos ciclos.
La cultura egipcia: Los egipcios creían en un tiempo cíclico que se regía por las fases
de la luna y las estaciones del año. Creían que el sol y la luna se renovaban cada día y
que la vida en la Tierra estaba vinculada a los ciclos cósmicos.
La cultura inca: Los incas creían en un tiempo cíclico que se dividía en ciclos de cuatro
años. Cada ciclo estaba marcado por ceremonias y rituales, y se creía que los dioses
renovaban el mundo cada vez que comenzaba un nuevo ciclo.
En general, muchas culturas antiguas tenían una visión cíclica del tiempo, que se basaba
en la observación de los ciclos naturales y cósmicos. Esta visión del tiempo es muy diferente
de la concepción lineal del tiempo que se desarrolló en occidente.
El método histórico documental se apoya en la visión lineal del tiempo para estudiar lo
que ya ha sucedido y documentado. Utilizando fuentes documentales, los historiadores re-
construyen el pasado y comprenden cómo ha evolucionado la sociedad a lo largo del tiempo.
Las diversas visiones de los hechos históricos propician no solo la preservación y el res-
cate de la memoria histórica de las comunidades, sino también permiten la generación de es-
pacios de discusión sobre lo que se podría denominar método histórico, el cual ya trasciende
de una concepción lineal del tiempo mediante un abordaje metodológico circunscrito a las
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
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ISSN 2660-903711
fuentes escritas. Esas visiones están presentes en las investigaciones que se presentan al
gran público en el número 6 de la Revista Clío, la cual corresponde al segundo semestre de
2023, consta de 9 artículos, que abarcan una variedad de temas y abordajes, que, en líneas
generales, tienen en común una dimensión histórica, si bien desde variadas metodologías y
enfoques.
Esos estudios históricos son fundamentales para la comprensión del pasado y la inuen-
cia del mismo en el presente. En este particular, es importante destacar la relevancia de es-
tudios como los realizados por Ramírez Méndez y Balza García, quienes, desde diferentes
metodologías, se adentran en la historia de Venezuela para analizar la producción artesanal
durante la colonia y la circulación de textos cientícos en el siglo XVIII. Estos estudios nos
permiten entender la evolución de la sociedad y la cultura, así como la importancia de preser-
var y difundir la memoria histórica.
Asimismo, nunca está de más reconocer la importancia de los estudios históricos en
cuanto permiten profundizar en temas relevantes para la sociedad actual, como el racismo
y la distribución desigual de recursos. En este sentido, los estudios de Navarro Fuentes y
Vargas Machado y Cazzato Dávila son fundamentales para comprender la lucha contra la es-
clavitud y la distribución de vacunas durante la pandemia de COVID-19. Estas investigaciones
nos permiten reexionar sobre la importancia de los derechos humanos y la justicia social en
la actualidad.
Ramírez Méndez, en
Las unidades de producción artesanal en Venezuela durante el periodo
hispánico
, estudia, a través de un análisis documental, explica las características del proceso
de producción artesanal en Venezuela, durante el periodo colonial y concluye que, durante
la colonia, la artesanía venezolana se desarrolló en diversas unidades de producción, espe-
cícamente en tiendas-talleres, fraguas, alfarerías y tenerías. Estas unidades de producción
artesanales estuvieron caracterizadas especícamente por los aportes de capital, adminis-
tración, los tipos de insumos y materias primas, tecnología, control calidad y la tipología de
los productos .
En
La ciencia experimental, sus lectores y bibliotecas en la América colonial: La circulación del
libro cientíco en la provincia de Venezuela en el siglo XVIII,
Balza García reexiona sobre la cir-
culación de textos en la Venezuela colonial. Basado en documentos históricos se hizo un
inventario de las bibliotecas y sus dueños, mostrando los temas y autores que socavaron el
conocimiento escolástico empujando cambios sociales y epistemológicos que denirían la
sociedad venezolana.
García Chourio, en
La propiedad privada de la Hacienda “El Banco” Municipio Sucre, Estado Zulia
(1600-1830),
analiza la evolución de la propiedad del suelo de la hacienda El Banco, municipio
Sucre del Estado Zulia, durante el periodo comprendido entre 1600-1833, a través de un estu-
dio documental y de la denominada “historia oral” sobre la hacienda El Banco, mostrando su
historia hasta 1833 fundamentado sobre las fuentes escritas que se custodian en el Registro
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
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del Zulia, la Biblioteca Febres Cordero y el Archivo Nacional Colombiano. El análisis describe
la evolución de la tierra y los dueños de la hacienda. Se inscribe en la historia agraria latinoa-
mericana y venezolana de sus unidades productivas agrícolas.
Navarro Fuentes, en
The African American Population in The United States After the Abolition of
Slavery,
citando obras literarias, testimonios y películas se muestra el racismo que impedía la
abolición y llevó a la Guerra de Secesión. Concluye que La esclavitud de afroamericanos en
EE.UU. es vista a través de autores sobrevivientes que narran la experiencia esclava y lucha
abolicionista.
Stoińska-Kairska, en
Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Los músicos polacos y su contribución
a la cultura musical de Venezuela en el marco de la situación cultural de ambos países,
recuenta
la presencia y huella musical de artistas polacos en la capital zuliana. Relata que hace 50
años, 20 músicos polacos llegaron a Maracaibo, sumándose a los más de 50 integrantes su
orquesta. Muchos enseñaron y tocaron en ensambles, los cuales, con el tiempo, se fueron a
otros países debido a cambios políticos y económicos.
Mediante una lectura hermenéutica, Latella-Calderón, en Ed
ucación, fraternidad y sociedad.
La evocación de Simón Rodríguez en la narrativa y ensayística de Arturo Uslar Pietri,
Considera el
autor que la exploración de la vida y obra de Simón Rodríguez, Uslar Pietri describe el pro-
blema identitario de América, su conicto con ella misma y las trampas de la libertad. Esta
visión conictiva aparece en la propia vida desmedida de Simón Rodríguez, que encarna in-
tensamente la utopía de la fraternidad y la libertad. Nos aproximamos a la visión uslariana de
Simón como símbolo del problema hispanoamericano.
En
Factores determinantes para el acceso a la educación superior en el Municipio San Juan del
Cesar-La Guajira desde la gestión pedagógica,
Otero Celedón, Daza Mejía y Navarro Becerra, reexio-
nan sobre la gestión pedagógica y relevancia curricular en la interacción comunidad-escuela-uni-
versidad, mediante el abordaje de factores académicos y curriculares que permiten evaluar el
rendimiento escolar de forma no convencional. Consideran que es urgente el fomento del pen-
samiento formal y creatividad escolar, como uno de los cuatro factores determinantes de la
gestión, para acceder a la educación superior en San Juan del Cesar - La Guajira.
En
Political Power and Neocolonialism of Vaccines: The Exercise of the Word and the Human
Act,
Vargas Machado y Cazzato Dávila analizan la distribución desigual de vacunas contra
COVID-19. Usando conceptos de Arendt evidencian el neocolonialismo de vacunas, donde los
derechos humanos, no son prioridad en países ricos, que compran vacunas en masa. Conclu-
yen que los acuerdos de condencialidad entre países ricos y farmacéuticas concluyen que
COVAX no ha cumplido su objetivo de inclusión debido a los factores discriminatorios en las
compras masivas de vacunas.
Arámbulo, en
El Lago de Maracaibo: espacio vital aglutinador de la identidad regional zuliana
,
reexiona sobre la creación de referentes identitarios y humanizar la Cuenca de Maracaibo,
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio César García Delgado, Jorge F. Vidovic L.
La visión lineal del tiempo en la investigación histórica.. PP: 7-13
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como centro identitario zuliano y su patrimonio. Considera que la simbólica alrededor de la
Cuenca como espacio natural se ha alterado por la explotación petrolera. Debe preservarse
promoviendo su imagen natural velada hoy por la degradación, desde la intelectualidad y la
cultura popular.
Andrade, en
Los protocolos de los sabios de Sion. Un texto que se niega a morir,
reexiona so-
bre el uso de teorías de conspiración como propaganda en contra de grupos étnicos y/o so-
ciales, como en este caso en Los Protocolos lo es con los judíos, a quienes se les acusaba de
conspirar para el dominio mundial. Creado por la policía rusa para desacreditar reformistas, a
pesar de ser demostrado falso, se hizo popular e inspiró el antisemitismo, usado por Hitler y
Ford para justicar acciones en contra la comunidad judía; aun cuando las acusaciones seña-
ladas en la obra no han podido ser demostradas sigue siendo popular entre conspiracionistas
que insisten en la “verdad” del poder judío sin evidencia.
En
Servio Tulio Baralt: una vida entre la gloria y la tragedia,
Raydan hace una semblanza sobre
este ilustre marabino de principios del siglo XX, si bien un artista reconocido en su época, hoy
es prácticamente ignorado. En 1915 murió prisionero político bajo Gómez, por causas desco-
nocidas, quizá por Castro. Su muerte como disidente causó que fuese borrada gran parte de
su obra y legado, a pesar de su innegable talento.
En
Pensando en la Educación desde la otra orilla,
Muñoz Arteaga destaca la importancia de
una educación que no solo se centre en la adquisición de conocimientos técnicos y cientí-
cos, sino que también fomente la sensibilidad, el arte y la música, aspectos que dan sentido
a la vida y nos acercan a la belleza. La educación debe ser una ventana que nos aproxime a
lo que ha sido considerado inútil y nos transforme en hogares calurosos y carnes hospitala-
rias. Además, la educación debe ser una experiencia sensible que nos permita contemplar la
belleza que arde en la creación y nos enseñe a buscarla en nosotros mismos y en los demás.
Los contenidos de este número son muy heterogéneos en cuanto a sus temáticas y ópti-
cas de investigación, al igual que en la metodología abordada para desarrollar los respectivos
estudios, constituyen un aporte de signicativa importancia a la historiografía en distintos
espacios geográcos y muestran una dinámica tanto en la investigación como en el discurso
que es de innegable utilidad al conocimiento cientíco.
Artículos
ISSN 2660-903717
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 17-45. Provincia de Pontevedra - España
Las unidades de producción artesanal en Venezuela
durante el periodo hispánico*
Luis Alberto Ramírez Méndez**
RESUMEN
En el presente informe se estudian las características que asumió el proceso de producción artesanal en Vene-
zuela, durante el periodo colonial, el análisis se centra en tipicar y caracterizar las unidades de producción en
aspectos como capital, administración, insumos, técnicas, control de calidad y producto. En este sentido, se han
identicado tres tipos de unidades de producción artesanal que comprenden las tiendas- talleres; las fraguas
alfarerías y tenerías; nalmente la granjería. El estudio se asienta sobre la revisión de la documentación original e
inédita que reposa en los archivos se analizan las variables expresadas y se presentan los resultados.
Palabras clave:
compañía artesanal, tienda, taller, tecnología artesanal, granjería, taller.
The artisan production units in Venezuela colonial period
ABSTRACT
In this report, the characteristics assumed by the artisanal production process in Venezuela during the colonial
period are studied. The analysis focuses on typifying and characterizing the production units in aspects such
as capital, administration, inputs, techniques, quality control and product. In this sense, three types of artisan
production units have been identied, which include shops-workshops; the pottery and tannery forges; nally,
the farm. The study is based on the review of the original and unpublished documentation that rests in the
archives, the variables expressed are analyzed and the results are presented.
Keywords:
artisan company, shop, workshop, artisan technology, farm, workshop.
* Artículo de investigación resultado de proyecto desarrollado y concluido sobre la artesanía colonial en Mérida- siglos XVI-
XVII. El autor agradece muy especialmente al genealogista Crisanto Bello y al Fondo de Investigación Documental (FID) de
la empresa SEFAR Universal por la información facilitada para la realización del presente artículo.
** Doctor en Historia, Universidad Central de Venezuela, profesor invitado en la Maestría en Historia de la Escuela de Historia
Facultad de Humanidades y Educación Universidad de Los Andes. (Mérida-Venezuela); Investigador especial invitado en
la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt. Miembro del Programa de Estímulo a la Investigación Nivel B.
Premio Nacional de Ciencia y Tecnología. Mención Ciencias Sociales 2017. https://orcid.org/0000-0001-7014-8105; ht-
tps://www.researchgate.net/profile/Luis_Alberto_Ramirez_Mendez/contributions.
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
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Luis Alberto Ramírez Méndez
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Introducción
La formación de los modos de producción y sistemas de trabajo en América colonial
ha
sido abordada por numerosos historiadores en sus manifestaciones predominantes como
lo fueron la encomienda y la esclavitud, las que en su momento, fueron la respuesta a las
crecientes necesidades de mano de obra en los sistemas de producción en la sociedad co-
lonial temprana, durante los siglos XVI y XVII. En caso especíco de la encomienda fue una
concesión de la Corona española, aunada al reparto de tierras, como una forma de reconocer
y beneciar las inversiones de capital y trabajo que los peninsulares habían realizado en la
ocupación de Hispanoamérica y también como un atractivo para la exploración de nuevos
territorios y lograr la radicación de los colonizadores en los dominios americanas.
Ciertamente, el desarrollo económico experimentado en Indias, durante el siglo XVI, se
basó en el aprovechamiento de la mano de obra indígena hasta nales de la misma centuria,
cuando ocurrió la dramática disminución de la población aborigen, lo cual determinó la cre-
ciente introducción de esclavos africanos. De la misma forma, las relaciones de sometimien-
to y vasallaje prevalecientes en esos regímenes laborales representaron el fortalecimiento del
poderío de los conquistadores y primeros pobladores peninsulares en el Nuevo Mundo.
En consecuencia, ese creciente poder de las elites indianas fue una constante preocu-
pación para los funcionarios reales, quienes querían resguardar y proteger la condición de
súbditos libres” de los indígenas y evitar los abusos que cometían los encomenderos en
contra de sus encomendados, lo cual determinó que se denieran otras guras jurídicas para
regular las relaciones laborales, las que surgieron al calor de discusiones morales, teológicas
y económicas, con cuya nalidad se diseñaron instrumentos jurídicos que regularon el trabajo
libre y asalariado de los amerindios, los cuales se aplicaron, en numerosas actividades y en
particular en el desempeño de las actividades artesanales . Especialmente, en esa normativa,
se consagró la libertad de los naturales para concertar su trabajo, con quien quisieran, por
el tiempo de desearan y por el salario que más les conviniera y además les eximió de ser
compelidos para desempeñar laborares en el sistema laboral obligatorio de la mita. Esas
regulaciones fueron reiteradas en las sucesivas reglamentaciones aprobadas en las distintas
jurisdicciones provinciales venezolanas, como ocurrió en las ordenanzas emitidas por el visi-
tador Alonso Vázquez de Cisneros para el Corregimiento de La Grita y Mérida en 1620 y en las
instrucciones promulgadas por gobernador Francisco de Berroterán para la Gobernación de
Venezuela en 1695, en cuyos estatutos se normalizó el funcionamiento del mercado laboral,
tanto de los trabajadores asalariados radicandos en el interior de las haciendas que constitu-
yeron los antecedentes inmediatos del peonaje, mientras que en las unidades de producción
urbanas estuvieron constituidos por artesanos y manufactureros.
Indudablemente, el desarrollo de las infraestructuras de las ciudades hispanoamericanas
y de las unidades de producción rurales determinaron el crecimiento de la demanda de ob-
jetos utilitarios y semi-utilitarios, cuya fabricación requirió de mano de obra especializada,
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en particular de ociales capaces de confeccionar herramientas y otros enseres necesarios
tanto en las actividades mineras como agropecuarias. Con la nalidad de satisfacer esa de-
manda fue ineludible la capacitación de esos trabajadores y luego su inserción en creciente
mercado de trabajo que se había regulado en la legislación del Estado español. De ese modo,
Hispanoamérica y particular en Venezuela, se estableció un mercado laboral especíco inte-
grado por mano de obra calicada, capaz de producir artesanías y manufacturas que abaste-
cían de una extensa gama de productos requeridos en diferentes espacios desde los textiles,
que comprendían telas, alfombras, hilos y otros; la metalurgia que suministraban desde los
clavos, cuchillos, fondos de trapiches, campanas, llaves, cerraduras, bisagras, joyas de oro y
plata, rejas, arados, palas, machetes y otros; la construcción de obras civiles y religiosas, la
fabricación de muebles, puertas, ventanas; la elaboración de vestidos, zapatos y numerosos
otros objetos que fueron cotizados durante ese periodo.
En ese escenario, el proceso de producción artesanal se desplegó en unidades de produc-
ción, que se instituyeron sobre la base de asociaciones de trabajadores, quienes realizaron
aportes de capital e instalaciones, donde desarrollaban su trabajo, bajo la dirección de un ar-
ce, seleccionaban materias primas, determinaron las técnicas, herramientas a utilizar y pre-
cisaron los horarios a cumplir en sus labores destinados a fabricar sus productos. Al mismo
tiempo, los artesanos también desempeñaron otras funciones en el proceso producción, que
comprendieron desde la selección de los insumos, herramientas y técnicas, administración,
control de calidad y comercialización del producto, cuyas características le conrieron una
complejidad poco explorada hasta el presente. Aunque debe precisarse que la productividad
era baja debido a la limitación de los medios y herramientas empleadas en esas unidades de
producción.
De la misma forma, en las unidades de producción artesanal predominó el trabajo indi-
vidual y manual, en el que progresivamente se incluyeron actualizaciones tecnológicas que
fueron resultado de la pericia obtenida en el proceso de formación, en la práctica diaria de
sus labores, también como fruto de su ingenio e innovación y en otras ocasiones de las in-
dicaciones de los clientes a las que el operario también debió adecuarse. Por consiguiente,
las variaciones y avances que se produjeron en el proceso de producción artesanal fueron
consecuencia de la integración, desintegración, modicación e innovación tanto de materias
primas como de las técnicas y también del factor trabajo, que en algunas ocasiones fue
intermitente.
Durante el período colonial venezolano, la producción artesanal fue impulsada debido a
la perentoria necesidad de proveerse de productos utilitarios, lo que motivó su importante
avance y signicativo desarrollo. Ciertamente, el modo de producción artesanal posibilitó la
instauración y organización de diferentes unidades de producción, la mayoría de las mismas
fueron instituidas a partir asociaciones de los artíces y otros miembros de la sociedad colo-
nial, no necesariamente artesanos, con la nalidad participar en la producción de artesanías,
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quienes se asociaron recurriendo a una gura jurídica denominada “compañía” que en nume-
rosos casos fue el instrumento jurídico base para el establecimiento de tiendas-talleres. fra-
guas, alfarerías y tenerías. Esas unidades de producción se diferenciaron fundamentalmente
por las actividades desempeñadas por los propietarios quienes asumieron la posesión y el
control de la producción; por su ubicación, la cual dependió de la necesidad de contar con
instalaciones en la zona comercial urbana, como ocurrió en las tiendas y talleres de joyería,
sastrería, zapatería, a diferencia de otras unidades de producción que se situaron en lugares
que permitían la provisión de sus materias primas como la alfarería y cantería y nalmente las
curtiembres que debido a sus desechos contaminantes se establecieron en lugares alejados
de los centros poblados, como lo prescribía la legislación de la época.
A diferencia de los anteriores, la granjería fue el trabajo artesanal desarrollado en el do-
micilio de los artíces. Finalmente, existió la contratación de las obras o el encargo de los
productos, en cuyo caso, es necesario precisar que, aunque todos los productos artesanales
se realizaban mediante un contrato, fuera formal o informal a través del cual se encargaba
una “hechura”, como entonces se denominaba a cualquier obra fabricada por un artíce, bien
fuera de sastrería, zapatería, orfebrería, carpintería, pero en numerosos casos, en los cuales
por la naturaleza de la obra, que debería realizarse “in situ”, como las construcciones de las
viviendas, de los templos, de las techumbres y otros se ejecutaron bajo una contratación par-
ticular, en la que se formalizaron las exigencias del contratante, deniendo las características,
calidad y tipología de la obra, los salarios, los aportes de materiales y el tiempo que duraría
la fabricación de la misma. En ese sentido, el presente estudio se centra en caracterizar la
estructura y funcionamiento de esas unidades de producción artesanal en Venezuela duran-
te el periodo de dominación hispánica, en lo referente a las variables de aportes de capital,
factores de la producción, insumos, administración, técnicas, control de calidad y producto.
El estudio del trabajo artesanal en Venezuela durante el domino hispánico, ha sido abor-
dado por diferentes estudiosos como lo son Manuel Pérez Vila, quien describe las caracte-
rísticas sociales de los artíces en América Latina. Por su parte, Carlos Federico Duarte ha
realizado un trabajo pionero sobre las particularidades morfológicas, utilitarias y decorativas
de las artesanías y nalmente las investigaciones realizadas por Luis Alberto Ramírez Mén-
dez enfocadas sobre la artesanía, la actividad de los maestros y el régimen laboral de los
artesanos emeritenses durante los siglos XVI y XVII.
El estudio se fundamenta sobre la revisión documental realizada en diferentes archivos
tanto venezolanos como extranjeros, en particular del Archivo General del Estado Mérida
(AGEM), el Archivo Arquidiocesano de Mérida (AAM) y Archivo Arquidiocesano de Caracas
(AAC). Del mismo modo fueron consultados los legajos que se resguardan en el Archivo Ge-
neral de Indias (AGI) especialmente sobre los registros que anotaron las compañías, contra-
tos, asientos de aprendizaje, anzas, avalúos, mandas testamentarias e informes tanto civiles
y religiosos que permitieron determinar el comportamiento de las variables estudiadas.
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1. Conformación de las unidades de producción artesanal
En Venezuela, a diferencia de otras regiones de Hispanoamérica, la resistencia aborigen
determinó que la mayoría de los repartimientos de indígenas disminuyeran rápidamente, de-
bido a que numerosos indígenas abandonaron sus poblados y huyeron del sometimiento
a los hispanos. A pesar de ello, en los núcleos urbanos establecidos por los peninsulares y
que lograron su estabilidad después de nalizado el siglo XVI, albergaron en sus espacios a
artesanos, que vinieron de allende los mares y que trabajaban en sus ocios, al mismo tiem-
po que desarrollaron el proceso de enseñanza-aprendizaje de los mismos entre la población
nativa. Esa creciente actividad artesanal se efectuó en unidades de producción, mediante el
sistema de contratación libre y asalariada de la mano de obra integrada por trabajadores con
diferentes orígenes entre los que estuvieron peninsulares, criollos, mestizos, indios, pardos y
afrodescendientes tanto libres como esclavos.
En ese sentido, los artesanos venezolanos durante el periodo colonial desarrollaron el proceso
de producción asociándose en sociedades por lo cual recurrieron a una gura jurídica denomina-
da en la documentación compañíapero que a los nes de la presente investigación se le con-
ceptúa como “compañía artesanal”, que fue el primer paso de los artesanos para instituir tiendas
y talleres donde laboraban y prestaban sus servicios, la cual se dene como un contrato suscrito
entre los participantes con el objetivo de establecer una unidad de producción artesanal y en la
misma efectuar una actividad laboral, precisando los aportes de capital que podían ser activos
jos o circulantes, la adquisición de materias primas, los instrumentos y herramientas utilizadas
en las labores, el pago de salarios, tanto en efectivo como en especie, asimismo se preestablecía
el control de calidad, especicado en las características morfológicas y artísticas del producto,
también se estipuló la disposición y ubicación de los espacios para la realización del trabajo, la
comercialización, distribución de los benecios y se estipuló la duración temporal del contrato.
El capital jo invertido en las compañías artesanales estuvo constituido por instalaciones
como, tejares y talleres, las equipos, materias primas y otros enseres. Del mismo modo se
incluyó el capital circulante tanto en metálico como en especie destinado a costear las eroga-
ciones para la adquisición de materias primas y cancelar salarios. Además, durante el periodo
colonial, los operarios dependían únicamente del empleo de la fuerza humana y animal, que
fueron las únicas posibilidades de energía motriz que existían en esa época, por esa razón
también se incluyeron en esas aportaciones los semovientes destinados a las labores de
transporte y carga como caballos, burros y mulas. Además, se precisó el abastecimiento de
materias primas, las que en ocasiones fueron suministradas por uno de los participantes, en
otros casos, los asociados convinieron en costear las mismas.
Otro factor esencial, en esas unidades de producción, que fueron creadas bajo la gura
de la compañía artesanal fue la denición de las funciones que se deberían cumplir. En ese
sentido, los artesanos calicados se desempeñaron en el control de calidad, entendido como
la supervisión de la tecnología y los insumos empleados en el proceso de producción, por lo
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cual fue de su competencia evaluar la destreza de los ociales y ayudantes, las condiciones
laborales y métodos que se aplicaron para fabricar productos con la perfección deseada, lo
cual podían cumplir con éxito debido a la pericia que se habían logrado con su “habilidad,
traza e industria” en el desempeño del ocio, las responsabilidades en la comercialización de
los productos y el reclutamiento y formación del personal subalterno.
Ciertamente, en las unidades de producción artesanal se desarrolló no sólo la producción de
objetos, sino también la enseñanza, mediante la cual los aprendices adquirían la destreza en el
ejercicio de los ocios, al mismo tiempo recibían alimentación y alojamiento. Ese proceso de en-
señanza-aprendizaje fue auspiciado en aquella sociedad porque se requería de la capacitación
de jóvenes, por cuya razón, tanto los autoridades capitulares de grado o por la fuerza como los
padres de niños y adolescentes los “asentabanpara que, una vez cumplida su primera etapa
en su adiestramiento, se convertían en ociales, quienes deberían perfeccionar su educación
mediante su continuado desempeño en el trabajo artesanal, con la posibilidad de asociarse con
maestros, prestando su labor semi-calicada hasta lograr su plena experticia, durante el tiempo
requerido, estableciéndoles ciertos niveles de productividad, lo que les posibilitaba alcanzar el
rango de maestros del ocio. Asimismo, en las unidades de producción artesanal también traba-
jaron indígenas en condición de asalariados-aprendices, ayudantes, obreros, peones y esclavos.
Del mismo modo, en las unidades de producción artesanal se estableció el control de la
calidad de los productos por lo cual se denieron detalladamente las características morfo-
lógicas y artísticas con que deberían ser fabricadas los productos. En particular en la elabo-
ración de los sombreros se estipularon las dimensiones de su falda; asimismo ocurrió con la
loza a la cual se le precisó sus dimensiones en “menuda o grande”; su coloración y acabados
en “blanca, vidriada o alcolada”. En general, se precisó que los productos deberían ser “buenos
y aviados” y en el caso especíco de las tejas y ladrillos deberían ser “bien cocidos. Por otra
parte, la distribución de benecios se ajustó en relación a la proporción de capital invertido y
al trabajo desempeñado por los contratantes. En otras oportunidades los asociados convi-
nieron en que sería en un tercio, pero en la mayoría de las compañías constituidas se ajustó
que sería “por mitad” es decir al 50% de las ganancias. Mientras la duración temporal fue
generalmente por un año, pero en otras se extendieron hasta dos años.
De ese modo, la instauración de unidades de producción artesanal bajo la gura jurídica de la
compañía artesanal en Venezuela colonial fue resultado de una necesidad eminentemente cita-
dina, determinada por las demandas sectoriales del mercado interno de un sinnúmero de bienes,
especialmente los materiales empleados en la arquitectura civil o religiosa, cuyos productos son
únicos en su tipo, porque se fabrican en el sitio en el que se opera, al igual que los destinados
para producir utensilios para el uso doméstico y la cocina, como también las herramientas des-
tinadas a las faenas agrícolas, transporte, las imágenes, esculturas y pinturas para el ornato, el
hilado de bras, tejido de telas y confección de vestuario, entre otros, por lo cual se requirió de
una organización especíca con características y funcionamiento particulares.
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2. Características y funcionamiento de las tiendas y talleres
artesanos
Las “tiendas” y “talleres” constituyeron las unidades de producción en donde se agruparon
los artíces con distintos niveles de calicación, bajo la dirección de un maestro del ocio,
quien usualmente fue propietario de las instalaciones y parte de las herramientas, los que
constituían el capital jo de la misma y también del local donde se fabricaba y se realizaba
la comercialización de los productos. Las tiendas y talleres artesanales debieron su origen
a la particularidad de ciertos artíces que requirieron ubicarse en el centro de las urbes, de-
bido a que en su proceso productivo no se emiten desechos contaminantes o malolientes y
esencialmente porque en ese espacio sus productos estaban al alcance de sus clientes que
transitaban diariamente en las zonas comerciales.
En Venezuela, las tiendas y talleres artesanales hicieron su aparición en el siglo XVI y el
primer paso para la constitución de una tienda o taller fue la disponibilidad del local, donde se
desarrollarían las labores. En ocasiones, esos locales fueron propiedad de los vecinos pudien-
tes, quienes los arrendaban o entregaban en administración a los artíces . En este aspecto,
se han denido dos tipos de talleres: el primero de ellos sería el individual eminentemente ci-
tadino y con claros antecedentes medioevales, en el que labora un solo artesano, maestro del
ocio, aunque a veces lo ayude un aprendiz o un peón. La cantidad de productos que solían
fabricar dependía de la habilidad del mismo y de su ritmo de trabajo.
El segundo tipo de taller es donde laboran más de dos operarios, con distintos niveles de
calicación como maestros que dirigían a ociales, ayudantes, obreros y aprendices, quienes
mantenían vínculos laborales, extra-laborales y familiares. Por esa razón, se incrementaban
los niveles y cantidad de la producción, por lo cual se requirieron más operarios, en forma per-
manente o temporal, también se dispusieron de herramientas adicionales. Las labores eran
dirigidas y scalizadas por el dueño del taller quien, a su vez, es maestro de ocio, ya que ade-
más de su labor, distribuía las tareas entre sus ayudantes, controlaba, enseñaba, y supervisa-
ba permanentemente a sus subalternos y también les cancelaba sus jornales, en ocasiones
a destajo. En estos talleres trabajaban simultáneamente varios artíces, la faena no estaba
dividida, lo cual se explica porque cada artesano realizaba el proceso de producción desde
su inicio hasta nalizar la fabricación del producto y por tanto lo elaboraba en su totalidad.
En este tipo de unidades de producción se requería de mayores inversiones de capital
circulante, destinadas a la adquisición de las materias primas, herramientas y costear los
salarios. Además, y con cierta frecuencia a los dueños de las tiendas y talleres, quienes ejer-
cían el control y la administración de las mismas, se les conaban las materias primas desde
metales preciosos, telas, hilo, botones, guarniciones, suelas, cordobanes y otros para la fabri-
cación de los productos.
Por esa razón, los artesanos debieron garantizar la seguridad de los insumos que les eran
entregados a su custodia, por lo cual el cabildo estableció la obligación de prestar anzas a
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los dueños de tiendas y talleres para autorizarles su funcionamiento y desarrollar sus labores,
como un requisito previo a la constitución de los mismos. Esa disposición se asentaba en el
aval que el ador proporcionaba al artesano y mediante el mismo, garantizaba que seguridad
de las materias primas entregadas por los clientes al artesano, así como la experticia del mis-
mo en su procesamiento, además la calidad y entrega puntual del producto, especialmente en
aquellos casos que laboraban con metales preciosos. De ese modo, se prevenía que el artista
realizaría su obra rindiendo “buena quentadel insumo y de la elaboración del producto que
se le habían encargado. Al mismo tiempo, se comprometía a realizarlo en un tiempo peren-
torio y sin dilación alguna, obligándose el ador a que el artesano no podía “hazer ausencia
de la ciudad hasta que entregara las obras concertadas. Asimismo, se determinó la cantidad
explícita de la cobertura del aanzamiento, con una tasa máxima, por la cual se establecía el
compromiso de asegurar al artesano y el lapso de duración de la anza.
En aquellos casos, en que los artíces incumplieron con sus compromisos fueron objeto
de duras sanciones por parte de la justicia ordinaria, que disponía su inmediato encarcela-
miento. Después que los infractores fueron apresados y con la nalidad que pudieran abando-
nar los reclusorios fue necesaria la presentación de anzas carcelarias en las que requerían
de avales adicionales para el cumplimiento de las obligaciones defraudadas y se determinaba
el lapso temporal preciso para que nalizaran y entregaran los productos concertados.
Las actividades artesanales desarrolladas en las unidades de producción en Venezuela
colonial fueron variadas y fundamentales como las relacionadas con el ámbito de la con-
fección y del calzado. En esos rubros, la sastrería tuvo un especial dinamismo, en la que se
destacaron dos artíces en Caracas, como se reere en 1596 a Alonso de Jironda, quien tenía
un taller, asistido por varios aprendices, por lo cual la mulata Violante de Guevara concertó al
sastre para que le enseñara su ocio a un hijo suyo, llamado Francisco, a quien se le pagaría
un salario durante su aprendizaje y para completar su adiestramiento sería llevado a Carta-
gena de Indias. Años más tarde, en Mérida, Francisco de Osuna, quien tuvo un taller de sas-
trería y estuvo activo entre la tercera y cuarta década del siglo XVII, precisamente en 1627, se
concertó con Diego Varela Graterol para enseñarle a su esclavo, llamado Antonio, oriundo del
Brasil; un año después en 1628 tomó por aprendiz a Juan Martínez y en 1657 a Luis Sánchez.
Al igual que el anterior, Pedro Ponce de San Martín fue otro sastre emeritense, propietario de
su tienda, que entre 1647 y 1669 desplegó un constante trabajo y junto a él laboraron como
aprendices cuatro niños huérfanos, Mateo, Joseph, Felipe y Pedro, además de los ociales
Juan Rodríguez y Fabián Pérez.
Igualmente, el rubro de la fabricación del calzado se inició en Mérida hacia 1581, cuando
Hernando de Cáceres instaló un taller en su casa, donde habían “mozos y aprendices” traba-
jando en ese ocio. De la misma manera, entre 1615 y 1622, Juan Rodríguez Tamayo, otro
maestro de zapatero, admitió en su tienda a dos aprendices, entre tanto Andrés de Luna, tam-
bién maestro del mismo ocio, quien era propietario de su taller, entre 1625 y 1637, empleó a
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dos ociales y enseñaba a otros cuatro neótos. Otro zapatero que desplegó sus labores en
Mérida, fue Joseph de Roxas, quien abrió su taller, aproximadamente en 1660, como lo acredi-
ta la anza otorgada en su favor por Luis Sánchez en 1663, bajo su dirección se formaron dos
aprendices huérfanos, nombrados Antonio Lobo y Felipe Díaz. Otros zapateros que también
tuvieron tiendas fueron Domingo de Trujillo, Francisco de la Peña y Diego de la Cruz.
La indumentaria de la época solo estaría completa con los indispensables sombreros, ya
en 1580, en Mérida se hace referencia al sombrerero Manuel Pimienta asociado mediante
un contrato de compañía con Juan de Arguello, quien le proporcionaría al artesano las herra-
mientas y aparejos propios de sombrereros, como son tableros, planchas, hierros y piezas de
furtir cardas y hormas.”, y también proveería de “...todo el carbón, aparejos, tinta y lo demás
que fuere necesario para este ocio...”, solo se exceptuaba la lana, la cual sería costeada por
ambos. Por su parte, el sombrerero solo aportaba su destreza pues se encargaría de elaborar
el producto, el control de calidad, mientras los benecios se dividieron al 50%. Igualmente es
necesario mencionar al también sombrerero Alonso de Rojas, quien entre 1628 y 1635 regen-
tó una tienda donde enseñaba el ocio a dos aprendices.
Otras unidades de producción artesanal fueron las carpinterías, las que están presentes
en Mérida desde el siglo XVI, y adquirieron mayor auge en la centuria siguiente. Los carpin-
teros también recurrieron al sistema de compañías para constituir sus unidades de produc-
ción, como se evidencia en el concierto suscrito entre Diego Román y Juan Muñoz Criptana
(padre) ocial y maestro de ese ocio respectivamente, en el que se obligaron a “pelotear las
partidas y obras que se han de hazer en esta ciudad” además se comprometieron a “meter un
mozo”. Por tanto y en cumplimiento de esa cláusula, meses después Diego Román asentó por
aprendiz a un joven llamado Juan Bautista, posteriormente en 1626, ingresó bajo su dirección
a un mestizo llamado Francisco. Otro carpintero que desplegó una excepcional actividad fue
Mateo Leal, quien además también se desempeñaba como ensamblador, por lo cual le fue
encargado de la construcción de la iglesia de la Compañía de Jesús en 1650. En su taller se
capacitaron dos aprendices: un chico huérfano llamado Bartolo, y Salvador de Gutiérrez. Otro
carpintero digno de reseñar fue Juan Muñoz Criptana (hijo), quien erigió el altar a la Virgen de
la Chiquinquirá en la capilla menor del Convento de Santa Clara.
Asimismo en la ciudad de Carora, existió una carpintería propiedad de Juan Pérez Cama-
cho, ocial de carpintero, quien fue concertado por Juan Caldera de Quiñonez, vicario de la
parroquial de esa ciudad para elaborar “el coro con un facistol y rejas en la pila bautismal”
de aquel templo, por cuya obra se le cancelaría la cantidad de 170 pesos. Del mismo modo
se tiene noticias de la existencias de carpinteros en Caracas desde 1595, entre los que se
menciona Juan Felipe y Diego Alonso y desde esa fecha debieron existir carpinterías en esa
ciudad, en 1754, se hace referencia al taller de Francisco León Quintana, quien laboraba con
varios ociales y a quienes les fue encargado fabricar el altar mayor de la sacristía de la ca-
tedral de Caracas
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Otra actividad de signicativa importancia fue la reconocida labor de la orfebrería, que en -
rida tuvo un importante y signicativo desarrollo en el taller que era propiedad de Juan Cordero
de Trexo, que fue abierto en la tercera década del siglo XVII, como se desprende de la carta de
aval otorgada en su favor por Antonio de Aranguren, quien le aanzó hasta en la cantidad de 500
pesos de plata de ocho reales castellanos y entre 1646 y 1677, el platero aceptó por aprendices
a Bartolomé Castillo, Pedro, Agustín Patiño, Tomás Vernal, Lorenzo Vazán, y a sus sobrinos Fran-
cisco y Juan de Trejo. Por su parte Juan Castillo Ángel, fue maestro joyero, también propietario
de una tienda, en la cual desarrollaba su labor con un ocial llamado Juan Estevan de Ochoa en
1645 a quienes se les encargó el dorado del altar mayor del Colegio de la Compañía de Jesús.
Asimismo, a nales del siglo XVII, se arma que en Caracas habían 15 plateros, cada uno
con sus respectivos talleres, de los cuales se destacan Sebastián de Ochoa y Diego Her-
nández, que en 1667 poseía un taller, en donde fabricó una imagen de Nuestra Señora de la
Concepción de oro, por orden de don Domingo de Liendo y en especial Juan Picón, quien ela-
boró la custodia preciosa de la Catedral de Caracas. A mediados del siglo XVIII , Juan Pedro
Álvarez Carneiro, maestro dorador que tuvo a su cargo el dorado de la sacristía mayor de la
Catedral de Caracas y Luis Vicente López quien fundió la gura de la Fe en plata labrada, para
el sagrario del mismo templo en 1784.
Por último, hay que referir las unidades de producción de lar artes decorativas como los
fueron los imagineros, escultores y pintores, quienes se dedicaron a fabricar imágenes de
culto y otras esculturas. En ese rubro se menciona en Coro al pintor y escultor Juan Agustín
Riera, contratado por el cabildo eclesiástico de esa ciudad para hacer en la catedral un monu-
mento de lienzo de algodón, cubierto de yeso y pintado en blanco y negro para los pasos de la
pasión, por lo cual recibió el pago de 70 pesos en oro y plata en 1609 Asimismo, en Mérida,
en 1612, el escultor Francisco López fue concertado por Bartolomé Maldonado, mayordomo
de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario para que esculpiera la imagen de la patrona de
la congregación.
Esa imagen no llegó a realizarse porque algunos años más tarde Joseph de San Severia-
no, otros escultor en plata y oro se comprometió a esculpir la imagen de la virgen del Rosario
para aquella cofradía por 110 pesos, la escultura debía medir una vara y dos tercias de alto
y el niño de una tercia y ambos habrían de mirar al pueblo, el niño debería estar vestido con
una túnica morada y su brazo izquierdo debería montarse sobre el hombro, rodeando el cuello
de su madre, la virgen. Otro pintor fue el pardo Blas Robles a quien Juan Carvajal Mexía le
reconoció deber 20 pesos de ocho reales por las pinturas que le había hecho en su casa de
Lagunillas en 1645. En ese sentido se destaca la obra del emeritense José Lorenzo Alvarado,
quien tuvo un taller de pintura desde nales del siglo XVIII y primeras décadas del XIX, y reali-
zó numerosas pinturas, caracterizadas “por una paleta cromática clara, con predilección por los
colores primarios y ausencia de fuertes contrastes de luces y sombras.Sus guras poseen rostros
dulces, expresiones serenas y marcada linealidad”
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Del mismo modo en La Grita, se tiene noticia de un fraile franciscano de nombre Francis-
co que según la tradición esculpió la imagen del Santo Cristo, venerada en la iglesia mayor
de esa ciudad . Igualmente en Caracas se conoce que un hermano lego de los Franciscanos
llamado fray Fernando de la Concepción doró y pinto los cuadros del retablo mayor de la Ca-
tedral de Caracas. En la misma ciudad, a principios del siglo XVIII, se describe la presencia del
tallista sevillano Francisco Gómez Frías quien en 1715 realizó el retablo de Nuestra Señora
del Pilar de la Catedral de Caracas, además se reere la presencia de varios artesanos que se
autodenominaban escultores, pintores y doradores como Francisco Atilano Moreno Carras-
quer, Lorenzo de Silva, Nicolás González Abreu, y José Henríquez, Juan Francisco Figueroa y
Aliendo, Basilio Hernández Bello, Juan José Llamozas, Enrique Hernández Prieto, Juan José
Landaeta, Lorenzo Rossel, los hermanos Gregorio y Juan Francisco de León Quintana y Juan
Pedro López, mientras que en Valencia residía el pintor Marcos Gómez y Guzmán.
3. Características y funcionamiento de las fraguas, alfare-
rías y tenerías
Las fraguas, alfarerías y tenerías tuvieron un comportamiento diferente en su propiedad,
organización y la ubicación de sus talleres. En ellas, los propietarios del capital y los medios
de producción fueron artesanos, pero también intervinieron otros personeros, como los due-
ños de unidades de producción agrícolas, cuyas ocupaciones primordiales no fueron artesa-
nales y su participación en éstas sólo constituye una actividad complementaria a los proce-
sos de producción agrarios, con la nalidad de proveerse de los implementos necesarios para
el cultivo de diferentes rubros. En aquellos casos, que los artesanos fueron propietarios de las
fraguas y tenerías tuvieron un funcionamiento similar al de las tiendas y talleres, mantenien-
do los niveles de calicación y aprendizaje y utilizando mayoritariamente mano de obra libre
asalariada y destinaron sus productos al mercado citadino. A diferencia de éstos, cuando las
fraguas, alfarerías y tenerías fueron propiedad de los hacendados, éstas laboraron, utilizando
fundamentalmente mano de obra esclava y su producción se destinó al autoabastecimiento.
De ese modo, los artesanos que desarrollaron las actividades de la fundición también
establecieron sus unidades de producción mediante el sistema de compañías y construyeron
herrerías que produjeron utensilios en la fundiciones destinadas al proceso edicación urba-
na desde los clavos de envigar, aldabas, bisagras, tachuelas, como otros productos que se
emplearon en la producción agrícola y pecuaria como herrajes, arados, palas, paletas, tacises,
hachas, hachuelas entre otros.
Las fraguas fueron comunes en Caracas, se reere que en 1597 ya funcionaba una, pertene-
ciente al herrero Juan Muñoz a quien le concertó el capitán Garcí González de Silva para que le
enseñara dos esclavos suyos llamados Manuel y Antón. Igualmente, en Trujillo existió la fragua
perteneciente al destacado maestro fundidor de campanas Pedro López de Quiroga, natural de
Tenerife en el Nuevo Reino de Granada, casado en Mompox con Eulalia Medrano, quien se había
residenciado en El Tocuyo y luego se avecindó en Trujillo a principios del siglo XVII, adonde se
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había traslado con sus hijos, y tenía su taller para sus labores. El fundidor se proveía del cobre en
las minas de Cocorote y en 1622, armaba que había producido los fondos para los ingenios de
azúcar que estaban en funcionamiento en las ciudades El Tocuyo, Barquisimeto, Carora y Valen-
cia. Asimismo había fundido las campanas para las iglesias parroquiales de Trujillo y El Tocuyo y
de “las demás las iglesias parroquiales y pueblos de los naturales, he fabricado muchas campa-
nas, de que al día, diez y seis están sirviendo...”. Un año después, López de Quiroga se ocupaba
de la fundición de las campanas de la catedral diocesana en Coro. Además, López Quiroga era
diestro en fabricar “obras para la guarda y defensa de toda la costa y su puertos que es hacer la
artillería, fundiendo el cobre de Cocorote y los benecios de el para batir la moneda de vellón
en
cuyas labores había sido aprobado, como se expresó en los informes que habían elevado ante la
Corona española los gobernadores Manuel Fernández de la Casa y Francisco de la Hoz y Berrio.
Asimismo en Mérida, también funcionaron fraguas que se ubicaron en las zonas adya-
centes a la barranca del Chama, en El Espejo y en Ejido, entre otras la que pertenecía a Pedro
Fernández Oxeda, cuya fragua estaba situada en la barranca del Chama, y en la que laboró
aproximadamente entre 1624 hasta 1670, y tuvo por aprendices a Andrés Juan; un esclavo
de Diego Varela Graterol, llamado Domingo; a Juan un indio criollo; a un mulato llamado Juan
Roldan y dos huérfanos llamados Andrés y Gerónimo Gaitán. Otro herrero que fue propietario
de otra fragua fue Felipe Vázquez quien, en 1665, concera Sebastián Gutiérrez para que
prestara su trabajo en la misma.
Además hubo hacendados emeritenses que tuvieron sus herrerías en sus haciendas, en-
tre ellos Hernando Cerrada, quien donó a su hijo Juan Cerrada una fragua con los aparejos de
su ocio y para su trabajo un esclavo herrero criollo en 1613. Igualmente, Micaela de Iraguí,
poseyó una forja que era atendida por un esclavo herrero llamado Mateo y concera un indio
ladino llamado Juan para el servicio de la misma en 1627. De la misma forma, el gobernador
Juan Pacheco y Maldonado, poseía otra fragua, en donde se fabricaban los herrajes, calzadu-
ras y rejas para sus haciendas, en la cual laboraban dos esclavos en 1632.
En la segunda mitad del siglo XVII, existió en Caracas, otra fragua propiedad de Pedro Lugo,
quien fabricó una campana para la catedral de Caracas. En la primera mitad del siglo XVIII, en la
misma ciudad se establecieron tres fraguas, pertenecientes a Tomás Sánchez de Palacio, Juan
Bartolomé Santana y Juan Félix de Olivares A nales del siglo XVIII, hubo varias fundiciones
pertenecientes a emigrantes canarios como lo fueron Juan Rodríguez de Olivera, Luis Antonio
Toledo y Domingo Ubaldo Pérez, cuyas fundiciones se ubicaban en el barrio de La Candelaria.
Otra unidad de producción artesanal de excepcional importancia para las edicaciones
civiles y religiosas fueron las alfarerías, cuyas instalaciones comprendían un horno, las “gua-
duillas” o moldes para hacer las tejas y los ladrillos, los estantillos para su almacenamiento,
colocados bajo las techumbres de una “ramada de paja”. Esas unidades de producción nece-
sariamente se debieron edicar inmediatas a suelos arcillosos, materia prima fundamental
para la fabricación de esos productos.
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En ese sentido, se tiene noticia que en Caracas, en 1597, se estableció un tejar por un alfarero
llamado Guillermo Loreto, el cual estaba situado a orillas del Caruata en donde laboraban algunos
indios Asimismo, en Mérida, se instalaron en el valle de los Alizares, debido a que allí los alfareros
disponían de las arcillas apropiadas para fabricar sus productos. Además, se hicieron adobes
como lo explicó el hacendado Pedro Gaviria Navarro, quien poseía un tejar, donde los moldeaba y
comercializaba a razón de doce patacones el millar. En la Nueva Zamora debieron existir alfarerías
con una gran producción porque en 1772 se trasladaron 18.000 tejas para el techado de la iglesia
de San Pedro Apóstol en la costa sur del Lago de Maracaibo. Asimismo en Barinas se reere que
en 1787 se había establecido talleres con hornos para fabricar tejas y ladrillos.
Adicionalmente, en los tejares, también se produjeron ollas, olletas, platos para la cocina, y
loza alcolada que fue una de las técnicas empleadas en la fabricación de la cerámica, en la que
se le aplica el alcol de alfareros a las vasijas de barro, el cual es una tintura elaborada con bar-
niz de polvo de galena con el que se recubren las vasijas de barro, luego se baña la pieza con
barniz, compuesto con minio mezclado con agua y barro blanco, muy no y triturado, seguida-
mente se le da el primer quemado. Con un colorante se obtiene el amarillo, caoba con el per-
manganato, el verde con sulfato de cobre. El baño de alcol se aplica manualmente, después de
colocado el color, luego se quema de nuevo, a éste procedimiento se le denomina “alcolado”.
En ese rubro, se destaca en Mérida, el tejero y ollero Pablo de Meneses, quien, en 1624,
suscribió una compañía con Catalina Altamirano, con el propósito de producir teja, ladrillo y
loza “alcolada”. La dama aportaría el trabajo de seis indios, mientras el tejero contribuía con
su destreza, así como en administración de la unidad de producción y el control de la calidad
del producto. Los concertantes, sufragarían los egresos ocasionados por la alimentación de
los obreros, quienes también adquirirían el aprendizaje del ocio. Entre tanto, los benecios
se distribuyeron al 50%, entre ambos, el contrato tendría la duración de un año.
Años después, en 1626, el emprendedor Pablo de Meneses constituyó otra compañía con
Francisco Díaz Sueiro, médico vecino de Mérida, mediante la que se comprometieron a produ-
cir teja, ladrillo, loza blanca y vidriada. Las labores se realizarían en las instalaciones de un tejar
propiedad del galeno, quien también destinó seis esclavos para realizar esas faenas, al igual
que su alimentación y seis caballos, necesarios para el transporte de las materias primas y los
productos. Asimismo, Díaz Sueiro proporcionó las materias primas como el vidrio y también
se encargaría de la comercialización de los productos. Por su parte, el artíce aportaba su
experticia, al desarrollar, administrar, supervisar el proceso de producción y aplicar el control
de calidad de los productos, la duración de la compañía artesanal se extendería por dos años.
Igualmente, en Caracas, desde nales del siglo XVII se habían establecido unidades de producción
para hacer loza y a mediados del siglo XVIII se hace referencia a un taller para su fabricación ubicado
en Maiquetía, cuyos propietarios fueron Domingo Noé y Ana Rosa Serrano, en cuyo taller laboraban
los hijos de los propietarios, en el cual disponían de los tanques para almacenar agua, los hornos, las
mesas y las gaveras para hacer teja, los galápagos para hacer ladrillo y un torno para tornear loza
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Otro rubro de importancia fundamental fueron los indispensables medios de transporte
que emplearon las fuerzas de tracción de sangre como los caballos, mulas, y burros que
requirieron de implementos como monturas elaboradas con cueros curtidos como las sillas
de montar, jarcias, correas y también se tiene que incluir como materia prima para la fabri-
cación del calzado, muebles y otros productos. El procesamiento del cuero se realizó en las
curtiembres, tenerías y talabarterías, las que, en numerosos casos, se establecieron mediante
el sistema de compañías. En la fabricación de esos productos intervinieron operarios de dos
ocios distintos, el primero el zurrado del cuero y el segundo los talabarteros y silleros.
En la primera fase del zurrado del cuero se realizó en las tenerías y curtiembres, por ser ocios
que producían olores nauseabundos y procesos contaminantes, se establecieron en zonas subur-
banas, para evitar que la polución afectara a los habitantes. En el curtido del cuero se emplearon
los cuchillos y las hachas pequeñas para arrancar y eliminar los restos de carne adheridos a las
mismas, las piedras denominadas “correderas” o “tahona” destinados a estirar y alisar las pieles,
los “tinacos” o recipientes en cuyos depósitos se colocaba agua y cal para lavar las pieles, los cua-
les se situaron en los hoyos construidos con ese n en las curtiembres, las “manaderas” que se
empleaban para remover los cueros cuando se sumergían en los tinacos con cal. Las tenerías se
instalaban debajo de “ramadas” cubiertas de paja sobre estantes de madera. Entre los hacendados
de Mérida, que poseían tenerías se conoce que en 1593, Hernando Cerrada era propietario de una
curtiembre que era atendida por los indios en Chachopo. Asimismo, Pedro de Gaviria Navarro fue
dueño de una tenería ubicada en las cuadras del Ejido, la cual laboraban dos esclavos.
A diferencia de los expresados hacendados, también hubo artesanos que fueron propie-
tarios de sus curtiembres como lo fue Agustín Laguna, indio ocial de curtidor, quien aceptó
como aprendiz a un mestizo llamado Marcos en su tenería ubicada en la labranza del Mu-
cujún en 1628. Por otra parte, hubo algunos casos en que los curtidores estuvieron impo-
sibilitados para administrar sus tenerías y optaron por alquilarlas, como lo hizo Francisco
Coriano, quien la arrendó a Marcos García por el lapso de un año, por el canon de 50 pesos.
Años después, Marcos García, arrendaría su tenería a Gregorio García, por la cantidad de 36
patacones, también por un año, en ambos contratos se estableció la obligación de cuidar los
implementos, herramientas y devolverlas en buen estado.
El ocio de curtidor fue común en Venezuela durante el periodo colonial, como puede apre-
ciar tanto en la región llanera y oriental caracterizadas por la producción y exportación de
cueros, la cual fue una actividad preponderante en ciudades como Valencia, El Tocuyo, Carora,
Barquisimeto, Barinas, Guanare, Pedraza y Maracaibo, cuyos trabajos eran desempeñadas fun-
damentalmente por indígenas y mulatos como ocurrió con los iguaráes del pueblo de Chuara
de Estanques en Mérida, quienes fueron destacados en el trabajo de curtiembres en 1602
Después de curtido el cuero se procedía a confeccionar cordobanes, marroquinería, las mon-
turas y otros implementos que se confeccionaban en las talabarterías, que funcionaban como
tiendas de sillería y talabartería las que fueron comunes en Mérida durante los dos primeros
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siglos coloniales. En 1624, Baltasar de los Reyes, maestro de ese ocio tuvo por ayudante a Bar-
tolomé y por aprendices a un mulato también llamado Baltasar de los Reyes y a Jacinto. Otros
silleros y talabarteros que tuvieron tiendas fueron Esteban de Aguado y Juan de Montoya.
Otra actividad artesanal que debido a la provisión de su materia prima debió ubicarse en las
inmediaciones de los ríos fue la cantería, que consiste en el modelado de las piedras en bruto,
a las cuales se les daba un volumen pétreo denido, con supercies planas o redondeadas y
aristas precisas. El procedimiento se iniciaba con la determinación de los datos geométricos
del bloque a fabricar, a continuación y siguiendo un trazado previo se cortaban y trabajaban los
bloques, procedimiento en el cual se van empleando herramientas cada vez más nas, hasta
que se consigan las dimensiones deseadas o el dibujo en forma particular que de antemano se
haya establecido. Generalmente, los canteros venezolanos se dedicaron a labrar los escudos
nobiliarios para las portadas de las casas, fuentes, quicios, lápidas funerarias o pilas bautisma-
les, la mayor parte del tiempo estaban ocupados en la construcción de las fortalezas.
La referencia más antigua a la labor de cantería se remonta a 1532 en la isla de Cubagua,
en la desaparecida Nueva Cádiz en donde el maestre Lorenzo fue encargado por el alcalde
de la ciudad para esculpir en una piedra las armas reales de su majestad, con la nalidad de
retenerlo en la isla porque estaba amancebado con su esposa.
En Mérida, labor de cantería demuestra haber tenido un desarrollo muy superior al alcan-
zado en otras provincias venezolanas, lo cual ha sido demostrado al estudiar los bloques
que se conservan. La razón de ello, es que las tapias o paredes de las casas andinas fueron
construidas sobre cimientos de piedra para protegerlas de la humedad y acción corrosiva del
agua. Esa forma de utilizar la piedra en las construcciones merideñas las diferenció del resto
de las viviendas del territorio venezolano.
La materia prima utilizada por los canteros merideños fue la roca granítica y arenisca de grano
grueso y no, cuyos yacimientos se encuentran en las cabeceras de los ríos Albarregas y Milla. Los
cantos coloniales emeritenses, se caracterizaron por ser labrados en austero estilo herreriano y
entre otros canteros, se destaca Martín Serrano de Cuéllar, indio albañil declaró haber realizado “la
portada” de la casa de Juan Sánchez Osorio el “mozo” por cuyo trabajo había cobrado 120 pesos
en 1666. En 1981, fueron accidentalmente descubiertos, grandes cantos labrados provenientes
del destruido templo de San Francisco, y todavía existen los sillares donde está edicada la casa
del General Paredes, su escudo heráldico y el pórtico principal, edicada hacia 1690, ubicada en la
esquina de la Avenida Bolívar con calle 20 Federación. Igualmente, se fabricaron cantos labrados
para servir de implementos molientes de trapiches, curtiembres y molinos de trigo.
En Caracas esa actividad también debió tener un notable desarrollo, como se desprende
de las regulaciones emitidas por el cabildo de Caracas a principios del siglo XVII, determina-
do los sitios en donde se podían extraer piedras, es decir donde estaban la pedrerías y desde
allí se deberían transportar los bloques hasta las unidades de producción de los canteros, lo
cual fue tasado entre 24 y 30 reales de acuerdo con la carga sencilla o doble. El trabajo de los
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canteros y pedreros durante el dominio hispánicos se puede apreciar en las 63 construccio-
nes de castillos fuertes, fortines, polvorines y edicaciones similares que se construyeron en
el territorio de la actual República Bolivariana de Venezuela.
4. Características y funcionamiento de la granjería o trabajo
doméstico artesanal
Otra variante en el sistema de producción artesanal lo constituyó la granjería. Esta se de-
ne como el trabajo en el cual se paga por la tarea realizada, no así por la jornada de labor, si-
milar al destajo. Esa labor, se efectuó en las estancias, haciendas y en los poblados indígenas,
en espacios domésticos, que cumplían simultáneamente las funciones de vivienda y también
de unidad de producción, en cumplimiento con las disposiciones reales que establecían la
formación de pueblos de indios, las que como antes se expresó prohibieron la prestación de
servicios personales, permitiendo solo el pago de un tributo. Esas políticas fueron comple-
mentadas con normativas que instituían el trabajo libre asalariado de los amerindios con la
nalidad que pudieran obtener ingresos y pagar su tributación.
Con ese objetivo, las autoridades coloniales fomentaron en Mérida, Trujillo, Acarigua, Ca-
racas, Tocuyo, Barquisimeto y Carora la actividad del hilado de algodón y el tejido del lienzo,
de hecho se pagaba con lienzo, como se desprende de la carta suscrita por Salvador Leal,
vecino de Trujillo y estante en Caracas mediante la cual se obligó a pagar a Antonio Adornio
“11 libras de pita de la que se hila en esta gobernación
.
Igualmente, ocurrió en Mérida, al instituir la tasación para el pago de los tributos a los indíge-
nas en 1595, por el juez Francisco de Berrio, quien al cerciorarse que la zona carecía de minas de
oro y plata, cuya actividad primordial era la agrícola y considerando la densidad demográca de
la población indígena y sus condiciones físicas, como las características morfológicas de la re-
gión, estableció la tasa de los tributos de forma mixta en servicios y en especie. La tasa de Berrio
impuso a los indígenas la obligación de realizar diferentes actividades agrícolas e hilar algodón,
trabajo que debería ser remunerado, con una manta de algodón, dos varas y media de lienzo, un
sombrero de tierra y una ración de media fanega de maíz mensual. En cumplimiento con esas
normas, los encomenderos deberían entregar a los indígenas las materias primas para que éstos
las procesaran, convirtiéndolas en productos elaborados, cuya propiedad les correspondía a los
encomenderos, quienes en contraprestación les pagaban a los indígenas el jornal devengado por
el trabajo desempeñado, de la cual deducían la respectiva tributación.
De esa forma la labor del hilado de algodón se desarrolló tempranamente en Mérida colo-
nial, ya en 1593, con la expresada tasación hecha por el juez Francisco de Berrio, se asignó a
cada pueblo de encomiendas la producción de 40 arrobas de hilo, mientras a aquellas comu-
nidades ubicadas en las adyacencias de las estancias de los encomenderos, donde se cria-
ban ovejas se les impuso hilar nueve libras de lana. Por su parte, a los indígenas destinados
al servicio doméstico, bajo la gura del concierto, se les cancelaba con 5 varas de lienzo por
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cada 100 tejidas, es decir 1 peso, porque cinco varas equivalían a 1 peso de oro de veinte qui-
lates. De ese modo, el encomendero, dueño del telar, era propietario de las restantes noventa
y cinco varas, equivalentes a 19 pesos, porque una pieza de lienzo oscilaba entonces entre
100 y 115 varas, que se apreciaba entre 20 a 23 pesos.
De ese modo, a nales del siglo XVI, en Venezuela, el hilado de algodón fue un trabajo habi-
tual entre los indígenas, desarrollado en la mayoría de sus pueblos, debido a las disposiciones
reales que los naturales deberían vestirse y “ no andar desnudos”, por lo cual determinó la ne-
cesidad de proveerse de ropa necesaria para cubrir “decentemente” sus cuerpos y por ello se
introdujeron tempranamente los telares hispánicos, ya en 1579, en Mérida se hizo referencia
a los mismos con sus aderezos integrados por “... peynes y urdidera y tornos...”, asimismo en
la estancia de Hernando Cerrada, en el pueblo de Chachopo se describían otros tres telares,
con sus peines, lizos y doscientos hilos de curtiembre.
Subsiguientemente, durante el siglo XVII, este tipo de trabajo era habitual en Mérida, lo
cual fue apreciado por los visitadores encargados de velar por el buen trato a los naturales,
quienes pudieron constatar el incumplimiento de las Leyes de Indias que ordenaban la supre-
sión del servicio personal. Así lo pudo evidenciar, Alonso Vázquez de Cisneros al comprobar
que los naturales seguían prestando servicios personales a sus encomenderos, en 1620. Para
evitar los abusos que se cometían con los nativos, el visitador ordenó que los aborígenes pa-
garan sus tributos en hilo de algodón avaluando una libra en tres reales castellanos e impuso
una tasa de cinco pesos anuales y dos gallinas, que deberían ser pagados en hilo de algodón.
Los dispuesto por el visitador equivalía a que cada indio tributario en Mérida debería hilar 13,3
libras de hilo de algodón anual, lo cual se debería multiplicar por 3.114 indios útiles y tributa-
rios que se empadronaron en la jurisdicción de la ciudad de los picos nevados en ese año, lo
que teóricamente representaba la producción anual de 41.416,2 libras de hilo.
De acuerdo con esas disposiciones, los naturales trabajaban en la producción textil, así lo
conrmó Isabel González, quien no rindió cuentas de la administración de los repartimientos
indígenas encomendados a su hijo Juan Sánchez Osorio, en los que se incluyeron los bene-
cios provenientes de las cosechas de maíz, las hilazas de lienzo de algodón y lino y otras gran-
jerías. Igualmente, lo manifestó Pedro Álvarez de Castrellón, encomendero de 34 indios en el
pueblo de la Sabana, quien se comprometió a entregar los tributos de los naturales, en la labor
de lienzos estimados en 3.000 pesos, en 1626. Un año después, se reseña la consignación de
materias primas para la elaboración de los textiles mediante declaración emitida por Julián
Arroyo quien habían entregado a los indígenas del pueblo de La Veguilla 24 petacas de algo-
dón para que fueran hilados, por cuyo trabajo se les pagaría dos reales por cada libra de hilo.
Del mismo modo, se efectuaba en el repartimiento de la Mesa de los Timotes, integrado por
32 naturales encomendados a don Francisco Martínez Rubio Dávila en 1651, quienes habían
realizado el hilado de 14 arrobas y dos libras de algodón, por cuyo trabajo se les debía cancelar
la cantidad de 96 pesos, los que serían entregados en especies compuestas por sal, cacao y
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ropa. Igualmente, en el Tocuyo, Carora y Barquisimeto se reere que se exportaban a Puerto
Rico y Santo Domingo desde1599 hasta 1607 entre 507 a1125 varas de lienzo de la tierra.
La labor del hilado y tejido no solo fue de lienzos sino también de alfombras, que se fabrica-
ron en Mérida desde nales del siglo XVI, como lo describe Diego de Villanueva y Gibaja, quién
en 1607, expresó que los indígenas servían a sus encomenderos en “... las granjerías que tienen
que son lienzo, trigo, cordovanes, azúcar en conservas, quesos, jamones, hilo de pita, alfombras,
carpetas, eltros para caminar... sayales y frazadas...
. Una década después Alonso Vázquez de
Cisneros emitió una ordenanza en la que reguló el pago de los alfombreros al establecer que: “a
los indios que obraren y tejieren alfombras, tapetes y cojines de los que se labran y hacen en esta
ciudad de Mérida se les dé y paga a cada uno catorce pesos y el sustento ordinario…”, lo cual de-
muestra que era un trabajo domiciliario que se mantuvo durante todo el periodo colonial como lo
demuestran las alfombras hechas Mérida de nales del siglo XVIII que se conservan en Caracas.
5. Características y funcionamiento de los contratos de obras
Aunque la mayoría de la solicitudes y contrataciones de las obras artesanales fueron
manera verbal, debido a que el producto demandado, por sus propias características y por
la compulsión jurídica que ejercían las instituciones citadinas obligaban a los artesanos al
cumplimiento de sus labores, como ocurrió con los sastres, zapateros, herreros, caldereros,
plateros y otros; pero en ocasiones debido a las dimensiones, importancia y valor del produc-
to la contratación de las obras fue un acto jurídico formal, que posibilitó la fabricación de los
productos y obras artesanales, previamente sometidos al diseño y control de calidad precisa-
do por los clientes. Mediante ese contrato celebrado por un contratista con un artesano, se
establecían las condiciones y características de la obra encargada al artíce, quien realizaría
su trabajo por un período, costo y salarios preestablecidos. En el mismo, se especicaban las
particularidades de la obra, la que variaba desde la calidad y cantidad de las materias primas
empleadas y las características morfológicas de la misma.
A diferencia de las tiendas, talleres y fraguas, en el contrato de obra, el capital y los mate-
riales son proporcionados por el contratista, mientras el artesano solo aporta su trabajo, ha-
bilidad, destreza, conocimientos, control de calidad, administración, y herramientas. En este
caso, el artíce no recurre al mercado para la venta de su producto, ya que este ha sido pre-
viamente pagado, sólo deben cumplir con los requerimientos y especicaciones expresadas
previamente por el cliente para la fabricación de la obra. Asimismo, se le provee de la mano
de obra adicional que requiriera y se determinan las condiciones y criterios de su suministro.
Los contratos se realizaron con la nalidad de efectuar obras civiles tales como puentes, ca-
sas, edicaciones religiosas, objetos decorativos, imágenes del culto, retablos, vestidos, tejas,
ladrillos, loza, molinos, trapiches, rejas pailas, azadones y otros.
De ese modo, durante la segunda mitad del siglo XVI, en Caracas, el vicario de la parroquial
de la misma contrató en 1595 a Juan Pérez Valenzuela para que le edicare su casa que se la
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habían quemado los ingleses con la condición que fuera igual a la que había sido calcinada,
por ese trabajo se cancelarían 104 pesos. Dos años después el capitán Juan de Vergara con-
trató al albañil Francisco Benítez para que le labrara unas casas según la planta que le tenía
construida, por cuyo trabajo recibiría la cantidad de 276 reales de oro no,
Igualmente, en Mérida entre otras obras de construcción civil contratadas se encuentran,
la casa de Juan Ximeno de Bohórquez, quien concertó Juan de Milla, cuyo trabajo consistía
en abrir los cimientos, armar las paredes (tapias), hacer las rafas y cubrirlas con tejas. La
edicación tendría dos pisos y en el esquinero, como en la parte frontal se ornamentaría con
cantos labrados, mientras en su segundo piso se ubicaría un balcón, que daba frente la casa
de cabildo, por ese trabajo al artesano recibió sesenta pesos.
En la misma ciudad, durante la primera mitad del siglo XVII, precisamente en 1624, don Lo-
renzo Cerrada, contrató al carpintero Diego Román con la nalidad que le fabricara diferentes
obras para su casa. Entre éstas habría de realizar varias puertas de calle y otra para la sala,
una de ellas con postigo, los arcos interiores con molduras, alacenas, las ventanas internas y
externas, estas últimas deberían tener rejas con balaustres torneados. Igualmente, se incluyó en
esta transacción, la elaboración de una ventana pequeña tosca para permitir la entrada de la luz,
además debería fabricar algunos muebles para el uso doméstico, como un bufete “faxeado” por
“los lados y cabezay dos sillas de sentar mujeres, que deberían ser más bajas que las utilizadas
para los hombres, con sus brazos anchos, además exigió que la madera a utilizar debería ser
cedro blanco. Los jornales del artesano se ajustaron en veinte pesos de oro de veinte quilates.
Asimismo, en Mérida, Antonio de Arias Maldonado, también emprendió la construcción de su
residencia, con cuya nalidad contrató al carpintero Diego de Mendoza, con la nalidad de fabricar
la estructura de la misma. Arias Maldonado expresó que su residencia tenía aproximadamente
cuarenta pies de cuerpo, con un corredor frente al patio. Por lo tanto, el carpintero debería fabricar
un balcón que mediría veinte pies y se ubicaba frente a la plaza, conforme a la planta que el alférez
tenía construida. Además, debería fabricar las puertas de la calle y la sala, las que junto al balcón
deberían ser molduradas, de la misma forma debería hacer una antepuerta para el zaguán que ten-
dría un postigo. El contratista, también estableció que el pasamano de la escalera debería hacerse
con balaustres torneados. Del mismo modo, el carpintero debía entablar el entresuelo, ubicar en el
corredor dos tirantes enlazados, hacer los umbrales de las puertas y dos alacenas, cuyas maderas
deberían ser labradas, el pago por el trabajo se ajustó en ciento noventa pesos.
Las edicaciones religiosas también se realizaron mediante la contratación de las obras,
ya en 1592, el albañil Juan de Milla fue concertado para la construcción de las labores de al-
bañilería de la iglesia mayor de Mérida, asimismo se le contrató para el trabajo de carpintería
en ese edicio. El salario del artesano se estableció en 3500 pesos de oro de veinte quilates.
Posteriormente en 1595, Juan de Milla, también fue contratado para erigir la iglesia del Con-
vento de San Agustín. En ese contrato, se hizo constar que la mano de obra, los materiales
de construcción como ladrillos, madera, piedras de sillería, barro para la mampostería y la cal
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sería proporcionada por los religiosos, el albañil recibiría 60 pesos en lienzo en pago por su
trabajo y realizó un diseño de su fachada (Véase gura 1)
Igualmente, en Caracas, los franciscanos contrataron al albañil Antonio Rui Sullana para edi-
car la obra de “albañilería” de la iglesia de su convento, al parecer el alarife dejó inconclusa la obra
porque en 1597 fue llamado el albañil Francisco Benítez para que la nalizara según las instruc-
ciones que tenía para hacerla Rui Sullana1. Al parecer la obra fue nalizada en 1598, cuando fue
contratado el maestro de carpintería Diego Alonso para para hacer la iglesia y capilla mayor de ese
convento, con cuya nalidad se le entregaría la madera necesaria en cuatro líneas en cuadra e cua-
drantes y la dicha iglesia con tirantes doblados de buena obra, labrada a boca de azuela y esquina
bien armada de par y nudillo”, además debía fabricar dos puertas principales de la mayor y la del
claustro y otra que sale a la capilla mayor” por cuyo trabajo se le cancelarían 800 pesos de oro2.
Durante la primera mitad del siglo XVII, se edicaron en Mérida dos edicios religiosos,
como lo fueron el Convento de Santa Clara y el Colegio de la Compañía de Jesús. En el caso
de las clarisas, esa obra se inició hacía 1630, con un contrato suscrito entre el alcalde ordi-
nario Diego Prieto Dávila y el albañil Gaspar Mateo de Acosta, el edicio debería tener iglesia
y claustro por el cual se le cancelaría al alarife 200 pesos de plata y se le proporcionaría todo
el “peonaje que fuera necesario3, pero esas fábricas fueron interrumpidas y posteriormente
en 1645 se reiniciaron los trabajos, en estos intervinieron el carpintero Juan Camacho y el
herrero Pedro Fernández de Ojeda, concluyendo un amplio edicio en 1650.
En el caso de los ignacianos, la edicación probablemente se inició hacia la cuarta década de
aquella centuria, pero las edicaciones no avanzaron con rapidez y en 1645, el rector del colegio
le había entregado 7 pesos de oro de veinte quilates al joyero Juan Esteran de Ochoa para orna-
mentar el altar mayor, pero el jesuita fue defraudado por lo cual el rector solicitó la encarcelación
del artesano y lo obligo a resarcirle4. Posteriormente, en 1653, el rector de los ignacianos contrató
a Mateo Leal, carpintero para que realizara la iglesia del colegio, le dio la madera y se comprometió
a proporcionarle los peones para realizar ese trabajo5 y años más tarde en 1665, se concertó a un
dorador para que dorara del altar de la iglesia para cuya labor se le entregaron 50 libras de oro.
Otras obras que fueron edicadas bajo el sistema de contratación fueron las de infraestruc-
tura urbana, como los puentes de la ciudad, especícamente en Mérida se concertó al maestro
albañilería Pedro de la Peña, para que construyera el puente sobre el río de Mucujúm, obra que
obtuvo por remate, a quien le fueron señaladas sus obligaciones en caso que el puente se cayera
por causas distintas a la tormenta, crecida violenta del río, terremoto u otro fenómeno natural6.
1 Millares Carlo Agustín,
Protocolos del siglo XVI …
p. 165.
2 Millares Carlo Agustín,
Protocolos del siglo XVI …
pp. 192-193.
3 AGEM.
Protocolos
T. XI. Carta de concierto para la edificación de un convento de monjas. Mérida, 11 de diciembre de 1628. f. 268.
4 AGEM.
Protocolos
T. XVIII. Carta de fianza. Mérida, 30 de septiembre de 1645. . 244r-v.
5 AAM.
Seminario
Caja 1. Inventario de los papeles del Colegio San Francisco Xavier de Mérida. 1773. f. 19v.
6 AGEM.
Protocolos
T. III. Carta de fianza. Mérida, 1 de junio de 1605. f. 180v.
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Figura 1 Diseño de la fachada del Convento de San Agustín de Mérida realizada por Juan de Milla. 1592.
Fuente: AGEM.
Protocolos
T. II, f. 141r.
Diversos rubros de la producción artesanal también fueron realizados mediante contratos,
en ellas se incluyeron la construcción de obras inherentes al proceso productivo agrícola,
tales como molinos, trapiches, tejas, ladrillos, y hasta la preparación de cal para las edicacio-
nes. En 1639, en la hacienda de Mococón se concertó a Fernando de Rojas, carpintero para
la construcción de un ingenio para moler caña, por lo cual el carpintero recibiría 260 pesos,
mientras para la edicación de la casa del trapiche fue llamado a Gonzalo, indio albañil quien
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recibió 35 pesos por su trabajo7. Asimismo, el alfarero Esteban de Palacios fue contratado
por Sebastián de Palacios y Francisco de Ojeda para que en el horno del alfarero “... sé cuesan
hornadas de teja y ladrillo...”, los contratistas se comprometían a proporcionarle el maíz y la
carne necesaria para el alimento de los indios que laboraban en el tejar y le cancelarían peso y
medio semanal y un adelanto de 50 pesos, el contrato tendría una duración de mes y medio8.
En el siglo XVIII, se debe hacer especial referencia a los artíces que hicieron posible la
fábrica del templo de San Pedro Apóstol en la costa sur del Lago de Maracaibo, en la cual
se destaca el constructor de la obra, don Francisco Larrumbide, albañil natural de Vizcaya,
alcalde ordinario de la ciudad de Maracaibo, comerciante de la carrera de Veracruz, y parte
del entorno inmediato del gobernador provincial don Joaquín Primo de Rivera, quien ofreció
su trabajo y destreza, sin cobrar emolumento alguno hasta nalizar la misma. A la labor des-
empeñada por ese destacado miembro de la elite marabina se debe agregar la que desplegó
“… un mulato, llamado Pedro José Sánchez, ocial del albañil, de edad al parecer de setenta
años, que se compró en setenta y cinco pesos…, por don Juan Paulis Palmero, mayordomo
de la fábrica, para que asumiera las funciones de “ayudante de albañil”
9
.
Otra importante y signicativa labor asumida por los artíces en el expresado ámbito de la
construcción civil fue la fabricación e instalación de las techumbres, en las cuales se emplea-
ron la tecnología que consistía en utilizar rectángulos de madera, denominadas alfarjes10 con
pares y nudillos colocados sobre soleras, las que se apoyaban en los muros laterales y sobre
fachadas, denominados soportales11 como la efectuada por el carpintero Bartolomé Belmon-
te Olano, quien realizó la techumbre mudéjar del expresado templo de San Pedro Apóstol en
la costa sur del Lago de Maracaibo12.
Conclusiones
El sistema de producción artesanal en Venezuela durante el periodo hispánico, fue desa-
rrollado como resultado de una pujante actividad económica, en unidades de producción, la
mayoría de las cuales se instituyeron mediante la gura jurídica de la compañía artesanal, en
las cuales se tipicaron variantes para la fabricación de bienes; los talleres-tiendas, las fra-
guas- alfarerías-tenerías y la granjería o trabajo doméstico. En esas formas de organización
de las unidades de producción artesanal participaron artesanos y otros personeros quienes
aportaron capital, mano de obra, técnicas y control de calidad, para desarrollar su producción.
7 AGEM.
Protocolos
T. XVI. Testamento de Juan Cerrada. Mérida, 7 de noviembre de 1639. . 2r.5v.
8 AGEM.
Protocolos
T. VIII. Concierto. Mérida, 7 de mayo de 1623. f. 352.
9 Ramirez Méndez Luis Alberto, “La edificación del templo de San Pedro Apóstol en el sur del Lago de Maracaibo. 1770-
1780” … p. 28.
10 Santiago Sebastián,
Techumbres mudéjares de la Nueva Granada.
Cali. Editorial Pacífico, 1965.
11 Téllez Castañeda Germán, “Notas sobre la arquitectura civil en Cartagena en el siglo XVII”, Calvo Stevenson Haroldo y Miesel Roca
Adolfo (edit.),
Cartagena de Indias en el siglo XVII.
Cartagena. Banco de la República y Biblioteca Luis Ángel Arango, 2007. p. 137.
12 Ramirez Méndez Luis Alberto, “La edificación del templo de San Pedro Apóstol en el sur del Lago de Maracaibo. 1770-
1780” … p. 28.
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A diferencia de las anteriores, la granjería se practicó fundamentalmente en el ámbito rural,
en espacios domésticos dedicados a la confección de textiles, colchas, alfombras, tapetes y
cojines. Además, la contratación de las obras permitió el encargo de productos con caracte-
rísticas particulares debido a que estas debieron construirse o fabricarse
in sutu
y también
debido a su dimensión, morfología y costos. De ese modo, el trabajo artesano en Venezuela
durante el periodo colonial se realizó mediante la aportación de capital, tecnología, mano
de obra y materias primas para la producción de insumos necesarios y demandados por la
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AGI.
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1573. Ordenanza 125. f. 89r.
AGI.
Indiferente General,
Legajo 427. Libro XXIX. Ordenanzas de Descubrimiento, nueva pobla-
ción y pacicación de Indias dadas por Felipe II. Bosques de Segovia, 10 de julio de 1573.
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Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 46-74. Provincia de Pontevedra - España
La ciencia experimental, sus lectores y bibliotecas en
la América colonial: La circulación del libro cientíco
en la provincia de Venezuela en el siglo XVIII
Rafael Balza García*
RESUMEN
En el siglo XVIII Venezuela experimentó un proceso gradual de incorporación del pensamiento cientíco en
su cultura, que no se limitó a las instituciones educativas como la Universidad de Caracas. Algunos actores
sociales pudieron leer obras modernas de pensamiento cientíco europeo y componer bibliotecas personales
con una variedad de libros cientícos, a pesar de que la mayoría de la población no leía y los estudiosos eran
pocos y de una cierta clase social. Basados en documentos históricos no publicados y publicados, haremos
un inventario de las bibliotecas y del tipo de actor social que poseían libros cientícos; y mostraremos los te-
mas y autores más importantes que permitirían socavar el conocimiento escolástico en la sociedad colonial,
y empujarla a cambios sociales y epistémicos profundos que denirían el rumbo de la sociedad venezolana.
Palabras clave
: física experimental, enciclopedia, sociedad colonial, Caracas.
ABSTRACT
In the 18th century, Venezuela underwent a gradual process of incorporating scientic thinking into its culture,
which was not limited to educational institutions such as the University of Caracas. Some social actors were
able to read modern works of European scientic thought and compile personal libraries with a variety of
scientic books, despite the fact that the majority of the population did not read and scholars were few and of
a certain social class. Based on unpublished and published historical documents, we will take inventory of the
libraries and the type of social actor who possessed scientic books, and we will show the most important the-
mes and authors that would undermine scholastic knowledge in colonial society and push it towards profound
social and epistemic changes that would dene the course of Venezuelan society.
Keywords: Experimental physics, encyclopedia, colonial society, Caracas.
* Centro de Estudios de la Ciencia-IVIC, Universidad Pedagógica Experimental Libertador-IPRGR, Universidad Católica Ceci-
lio Acosta, CÍRCULO WITTGENSTEINEANO-LUZ. Caracas - San Cristóbal - Maracaibo / Venezuela. lionheart1905@hotmail.
com. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5831-661X
Recibido: 5/11/2022
Aceptado: 10/3/2023
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El siglo XVIII se revela como siglo clave en lo que
respecta a la creación y elaboración de los cimientos conceptuales a partir de
los cuales se ha desarrollado posteriormente la reexión losóca [y cientíca] en Venezuela
Sabine Knabenschuh
1. Introducción. Sobre la ciencia moderna y su introducción
en la provincia de Venezuela
Preguntar por el modo cómo la ciencia experimental1 comenzó a introducirse en la provin-
cia de Venezuela en la época colonial no es tan sencillo; sobre todo, porque no hay suciente
información documental o instituciones claramente denidas y formalizadas en su enseñan-
za y divulgación teórico-experimental que nos den una imagen amplia y clara de su proceso
de difusión en el siglo XVIII. Lo que se presenta es un panorama lleno de una ambigüedad de
procesos sociales, conocimientos y visiones del mundo superpuestas, caracterizado por el
empalme entre los reformadores y promotores de la ciencia moderna y las diferentes áreas
del conocimiento, los diversos sectores sociales no cientícos y la variedad de intereses polí-
ticos, económicos o sociales; y, con la representación de una ciencia experimental que entra
—fundamentalmente— a través de ideas, conceptos, nociones, esquemas, temas o proble-
mas. Y que se da con la particularidad del caso, donde algunos, aunque representantes y
defensores de ésta, no mostraron un interés —o una capacidad— para desarrollar un trabajo
propiamente
experimentalista-matemático local.
En sumo caso, como ocurrió en España a nales del siglo XVII, lo que se pudo desarrollar
—y lo que podemos ver y estudiar por el tipo de panorama social y epistémico de la época—
fue un tipo de ciencia que Moreno González llama ciencia académica’; aquella que se dene
como ‘eclécticaporque no sigue a un cientíco o a un lósofo en particular, y porque, fun-
damentalmente, se enfoca en desmontar los procedimientos silogísticos, las disquisiciones
metafísicas y el dogma católico que caracteriza, por ejemplo, a la
Physica
aristotélica (More-
no González, 1988: 24); manteniendo, inicialmente, en cierto margen el aspecto plenamente
formal o matemático que dene a la ciencia experimental. En otras palabras, se caracteriza
porque, principalmente, inicia “con el intento, arduo y pertinaz, por desgajar la losofía natural
de la losofía escolástica, concebida ésta como un servicio a la teología” (Moreno González,
1988: 18). Por ello, la hemos llamado también, una
ciencia reformista.
Este tipo de ciencia es comprensible ver en la provincia de Venezuela entre nales del siglo
XVIII e inicios del XIX, y “justicable” hasta cierto punto, si consideramos que, desde el punto de
vista de la literatura “cientíca”2 que leían algunos representantes de la élite criolla, casi siem-
1 En adelante, nos referiremos —indistintamente— con ‘ciencia experimental’, ‘ciencia moderna’, ´ciencia’ o ‘ciencia ilus-
trada’ a la ciencia que surgió entre el siglo XVI y XVIII en Europa, especialmente bajo autores como Nicolás Copérnico,
Galileo Galilei e Isaac Newton, entre otros.
2 Defino
libro cienco
a aquel cuyo contenido explicaba y desarrollaba una gran variedad de temas en las áreas de la
matemática, la física experimental, la química, botánica, cirugía o astronomía. Dentro de ese tipo de libro eran pocos los
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pre eran diccionarios, compendios, manuales, textos secundarios o textos de losofía moder-
na; pues, hasta los momentos, no hemos encontrado indicios de que se leyera directamente,
por ejemplo,
De revolutionibus orbium coelestium
de Nicolás Copérnico, la
Principia Matemática
de
Newton o los
Diálogos sobre los dos máximos sistemas del mundo
de Galileo Galilei; y entendible,
porque esa ciencia académica y reformista que se desarrolló estaba sustentada, casi siempre,
en un género literario común para la época en España y Europa, y que se usó para divulgarla
ampliamente,
la enciclopedia.
Desde el punto de vista técnico, no había una plataforma ins-
trumental-tecnológica que permitiera enseñarla o explicarla a través de experimentos en la
Universidad de Caracas o en los conventos (si en algún momento se le hubiese dado un lugar
formal). Desde la motivación, era muy reducido el número de actores sociales realmente inte-
resados en la ciencia experimental, pues otros temas, como los políticos o económicos, eran
de mayor interés. Y, desde el punto de vista institucional, no había mucho margen de acción
permitido —legal y económicamente— que diera paso a su introducción pedagógica y a su ins-
titucionalización en los centros dominantes de enseñanza en la Provincia de Caracas; y lo poco
que se pudo hacer en las Academias de Geometría y Forticación, realmente, no duró ni una
década. No es por ello nada extraño que Humboldt, en su visita a Caracas en 1799, propusiera:
(…) la creación de dos cátedras, una de matemáticas y otra de química y física experimental. Pero en
el caso de que se preriera un sólo profesor, en vista de las necesidades de la Provincia, el profesor
de química y física sería más necesario que el de matemáticas. A su juicio, no faltaría en Caracas
«algún sujeto instruido en las matemáticas elementales para enseñar a la juventud». Finalmente
aconsejó que se compraran en Europa instrumentos cientícos de los más conocidos, sin los cua-
les los conocimientos de los nuevos catedráticos serían inútiles (Freites, 1997: 181).
Ahora bien, sin embargo, a pesar de todo eso, la ciencia experimental se
mostró,
y lo hizo,
inicialmente, en forma libresca; caracterizada, en gran medida, por los
libros modernos
que
llegaron de España, Francia e Inglaterra, y que se leían, se discutían y se comentaban en al-
gunos sectores sociales de la élite caraqueña entre clérigos, académicos, representantes del
poder real y, posiblemente, algunos hacendados. Sobre todo, porque desde muy temprano en
la edad media, en España y en Hispanoamérica el libro fue la herramienta principal de divul-
gación de las ideas, y un mecanismo del poder eclesiástico y monárquico:
(…) de gran utilidad para extender y perpetuar su dominio y control sobre la sociedad; a lo que hay
que unir la tradición judaica que otorgaba al libro sagrado un valor supremo y la greco-romana
que había favorecido el desarrollo de un incipiente comercio librario y la creación de “bibliotecas
públicas” por primera vez en la historia, adquiriendo el mundo del libro y las bibliotecas un papel
de cierta importancia en la cultura clásica (García López et. al., 2012: 195).
Esa forma libresca de introducción de la ciencia experimental, de igual modo, crece pro-
gresivamente al cierre del siglo XVIII porque no hay un límite estricto o alguna pena inquisi-
estrictamente especializados que circularon en la Provincia, como el
Compendio Matemáco
del padre Tosca, el
Tratado
de Electricidad
de Nollet y la
Química
de Chaptal. Muchos otros fueron enciclopedias o manuales que, por su carácter algo
riguroso en abordar contenido científico, como el
Teatro Críco
de Feijóo, también los he considerado “libros científicos”;
aunque con el particular de que no era un tipo de libro que abordara un área científica en específico.
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torial severa por poseer libros u obras que divulgaran las nuevas ideas cientícas (
Cfr.
Balza
García, 2022). En este sentido, no parece extraño que también se produzca un crecimiento
progresivo de las bibliotecas que guardaban dicho material, como lo podemos ver a partir
de 1740 cuando dichos libros fueron haciéndose presentes en las bibliotecas personales y
conventuales de un modo creciente3. Bibliotecas que se levantaron con “diversos” libros que
traían de España y Europa; muchos de los cuales fueron libros en boga para la fecha por las
novedades que presentaban y explicaban en relación con la nueva ciencia. Estas bibliotecas
y libros, sin duda, a medida que se acercaba el cierre del siglo XVIII fueron un medio y un
mecanismo clave para ir socavando la presencia y el monopolio literario que tenían los libros
clásicos y ortodoxos en temas religiosos, teológicos y losócos en la Provincia.
Las distintas bibliotecas se fueron armando con las obras cientíco-modernas con las
que tuvieron contacto algunos representantes de la elite caraqueña, por ejemplo, con obras
con un renovado contenido cientíco experimentalista como las de Almeida, Tosca, Bossuet
o Lugdunenses, y que entraron por vías no estrictamente académicas, sino también por el
interés de algunas personas por conocer las ideas renovadoras del momento (funcionarios
reales, autoridades eclesiásticas, misioneros4, profesionales universitarios [Leal Torres, 1991:
26]). Y aunque imaginamos que muchos las manejaron con cierto recelo, otros de la misma
élite estamental, como algunos clérigos y docentes universitarios, fueron más abiertos a ellas.
En vista de ello, el presente estudio intenta dar cuenta de las distintas bibliotecas, el año
de su ubicación y los libros cientícos y sus propietarios que ya para mediados del siglo XVIII
existían en la Provincia de Venezuela; ordenando dichos libros por autores, temas y catego-
rías según lo más leído para la época.
2. Las bibliotecas privadas y el acceso personal a la literatu-
ra científica
En Venezuela e Hispanoamérica ya para nales del siglo XVIII era casi común” que llega-
ran muchos libros —enciclopédicos o no— con las nuevas ideas cientícas; y que fueron ha-
ciéndose parte “importante” de la base bibliográca personal en muchas residencias. Como
nos dice Henríquez Ureña, por ejemplo, “[…] en 1785, una sola remesa de libros recibida en El
Callao, el puerto de Lima, sumaba 37.612 volúmenes. El siglo XVIII circulaban muchos libros
de orientación moderna: la
Encyclopédie,
obras de Bacon, Descartes, Leibniz, Locke, Condi-
3 Las bibliotecas de los seminarios y colegios fueron otro género, que por los momentos no es objeto de estudio de la
presente investigación. Tanto en España como, de cierto modo, en Venezuela, entre el siglo XVII y XVIII, “se produjo un gran
desarrollo de colegios universitarios religiosos que, para su labor docente, contaron con bibliotecas. En la segunda mitad
del siglo, se consolidaron los seminarios conciliares que necesitaron también bibliotecas para desarrollar sus funciones.
Igualmente hay que destacar el papel de la Compañía de Jesús con una vocación educativa, creando estudios y colegios”
[García López, 2012: 196; Bartolomé Martínez, 1988].
4 Un dato da cuenta del papel que jugaron los misioneros en introducir o traer libros a la Provincia; o al menos nos permite
ver que hubo casos al respecto: “Lista y nómina de los libros que llevan para su uso 8 misioneros capuchinos de esta
provincia de Andalucía que, de orden del Rey, se embarcan para las misiones de Caracas en la fragata nombrada «San
Miguel»” [AGI, 1773, Contratación, 1693, Cádiz, 13-X].
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llac, Buffon, Voltaire, Montesquieu, Rousseau, Lavoisier, Laplace” (Henríquez Ureña, 1947: 45).
Otro caso, ya venezolano y con base en el siguiente dato, lo evidenciamos con el ingeniero
Esteban Aymerich (1736-1802), quien traía y estaba en posesión de muchos de ellos en 1775,
incluso, antes de las mismas reformas universitarias que llevó a cabo Baltasar de los Reyes
Marrero (1752-1809) en 1788 en la Universidad de Caracas:
1775, Cádiz, 19-IV
5
.
[Cuaderno 69]. Libros que lleva el capitán de Ingenieros Don Esteban Aymerich para su uso, con su
equipaje, en el navío «San Carlos» que va a Caracas:
9 tomos: Curso matemático, escrito en la Real Academia de Barcelona
6
.
6 tomos: Lecciones de Física Experimental, del Abate Nolet.
2 tomos de Física, por Musembroc.
2 tomos de Forticaciones, del Mariscal de Vauban.
4 tomos de Matemáticas, del Padre Reynan.
1 tomo de Matemáticas, de M. Guismée.
2 tomos de Forticación, de Don Miguel Taramar.
1 tomo de Forticación, de Don Sebastián de Medrano.
9 tomos de Matemáticas, del Padre Tosca.
3 tomos de Matemáticas, de Mr. Clermont. (AGI, L, 1694, Contratación, 1775)
Por otra parte, a lo anterior se une el laborioso trabajo bibliográco y la fundación de biblio-
tecas de los Jesuitas. Laborioso trabajo que dejó grandes volúmenes de libros y manuscritos
relacionados con la nueva ciencia y la física moderna en las bibliotecas que administraba esta
Orden religiosa en varias provincias de Venezuela7. Grandes volúmenes que, luego de su ex-
pulsión en 1767 por Carlos III, fueron asumidos por otras instituciones; por ejemplo, el Cabildo
de Caracas en 1768 solicitó que los bienes dejados por los Jesuitas, entre ellos el material bi-
bliográco moderno, se destinaran a la fundación de un Colegio de Nobles donde se enseñaría
ciencias naturales y matemáticas; en tanto dignas, útiles y provechosas que servirían para la
5 Por la importancia de la región de Cádiz para la fecha, en lo que respecta a la formación de ingenieros reales a través de
la Academia de Matemática [
Cfr.
Balza García, 2017], se entiende no sólo el tipo de texto que el capitán de Ingenieros, Don
Esteban Aymerich, trasladaba a Venezuela, sino la cantidad. La mayoría de los cursos y lecciones eran de lectura y estudio
común en la Academia de Cádiz y en la de Barcelona, por lo que debió ser “continua” su impresión y reproducción; así
como su traslado a Venezuela.
6 Dada la importancia de la matemática para la ingeniería, es claro el interés y empeño en manejar los libros y las ediciones
más actuales para el momento; y considerando el valor científico que tenía para finales del siglo XVIII la Academia de
Matemática de Barcelona en España, no es raro que en sus textos ya esté presente todo lo relacionado a los vínculos entre
la matemática y las ciencias experimentales.
7 En la Biblioteca del Colegio de Caracas, por ejemplo, existía la
Aritmética demostrada theorico practica
de Juan Bautista
Corachán; El Espectáculo de la naturaleza de Noël Antonio Pluche; la mayoría de las obras del Padre Feijóo;
El Atlas
de
Francisco Lazo;
El Diccionario
de Moreri;
El Compendio Mathematico
del Padre Tosca; y, diversos
Quadernos
sobre
Elementos
de Aritmética y Ciencia de los Números.
[Véase: Del Rey Fajardo, 1999: 136, 148, 149, 150, 171, 187, 242, 251].
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decente recreación de los ánimos, como para el desarrollo y enseñanza de las artes mecáni-
cas (Leal, 2012). En otras provincias, ya para la fecha de su expulsión, el primer Colegio de Mé-
rida, o primer Gran Colegio Venezolano fundado por ellos en 1628 de nombre “San Francisco
Javier”8, contaba en su biblioteca con 450 volúmenes, donde aparecían obras como la
Matemá-
tica
de Juan de Sacrobosco. En otro caso, también contaba con una magnica biblioteca para
1791 el Seminario de San Buenaventura, donde se encontraban 488 libros empastados y más
de 3.146 pergaminos, haciendo un total de 3.634 obras (Leal, 2012; Del Rey Fajardo, 1999).
Otro tipo de biblioteca que ayudó mucho a introducir la física experimental, a veces más
que alguna cátedra, físicos experimentales o alguna Academia, sin duda, fueron las
bibliotecas
privadas.
En el intersticio de esta situación muchos libros cientícos y modernos llegaron a estar
en manos de particulares. Ya desde 1740 es posible ver esto último en la Provincia de Caracas,
cuando desde algo temprano se aprecian —en bastante número—, por ejemplo, los libros de los
propulsores del movimiento
Novator
como Benito Jerónimo Feijóo o Tomás Vicente Tosca.
Un hecho que, aunque no nos dice que los mismos hayan sido usados siempre por sus
dueños para formase una mentalidad cientíca, nos habla ya de la presencia en la Provincia
desde mediados del siglo XVIII de libros que fueron referentes en España para la divulgación
de la nueva física9. Aunque no podemos suponer que con sólo la entrada e incremento de
libros cientícos en la Provincia de Caracas se crun pensamiento cientíco, al menos es
seguro que llegaron a la sociedad venezolana. Si bien “los libros cientícos comenzaron a
arribar casi desde el mismo momento del descubrimiento del territorio venezolano [y] (…) una
cosa [sea] la llegada de los libros cientícos y otra cosa (…) la instauración de establecimien-
8 En este colegio comenzaron a enseñarse las primeras letras y a realizarse los estudios más amplios de gramática; base
para los cursos superiores de filosofía, teología, derecho y medicina que los estudiantes —por lo regular— continuaban
en Santa Fe de Bogotá, en la Universidad de Santo Domingo o, en la Universidad de Caracas a partir de 1721 [Leal, 2012;
Del Rey Fajardo, 1999].
9 Es bueno acotar que, a parte de la Provincia de Caracas, en Mérida, para la segunda mitad del siglo XVIII, también llegaron
libros sobre ciencia moderna y existieron algunas bibliotecas bien surtidas al respecto. Como nos señala Leal, “a partir de
1700 comienzan a llegar en gruesos volúmenes las corrientes del pensamiento universal moderno (…) encontramos en las
casas y haciendas, un tipo de literatura que habla de progreso, de técnica, de “ciencias útiles, de física, matemáticas, quí-
mica, botánica y mineralogía (…) microscopios, máquinas eléctricas, ensayos del padre Feijóo, Jovellanos, Campomanes y
Cadalso -donde se critica a Aristóteles (…) y se proclama la enseñanza de las nuevas doctrinas de Descartes, Bacon y Newton
(…)” [Leal, 1985: 453]. En Mérida, como en Caracas, encontramos en manos de grandes familias adineradas bibliotecas bien
nutridas del pensamiento científico. Encontramos el caso de Don Mariano Verástegui, rico vecino de Mérida y dueño de la Ha-
cienda de Santa Cruz de Estánquez. En su biblioteca aparecen 15 tomos de Feijóo, la
Historia Natural
de Buon, los Elementos
de Historia Natural de Fourcroy, los
Elementos de Medicina Práctica
de Cullen (el mismo que usó Felipe Tamariz en su curso de
medicina en la Universidad de Caracas), la
Anatomía
de Martín Martínez, el
Diccionario de Química
de Joseph Macquer, la
Opera
Médica
de Boerchasi, el
Tratado Elemental o Principios de Física
de Brisson o, el
Idioma de la Naturaleza
de Francisco Solano Luque.
Y sin mencionar al Fray Manuel Cándido Torrijos, de quien ya se conoce su extensa bibliografía en libros de física y ciencia
moderna, y en propiedad de aparatos científicos. Leal [1985] da cuenta que trajo de Cádiz 65 cajones de libros, contentivos de
un total de 3.000 libros de las más variadas materias; y además de los autores españoles modernos referidos en el caso de Don
Mariano Verástegui, Torrijos poseía de Francois Bayle las
Diss. de experientia et ratione conjungenda in physica
,
medicina et cirugía
y las
Institutiones physicae
, ambos trabajos modernos. Asimismo, del físico alemán Friedrich Homann su
Theoremata Physica
y
Medicina rationalis systematica.
Sin duda, una gran cantidad de temas, textos y obras sobre ciencia física y médica que ni aún en
Caracas, algunos, existían para la fecha; o al menos no los hemos encontrado hasta el momento.
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tos educativos para la enseñanza de la ciencia10 (Leal Torres, 1991: 16), o la conformación de
comunidades cientícas para su discusión, con la presencia de un nuevo tipo de libro, aquel
cuyo contenido habla a distintos lectores (no sólo clérigos o académicos, también a hacen-
dados, a militares o a autodidactas como Carlos del Pozo y Sucre):
(…) el arribo y la demanda progresiva de mayores cantidades de libros, contenedores de nuevos
saberes, debió despertar en los lectores de Caracas un interés en los libros y en las lecturas dife-
rentes a los puramente religiosos y devotos, —característico de los siglos anteriores—; lo cual pro-
dujo el surgimiento de nuevas prácticas y usos de la lectura, nuevas experiencias y vivencias con lo
escrito; así como el desarrollo de mecanismos de restricción y control sobre los saberes por parte
de distintos grupos sociales e instituciones coloniales (…) (Soriano, 2014: 239)
Con el inicio de la circulación del libro cientíco entre las bibliotecas privadas, éste “dejó
de entenderse como un objeto adscrito exclusivamente a determinados espacios sagrados o
especiales” como [la Universidad] la Iglesia, el Convento y el Seminario, y empezó a conside-
rarse dentro de los espacios públicos como las tiendas y las pulperías; y los privados particu-
lares como las casas” (Soriano, 2014: 255). El libro moderno-cientíco comenzó a pertenecer
a un universo más basto de propietarios que los libros sobre lógica, metafísica, sagradas
escrituras, cánones o leyes, que casi siempre estaban en manos del sector institucional reli-
gioso. A propietarios de libros cientícos quienes —también— los inscribían en una realidad
más social, empírica, inmediata, real y técnica, y no sólo especulativa o losóca; aunque es-
tuvieran en manos de clérigos y siguieran siendo dominados por la élite caraqueña. Apartado
de la retórica losóca en debates escolásticos:
Dejó de ser considerado un objeto adscrito a una comunidad en especial (…) y se abrió, a través
de un original mercado, a un público mucho más numeroso y diverso (…) al dejar de ser un objeto
“especial” e intocable -perteneciente exclusivamente a un grupo particular que lo utiliza, lo controla
y lo difunde- y al hacerse accesible a varios grupos sociales -que evaden los controles- el libro [cien-
tíco] perdió su sentido “sacro” y se volvió un objeto profano, cercano, relacionado con la realidad
tangible, y expresión de conocimientos vinculados a esa realidad (…) (Soriano, 2014: 239, 255).
Aspecto que inuyó en el tipo de circulación que tendría dentro de la Provincia y en toda
Hispanoamérica, donde casos emblemáticos como el de los ingenieros reales nos habla de
un público que, aunque no fueron clérigos ni teólogos, hicieron uso del libro (cientíco) en la
esfera más cotidiana de la vida social (
Cfr.
Balza García, 2017). La circulación también fue
extramuros en ámbitos del sector militar, la casa de particulares o en actores sociales sin
formación universitaria; en este último caso recordemos a Carlos del Pozo y Sucre (1743-
1813), quien pudo realizar sus inventos y experimentos eléctricos gracias al acceso de algu-
nas obras modernas en física experimental, como el
Ensayo de la electricidad de los cuerpos
del
Abate Nollet (1700-1770),
Elementos de física teórica y experimental
de Sigaud de Lafond (1730-
10 Igual hay que decir que una cosa es el sistema educativo como medio formal para la transmisión de la ciencia, y otra la
transmisión –y discusión– de ésta en el sistema de las mismas relaciones sociales y la cultura en general. Así, los libros
científicos pudieron circular entre un “gran” público mucho antes de que un público reducido, el académico, pudiese
ponerlos en circulación dentro de las distintas cátedras.
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1810) y,
Experimentos y observaciones sobre la electricidad
de Benjamín Franklin (1706-1790). En
esta nueva realidad del libro en un público amplio y en las bibliotecas privadas:
1) Hubo una creciente oferta y demanda de libros [cientícos] en la ciudad y 2) se dio un marcado
aumento en variedad y cantidad del número de compradores y/o lectores. Con respecto al primer
punto podemos señalar que, a partir de 1750, la introducción de libros [cientícos] en la Provincia
de Caracas, y especícamente en la ciudad, deja de ser promovida únicamente por la Institución
eclesiástica y sus representantes, y esto empieza a ser también frecuente entre personas particu-
lares que disponían de los medios para importar libros. Principalmente, los nobles, los funcionarios
de la Corona, los grandes hacendados y propietarios de casas-tiendas en la ciudad, las personas
pertenecientes a distintos grupos profesionales y los comerciantes comenzaron a interesarse,
cada vez con más frecuencia, en el encargo de libros con el n de suplir sus bibliotecas de más
cantidades de libros sobre nuevos temas literarios y de formalizar en el contexto local una suerte
de movimiento de “desacralización” del libro, lo cual ya se había iniciado en Europa varias décadas
antes (…) y se abrieron y ampliaron diversas vías para la adquisición de libros por parte de los habi-
tantes de la ciudad (compras, remates, préstamos, robos) (Soriano, 2014: 253).
Dicha forma “amplia” de introducción desde inicios de mediados del siglo XVIII, igualmen-
te, no debe dejarnos dudas acerca de que los mismos catedráticos que comenzaron a impar-
tir el
Trienio losóco
en la Universidad de Caracas desde 1750 conocían también esa literatu-
ra. Lo que podría explicar por qué, como han demostrado Sabine Knabenschuh (1997ª, 1997b,
1999) y Ángel Muñoz García (1997, 1998, 1999), por ejemplo, Antonio José Suarez de Urbina
(1730-1799) en su
Trienio
1755-1758 y Francisco José de Urbina (1735-17?) en el de 1761-
1764 ya dejaban ver cierto acento cientíco cuando abordaban el tema de la
Physica.
Esa
literatura y ese pensamiento tuvieron que inuir en el marco académico-cultural de formación
de personajes como Antonio Suarez de Urbina y Francisco de Urbina; un poco para entender
que ya para 1755 en la Provincia de Caracas entre los grupos de poder y de formación acadé-
mica corría una imagen y una curiosidad por lo nuevo que se estaba escribiendo en Europa11.
No es raro suponer que muchos catedráticos que viajaban a la Península no hayan traído
entre sus pertenencias libros —de losofía, teología y ciencia— para impartir sus clases; o, en
otro caso, hayan tenido la posibilidad de solicitar su envío. Un dato que nos da indicios de esto
se puede observar en el siguiente caso de 1761: “[Libro H. 35 fol. 73]. Real cédula al Juez de
contrabandos, y arribadas en la ciudad de San Sebastián, para que permita embarcar los li-
11 Un dato interesante y curioso es que para 1712 el gobernador (polémico) de la Provincia de Venezuela, Don José Fran-
cisco de Cañas, hace público el interés por fundar una librería pública en la ciudad; desconocemos si ello se realizó, pero
el dato en sí mismo ya nos habla de una cierta cultura libresca para inicios del siglo XVIII. El documento señala que, “[El
Gobernador Don José Francisco de Cañas a S.M.]. Informa haber hecho pública la R.C. de 23 julio 1712, en que se ordena
erigir una librería pública en las inmediaciones del Real Palacio y que para contribuir a que se descubran mejor las pro-
piedades de la naturaleza, quieren juntar en la misma librería cosas singulares de estas Indias. Se le pide ponga particular
interés en recoger minerales, animales, plantas y frutas, acompañado de un papel que explique los nombres y caracterís-
ticas” [AGI, 1713, Caracas, 9-VI]. Tal vez dicho proyecto, como los hubo otros en Caracas para fundar establecimientos en la
enseñanza de la naturaleza, no llegó a feliz término; o al menos no se mantuvo hasta el final de la centuria, de otro modo
no se entiende por qué el mismo Humboldt no dijo nada al respecto, mucho más si se trataba de una cierta “institución
interesada en construir una particular “Historia Natural” de la región.
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bros que necesita el
catedrático
de la Universidad de Caracas doctor Don Juan de Eguiarreta12
(AGI, 1761, Santo Domingo 911, Aranjuez, 10-V).
Sea como sea, desde mediados del siglo XVIII ya había un “depósito” de nueva literatura en
una variedad de lectores, bibliotecas y lugares donde reposaban los textos cientícos en la Pro-
vincia de Venezuela; y que existieron con todo y que, a las bibliotecas también se les podía hacer
expurgación, y a las privadas, hacérseles en vida de sus propietarios o cuando éstos morían.
Sin embargo, aunque el inventario y avalúo de libros lo hacían sacerdotes, profesionales uni-
versitarios o una persona altamente calicada por el Estado o la Iglesia, la expurgación no fue
tampoco una práctica tan recurrente en nuestra región como podría pensarse; sobre todo, entre
otras cosas, porque aunque era una “norma obligatoria denunciar a las autoridades la presencia
de «libros prohibidos» antes de inventariar los bienes (…) esta disposición pocas veces se acató
(Leal, 2014, Tomo I: XXIII; Balza García, 2022). Todo ello inuyó para posicionar al
libro cientíco
entre algunos actores sociales dentro de los grupos de poder de la sociedad colonial.
3. Las bibliotecas personales y los libros sobre ciencia mo-
derna. Registro de unos inventarios
Las bibliotecas personales con libros cientícos existieron, según los datos encontrados,
desde 1740 en la Provincia de Venezuela. Tenemos también, en 1752, que obispos como Don
Manuel Machado y Luna, Dignísimo Obispo de Caracas, ya poseía “Ytten. Espectáculo de la
Naturaleza, dos thomos en octabo forrados en pasta en lengua francesa” (AGI, 1752, Caracas,
1-III); y un curioso libro llamado
El Jardinero de los Planetas,
donde se habla, con acento mo-
derno, de Eclipses, ofrece datos astronómicos, explica las Estaciones, presenta un detallado
calendario y habla sobre plantas, ores y animales, escrito en el mismo año de 1752 por el ma-
temático y lósofo D. Joseph Patricio Moraleja y Navarro13. En 1757 Don Santiago de Irisarri ya
traía entre sus pertenencias rumbo a Caracas en el navío San Francisco Xavier, “16 tomos de
Espectáculo de la Naturaleza (…) 2 tomos Anatomía, del Dr. Martínez. 4 tomos Cartas Eruditas,
del P. Feijóo (…) 2 tomos Demostraciones del teatro crítico. 4 tomos Demostraciones apologé-
ticas del 1o y 2o, del padre Feijóo. 1 tomo Justa repulsa de inicuas acusaciones, del padre Fei-
jóo14. 16 tomo de Espectáculo de la Naturaleza” (AGI, 1757, Contratación, 1689, Cádiz, 18-XI).
12 Nos dice Ángel Muñoz García de este Filósofo y académico venezolano de la Universidad de Caracas: “Juan Antonio
Eguiarreta. En septiembre de 1734 es Maestro en Artes. Tras su Curso de Artes iniciado en 1740, tuvo a su cargo la cáte-
dra de Vísperas, tiempo durante el que solicita al rey permiso para importar cincuenta tomos de
Teología Moral
del Mtro.
Larraga y dos de Jansen, a lo que accede una Cédula Real de 30-5-1761” [Muñoz García, 1997a: 91; Leal, 1965]
13 José Patricio Moraleja y Navarro nació en 1711 en Santiuste de Coca (Segovia) y falleció en 1763; hijo de Diego de Moraleja
y de Isabel Martín Alonso. Estudió Matemáticas, Astronomía, Geografía e Historia; y fue escribano en los Hospitales Reales
de la Corte y profesor de Gramática y Retórica.
14 Sus
Cartas Eruditas
(o,
Cartas eruditas y curiosas, en que, por la mayor parte se continúa el designio del Teatro Crítico Universal,
impugnando, o reduciendo a dudosas, varias opiniones comunes
) fueron publicadas en cinco volúmenes entre 1742 y 1760, y
consideradas, por el mismo autor, como una continuación de su famosa obra
Teatro Crítico Universal
. A través de 163 cartas
presenta y explica ciencias como física experimental, Astronomía, matemática, medicina, historial natural, filosofía mo-
derna, geografía, economía, derecho, literatura, filología, entre otras. Los tomos que trata de física y ciencia experimental
son el 1; el 3, donde aborda el Sistema Copernicano; y el 4, donde habla del Sistema Newtoniano. No debe extrañar, por
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En una línea de tiempo que comienza en 1740, podemos ordenar, exclusivamente el li-
bro cientíco, cronológicamente las distintas bibliotecas privadas, embarques y actores que
ya contaban con —o traían— textos cientícos apegados al espíritu moderno o al sentido
experimentalista y racional de la nueva física. Y lo hacían, por lo datos que en lo que sigue
ordenamos desde esa fecha, sobre todo religiosos (obispos, presbíteros, reverendos, padres),
hacendados, militares y académicos:
1740
Biblioteca del Obispo José Félix Valverde, Caracas, 1740:
Teatro Crítico Universal
(Benito Jerónimo Feijóo). En el avalúo el tomo suelto en cuarto
del
Teatro
quedó en 1 peso.
Cuadernitos del
Mercurio Histórico
(
y político
) (
Mercurio de España
)
(Leal, 2014, Tomo II: 69).
1747
Testimonio de los Libros que quedaron del expolio de los bienes del Obispo de Caracas,
Don Juan Gracía Abadiano, 1747:
Yttem.
La Filosofía Racional
de Juan Baptista Vermi15 (Berni), en cuatro tomos de a cuartilla.
1749
Biblioteca del Doctor Juan José Pérez vila, Clérigo Presbítero, Vecino de Caracas, 1749:
Itt. Otro tomo
Aritmética
de (Juan Pérez de) Moya16.
Itt. Otro dicho
Idioma de la Naturaleza
(Francisco Solano de Luque) (Leal, 2014, Tomo II:
179, 180)17.
ello, que el Fray Antonio Navarrete, ávido lector de él, hable recurrentemente en su
Arca de Letras
de “sistema copernicano
y “sistema newtoniano”. Las Demostraciones (o,
Demonstración crítico-apologética del Theatro Crítico Universal que dió a luz Fr.
Benito Geronymo Feijoo
) no fue una obra de Benito Feijóo, sino publicada en 1732 por el benedictino fray Martín Sarmiento.
Es el resultado de su profundo interés por los temas científicos y filosóficos, abordados por su colega religioso el maestro
y amigo Benito Feijoo en el
Teatro crítico universal.
De los pocos textos que escribió Martín Sarmiento, la
Demonstración
crítico-apologética
es la más elaborada y la más reeditada, cuatro veces en vida (1732, 1739, 1751, 1757) y una de muerto.
15 Se refiere al libro del Dr. Juan Bautista Berni,
Filosofía Racional, Natural, Metafísica, I moral
, escrito en 1736. En él, en los
Libros I, aborda el Capítulo de la Física. Entre los temas clásicos aristotélicos de la materia, el cuerpo, la naturaleza y el
movimiento introduce una visión moderna en muchos de ellos; y destaca su concepción astronómica moderna. En la
introducción al trabajo se alude a otro renovador-
Novator
de la ciencia en España muy leído en la Provincia de Caracas
en todo el siglo XVIII, el Padre Tosca, de quien dice: “El Dotor Thomas Vicente Tofca, Presbitero de la Congregación del
Oratorio de San Felipe Neri, en nueros dias ha fido el primer Efpañol, que aviendo efcritò de las cofas naturales con juicio
(…) publicó una Fifica, que merece èe nombre” [Berni Bautista, 1736: XIII].
16 La
Aritméca prácca, y especulava
del Bachiller Juan Pérez de Moya fue publicada por primera vez en 1562 en Salaman-
ca. Juan Pérez de Moya (1512-1596) nació en Jaén y fue un matemático y escritor español. Gran difusor de las matemáti-
cas y escritor del libro más importante de dicha disciplina en lengua española en el siglo XVI; el cual posee un tratado de
álgebra. De dicho texto se realizaron treinta reimpresiones hasta 1875; y fue elogiado por el matemático Simón Stevin.
17 Francisco Solano de Luque (1684-1738) fue un médico español e investigador en temas y problemas médicos. La obra
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1752
Biblioteca del Obispo de Caracas Don Manuel Machado y Luna, 1752:
Yten.
Espectáculo de la Naturaleza
(Noel Antonio Pluche), dos tomos en octavo forrados
en pasta en lengua francesa. (Leal, 2014, Tomo II: 213).
También tenía: Yten. El Espíritu de las Leyes (Montesquieu), tres tomos en octavo, fo-
rrados en pasta en lengua francesa.
Y, Explicación de Fluxos y Reuxos.
Biblioteca de Juan Sebastián Mondragón, Hacendado en el Valle del Tuy y vecino de
Caracas, 1752.
Tres tomos de
Aritmética
de Corachán, Puig y Zaragoza18 (Leal, 2014, Tomo II: 219)
1754-1756
Biblioteca del Capitán de Navío Don Antonio de Urrutia, miembro de la Expedición Cien-
tíca y de Límites que entre 1754 y 1756 recorrió las Costas de Nueva Andalucía y
remontó el Orinoco
Tres tomos
Cartas Eruditas
de (Benito Jerónimo) Feijóo
Diez idem
Theatro Crítico
(Benito Jeronimo Feijóo)
Nueve idem
Compendio Matemático
por (Tomas Vicente) Tosca
Uno idem,
Cosmographia
(Pedro de Medina)19
en cuestión que arriba se menciona es
Idioma de la naturaleza con el qual enseña al medico, como ha de curar con acierto los
morbos agudos / descubierto por el Dr. D. Francisco Solano de Luque ...; nuevamente compendiado, añadido ê ilustrado por el
Doctor Don Manuel Guerrez de los Rios.
Fue apodado “el pulsista”, pues gran parte de su método médico se basaba en el
diagnóstico por el pulso; del cual escribió una obra que se publicó en 1787 llamada
Observaciones sobre el pulso.
Fue un
gran médico admirado por Feijóo, según nos dice Leal [Leal, 2014, Tomo II: 173]
18 Cabe señalar que no es sólo un texto escrito por tres autores, sino de tres autores distintos que escribieron textos de
Aritmética, pero que, no sabemos los motivos, los colocaron o catalogaron de esa forma. El primero de ellos es Corachán
Juan Bautista (1661-1741), quien escribió en 1699 su obra
Aritheméca demostrada theoríco-pracca.
Fue un teólogo de la
Universidad de Valencia-España, también físico, matemático y astrónomo. Concurría en reuniones regularmente con el
Padre Tomás Vicente Tosca, por lo cual también es considerado uno de los novatores españoles y pre-ilustrados. Escribió
otras obras de carácter físico-matemático, como
Dissertaones Physico-Mathemacae
y sus
Dissertaones ex Physico-Mathe-
maca.
Por otra parte, Andrés Puig, en Barcelona, escribió
Aritméca especulava y prácca, y arte de algebra en la cual se
conene todo lo que pertenece al Arte menor o mercanl y a las dos algebras.
Publicado “en 1672 y reimpreso con adiciones
póstumas en varias ocasiones durante el siglo XVIII, desde el punto de vista de la didáctica de las matemáticas” [Catalán,
2020: V]. El mencionado Zaragoza debe tratarse de José Zaragoza (1627-1679), quien publicó en 1669, en Valencia-Espa-
ña, su
Arithméca Universal.
Fue matemático, astrónomo y cosmólogo jesuita español, también considerado uno de los
Novatores e ilustrados de España del siglo XVIII [Figueras, 2017].
19 Pedro de Medina (1493-1567) fue un matemático, astrónomo, geógrafo y cartógrafo sevillano perteneciente al Renaci-
miento español. Dedicó gran parte de su vida al estudio de los problemas de navegación, publicando, en 1545, su
Arte de
Navegar
(1545), el cual fue el primero sobre esta materia en Europa y que “se compone de ocho libros, con la exposición
de la esfera, los cielos, movimiento de los planetas, los vientos, la brújula, etc.” [Leal, 2014, Tomo II: 225]. Y en 1538 publicó
el
Libro de Cosmograa.
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Un librito
Explicación de los Elementos Geométricos.
(posiblemente del padre Manuel Ja-
cobo Kresa, publicado en 1689)
Uno, Explicación en francés del
Quartier de reducción esphérico (sic)
Uno, Explicación abreviada de los
Elementos de Euclides
(Ignacio Muñoz)
Uno (Tratado de la)
Cosmographia
(y)
Nautica
(Pedro Manuel Cedillo)20
Uno
Trigonometría aplicada a la navegación,
por (Pedro Manuela) Cedillo.
Uno
Geometría Militar, con Tablas Polimétricas
(Leal, 2014, Tomo II: 225-226)
1757
Libros de destino a Caracas que Don Santiago Irisarri y Don Juan Ignacio Sorondo Em-
barcan en el Navío “San Francisco Javier”, de la Compañía Guipuzcoana, 1757
Diez y Seis Tomos
Espectáculo de la Naturaleza
(Abate Antonio Pluche)
Dos tomos Anatomía del doctor (Martín) Martínez
Cuatro tomos Cartas Eruditas del Padre (Benito Jerónimo) Feijóo
Nueve tomos Teatro Crítico (Benito Jerónimo Feijóo)
Dos tomos Demostración Apologética del 1° y 2° del Padre Feijóo21
Un tomo Justa Repulsa de inicuas acusaciones del padre Feijóo22
Diez y Seis Espectáculo de la Naturaleza (del Abate Antonio Pluche) (Leal, 2014, Tomo
II: 242, 243)
1761
Nómina de los libros que embarca para Cumaná Don Carlos de Anzoátegui en un cajón
con la marca y número al margen, en la Fragata “Nuestra Señora de África y San Anto-
nio”, del cargo de su Capitán y Maestre Don Juan Dadelo, 1761
Obras del Padre (Benito Jerónimo) Feijóo (Leal, 2014, Tomo II: 251, 252)
20 Pedro Manuel Cedillo (1676-1761) también fue un navegante y científico (matemático) español quien publicó varios tra-
tados de náutica y cosmografía. Estudió Náutica y Matemáticas en el Real Colegio Seminario de San Telmo de Sevilla;
lugar donde también laboró como docente de Matemáticas y escribió, para uso de sus alumnos, el
Compendio del Arte
de Navegación.
En la Academia de guardias marinas de Cádiz en 1724 también dio clases de Matemáticas. Y ya, para la
enseñanza en la Academia, escribió su
Tratado de cosmograa y náuca
; libro al cual se alude arriba.
21 [
Cfr
. Nota 14].
22 Se trata de
Justa repulsa de iniquas acusaciones: carta en que manifestando las imposturas, que contra el Theatro crico, y su
Autor dio al publico el R. P. Fr. Francisco Soto Marne / Escrive a un amigo suyo el Muy Ilustre Señor, Y Rmo P. Maestro Don Fr. Benito
Geronymo Feyjoó.
Es una obra de respuesta del padre Feijóo a las múltiples acusaciones y rechazos a su obra principal,
El Teatro Críco Universal.
Varias fueron las críticas a su obra, sobre todo de los escolásticos y de los defensores de Santo
Tomas de Aquino; vale mencionar las de Ignacio de Armesto Ossorio, quien escribió en 1735 el
Teatro ancríco
(1735);
las del fray Francisco de Soto Marne, a quien está dirigido el
Justa repulsa,
quien publicó dos volúmenes de
Reexiones
críco-apologécas
en 1748; y las de Salvador José Mañer quien escribió un
Anteatro críco
en 1729; entre otros.
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Razón de los libros que embarca para Cumaná Don Francisco Dadelo y Savinon en el Pa-
quebot “Nuestra Señora de África”, su Capitán y Maestre Don Juan Bautista Dadelo, 1761.
Física
del Padre (Juan Antonio) Nollet (Leal, 2014, Tomo II: 253)
Nota de cinco cajones de libros que embarcan la viuda de Don Santiago Irrisari e hijo
para Caracas en el Navío “San Carlos”, su Maestre Don Manuel de Sorondo, 1761.
Id.
Philosophia,
un tomo en (
Filosofía Racional, Natural, Metaphysica y Moral
)23 (Leal,
2014, Tomo II: 260).
En otro dato agrega Leal: Nota de los libros que contiene un cajón No. 1 que la Viuda de
Don Antonio Irrisarri e Hijo, apoderados de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas,
envía en el Navío “San Carlos” que hace el viaje al Puerto de la Guaira, 1761.
1 Tomo de
Cartas
(Eruditas y Curiosas) del Padre (Benito Jerónimo) Feijóo.
1
Espectáculo de la Naturaleza
(del Abate Antonio Pluche), 16 tomos. (Leal, 2014, Tomo II: 269).
1 tomo 4o, de cartas del P. Feijóo. Dizionario Moreri, 10 tomos. 1 Espectáculo de la
Naturaleza (AGI, 1761, Contratación, 1690, Cádiz, 2-XI. Dorta, 262).
Libros embarcados en el Navío “San Carlos” para entregar en Caracas al Reverendo
Padre Fray Domingo Marrón, del Orden de Predicadores, 1761.
1 Juego
Espectáculo de la Naturaleza
(del Abate Antonio Pluche), 16 tomos en 4°
1 Juego de (Benito Jerónimo) Feijóo, 18 tomos en folio. (Leal, 2014, Tomo II: 264, 265)
Nota de los libros que se han de embarcar del ilustrísimo Señor (Mariano Marti), Obispo
de Puerto Rico en el Navío nombrado “San Carlos” de la Real Compañía de Caracas, 1761
Tosca (Vicente), 17 tomos24. (Leal, 2014, Tomo II: 269).
Entre los libros y cajones enviados desde España en 1761 al Reverendo P. Fray Domingo Ma-
rrón de la Orden de Predicadores, se encuentra: “1 juego Espectáculo de la Naturaleza, 16
tomos en 40 (…) 1 juego de Feijóo, 18 tomos en 40” (AGI, 1761, Contratación, 1690, Cádiz, 12-X).
1762
Don Lorenzo Antonio de Ponte y Villegas, hacendado de Caracas, 1762
Itt. La
Aritmética
de Tejeda25.
23 Se trata de un libro escrito por Juan Bautista Berni en 1736. Berni fue un filósofo y sacerdote español que nació en
Valencia en 1705, y falleció en esa misma ciudad en 1738. Su
Filosoa Racional, Natural, Metaphysica y
Moral se publicó
en 4 volúmenes, de los cuales, el segundo, está dedicado a la filosofía natural o física experimental; fundamentalmente
la exposición y explicación de la física moderna la toma del
Compendium Philosophicum
de Tomás Vicente Tosca. Y suele
inscribirse en el cuadro de la renovación científica y filosófica valenciana del período preilustrado [Guiroz-Martínez, 1949].
24 Se trata del
Compendio Matemáco
del Padre Tosca. Lo curioso es que habla de 17 tomos cuando la obra completa consta
de 9; imaginamos que traía casi dos juegos de cada uno.
25 De Gaspar de Tejeda pocos datos hay al respecto sobre su vida; sin embargo, siendo español, se sabe que la obra que
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Itt.
Elementos de la Matemática
del Padre Urendinglen.
Itt. Trece Tomos de el Espectáculo de la Naturaleza (Antonio Pluche). (Leal, 2014,
Tomo II: 275, 277, 278)
Libros que embarca a la Guaira el Padre Marcos Escorza, de la Compañía de Jesús,
Procurador General de las Provincias de Indias y Superior del Hospicio de Santa María,
en el Navío “San Francisco Javier” de la Real Compañía de Caracas, 1762
Espectáculo de la Naturaleza
(del Abate Antonio Pluche), 16 tomos.
Phisica
del Colegio de Santo Tomás26 (Leal, 2014, Tomo II: 280-281)
1764
Don Juan de Vetancourt y Castro, vecino de Caracas, 1764.
Ittem. Otro
Espectáculo de la Naturaleza,
(del Abate Antonio Pluche) (Leal, 2014, Tomo II: 308)
1765
Libros e instrumentos de Matemáticas remitidos a Caracas en el Navío “San Judas
Tadeo” de la Compañía Guipuzcoana, 1765.
En esa fecha, don José Elorga embarcó por cuenta y riesgo de don Martín Iriarte “un
cajón tosco de cuatro en carga con libros” y “dos cajones con instrumentos matemá-
ticos, rotulados a don José Solano, Gobernador de Caracas. (REGISTRO PRINCIPAL,
Caracas, Testamentaria, A1-1765).
Gilberto Ignacio Upton de Fuentes, factor de la Compañía Guipuzcoana, vecino de Ca-
racas, 1765.
Itt. Dos obras
Espectáculo de la Naturaleza
(del Abate Antonio Pluche), en diez tomos de
a cuarto cada uno.
Itt.
Memoria para la Historia de las Ciencias,
cinco tomos en octavo, en pasta27.
Itt. Seis tomos
Ciencia de las Artes
(Juan Martínez Salafranca)28
escribió fue uno de los primeros estudios españoles sobre contabilidad. La obra aquí catalogada debe ser
Suma de Arith-
meca prácca y de todas Mercaderías con la Horden de Contadores,
publicada en Valladolid en 1546.
26 No se han encontrado datos hasta ahora sobre este texto, y si era algún texto en particular sobre física de dicho Colegio.
Sin embargo, por su relación con el área objeto de investigación nos parece conveniente y necesario referirlo. Tal vez se
trate de algún clásico de física de la época que sólo se menciona o se registra con una sola palabra, usado por ese Colegio.
27 Es un libro de Trevoux y Joseph Vicente de Rustant,
Memorias para la Historia de las Ciencias y Bellas Artes,
publicado en
Madrid en 1754. Como señala Leal, José Vicente de Rustant “(…) hizo una versión al castellano de las famosas
Memorias
de los Padres de Trevoux
(…) de las que sólo aparecieron dos volúmenes” [Leal, 2014, Tomo II: 317].
28 Juan Martínez de Salafranca (1697-1772) fue un filólogo, periodista, escritor y sacerdote español. Partidario y defensor
de la Filosofía moderna y de la Ilustración. El texto en cuestión que allí se menciona debe ser
Memorias eruditas para la
críca de artes, y ciencias extrahidas de las actas, bibliothecas, observaciones, ephemerides, memorias, relaciones, miscelaneas,
historias, dissertaciones de todas las Academias de la Europa, y de los authores de mayor fama entre los eruditos,
publicado en
Madrid en 1736 e influido fuertemente por Benito Feijóo.
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Itt.
Aritmética
(especulativa y práctica y Arte de Algebra, en la cual se contiene todo lo
que pertenece al Arte menor o mercantil y a las dos Algebras, racional e irracional con
la explicación de todas las proposiciones y problemas de los libros quinto, séptimo,
octavo, nono y décimo del Principe de la Matemática Euclides) de (Andrés) Puig. (Leal,
2014, Tomo II: 317, 318)
1766
Felipe de Retortillo y Livarona, comerciante en Caracas, 1766.
Ytten. Otro
Aritmética
de (Juan Pérez de) Moya, maltratado. (Leal, 2014, Tomo II: 328)
Libros que embarca para la Guaira Don José Juan Bautista Jordan e Hijo en el Navío
“Nuestra Señora Santa Ana”, de la Compañía Guipuzcoana, 1766.
4 Tomos de la Descripción de las enfermedades de los ejércitos (Juan Galisteo)
3 Tomos Rivera, Clave Médico (
Clave médico-quirúrgico universal y diccionario médico-qui-
rúrgico, anatómico, mineralógico, botánico, zoológico, farmacéutico, químico, histórico-políti-
co.
Madrid, viuda de Francisco del Hierro, 1730, 3 Tomos).
1 Tomo Serrano (Antonio González),
Astronomía Universal
29.
16 Tomos Espectáculo de la Naturaleza (del Abate Antonio Pluche) (Leal, 2014, Tomo
II: 331)
Dato que se conrma en el AGI con la factura de los libros que contiene un cajón que se
encuentra en la Real Aduana rumbo a La Guaira, para Don José Juan Bautista Jordán e
Hijos, donde se encuentran 16 tomos de las
Cartas Edicantes,
16 tomos del
Espectáculo
de la Naturaleza
y 1 tomo de
Astronomía Universal
de Serrano (AGI, 1766, Contratación,
1692, Cádiz, 28-VII).
Memoria de los libros remitidos de Madrid por Don Manuel García Tejada a Don Juan
Bautista de Laurnaga, de Cádiz, en siete cajones y que van al Puerto de la Guaira en el
Navío de “Santa Ana” de la Compañía Guipuzcoana, su Maestre Don Miguel Irazabal,
1766.
6
Aritmética
(práctica y especulativa) de (Juan Pérez de) Moya.
1 Martín Martínez (Anatomía Completa del hombre con todos los hallazgos, nuevas
doctrinas y observaciones raras y muchas advertencias necesarias para la Cirugía)
1 (Gaspar de los) Reyes (Franco), de Medicina.
29 La obra se titula
Astronomía Universal teórica y prácca.
Gonzalo Antonio Serrano (1670-1761) fue un médico, matemático
y astrónomo de Córdoba-España de la primera mitad del siglo XVII. Y como señala Gutiérrez-Rubio, “alzó como un distin-
guido científico, amante de la astronomía y la medicina. Durante 10 años ostentó el cargo de Cirujano Mayor del Ejército y
Reales Hospitales de Ceuta, tras lo cual volvió de nuevo a Córdoba, lugar desde el que abrió cátedra libre de Astronomía y
Astrología (…) Fruto de todos sus estudios, publicó gran cantidad de libros y, para poder imprimirlos, estableció en 1730
su propia imprenta en la calle Císter” [Gutiérrez-Rubio et al., 2018: 33].
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1 Historia Natural y Médica (del Principado de Asturias) (Gaspar Casal).
2 Rubio (Francisco), Arte de Curar30.
1 Burlet, Disertaciones Médicas. (Leal, 2014, Tomo II: 332, 335)
En el Navío “Santa Ana” Don Juan Bautista embarca 2 Aritméticas de Moya, las obras
de Feijóo y varias obras físico-médicas, como la de Martín Martínez, 1 Historia Natural
y médica, las Disertaciones Médicas de Burlet, 1 Reyes de Medicina y 2 Arte de Curar
de Rubio (AGI, 1766, Contratación, 1692, Cádiz, 19-VIII).
Astronomía universal theorica, y práctica, conforme a la doctrina de antiguos y modernos astrónomos,
de Gonzalo Antonio Serrano
30 Como señala Leal, “Se trata del médico Francisco Rubio (1740-1774), natural de Valencia (España), autor de
Medicina
hipocráca o arte de conocer y de curar las enfermedades por reglas de observación y experiencia…
Madrid, imprenta Real de la
Gaceta, 1774” [Leal, 2014, Tomo II: 335].
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1774
Don Francisco de Iriarte embarca en 1774 las obras de Feijóo y el Diccionario de Moreri
para Caracas en el Navío “San Rafael”, dentro de 4 cajones de libros de carácter religio-
sos (AGI, 1774, Contratación, 1694, Cádiz, 27-VIII).
1777
Don José Antonio Rodríguez, destinado subteniente del batallón veteranos de Caracas,
en 1777 en el Navío “San Carlos” embarca el
Espectáculo de la Naturaleza
y las obras de
Feijóo (AGI, 1777, Contratación, 1695, Cádiz, 16-XI).
1785
Se cuenta también de la llegada, casi inmediatamente de su publicación y por Real Orden
y a manos del gobernador de Caracas, del libro de Mr. Sage,
Arte de Ensayar oro y plata;
Bosquejo o Descripción Comparativa de la Copelación de las sustancias Metálicas por medio del
Plomo o el Bismuto; y Operaciones para sacar el Oro más puro que por el Método de la Separación
o Apartado.
Un libro sobre el tratamiento de metales en correspondencia con todos los nue-
vos descubrimientos modernos sicoquímicos bajo el método de la experimentación31;
como lo trata en el punto XXXIV: “Experimentos que prueban que el plomo no contiene
Oro, como lo dan á en tender algunos Sabios modernos” (Sage, 1785: 77). Se lee bastante
claro en el dato que, para 1785, “el gobernador de Caracas acusa recibo de la real orden y
ejemplares que trata del nuevo arte de ensayar oro y plata, escrito por el francés Mr. Sage
y traducido a nuestro idioma por orden de su S.M” (AGI, 1785, Caracas 88, 20-XII).
1795
Otro caso, emblemático históricamente, es el de José María España, conocido en la his-
toria colonial venezolana por la famosa Conspiración de Gual y España. Contaba entre
su biblioteca con las obras clásicas de Feijóo, con el ya mencionado
Teatro Universal
y su
Cartas Eruditas;
y con “bastante entusiasmo leía también la
Lógica Moderna,
del español
Andrés Piquer, hombre de vasta cultura y escritor fecundo, que formuló en España las
reglas de investigación cientíca. Y para aquilatar su cultura enciclopédica, el revolucio-
nario guaireño atesoraba en los anaqueles de su biblioteca el
Diccionario de Medicina
de
Lavoiser, el
Diccionario geográco
de Lorenzo Echard (…)”. Igualmente, “Nótese también
un extraordinario interés por la lectura de los libros de matemáticas, trigonometría y bo-
tánica como los titulados
Naturaleza y virtudes de las plantas,
de Francisco Jiménez, y el
Tratado sobre el cultivo de las tierras,
traducido del francés al castellano”. Así pues, no fue
31 El mismo Mr. Sage señala y habla de sus experimentos y de su experiencia como químico: “Hice presentes mis descu-
brimientos al Ministerio de Hacienda: pero Mr. Tillet; presumió probar que quedaban sin fuerzá negando que el ácido
nitroso disuelva el oro. En medio de eso no ignoraba Mr. Tillet que Brandt habia executado el dia 5 de Marzo de 1748,
presenciándolo el Rey y la Academia de Suecia, los experimentos que verifican la certeza de la disolucion del Oro por
medio del ácido nitroso; á que se añade que tampoco debió de tener presente que sus propias Memorias, impresas entre
las de la Academia relativas al año de 1763, confirman el descubrimiento del Químico Sueco.” [Sage, 1785: IV].
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“España un revolucionario iletrado sino un criollo culto que aspiraba a cambiar el estado
social, político y económico de sus contemporáneos” (Leal, 1985: 478-479).
Arte de Ensayar oro y plata; Bosquejo o Descripción Comparativa de la Copelación de las sustancias Me-
tálicas por medio del Plomo o el Bismuto; y Operaciones para sacar el Oro más puro que por el Método
de la Separación o Apartado,
de Mr. Sage.
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1797
Don Juan de Vegas, rico comerciante y dueño de muchas tierras y esclavos, con las
mejores propiedades y casas de Caracas, poseía una biblioteca avaluada en 705 pesos
alrededor del año 1797, y contenía libros de medicina, matemáticas, ciencias físicas
y una variedad de textos en el pensamiento ilustrado. En medicina poseía la
Cirugía
de Juan del Castillo, una
Medicina Racional,
un Tratado
De Botica
de Oviedo y el muy
conocido para la época el
Florilegio medicinal
de Esteynefer. Y en relación con el pensa-
miento moderno de la ilustración y la ciencia, “que satirizaba a la nobleza ociosa, pedía
incorporar las ciencias “útiles” a la enseñanza y atacaba la política monopolista espa-
ñola, era estudiado por don Juan de Vega en las obras de Feijóo (15 tomos), Antonio
de Capmany (
Teatro Histórico Crítico de la elocuencia española
) Campomanes (
Discurso
sobre el fomento de la industria popular,
Madrid, 1774) (…) Pluche (
Espectáculo de la natu-
raleza,
Madrid, 1753, 16 tomos) (…) Louis Moreri (
Diccionario histórico
) (…) una
Aritmética
del Padre José Zaragoza (…)” (Leal, 1985: 475).
1800
El médico y protagonista de la Independencia de Venezuela, Francisco Isnardi, ya para
1800 poseía “libros y diccionarios de losofía, entre los cuales destacan nada menos
que cuatro tomos de Pierre Bayle, pero también seis libros de Feijóo (no se especican
los títulos, aunque se dice que los de Feijóo se encuentran en español)”; y “Sobre
los libros, indica el expediente, que “solo se reducen, a losofía, historia, matemáticas,
y otras ciencias”, y se agrega al nal que se trata de «libros de asuntos indiferentes»”
(Silva, 2013: 111). No es casual dicho material bibliográco, ya que “Isnardi tenía cono-
cimientos de astronomía, medicina y física, por esa razón el Gobernador de Cumaná,
Vicente de Emparam, le encargó la elaboración de un plano de la costa (…) tenía una
formación enciclopédica, y tuvo una importante participación en la primera etapa del
proceso de emancipación venezolana (…) (y) formó una biblioteca muy completa de
102 volúmenes.” (UCAB, CICSVIPRENSADELAINDEPENDENCIA). Del mismo Isnardi en
dicho documento se señala lo siguiente:
[Isnardi] ha ocupado todo el tiempo que le ha sido posible en la Física, en la Astronomía, en la Geo-
metría, en la Historia Natural, en la Medicina, en la Música, y en la Pintura con mucha ación que le
ha conducido a formar una colección de libros de estas clases (…) sin ser profesor de ninguna de
las Ciencias insinuadas, ha ejercitado su tiempo, su talento, y su observación un poco sobre cada
una de ellas, bien sea para su propio recreo, y ya en benecio de las gentes de la costa del Golfo
Triste donde no hay médicos ni cirujanos, y ha curado muchas enfermedades. (Reproducido por:
Silva, 2013: 114)
32
.
32 Llama la atención que, en defensa de Isnardi, salió el muy conocido gobernador Emparan. Según Silva, la defensa la hace
por su “amor a las ciencias”, como lo describe el mismo Humboldt cuando lo conoce: “Demasiado amaba las ciencias el Sr.
De Emparan para que encontrase extraño que de tan lejos viniésemos a recoger plantas y a determinar la posición de lugares
por medios astronómicos. No atribuyó otros motivos a nuestro viaje” [Humboldt, 1942, Tomo I: 381]. Además de ello, dice
Humboldt también, que “Se interesó vivamente en todo lo que se relacionaba con la física, y preguntó, con gran admiración
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Todos estos datos dan cuenta de que, así como aumentó la llegada de libros no cientícos
desde España a comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII hasta inicios del siglo XIX, en
cuanto a las obras especícamente físicas, matemáticas (y médicas), también su número
fue en aumento y con alta presencia en las distintas bibliotecas venezolanas. Aumento que
ocurrió progresivamente a medida que cerraba el siglo XVIII, dando mayor visibilidad a un
nuevo tipo de texto y de lectura entre —o en el orden de— los, poco a poco desplazados, libros
ortodoxos reejo de la autoridad del momento.
Un trabajo estadístico que da fuerza a esta tesis es el de Cristina Soriano de la Universidad
de Villanova,
Bibliotecas, lectores y saber en Caracas durante el siglo XVIII.
Como bien señala la
autora, en lo que respecta a los libros en general, “a medida que se avanza hacia el nal del
siglo XVIII y principios del siguiente, el número de libros por biblioteca aumenta considerable-
mente -al doble-; en otras palabras, las bibliotecas de los “pocos lectores” poseen cada vez
mayores cantidades de libros a medida que nos acercamos a la última década del siglo XVIII”
(Soriano, 2014: 246). Y en lo que respecta a libros de ciencia, como podemos deducir de los
anteriores datos, también poseen una mayor presencia; sobre todo, con un acento especial en
física, matemáticas (y medicina). Pero con el particular de que se trataban, en gran medida,
sobre todo los que abordaban los temas físicos, de libros con un carácter enciclopédico y
divulgativo; pues los libros especializados escritos por los padres de la física, la astronomía o
la química no aparecen en ninguna de las bibliotecas descritas.
4. Posicionamiento de la ciencia experimental. Sobre el do-
minio de los autores y temas científicos
Aunque el anterior rastreo no es un mapa total de las bibliotecas en la Provincia de Cara-
cas, pues aún se puede adolecer de algún dato, la media o la constante que podemos presen-
tar como dato proporcional de lo que se leía, es que entre los principales libros de ciencia lo
común era que se leyeran libros de comentadores o libros de matemática donde se incorpo-
raba la física y la astronomía. Entre las principales obras que encontramos en esa diversidad
de propietarios de bibliotecas están, según su cantidad y sistematización por autor y tema (y
así, imaginamos, tuvo que ser con otras bibliotecas no registradas):
Las obras del benedictino Benito Jerónimo Feijóo y Montenegro. Sin duda, el más
leído en el siglo XVIII venezolano (e hispanoamericano); siendo uno de los primeros
representantes de la Ilustración española de dicho siglo en España, y uno de los pri-
meros en conocerse en Venezuela. Sus obras llegaron a lo largo del siglo en un nú-
mero considerable, siendo ya muy apreciada su lectura en España como autor muy
polémico.
nuestra, si pensábamos que bajo el hermoso cielo de los trópicos contenía la atmósfera menos nitrógeno (azólico) que en
España, o si la rapidez con que se oxida el hierro en estos climas era únicamente efecto de la mayor humedad indicada por
el higrómetro de cabello. El nombre de la patria, pronunciado en una lejana costa, no hubiera sido más agradable al oído de
un viajero que lo fueron para nosotros las palabras nitrógeno, óxido de hierro, e higrómetro” [Humboldt, 1942, Tomo I: 391].
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Le sigue en número y tema la obra del Abate Noël Antoine Pluche,
Espectáculo de la na-
turaleza o Conversaciones acerca de las particularidades de la historia natural
(1785). Una
obra francesa sobre ciencias naturales también muy leída en España y una de las más
populares en historia natural en el siglo XVIII. Muy leída en la Provincia de Caracas
desde ya iniciado el siglo XVIII y desde recién publicada en 1732. En lo que respecta
a Venezuela, también llegó a una “amplia” y diversa audiencia, y según pudimos apre-
ciar, compite con Feijóo en proporción de ejemplares ubicados en las distintas biblio-
tecas personales. Su trabajo,
El Espectáculo de la Naturaleza,
fue una forma “general” de
inuir en el desarrollo cientíco en la provincia, ofreciendo una comprensión básica e
introductoria al nuevo pensamiento cientíco.
Le siguieron las obras de Aritmética, Algebra, Trigonometría, Geometría y las de Ma-
temáticas con un acento general e introductorio. Entre ellas está la obra de Moya,
quien es conocido por escribir diferentes textos de álgebra, geometría, aritmética, as-
tronomía y muchas otros más sobre navegación; y que se hicieron importantes entre
el siglo XVII y XVIII en España destacando la importancia que tiene esta disciplina en
el conocimiento del mundo físico y en el conocimiento de las demás ciencias físicas
(cabría suponer que también pudo ser una obra de cabecera del mismo Baltasar de
los Reyes Marrero).
Pero, sin duda, una de las más leídas y traídas a la Provincia de Venezuela, y que
formó parte importante de las mencionadas bibliotecas personales (como de seguro
también obra muy leída por Baltasar Marrero), es el
Compendio Matemático. En que se
contienen todas las materias más principales de las ciencias, que tratan de la cantidad
del
Padre Vicente Tosca. Obra publicada en 9 volúmenes en lengua romance y de la cual,
el volumen IV, trata los temas de la Estática, Hidroestática, Hidrotecnia, Hidrometría;
el volumen VI el de Óptica, Perspectiva, Catóptrica, Dióptrica, Meteoros; el Tomo VII
de Astronomía; y el VIII de Astronomía Práctica, Geografía y Náutica. Ya sabemos,
así, que desde 1750 este trabajo estuvo circulando por la Venezuela colonial; dejando
huella en sus lectores de algo nuevo en el saber.
Continúan, aunque en menor número, pero no menos importantes, al contrario, de
una importancia extrema para el conocimiento y desarrollo de la ciencia experimental
en la Provincia, obras de Historia Natural, Química, Cosmografía, Astronomía y Física
Experimental algo más especializadas. Vale mencionar la del clérigo Jean-Antoine No-
llet,
Lecciones de física experimental;
las
Institutiones physicae
del físico y médico holan-
dés Pieter van Musschenbroek; en una proporción algo considerable
El gran diccionario
histórico, o miscelánea curiosa de la historia sagrada y profana
de Luis Moreri, publicado
en 1753 en 8 tomos (aunque evidentemente no fue estrictamente un libro de ciencia,
pues abordó diversas temáticas, en el mismo se habla “de los autores antiguos y
modernos, y de cuantos se hicieron famosos en alguna ciencia y arte”; siendo citado
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con gran frecuencia por el mismo Feijóo); el
Diccionario Universal de Física
de Brisson,
citado recurrentemente por el Fray Antonio Navarrete y por Alejandro de Echezuría,
quien para 1803 regentaba la cátedra de losofía de la Universidad de Caracas.
Compendio Mathematico, en que se contienen todas las materias más principales de las Ciencias, que
tratan de la cantidad
del Presbítero Vicente Tosca.
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En manos de académicos o ingenieros militares algo más conocedores de ciencias, o
autodidactas como Carlos del Pozo, las obras se van haciendo más rigurosas cientí-
camente, aunque no en número tan considerable como las de Feijóo o Tosca. Como
el
Ensayo de la electricidad de los
cuerpos del Abate Nollet,
Elementos de física teórica y
experimental
de Sigaud de Lafond y,
Experimentos y observaciones sobre la electricidad
de
Benjamín Franklin. Los cursos de matemática escritos por la Real Academia de Barce-
lona, la
Matemática
de M. Guismée y la de Mr. Clermont, también estuvieron presentes.
Cada uno de esos temas y autores jugó un papel importante en posicionar a la ciencia dentro
de la sociedad, y en conjugar una serie de factores literarios y sociales que permitieron ir des-
plazando el tipo de lectura tradicional escolástica y griega; y la atención y discusión de ciertos
temas que se daban en el seno de la comunidad religiosa o académica. Pero un posicionamiento
que podemos deducir del modo cómo se fue conformando el orden literario de las distintas bi-
bliotecas y la posesión de libros desde 1750 hasta el inicio del siglo XIX; este orden se da bajo un
proceso de desplazamiento de las primeras obras enciclopédicas por obras más especializadas.
En el ínterin de ese posicionamiento del libro cientíco a lo largo de la segunda mitad del
siglo XVIII, vemos cómo las primeras obras cientícas de carácter enciclopédico van siendo
complementadas —o hasta sustituidas— por textos más formales en la presentación y ex-
plicación de la física experimental y la astronomía. Pasamos del
texto enciclopédico
al
texto
especializado
en la medida que la élite académica, intelectual y social va proyectando más su
atención hacia la necesidad de enseñar e institucionalizar la física experimental y la matemá-
tica. Pasamos de Benito Feijóo a Jacques Brisson, Jean Antoine Nollet y Sigaud de Lafond en
poco menos de medio siglo. De libros más generales como el
Espectáculo de la Naturaleza
a
otros más especializados y atentos a las aplicaciones prácticas en las dos últimas décadas
del siglo XVIII, como el
Ensayo de la electricidad de los cuerpos
del Abate Nollet, los
Elementos de
física teórica y experimental
de Sigaud de Lafond o, el
Arte de Ensayar oro y plata; Bosquejo o Des-
cripción Comparativa de la Copelación de las sustancias Metálicas por medio del Plomo o el Bismuto;
y Operaciones para sacar el Oro más puro que por el Método de la Separación o Apartado
de Mr. Sage.
Este proceso de desplazamiento estaba exigiendo un contexto más institucional en la
enseñanza de la física, empujando a muchos actores sociales a reconsiderar la enseñanza y
la lectura clásica y el valor que tenía la ciencia en el progreso y desarrollo social. Se hace im-
portante, así, en ese contexto, ampliar las obras enciclopédicas por trabajos más minuciosos
y especializados en las leyes de Newton, la astronomía copernicana, la electricidad o la mecá-
nica (algo que se ve también en el campo de la medicina y la cirugía, donde el libro antiguo y
general sobre medicina es desplazado por el de anatomía, siología o los informes médicos).
Vemos cómo los procesos y dispositivos de sustitución y desplazamiento no sólo de la
vieja literatura, sino también de los primeros tipos de libros cientícos, van creciendo en inten-
sidad con el acercamiento del cierre del silgo XVIII. Y los textos canónicos, aunque aún con
buena presencia, también se ven reducidos en número, como nos dice nuevamente Soriano:
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(…) para la década de 1780-1789, el panorama empieza a cambiar: los libros religiosos siguen ocu-
pando la categoría más importante, pero su presencia baja a poco menos de la mitad del total de
los libros (…) [y] Los demás saberes empiezan a cobrar un poco más de importancia, sumando casi
el 51 % del total de los libros (…) Luego tenemos que para la década de 1790-1799, la distribución
de los libros en las distintas categorías del saber continúa transformándose. La categoría de libros
religiosos continúa descendiendo y ocupa sólo un tercio del total de los libros (…) Asimismo otras
clases de libros prácticamente ausentes en las décadas anteriores empiezan a presentarse con
cierta regularidad, tales como los libros de “Ciencias Matemáticas (y físicas)” (…) En la última (…)
(1800-1810) la situación anterior se mantiene, aunque con algunas variables. Los libros religiosos
continúan ocupando el primer lugar pero sólo con el 34 %; por ende, en comparación con la prime-
ra década éstos se han reducido prácticamente a la mitad (…)” (Soriano, 2014: 249, 250, 251, 252)
De esta forma, “(…) que al confrontar la situación de 1770-1779 con la de 1800-1810, la
relación entre los libros religiosos y los libros de saberes “profanos” se invierte completamen-
te, quedando éstos últimos en una situación privilegiada frente a la progresiva reducción de
los libros religiosos en las bibliotecas de los caraqueños (…)”; siendo así que, “los libros con-
tenedores de saberes “modernos y prácticos”, como los de Ciencias Matemáticas [y físicas]
(…) que a principios del período en estudio “brillaban por su ausencia”, empiezan a cobrar im-
portancia a partir de la última década del siglo XVIII y comienzos del siglo siguiente, aunque
nunca llegan a ser mayoría” (Soriano, 2014: 252).
Aunque disentimos de Soriano en el punto de la “ausencia tempranadel libro cientíco,
pues como ya hemos visto desde 1740 se encontraban las obras de Feijóo y Antoine Pluche
entre las bibliotecas privadas, podemos decir que el nuevo orden del saber cientíco que
dene los contenidos de los libros que llegaban de Europa a la Provincia, comienza a despojar
los libros “de la hegemonía del contexto religioso para dispersarse hacia nuevos contextos”; y
“uno de los factores que incidió en esta transformación de los libros en la sociedad caraqueña
fue, claramente, la Ilustración [y la ciencia]. En el caso de los Reinos de las Indias, es más apro-
piado hablar de “movimientos ilustrados” que de “Ilustración”, pues fueron varias las formas
en que la “Luces” se transportaron a estas tierras” (Soriano, 2014: 254); una de ellas, como ya
vimos, a través de los libros enciclopédicos —o no— de ciencias. Evidentemente nunca fueron
mayoría en todo el siglo XVIII; sin embargo, a nales de siglo, llegaron a tener cierto poder de
cambio social y dominio de los temas de lectura. En proporción de ejemplares nunca fueron
competencia para los libros teológicos y losócos, sin duda, pero en la fuerza que colocaban
sus defensores para hacerlos visibles socialmente, creemos, el asunto fue distinto.
5. Conclusión. Los libros científicos y los cambios epistémi-
cos de una sociedad en crisis
Aumento en la lectura, bibliotecas privadas y libros de carácter ilustrado y cientíco se
vio en la Provincia de Venezuela. Y todo ello sin que se tenga noticia de que alguno fuese
condenado, expurgado o excomulgado, a pesar de que, “La Corona desde muy pronto se
preocupó de que a aquellas tierras no pasaran libros de ‘historia e cosas profanas’ (…) y pidió
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a los ociales de la Casa de Contratación que sólo autorizaran la salida de obras ‘tocantes a
la religión cristiana e de virtud’, en que puedan ejercitarse los indios y los demás pobladores”
(Hernández, 2021: 62)33. O de que ya muy temprano algunas bulas papales señalaran que:
Ningún librero ni impresor de moldes o mercader, ni factor de los susodichos, no sea osado de hacer
imprimir de moldes de aquí en adelante, por vía directa ni indirecta ningún libro de ninguna facultad
o lectura, o obra, que sea pequeña o grande, en latín ni en romance, sin que previamente tengan para
ello nuestra licencia y especial mando ni sean asimismo osados de vender en los dichos nuestros rey-
nos ningunos libros de moldes, que truxeran fuera de ellos, de ninguna facultad o materia que sea,
sin que primeramente sean vistos o examinados y… hayan licencia de ellos para ello, so pena de que
pierdan todos los dichos libros y sean quemados todos públicamente en la plaza de la ciudad, villa
o ciudad donde los hubieran hecho o donde los vendieren. (Reproducido en: Hernández, 2021: 60).
Ahora bien, visto hasta ahora dicha proporción de obras en las bibliotecas revisadas, y el
orden de presencia progresiva de los textos cientícos —o vinculados a las ciencias expe-
rimentales— que fueron desplazando otras lecturas, y sin un poder real o religioso que les
impidiera el paso, podemos decir algo más sobre este aspecto en relación con lo que en otros
trabajos hemos señalado (
Cfr.
Balza García, 2017; 2022) sobre el modo cómo se desarrolló,
se enseñó, se divulgó o se presentó la ciencia experimental en la Provincia de Caracas entre
1750 y 1800 en relación con sus libros.
En primer lugar, la información sobre el nuevo pensamiento moderno y cientíco que llegó
desde España y Europa y se introdujo en la sociedad venezolana entre el 50 y el 90 del siglo
XVIII, llegó, principalmente, en forma
divulgativa y enciclopédica;
proyectando la descripción de
un panorama general de pensamiento que estaba cambiando social, académica y epistémi-
camente a Europa y a España; describiendo, explicando y deniendo los nuevos hechos, tér-
minos, conceptos, temas, realidades, métodos de investigación, asuntos de debates, autores
modernos y los modelos teóricos que estaban inuyendo en desplazar la vieja mentalidad
escolástica y griega. Algo entendible desde la forma cómo estaban escritas las obras de
mayor presencia y número en dichas bibliotecas: como
compendio
de ideas y debates que ex-
plicaban los aspectos centrales, por ejemplo, de las teorías mecanicistas, sin una explicación
rigurosamente formal y abstracta de las mismas. La ciencia comenzó a introducirse, en gran
medida, como un conocimiento general” a inicios de la segunda mitad del siglo XVIII, que lue-
go fue especializándose a medida que cerraba dicho siglo hacia obras o conocimientos más
33 En lo tocante a la prohibición de muchos libros de historia, un dato lo deja bien claro en manos del Gobernador de Cara-
cas en 1779: “el gobernador de Caracas estará a la mira de que no se introduzca en su jurisdicción la historia del descubri-
miento de América, escrita y publicada en inglés por el Dr. Guillermo Robertson, rector de la Universidad de Edimburgo”
[AGI, 1779, Caracas 85, 14-III]. O libros de origen francés: “el gobernador acusa recibo de la real cédula del 20-IV-1778 sobre
la prohibición del libro en octava mayor escrito en lengua francesa intitulado «Año 2440»” [AGI, 1778, Caracas, 254, 14-VIII].
Misma conducta que observamos hacia un impreso llamado “Monitorio”: “El gobernador acusa recibo del real despacho
de 2-XII-1769 sobre que se recojan los ejemplares impresos o manuscritos que se hayan introducido del «Monitorio»”
[AGI, 1769, Caracas, 214, 23-X]. Y ya, con la expulsión de los jesuitas en 1767, el Gobernador Don José de Matos prohíbe a
los autores jesuitas: “el gobernador Don José de Matos da cuenta con testimonio de haber hecho publicar La Real cédula
del 18-X-1768 por la que se manda a extinguir las cátedras de la escuela jesuítica, y prohíbe el uso de los autores de la
Compañía para la enseñanza” [AGI, Caracas, 1769, 3-VIII].
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especializados. Los transportadores, lectores y comerciantes de este tipo de material fueron,
principalmente, clérigos y representantes de la elite dominante que se hicieron diversos, en-
trando allí otros actores sociales como los hacendados o los ingenieros.
En segundo lugar, dado lo anterior, la ciencia y la física experimental que leían muchos
actores sociales a través de dichos textos fue una ciencia y una física enfocada en concep-
tos físicos y postulados copernicanos, newtonianos o galileanos en un lenguaje casi “intro-
ductorio”; entretejida y asumida también como una crítica a los modelos tradicionales de
conocimiento; a veces entre las mismas obras matemáticas. Esto podría explicar, en parte,
su relación y vinculación al pensamiento ilustrado. Compuestas por un profundo sentido de
racionalización del mundo y su valoración de la prueba empírica como elemento integrante
de esa racionalización, estás obras divulgativas colaboraron en fortalecer un pensamiento
ilustrado que intentaba minar toda autoridad y especulación; ofreciéndole a la ilustración
unos temas físico-losócos nuevos de comprensión del mundo.
En tercer lugar, según la proporción de obras que podemos catalogar en las bibliotecas priva-
das, la ciencia llegó también entre los textos matemáticos, ejerciendo una cierta inuencia en el
pensamiento de la época y en el desarrollo ingenieril y académico de la misma sociedad, que ya
hablaba de una mutación del saber losóco hacia el saber experimental y pragmático. Aunque a
la ciencia experimental no se le otorgó o se le dio su verdadero puesto institucional o catedrático
en el conjunto de profesiones clásicas que se daban en la Universidad de Caracas, que seguían
determinadas por la visión ortodoxa de la Iglesia Católica, o no se le usó más allá de la ingeniería
Militar, hubo un esfuerzo en algunos por hacerlo, determinados por ese crecimiento en obras mate-
máticas y por el valor epistémico que estaban tomando para comprender el nuevo saber cientíco.
Y, en cuarto lugar, bajo el género literario que dominó ampliamente la forma de entrada
de la ciencia, caracterizado por un tipo de obra enciclopédica e introductoria, la misma re-
marcaba también la importancia de la ciencia para el desarrollo social. Sin duda, ello inuyó
y determinó el rumbo que siguió la misma en la Provincia como propulsora de los cambios
y el desarrollo social; expresado ejemplarmente en el
Discurso económico. Amor a las letras en
relación con la agricultura y comercio
de Agustín De la Torre, pronunciado en 1790.
Las bibliotecas y los libros fueron, así, lugar de entrada para el nuevo pensamiento cientí-
co y depósito de ideas renovadoras en términos de la nueva ciencia; y aunque no transitaron
explicita y más marcadamente las obras de Newton o Galileo como sí lo hicieron las obras
de Feijóo, por ejemplo, y a falta de una institucionalización de la ciencia experimental o de un
claro proceso divulgativo amplio de material impreso entre toda la sociedad, la Provincia de
Venezuela no fue esa sociedad oscura o atrasada a los nuevos tiempos modernos (y cien-
tícos) como en su momento lo expresó la
Gazeta de Colombia
cuando decía: “Antes del año
de 1810 (…) en la ciudad de Caracas no se conoció la imprenta hasta 1808. De resto todo era
tinieblas e ignorancia, y sobre tales bases se continuaba la dominación española que estaba
en choque con las luces más comunes”. (
Gazeta de Colombia,
1822).
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La sociedad venezolana se abrió a las nuevas luces cientícas con un proceso que inició
en los dispositivos literarios, con el interés común de otras colonias o la Península de encon-
trar en la nueva ciencia unas reformas sociales y un avance epistémico, profesional, acadé-
mico y educativo, como ya ha quedado claro en la historia de la ciencia colonial. El libro y el
libro cientíco se hicieron parte de la cultura colonial en ciertos sectores sociales, desde la
segunda mitad del siglo XVIII; y más, si desde los primeros tiempos de la época de la deno-
minación española hubo libros en abundancia, aún en medio de los azarosos eventos de las
guerras civiles” (Lohmann Villena, 2000: 3).
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CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 75-88. Provincia de Pontevedra - España
La propiedad privada de la Hacienda “El Banco”
Municipio Sucre, Estado Zulia (1600-1830)
Edward García Chourio*
RESUMEN
En la presente investigación se analiza la evolución de la propiedad del suelo de la hacienda El Banco, Mu-
nicipio Sucre del Estado Zulia, durante el periodo comprendido entre 1600-1833, en particular sobre los indi-
cadores de asignación, instrumentos jurídicos y el proceso de trasmisión de la misma. El estudio se asienta
sobre la revisión documental, bibliográca y sobre las tradiciones orales que existen sobre el pasado de la
hacienda de El Banco, en particular las que se resguardan en el Registro Principal del Estado Zulia (RPEZ), un
expediente que muestra la tradición de la titularidad del suelo hasta 1833; en la Biblioteca Nacional Biblioteca
Febres Cordero (BNBFC) y el Archivo General de la Nación Colombiana (AGNC), además de las relaciones de
los cronistas. El análisis de esas fuentes está orientado a la descripción de la evolución de la propiedad del
suelo y los propietarios de la Hacienda El Banco. El estudio se inscribe en la corriente de la historia agraria de
las unidades de producción agrícola en Latinoamérica y en particular en Venezuela.
Palabras clave:
Bobures, propiedad del suelo, propietarios, Kirikires
The private property of the Hacienda “El Banco” Sucre
Municipality, Zulia State (1600-1830)
ABSTRACT
In the present investigation, the evolution of the land ownership of the El Banco hacienda, Sucre Municipality
of the Zulia State, during the period between 1600-1833, is analyzed, in particular on the allocation indicators,
legal instruments and the process of transmission of property. the same. The study is based on the docu-
mentary, bibliographic review and on the oral traditions that exist about the past of the El Banco hacienda,
particularly those that are kept in the Main Registry of the Zulia State (RPEZ), a le that shows the tradition
of land ownership until 1833; in the National Library Febres Cordero Library (BNBFC) and the General Archive
of the Colombian Nation (AGNC), in addition to the reports of the chroniclers. The analysis of these sources
is oriented to the description of the evolution of land ownership and the owners of Hacienda El Banco. The
study is part of the current of agrarian history of agricultural production units in Latin America and particularly
in Venezuela.
Keywords:
Bobures, land ownership, owners, Kirikire
* Profesor e investigador de la Universidad Nacional Experimental Rafael María Baralt.
Recibido: 6/11/2022
Aceptado:12/3/2023
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Edward García Chourio
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Introducción
La concepción de la propiedad privada del suelo1 fue introducida en Indias por los hispáni-
cos, quienes implantaron la noción del uso, goce, posesión y dominio particular del mismo, en
cuya aplicación se establecieron restricciones, derivadas del derecho arábigo preponderante
en la península ibérica, durante la dominación musulmana, el cual privilegió la posesión y el
uso inmediato del suelo sobre su dominio, estableciéndose que al cesar el usufructo también
naliza la propiedad. Además también se incluyeron otras limitaciones que comprenden la
distinción entre el suelo y el subsuelo, considerando al segundo como patrimonio inalienable
del Estado y la preservación de las aguas, bosques y prados para uso comunal, además la
prohibición para cercar los predios privados2.
De acuerdo con los principios legales castellanos, el dominio privado sobre el suelo dima-
naba del soberano, debido a que la Corona cimentó su dominio sobre las Indias occidentales
sobre las bulas papales3, que les conrieron la condición de propietarios del Nuevo Mundo
y partir de las mismas desarrolló la doctrina jurídica patrimonial hispánica que estableció
como privilegio real “la propiedad de la tierra, aguas, montes y pastos”4. En consecuencia, los
monarcas utilizaron explícitamente esa potestad para conceder “graciosamente” la propie-
dad del suelo, como una forma de recompensar los esfuerzos humanos, aportes de capital
y trabajo invertidos por los conquistadores en la ocupación de las Indias y al mismo tiempo
fortalecer el dominio ibérico, al exigir a los beneciarios de los predios su permanencia en los
mismos, homologando las condiciones del uso y tenencia con las de propiedad5.
En este aspecto, es necesario precisar que el proceso de apropiación del suelo en Hispa-
noamérica colonial ha suscitado el interés de numerosos investigadores, cuyos estudios se han
centrado en la revisión de los corpus legales destinados a normar la apropiación del suelo y
sobre la actuación de los jueces de tierras6. De igual forma, algunos investigadores se han pro-
puesto explicar el funcionamiento del proceso de composiciones del suelo, en particular en la
Nueva España7. Otros se han centrado en explicar las relaciones entre la apropiación del suelo, la
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5 Mariluz Urquijo José María,
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expansión, crecimiento de la población y las fronteras tanto humanas como agrarias8; asimismo
se ha denido la tipología de la propiedad territorial en Hispanoamérica9, además se ha analizado
la relación entre la apropiación de los predios y la densidad demográca de esclavos empleados
en el proceso productivo10 y el proceso de apropiación y movilización del suelo11.
Sin embargo, se han obviado aspectos fundamentales, como la mesura, distribución,
ubicación de los terrazgos, y además se ha considerado erróneamente que la mayoría de los
predios cedidos se convirtieron en latifundios, lo cual demuestra la carencia de investigacio-
nes sistemáticas sobre la evolución de ese proceso en diferentes regiones de Hispanoamé-
rica colonial. En atención a esas consideraciones, en la presente investigación se analiza la
evolución del suelo de la hacienda El Banco, situada en el Municipio Sucre del Estado Zu-
lia, durante el periodo comprendido entre 1600-1833, en particular sobre los indicadores de
asignación, instrumentos jurídicos y el proceso de trasmisión de la propiedad y propietarios
de la misma.
La investigación se asienta sobre la revisión documental, bibliográca y también en las
tradiciones orales que existen sobre el pasado de la hacienda de El Banco, en particular so-
bre los expedientes que se resguardan en el Registro Principal del Estado Zulia (RPEZ), en
particular un legajo que muestra la tradición de la titularidad del suelo hasta 1833; asimismo
en los fondos que se custodian en la Biblioteca Nacional Biblioteca Febres Cordero (BNBFC)
y el Archivo General de la Nación Colombiana (AGNC) y asimismo en las relaciones de los
cronistas. El análisis de esas fuentes está orientado a la descripción de la evolución de la
propiedad del suelo y sus propietarios de la Hacienda El Banco. El estudio se inscribe en la
corriente de la historia agraria de las unidades de producción agrícola en Latinoamérica y en
particular en Venezuela.
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9 Arcila Farías Eduardo, El régimen… pp. 10-49.
10 Brito Figueroa, Federico,
El problema tierra y esclavos en la historia de Venezuela.
Caracas. Asamblea Legislativa del Estado
Aragua, 1973; Madriz B. José G., “Propiedad territorial agraria y mano de obra esclavizada en la jurisdicción de Coro, últi-
mo tercio del siglo XVI- Siglo XVIII”,
Mañongo.
XVIII-35.
11 Ramírez Méndez Luis A., “La evolución…
ISSN 2660-9037
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1. La tragedia de las Argüelles
Rodrigo de Arguelles Cienfuegos fue un vecino de la Nueva Zamora de Maracaibo, quien
después de abandonar España, sus numerosos viajes le condujeron hasta La Florida, Cuba y
Venezuela en donde había contribuido a la fundación de ciudades como Carora y Maracaibo y
la villa y puerto de San Antonio de Gibraltar y ciertamente fue un destacado participante en los
procesos fundacionales de esos espacios y en particular en la ciudad puerto, además era un
próspero comerciante, propietario de dos fragatas y había ejercido el cargo de justicia mayor
en la villa y puerto de San Antonio de Gibraltar, asimismo se le había concedido la encomienda
de los Kirikires, indígenas caribes, guerreros, que navegaban por las costas del Lago de Mara-
caibo y habían cumplido la función comercial durante el periodo prehispánico12.
Rodrigo había contraído matrimonio con doña Leonor de Ulloa, en su matrimonio había te-
nido tres hijas: una casada, llamada Leonor y dos niñas más, una llamada Paul y otra doncella,
además un hijo llamado Rodrigo13. En 1598 fue nombrado teniente de corregidor de la villa y
puerto de San Antonio de Gibraltar, donde sometieron a los indígenas de su encomienda con
malos tratos como fue, testimoniado por fray Pedro Simón, quien describió como Argüelles y
su esposa doña Leonor de Ulloa, habían obligado a los kirikires a trabajarles en duras labores,
apremiándolos al “servicio personal y pesquerías con que les hacían acudir” y sometiéndolos
a afrentosos castigos. Asimismo, Argüelles había trasladado los indios desde sus lugares de
residencia de forma forzada y contra su voluntad14, con cuyas acciones había:
“... conturbando los dichos pueblos de indios tocándolos sus corridos e ynquietándoles sus mujeres e
hijos, mediante lo qual llevándoles los yndios aser tan molestados, maltratados que se an ido pasando
todos los yndios de el comarcanos del dicho pueblo de donde se an ydo... e mataron a un español…”
15
.
Esa situación, más el peligro que esos malos tratos representaban para los blancos en
el sur del Lago de Maracaibo, fue conrmada por Francisco López Mexía, quien describió
la tensa situación que en aquel territorio se vivía al explicar que los kirikires: se aliaron con
los aliles y eneales, para defenderse de los malos tratos, agravios, vejaciones que les había
propiciado su encomendero y liberarse del excesivo trabajo a que habían sido sometidos”16.
Aquellas desacertadas e injustas actuaciones, no podían tener otro resultado que los hechos
ocurridos el sábado 22 de junio de 1600, día de la Magdalena, cuando los vecinos de San An-
tonio de Gibraltar, que estaban dormidos dentro de sus modestas edicaciones, y súbitamente
fueron despertados. Entonces pudieron ver con espanto y terror cuando las primeras luces del
amanecer alumbraron el día, como sorpresivamente sobre la laguna se presentaron más de
ciento cuarenta canoas, en las que se transportaba un número superior de quinientos indios
12 AGI,
Santo Domingo,
16, Nº 10, Informaciones de Rodrigo de Arguelles. San Antonio de Gibraltar, 13 de diciembre de 1601. F. 1r.
13 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela
. Caracas. Academia Nacional de la Historia, 1963. T. II. p. 603.
14 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 603.
15 BNBFC.
Cabildo Acuerdos.
Acta de Cabildo. Mérida, 16 de febrero de 1600. f. 6v-7r.
16 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 603.
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echeros kirikires, eneales y aliles, quienes habían navegado más de quince jornadas, y que ame-
nazadoramente atacaron a San Antonio de Gibraltar17. Estupefactos, los gibraltareños, cuyas ca-
sas estaban inmediatas a la laguna, fueron sorprendidos y agredidos con ereza, impidiéndoles
defenderse
18; a algunos los asesinaron como a uno apellidado Tobar y otro soldado de nombre
Belén; otros pudieron huir a la sabana de Mucujepe19. Por el contrario, algunos vecinos, entre los
que se hallaban los opuestos a Argüelles, como Ravasco, Nieto y Juan Rodríguez, “aliados en el
dicho motín”, cuyos aposentos estaban distantes de la costa, pudiéndose armar y dar socorro al
puerto no lo hicieron; por el contrario, se limitaron a poner a buen resguardo sus pertenencias20.
En aquel momento, el desprotegido embarcadero fue asaltado por naturales que se ha-
bían revelado ante los malos tratos que les había inigido su encomendero Rodrigo de Ar-
güelles y su esposa doña Leonor de Ulloa, y arremetieron contra el fondeadero porque aquel
hacía las veces de corregidor y justicia mayor21. Los nativos saquearon la villa y redujeron
a cenizas todas las casas que había en el atracadero; el ataque continuó con crueldad; los
kirikires quemaron el puerto, se dice que hasta las diminutas yerbas fueron calcinadas22; des-
pués desnudaron y ahorcaron a doña Leonor, pues su principal intención “fue dar muerte a
la susodicha23, la echaron dejándola como “un erizo”, cuando los gibraltareños regresaron
y la bajaron permanecía erguida, sostenida sobre las echas que atravesaban su cuerpo y
secuestraron sus tres hijas llevándoselas consigo24. Inmediatamente, quemaron las dos fra-
gatas de Argüelles y robaron todas sus mercaderías.
Los kirikires prosiguieron su sangriento ataque destruyendo la iglesia, robando sus alhajas; en
su fatal ira lanzaron sus embates al objeto de culto de los odiados blancos, un Santo Cristo de no-
gal, al que dispararon echas, y después incendiaron el edicio, cuyo techo era de palma, que ardió
17 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 603.
18 BNBFC. Ciudades de Venezuela R. 9. Vol. 2. Apuntamientos y peticiones presentados por testigos sobre encomiendas de
indios en la villa de San Antonio de Gibraltar, si deben continuar los encomenderos en sus encomiendas 1601. Real cédula
concediendo encomienda a Juan de Avendaño. Santa Fe de Bogotá, 27 de junio de 1593. pp. 24-27.
19 … el sábado por la mañana, que fue el día de la Magdalena, dieron los yndios quiriquires sobre nosotros en Jibraltar
y con ombres descuidados, nos cogieron durmiendo en la cama fue Dios servido que con bernos entre ellos nos esca-
pamos, nos mataron a Tobar y un soldado Belén y a Juana de Ulloa y las demás yjas se las llevaron, mataron a algunos
yndios amigos que nunca tubimos recelo…. AGNC.
Caciques e indios.
T. 39. Doc. 30. Indios de San Antonio de Gibraltar, sus
matanzas y robos. Carta de Juan Sánchez Calvillo. Sábana de Mucujepe, 23 de julio de 1600. f. 931r-v.
20 BNBFC.
Ciudades de Venezuela
R. 9. Vol. 2. Apuntamientos y peticiones presentados por testigos sobre encomiendas de
indios en la villa de San Antonio de Gibraltar, si deben continuar los encomenderos en sus encomiendas 1601. Real testi-
monio de Juan de Trexo. Mérida, 27 de julio de 1600. p. 120.
21 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 604.
22 …que Jibraltar toda quedó abrasada que hasta las hierbas que había secas quemaron…. AGNC.
Caciques e indios.
T. 39.
Doc. 30. Indios de San Antonio de Gibraltar, sus matanzas y robos. Carta de Juan Sánchez Calvillo. Sábana de Mucujepe,
23 de julio de 1600. f. 931r-v.
23 BNBFC.
Ciudades de Venezuela
R. 9. Vol. 2. Apuntamientos y peticiones presentados por testigos sobre encomiendas de
indios en la villa de San Antonio de Gibraltar, si deben continuar los encomenderos en sus encomiendas 1601. Real testi-
monio de Juan de Trexo. Mérida, 27 de julio de 1600. p. 120.
24 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 604.
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cayendo sus cenizas sobre la imagen del Cristo echado, asombrosamente, la egie no se quemó,
al igual que una pequeña estampa de la Concepción que estaba adherida a los pies de la cruz25.
Después de aquellos trágicos acontecimientos, cuando los vecinos retornaron y hallaron
intacta, entre las cenizas, la imagen de Cristo y sorprendidos porque no había ardido, la con-
virtieron en objeto de su devoción, acrecentada cuando el sacerdote Buenaventura de la Peña,
estando casi ciego y con un constante dolor de cabeza, fue milagrosamente sanado al colocar
sus ojos ante los pies de aquella talla26. De allí, el Santo Cristo echado, fue trasladado en proce-
sión a sus estancias, en el valle del Espíritu Santo (El Batey), propiedad que el mismo sacerdote
donaría a los padres jesuitas para la fundación del Colegio San Francisco Javier de Mérida en
1628. Allí permaneció la sagrada gura en espera de la reconstrucción de la iglesia. Entonces,
fue arrancada por los marabinos, quienes la trasladaron hasta la iglesia mayor de Nueva Zamora,
donde actualmente se halla27. El saqueo de los indígenas dejó a los gibraltareños tan pobres que
ni siquiera tenían ropa para abrigarse. Por eso suplicaron se les enviaran vituallas, especialmente
vestidos y mantas para abrigarse del frío nocturno y el ardiente sol diurno28.
Luego que los kirikires abandonaron el puerto, Argüelles en compañía de otros habitantes
retornaron al mismo, pero los vecinos desconocieron su autoridad como corregidor y justicia
mayor, en particular por Pedro Báez Rabasco, quien se autonombró con el cargo de capitán
y recticador del fondeadero y al mismo tiempo intentó desconocer la soberanía de Mérida
sobre el puerto29. Argüelles fue herido con cinco echazos, pero no falleció en el ataque, du-
rante la sangrienta matanza de los naturales y perdió a dos hijos varones y sus hijas fueron
raptadas por los indígenas, toda su fortuna fue destruida y quedó totalmente arruinado30.
Después de ese desastre, el cabildo emeritense ordenó que el capitán Diego Prieto Dávila,
asumiera las funciones de reedicador del puerto31. Ese nombramiento fue aprobado por
Francisco de Sande, el presidente de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá, con la expresa
comisión que el alcalde hiciera leva de gente para castigar a los belicosos aborígenes; del
mismo modo raticó que los encomenderos de los indígenas radicados en las vertientes del
lago de Maracaibo residieran en el puerto32.
25 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 603.
26 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 605.
27 Fray Pedro Simón,
Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 605.
28 Fray Pedro Simón
, Noticias Historiales de Venezuela…
T. II. p. 605.
29 AGNC.
Caciques e indios.
T. 39. Doc. 30. Indios de San Antonio de Gibraltar, sus matanzas y robos. Carta de Juan Sánchez
Calvillo. Sábana de Mucujepe, 23 de julio de 1600. f. 931r-v.
30 … e de cómo fuy corregidor e justicia mayor en la dicha villa de San Antonio de Gibraltar, e la reformé e poblé de nuevo e perdí allí
a Juana de Ulloa mi mujer y sinco ijos y toda mi hazienda y saliendo de seys heridas de flechazos de yndios…. AGI.
Santo Domingo,
16. N. 10. Expediente de méritos de Rodrigo de Arguelles. Exposición de méritos. Santo Domingo, 11 de enero de 1601. . 1r-2v.
31 AGNC.
Caciques e indios.
T. 39. Doc. 30. Indios de San Antonio de Gibraltar, sus matanzas y robos. Auto del Cabildo, justicia
y regimiento de Mérida nombrando como reconstructor del puerto de San Antonio de Gibraltar al capitán Diego Prieto
Dávila. Mérida, 28 de julio de 1600. f. 934r.
32 … se despache comisión dirigida a Diego Prieto Dávila alcalde mayor de la dicha ciudad de Mérida para que luego de re-
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Entretanto, doña Leonor y sus hermanas fueron secuestradas por los indígenas y seguida-
mente fueron casadas con tres indios principales” y al nal tuvieron hijos mestizos de esos
esposos, que a la larga también amaron, una de ellas fue rescatada seis años después, doña
Leonor, quien estaba casada y fue recuperada en 1608, con una hija mestiza. Doña Leonor fue
recibida por su marido, y se le dieron un nombre cristiano a aquella niña, nalmente la última
sería recuperada por Pedro Marín Cerrada, quien logró acorralar a los indígenas y rescatar a la
mujer y sus hijos. Una vez retornada a Gibraltar, su hermano Sebastián la embarcó con desti-
no a Maracaibo y a pesar de los ruegos de su hermana, Sebastián lanzó al lago los dos hijos
mestizos de su hermana menor, sus sobrinos y los ahogó, después de llegado a Maracaibo,
Sebastián murió a los tres días en medio de fuertes vómitos.
2. La privatización de las tierras de los kirikires
El retorno de doña Leonor de Arguelles a Maracaibo, debió estar signado por el aura de
mártir por los trágicos hechos que le habían ocurrido a ella y sus hermanas, por lo cual debió
ser acreedora de una gran respetabilidad y aunado que las tierras donde residía en el sur del
Lago de Maracaibo, eran aquellas que estaban ocupadas por aquellos belicosos y rebeldes in-
dígenas y después de habían transcurrido más de seis años de su retorno doña Leonor acudió
ante el cabildo marabino para solicitar una merced que le concediera la propiedad sobre las
tierras de los bobures, que en principio es potestad no le correspondía a ese cabildo, porque
las tierras solicitadas se hallaban en jurisdicción de Gibraltar.
A pesar de ser un territorio extra-jurisdiccional de Maracaibo, ese ayuntamiento aprobó
que las tierras donde se ubicaban los indios Kiriquires fueron concedidas a doña Leonor de Ar-
guelles en 1623, los linderos de esa propiedad fueron jadas desde “la boca de un estero, que
está en el remate de las sierras de los bobures y sus naturales encomendados de Sevastian
de Argüelles, mi hermano y tiene un longitud desde la boca de dicho estero hasta la boca de la
laguna de dos fanegadas y así a la tierra adentro de media legua.33. Ese terrazgo comprendía
una extensión de 12 leguas y al frente tenía la costa del Lago de Maracaibo, justo inmediato a
donde actualmente se halla situado la población de Bobures, Sucre-Zulia (Venezuela).
Ese predio inició un proceso de fraccionamiento que progresivamente daría origen a otras
propiedades a través de sucesivas transacciones, una de las cuales se convertiría en la hacien-
da de El Banco. De ese modo, la primera enajenación se realizó en 1638, cuando doña Leonor
vendió 6 fanegas de las 12 que había recibido a don Vicente Viana, también vecino de Maracaibo
cibida trate de la reedificación de la dicha villa de Gibraltar para cuyo efecto conduciendo y lebantando la gente que fuere
necesaria en la dicha ciudad de Mérida que irá a la dicha villa de Gibraltar y breve y sumariamente a uzanza de guerra y
castigará a los que cometieron los delitos…” AGNC.
Caciques e indios.
T. 39. Doc. 30. Indios de San Antonio de Gibraltar, sus
matanzas y robos. Real Provisión de Francisco de Sande, Presidente de la Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá. Santa Fe
de Bogota, 6 de septiembre de 1600. f. 936r-v.
33 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán
y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Merced de tierra a Leonor de Argüelles. Nueva
Zamora de Maracaibo, 26 de febrero de 1626. . 1v-3v.
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comprensivas de: “seis fanegadas de tierra de dose que tengo en las tierras y sitios de Babures
de sembradura de mays yucatán […] con más media legua tierra adentro34. (Véase tabla 1)
Tabla 1 Evolución de la propiedad de la hacienda El Banco 1600-1833
fecha gura propietario adquiriente Extensión
1623 merced Cabildo de Maracaibo Leonor Arguelles 12 fanegas
1638 venta Leonor Arguelles Vicente
Viana
6 fanegas
1639 venta Leonor Arguelles Pedro Gómez e Inés Ma-
teos
6 fanegadas
1639 venta Pedro Gómes e Inés Mateos Vicente Viana 6 fanegadas
1655 venta Vicente Viana Ana Quiroz Una cabuya
1716 venta Vicente Viana Juan Fernández Calderón
e Isabel de Bustos
1716 dote Juan Fernández Calderón e Isabel
de Bustos
María Fernández Cal-
derón y José Gabriel
Beguilla
Una estan-
cia
1716 dote Juan Fernández Calderón e Isabel
de Bustos
Ana Hernández Calderón
y Nicolás José Arrieta la
Madrid
240 brasas
de tierra
1761 venta Ana Hernández Calderón y Nicolás
José Arrieta la Madrid
Juan Antonio Troconis
1761 Venta Juan Antonio Troconis Juan Francisco Cubillán
1801 Herencia Juan Francisco Cubillán Francisca Sebastiana,
María, Tomás, Joaquín,
Lorenzo, Joseph Judas
y Manuel Francisco Cu-
billán
1801 Cesión Francisca Sebastiana, María, To-
más, Joaquín, Lorenzo, Joseph
Judas y Manuel Francisco Cubillán
Rosalía Cubillán
1833 herencia Rosalía Cubillán Felipe, Tomás, María
Ignacia y Emenenciana
Quintero,
1833 cesión Felipe, Tomás, María Ignacia y
Emenenciana Quintero,
Felipe Quintero
Fuente: RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr.
Dn. Juan Francisco Cuvillán y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures.
Las restantes seis fanegas comprensivas en el remanente de la media legua fueron vendi-
das al teniente Pedro Gomes y doña Inés Mateos, yerno e hija de doña Leonor de Argüelles, cu-
yos linderos comprendían: “por una parte en capitán Sebastián de Argüello y por la otra el río de
34 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán
y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de venta. Nueva Zamora de Maracaibo,
26 de octubre de 1638. . 15r-16v.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
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Castro35, quienes, a su vez, también las enajenaron a don Vicente Viana en 163936, por lo que
Viana se hizo propietario de la totalidad de predio nuevamente. Parte de esas tierras fueron
vendidas a doña Ana de Quiroz, quien compuso una cabuya de tierra en el sitio de los Bobures,
la que había adquirido del capitán Vicente de Viana, vecino de Maracaibo la, “... que linda con
estancia del capitán Juan de Soto por un lado y por el otro un río que llaman del Hobo...” la que
fue compuesta ante el visitador Diego de Baños y Sotomayor en 165537. (Véase tabla 1)
En los sucesivos años, los herederos de Vicente Viana vendieron parte de las restantes pro-
piedades a Juan Fernández Calderón y su esposa doña Isabel de Bustos, quienes, a su vez, las
entregaron como dotes a sus hijas, María Fernández Calderón, quien contrajo matrimonio con
el alférez José Gabriel Beguilla, y esta pareja recibió una estancia de tierra en los Bobures38. Del
mismo modo, Juan Fernández, también entregó otra fracción de su propiedad, como parte de
la dote de su otra hija Ana Hernández Calderón, quien se casó con el capitán Nicolás Josep de
Arrieta la Madrid, por lo cual a cónyuges recibió una extensión de doscientos cuarenta brasas
en la costa del Lago de Maracaibo, las que se extendían desde la playa hacia la tierra adentro,
en montaña eriaza, situadas en el sitio de los Bobures altos y colindaban “… por la parte de arriba
con río Seco, tierras del regidor don Antonio de Andrada[e] y por la parte de abajo tierras del alfé-
rez José Gabriel de Beguilla, frente a la serranía y fondo a la laguna…39 en 1716. (Véase tabla 1)
La propiedad de José Nicolás de Arrieta la Madriz y su esposa fue vendida a Juan Nicolás
de Andrade, éste, a su vez, la enajenó a don Juan Antonio Troconis40 en 1761, quien también
vendió esa parcela a don Juan Francisco Cubillán, cura rector de la iglesia parroquial de Ma-
racaibo, para entonces esa unidad de producción ya contaba
“… con puerto a la laguna, donde está el frente y camino; lindando por la parte de arriba con el san-
jón del río Seco, tierras y labores de don Pedro Joseph Antúnez Pacheco, cura coadjutor de la dicha
santa iglesia parroquial de Maracaibo; y por la de abajo con tierras y lavor de doña María Fernández
Calderón, viuda y vecina de esta ciudad…”
41
.
35 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán
y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de venta. Nueva Zamora de Maracaibo,
7 de febrero de 1642. . 21r-22v.
36 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán
y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de venta. Nueva Zamora de Maracaibo,
23 de agosto de 1639. . 15r-18v.
37 AGI.
Escribanía de Cámara.
Legajo 836-c. Visita de Modesto de Meller y Diego de Baños y Sotomayor. 1655-1657. Composi-
ciones. Composición de Ana Quiroz. San Antonio de Gibraltar, 19 de abril de 1657. f. 203r-v.
38 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán y sus
herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de dote. Gibraltar, 3 de septiembre de 1716. f. 22r-v.
39 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán y sus
herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de dote. Gibraltar, 3 de septiembre de 1716. f. 23r-v.
40 …que oy es en esta ciudad capitán de corazas y regidor perpetuo…. AGNC.
Curas y Obispos.
SC21, 2, Doc. 14. Valle de
Río Seco, pleito de jesuita por servidumbre de aguas 1761-1763. Testimonio de don Luis Nicolás Corona. Maracaibo, 8 de
mayo de 1761. f. 447v.
41 RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr. Dn. Juan Francisco Cuvillán y sus
herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures. Carta de venta. Gibraltar, 1 de febrero de 1733. . 43r-46v.
ISSN 2660-9037
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A partir de esa fecha, esa propiedad comenzó a denominarse San José del Banco y per-
maneció en poder de la familia Cubillán por las siguientes décadas. Al fallecimiento de don
Juan Francisco Cubillán, la posesión fue cedida por manda testamentaria a sus sobrinos
Rosalía, Francisca Sebastiana, María42, Tomás, Joaquín, Lorenzo, Joseph Judas y Manuel
Francisco Cubillán; luego los coherederos procedieron a suscribir una carta de cesión de sus
derechos en favor de doña Rosalía, y de ese modo la hacienda pasó a ser únicamente de su
propiedad. Después del fallecimiento de doña Rosalía, la hacienda se convirtió en propiedad
conjunta de sus hijos y herederos legítimos: don Felipe, Tomás, María Ignacia y Emenenciana
Quintana, quienes en 1833, hicieron una cesión de derechos a favor de don Felipe Quintero
Cubillán, quien se convirtió de esa forma en único propietario de la hacienda43.
De ese modo, durante dos centurias la propiedad del suelo de la hacienda San José del
Banco se movilizó a través de 14 transacciones desde la meced original que se le concedió a
doña Leonor de Arguelles, en las mismas se incluyeron 7 ventas; dos asignaciones por vía de
herencia; la entrega de varios predios para garantizar las cargas del sacramento matrimonial
a través de 2 dotes y nalmente los herederos para entregar la propiedad conjunta cedieron
sus derechos y acciones para que un solo propietario asumiera el dominio y posesión de la
hacienda. (Véase tabla 2)
Tabla 2 Figuras jurídicas para la movilización de la propiedad de la hacienda El Banco. 1600-
1833.
merced venta herencia dote Cesión total
1 7 2 222 2 2222 2 14
Fuente: RPEZ.
B-01-23.
1834. Testimonio de los títulos y posesión de las tierras de poseídas por el Dr.
Dn. Juan Francisco Cuvillán y sus herederos de la hacienda del señor San Joseph del Banco y Bobures.
3. Los propietarios
Indudablemente, los propietarios de la Hacienda El Banco fueron personajes de signicati-
va importancia en el acontecer regional, en especial en Maracaibo, en cuyo escenario tuvieron
una participación signicativa, la primera de ellas doña Leonor de Arguelles, cuya terrible
situación, ya descrita, concluyó con su regresó acompañada con una hija mestiza, que había
dado a luz en su cautiverio, producto de una probable violación de alguno de los naturales, lo
42 María Cubillán declara en su testamento ser heredera en: “… parte de mi tío el Dr. Juan Francisco Cubillán en la citada
hacienda de El Banco” y declara por sus universales herederos a: “… Dn. Tomás, Don Felipe, doña María Ignacia y doña
Emenenciana Quintana…. RPEZ. A-15-12. Testamento de María Cubillán. Maracaibo, 14 de julio de 1801.
43 En el testimonio de don Joseph Manuel Duran, emitido en 1761, se refieren como propietarios del valle de Río Seco a: “
Don Nicolás de Arrieta en la hacienda que hoy es de don Thomás Cubillán y en la que se le sigue a don Antonio Antúnez,
hermano del señor vicario, y en la tercer al Licenciado Antonio Nicolás de Andrade y en la cuarta a don Francisco Corona, y
en la quinta a don Ambrosio de Andrade, y en la sexta a don Pedro González, y en la séptima que llaman Marañones a don
Thomás Cubillán y en la octava que es el yngenio y trapiche de don Juan Nicolás de Andrade…. AGNC.
Curas y Obispos.
SC. 21, 2 Doc. 14. Valle de Río Seco, pleito de jesuita por servidumbre de aguas. Testimonio de don Joseph Manuel Duran.
Gibraltar, 19 de junio de 1761. f. 407r. Véase el mapa de 1761. AGNC.
Mapoteca
4 Nº 388-A
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La propiedad privada de la Hacienda “El Banco” Municipio Sucre, Estado Zulia (1600-1830) ... PP: 75-88
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más posible es que Inés Mateos, sea esa niña, quien se casó con Pedro Gómez y fueron los
segundos propietarios de ese predio. El tercer propietario fue el capitán don Vicente Viana,
quien fuera escribano y receptor de rentas en la Nueva Zamora.
Los siguientes poseedores, los Hernández Calderón, estuvieron vinculados con el vasco
Nicolás de Arrieta la Madrid, quien fuera alférez y teniente de gobernador en Maracaibo, el
primer representante de ese apellido, con quien se establecieron alianzas familiares con no-
tables familias marabinas de nales del siglo XVII y durante el siglo XVIII, en especial con don
Francisco de Lizaurzabal y Anzola, quien fuera su yerno, propietario de una hacienda contigua
en Bobures, situada colindante con el Banco y el Parral, una probable división del predio de
don Nicolás quien lo entregó a su hija María Encarnación de Lizaurzabal y Arrieta, asimismo
don Francisco también fue propietario del hato de San Francisco, en la Cañada, actual Muni-
cipio San Francisco del estado Zulia.
Los Cubillán tienen sus primeros representantes Maracaibo desde el siglo XVII, aunque su
vinculación con los Cubillán Núñez aún no está probada, lo más seguro es que tengan algún lazo
de sangre, pero el primero de esta parentela que se ha datado es Tomás Cubillán, casado con
Ana María Núñez de Medina quienes están datados a principios del siglo XVIII padres de Juan
Francisco Cubillán bautizado en Maracaibo el 13 de julio de 174144, clérigo presbítero de la iglesia
parroquial de la Nueva Zamora, hermano de doña Rosalía María de la Concepción quien fuera
bautizada en Maracaibo el 9 de septiembre de 1738 y a quien le legó su hacienda de El Banco45.
Doña Rosalía después que heredó esa hacienda, la mantuvo en su propiedad hasta su muerte,
mediante su disposición testamentaria, nombró por herederos a sus hijos, como anteriormente
se expuso hasta que todos cedieron sus derechos a favor de don Felipe Quintero Cubillán.
Conclusiones
La propiedad del suelo de la hacienda de San José del Banco, situada en la costa de
Bobures en el Municipio Sucre, estado Zulia se inició a partir de la merced concedida a doña
Leonor de Arguelles por el cabildo de la Nueva Zamora de Maracaibo en la tercera década del
siglo XVII, a partir de misma esa extensión de suelo fue sucesivamente fraccionada, hasta
que una de esas secciones de convirtió en la Hacienda de San José del Banco. Ese proceso
de fraccionamiento de la propiedad se efectuó a lo largo de 200 años a través 14 sucesivas
enajenaciones las que se realizaron mediante diversas guras jurídicas como lo fueron las he-
rencias, ventas, adjudicaciones y donaciones, lo cual posibilitó la legitimación de la propiedad
privada del suelo, factor fundamental para la conformación de la hacienda como una unidad
de producción cacaotera con una signicativa importancia en esa zona, cuyos propietarios
fueron personajes de signicativa importancia en el acontecer regional de la Nueva Zamora.
44 https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RRM-CYM?view=index&personArk=%2Far-
k%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMJ-21VP&action=view&groupId=M991-5TZ
45 https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:33S7-9RRM-DSX?view=index&personArk=%2Far-
k%3A%2F61903%2F1%3A1%3AQVMJ-LQF9&action=view&groupId=M991-5TH
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Curas y Obispos.
SC. 21, 2 Doc. 14. Valle de Río Seco, pleito de jesuita por servidumbre de
aguas. Testimonio de don Joseph Manuel Duran. Gibraltar, 19 de junio de 1761. f. 407r.
Véase el mapa de 1761.
Mapoteca
4 Nº 388-A.
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PP. 89-98. Provincia de Pontevedra - España
The African American Population in The United
States After the Abolition of Slavery
Carlos Alberto Navarro Fuentes*
ABSTRACT
The objective of this text is to offer a general perspective on what was the slavery of the “afro-slave” popula-
tion in the United States, from citing some of the most important authors who managed to survive the regime
and endure after the abolition of the relations between masters and slaves and the self-legitimized violence
by the former on the latter. We will do this by offering extracts from the most representative literary works
and from the life testimonies of authors of African-American origin, including as complementary support,
cinematographic and documentary references concerning the theme of identity, discursivities and related nar-
ratives, the imaginary under which the abolitionist ideal was taking shape in the nation and how said efforts
were mostly impeded by the endogenous Caucasian racism of its rulers in particular, giving rise to and feeding
as the main cause what would come together in the Civil War (1861 -1865) in that country.
Keywords:
Slavery, African American population, United States, abolition, North-South.
La población afroamericana en Estados Unidos luego de la
abolición de la esclavitud
RESUMEN
El objetivo de este texto es ofrecer una perspectiva general sobre lo que fue el esclavismo de la población
«afroesclava» en los Estados Unidos, a partir de citar algunos de los autores más importantes que lograron
sobrevivir al régimen y perdurar luego de la abolición de las relaciones entre amos y esclavos y las violencias
autolegitimadas por parte de los primeros sobre los segundos. Lo anterior, lo haremos ofreciendo extrac-
tos de las obras literarias más representativas y de los testimonios de vida de autores y autoras de origen
afroamericano, incluyendo como apoyo complementario, referencias cinematográcas y documentales con-
cernientes al tema de la identidad, discursividades y narrativas relacionadas, el imaginario bajo el cual se fue
conformando la ideal abolicionista en la nación y como dichos esfuerzos se vieron impedidos en su mayoría
por el racismo endógeno caucásico de sus gobernantes en particular, dando lugar y alimentando como causa
principal lo que conuiría en la Guerra de Secesión (1861-1865) en aquel país.
Palabras clave:
Esclavitud, población afroamericana, Estados Unidos, abolición, Norte-Sur.
* Posdoctor en Estudios Sociales (Universidad Autónoma Metropolitana); Doctor en Humanidades (Tec de Monterrey);
Doctor en Teoría Crítica (17, Instituto de Estudios Críticos); Diplomado en Historia de México (UNAM). Actualmente es
profesor de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP, México). Correo electrónico: betoballack@yahoo.com.
mx ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-4647-9961.
Recibido: 5/11/2022
Aceptado: 10/3/2023
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Introduction
Starting from the Enlightenment, that is, at the end of the eighteenth century, European
societies began to intellectually question the trafcking of black (African) population within
and outside their nations, as well as the treatment and suffering to which they were subjected
under various justications found by traders, trafckers, and slave owners. It is worth mentio-
ning the publication by Marie-Jean-Antoine Nicolas de Caritat, Marquis of Condorcet (1743-
1794) - mathematician, philosopher, politician, perpetual secretary of the Academy of Scien-
ces, enlightened, reformer, anti-slavery, anticlerical, profeminist, pro-Jewish, pro-Protestant,
who also actively participated in the French Revolution in radical democratic positions - better
known only as Condorcet, titled
Reections on the Slavery of the Negroes
(1781), which was ba-
sed not only on the principles of the revolution (equality, freedom, and fraternity) but also on
natural law, which is and should be related to all men - and women. Condorcet considered that
Reducing a human being to slavery, buying him, selling him, keeping him in serf-like conditions are
authentic crimes, worse crimes than theft. In fact, the slave is deprived not only of any monetary
or real estate property, but also of the faculty to acquire the property of his own time, his forces,
everything that nature has given him to preserve his life or satisfy his needs. To this harm is added
that of taking away from the slave the right to dispose of his person (2017: 13).
The aforementioned work by Condorcet did not have a great impact at the time it was
published; however, it was reissued in 1788, arousing open and heated debates, in which it
is important to locate the author and his work at the epicenter of the intellectual, ideological,
and political currents that led to the abolition of slavery as part of the Revolutionary Conven-
tion of 1794 and those that followed from here inside and outside the French nation. In this
work, the French author threw overboard the argument that the slaveholders held about the
afro-slaves” under the yoke of their enslavement being of a different nature than that of the
white population, and therefore deserved such treatment. The idea of the racial inferiority of
the black population would become a constant and pervasive element in the cultural, political,
and economic life of the European and later the North American societies that embraced sla-
very as a way of life and, above all, as a way of economic exploitation.
We will also see how abolitionist efforts and the promulgations that surrounded these
political texts, in reality, often remained on paper without having positive effects on the daily
lives and social realities, as the economic and political interests of slaveholders and those
who beneted from this regime were the ones who viewed its abolitionist horizon with the
greatest suspicion. An example of this was the technological advances applied to production
that took place on plantations, many of which were achieved and expanded as a result of the
Industrial Revolution in England and brought to American soil by the rst colonizers and sub-
sequent generations who beneted from this. These technological advances and economic
objectives gave a new twist to the ways in which racism and other forms of discrimination
were exercised in American lands, but they were not eradicated, nor much less, as recognized
abolitionists at the time in various parts of the world, such as Condorcet, would have wanted.
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We will show that there was no goodness or humanism in the intentions of those who
were responsible for abolishing slavery and making it valid throughout the territory of the Uni-
ted States. Among these pragmatic politicians were the founders of the nation, such as Was-
hington and Jefferson, on the one hand, and the champions of republicanism and defenders
of the Union, such as Lincoln. The true concern of the latter was to save the “Union” and stay in
power, as there would be a way to recongure the country structurally and socioeconomically,
as both sides had very different cultures and interests.
Life and Literature. Abolition in Process (Some Sources)
Frederick Douglass was an African American abolitionist, social reformer, orator, writer,
and statesman. He was born on February 14, 1818 in Maryland and died on February 20, 1895
in Washington. His most famous work,
Narrative of the Life of Frederick Douglass, an American
Slave,
was rst published in the spring of 1845. The book, which included introductory com-
ments by William Lloyd Garrison and Wendell Phillips, quickly became a bestseller. Within
three years of its publication, 11,000 copies had been printed in the United States. During the
same period, nine English editions of the work had been published and it had been translated
into French and Dutch.
Other successful works on the same topic include
The Interesting Narrative of the Life of Olau-
dah Equiano or Gustavus Vassa, the African
(1789),
Narrative of Moses Ropers, Adventures and Esca-
pe from American Slavery (
1837),
The Narrative of William Wells Brown
(1847), and
The Narrative of
Solomon Northup
(1853). These works also sold thousands of copies and had multiple editions
and reprints in the United States, as well as translations into German, Dutch, and other langua-
ges. Together, they helped to attract broad circles of European societies that practiced slavery
and the intercolonial struggle outside Europe between 1820 and 1860 to the abolitionist cause.
According to Houston A. Baker, Jr., who wrote the introduction to a 1982 edition of Dou-
glass’s work, when researchers George Fredrickson and Christopher Lasch claim that “there
simply are no adequate records of slaves’ personal reactions to slavery,they are not questio-
ning the authenticity of the narrators. Rather, they are recognizing that the accounts of former
slaves are more important as “authentic” expressions in a literary universe than in a historical
one. If history has begun to move as a result of the recent interest in slave narratives and their
narrators, the movement is primarily that of an intellectual history, a broad cultural history that
does not simply consider the narratives as direct documentary historical evidence. The history
currently underway seeks to determine the relationship of the texts of slave narrators, which
are (by their very nature autobiographical) both literary and historical, to our interpretation of
the American past and our elaboration of a consensual history text (cited in Douglass, 1982: 6).
For Baker, “Slave narrators actually had literary aspirations. They were at once readers and
timid authors of narratives that saw themselves as literary works of art, as autobiographical
works performed both for literary posterity and on behalf of a contemporary mass of enslaved
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African Americans” (cited in Douglass, 1982: 6). On the other hand, literary critic George Kent
“has noted that Puritan confessional narratives and Methodist conversion narratives had an
obvious inuence on slave narratives, shaping their pious tone as well as the proles of their
moral reections” (cited in Douglass 1982, 5).
While literary critic Henry Louis Gates, Jr. believes that “slave narrators created what he
calls a ‘counter-genre,an intermediate form that participates in elements of ‘the sentimental
novel and, above all, the specically American transmutation of the European picaresque
(Gates, 1978: 21). Examples of this are the publication of Harriet Beecher Stowes popular
work,
Uncle Toms Cabin
1 (1852), and
Solomon Northup’s Twelve Years a Slave
(1789). Despite
the success of these works, there was much censorship, and books and pamphlets barely
circulated in the Deep South (Carolina, Alabama, Georgia, and Mississippi), and there was still
much ignorance and illiteracy.2
Indeed, the inuence of missionaries and religious “currents” played an extremely impor-
tant role in the reading of the Bible, the sermon, and other rituals that were adapted and recon-
gured to become part of the religious ritual practice of African American communities in the
United States up to the present day. An important gure in this case would be the abolitionist
and suffragist Harriet Tubman (Harriet Jacobs after marriage), registered at birth as Araminta
Ross, who fought for the freedom of enslaved African Americans in the United States. In her
lifetime, she published an autobiography entitled
Incidents in the Life of a Slave Girl
3 (1861) under
1 “Watch
12 Years a Slave
(2013). Directed by Steve McQueen and starring Chiwetel Ejiofor as Solomon Northup. The
screenplay, written by John Ridley, is an adaptation of Solomon Northup’s autobiography, ‘Twelve Years a Slave.’ Northup
was a free African American born in New York state who was kidnapped in Washington D.C. in 1841, sold into slavery, and
later freed in 1853 aer working on Louisiana plantations for 12 years. ‘12 Years a Slave’ is McQueen’s third feature film and
won three Academy Awards at the 86th Academy Awards (2013) for Best Picture, Best Supporting Actress (Lupita Nyong’o),
and Best Adapted Screenplay, as well as the Golden Globe for Best Motion Picture - Drama and the BAFTA Award, among
others. The film was shot in New Orleans from June 27 to August 13, 2012, with a budget of $20 million, at four historic
plantations: Felicity, Magnolia, Bocage, and Destrehan. Of the four, Magnolia is the closest to the actual plantation where
Northup worked. African American history and culture scholar Henry Louis Gates Jr. served as a consultant on the film,
and researcher David Fiske, co-author of ‘Solomon Northup: The Complete Story of the Author of Twelve Years a Slave,
provided material used for the film’s marketing. However, news and magazine articles from the time of the film’s release
described a scholar alleging some license that Northup may have taken with his book, and the liberties that McQueen de-
finitely took with Northups original. The film premiered at the Telluride Film Festival on August 30, 2013, and has received
generally positive reviews from critics. It was released in U.S. theaters on October 18, 2013, and in the UK on January 10,
2014. The release of this film - along with other films about the life and work of Martin Luther King - coincided with the
150th anniversary of the abolition of slavery (1863) and the arrival of Barack Obama as President of the United States. See
Fiske, David, Brown, Cliord W. Jr. & Seligman, Rachel (2013). ‘Solomon Northup: The Complete Story of the Author of
Twelve Years a Slave.’ ABC-CLIO, 225 pp.
2 See “Documenting the American South: Primary Resources for the Study of Southern History, Literature and Culture”.
Retrieved from https://docsouth.unc.edu/
3 See “Harriet” (2019). American biographical film about abolitionist Harriet Tubman. Directed by Kasi Lemmons, who
co-wrote the screenplay with Gregory Allen Howard, and starring Cynthia Erivo as Tubman, with Leslie Odom Jr., Joe
Alwyn, and Janelle Monáe in supporting roles. A biopic about Harriet Tubman had been in development for years, with
several actresses, including Viola Davis, rumored to star. Erivo was cast in February 2017, and much of the cast and crew
joined the following year. Filming took place in Virginia from October to December 2018. “Harriet” premiered at the Toron-
to International Film Festival on September 10, 2019, and was released in theaters in the United States on November 1,
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Carlos Alberto Navarro Fuentes
The African American Population in The United States After the Abolition of Slavery. PP: 89-98
ISSN 2660-903793
the pseudonym Linda Brent.4 In this work, she describes meeting an elderly Black man who
was longing to learn to read so he could better serve God by reading the Bible. Despite the fact
that it was against the law for slaves to be taught to read, Tubman agreed to teach him, and
the man promised to bring her good fruit as payment. After escaping slavery and settling in the
North, Tubman conducted thirteen rescue missions and freed around 300 slaves, using a ne-
twork of abolitionists known as the “Underground Railroad.5 She also aided John Brown after
his raid on Harpers Ferry and fought for suffrage for women after the Civil War. Tubmans for-
mer home was abandoned in 1920 but was later restored by the African Methodist Episcopal
Zion Church and turned into a museum and center for education. In a passage from her work,
the African American abolitionist writer expresses her desire to awaken Northern women to the
plight of the two million Southern women still in captivity, stating that only through experience
can someone realize the depth, darkness, and vileness of slavery.
2019, by Focus Features. It received generally favorable reviews from critics, who praised Erivo’s performance and found
the film sincere but formulaic. For her performance in the film, Erivo received nominations at the Academy Awards, Gol-
den Globes, and Screen Actors Guild, as well as an Oscar nomination for Best Original Song (“Stand Up”). See “Stand Up”.
Oicial Music Video (Soundtrack) Performed by Cynthia Erivo - HARRIET -. Available at https://youtu.be/sn19xvfoXvk
4 See Yellin, Jean Fagan (2004). Harriet Jacobs: A Life. Cambridge, Massachusetts: Basic Civitas Books.
5 The Underground Railroad (also known as the Clandestine Railroad) was a clandestine network organized in the 19th
century in the United States and Canada to help African American slaves escape from plantations in the southern United
States to free states in the north or to Canada. Although it is called a “network,” there was no central organization or guide;
they knew the immediate resources available and gave them to the fugitive, sometimes accompanying them to another
safe house. There was a whole industry of men searching for runaway slaves, so a place where these men did not suspect
or search for them was very valuable. John Brown built a secret room in his tannery factory, although he was not the only
one. The name “Underground Railroad” comes from the fact that its members used railroad terms metaphorically to refer
to their activities. For example, conductors or engineers were the ones who helped runaway slaves in the slave states of
the South. They provided disguises, maps, instructions on where to stay, and sometimes accompanied them during the
journey. They were, therefore, very bold activists because helping runaway slaves was punishable by death at that time.
Other activists established stations along the railroad, that is, places like private homes where runaways arrived and could
hide, eat, rest, receive medical assistance, and information about the next stage of the journey. For example, the Quaker
couple Levi and Catherine Coin, who lived in Newport, Indiana, were stationmasters for more than twenty years, and
during this time, around 2,000 runaway slaves passed through their home (the station). The runaway slaves were the
passengers. The escape routes were called tracks. The headquarters was the Central Station, and the northern states or
Canada were the destination. Members of the Underground Railroad operated clandestinely and usually only knew each
other by their pseudonyms, to avoid compromising their security. They also made passengers swear to keep the secret.
The Underground Railroad sought its collaborators within the abolitionist movement, of which it was a part, and thus
extended its activities always outside the law. Perhaps the most famous and popular character in the history of the Un-
derground Railroad was Harriet Tubman, whom they called “the Moses of the slaves,” and who was a conductor who was
born a slave in Maryland and escaped in 1848. Once she reached the North and achieved her freedom, she joined the Un-
derground Railroad and in the following years returned to the South up to 19 times to help hundreds of slaves escape. Sla-
veholders even oered a reward for capturing her alive or dead, but she continued her work. The Underground Railroad
operated until slavery was definitively abolished aer the Civil War (1861-1865). People who had collaborated with the
Underground Railroad played an important role in the war due to the instruction they received and their knowledge of the
terrain. Throughout its existence, the Underground Railroad succeeded in freeing thousands of slaves and also influenced
public opinion to gain supporters of the abolitionist cause. See Blasco Lucía “The Underground Railroad: The True Story
of the Clandestine Network that Allowed Thousands to Escape from Slavery in the United States” in BBC News Mundo,
published on September 17, 2021. See Lindley, Robin (2015).
Gateway to Freedom. The Hidden History of the Underground Rai-
lroad.
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Gerardo Gurza believes that there were always voices of prominent gures who expressed
progressive ideas in the American colonies, including abolitionists or anti-slavery advocates.
He cites the example of Virginia, where a group of enlightened planters receptive to new Eu-
ropean currents of thought found critiques of slavery convincing as an obstacle to economic
and social progress. Figures such as George Washington, Thomas Jefferson, and James Ma-
dison, who were among the main protagonists of the revolutionary process and the creation
of the new government, believed they were witnessing the dawn of a new era of human pro-
gress in which a barbaric and backward institution like slavery should not have a place. Enli-
ghtened Virginians like St. George Tucker, Ferdinando Fairfax and Jefferson himself dedicated
considerable efforts to conceive a viable plan for the gradual emancipation of slaves, a plan of
gradual application designed to cause the least possible economic and social disruption, and
that could in that measure win the consensus of the majority of the owning class, of which
they themselves were members (Gurza, 2016: 29).
The Reality aer the Abolition of Slavery
The reality is that the abolition of slavery remained mostly in good intentions and few
concrete and lasting actions in favor of it. The separation of families and the sale of slaves
continued, as well as the “right of rst night” and the rape of African-American women. In fact,
“religious bodies eventually adjusted to the fact that family separations were to some extent
inevitable [...] Churches opted to seek practical rules for what could be taken as valid reasons
for ending unions and allowing second marriages” (Gurza, 2016: 128). This was what most
scandalized and sought to be avoided by the North, who abolished slavery - to which mainly
those in the South opposed.6 Revolts and rebellions on plantations became more common,
one of which was led by the slave Nat Turner7 against plantation owners in Virginia. Edward
Ball shares a testimony from a descendant of a slave-owning family in South Carolina who
was the victim of actions taken by Turner.
Nat Turner, a slave from Virginia, led a rebellion with nineteen comrades in which almost
sixty whites were killed. For white Southerners, The Liberator [an abolitionist newspaper] see-
med to lead directly to Nat Turner. In reaction to the abolitionist press, Southern writers coined
their own new genre, the pro-slavery essay (Ball, 2000: 242).
6 The “Mason-Dixon Line”. British scientists Charles Mason and Jeremiah Dixon were renowned scientists when they were
commissioned to settle a land dispute in pre-revolutionary United States in 1763. Known in England as master surveyors
and astronomers, for 80 years the Calvert family of Maryland and the Penns of Pennsylvania engaged in a bloody dispute
over the boundary between the two colonies granted by the English crown. At the time, it was considered an innovati-
ve technical achievement, coming to symbolize the North-South border in the American Civil War, separating slave-free
Pennsylvania from slave-holding Maryland. A north-south division between Maryland and Delaware of 133.5 kilometers
and the better-known west-east division separating Pennsylvania and Maryland, covering 375 km and stretching from
southern Philadelphia to what is now West Virginia. The Mason-Dixon Line is made up of almost 400 stones marked with
the letters P, for Pennsylvania, and M, for Maryland. See Sally M. Walker (2014). Boundaries: How the Mason-Dixon Line
Settled a Family Feud and Divided a Nation. Candlewick Press.
7 See William Styron (2008). The Confessions of Nat Turner. Barcelona: La Otra Orilla.
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In this sense, Gurza states, “These plans, though well-intentioned, had very clear limitations:
they did not want to harm interests to any greater degree, and all of them categorically rejected the
possibility of cohabitation of the two races without slavery. Freedom could only be conceived if it
came hand in hand with colonization of free blacks in a distant land” (2016: 29). In practice, not all
works like those mentioned a few paragraphs earlier were taken seriously, as they lent themselves
precisely to the ideological and economic interests of abolitionists. An example of this is that even
in the early twentieth century, historiography in academia continued to be blatantly racist. It was
around the mid-twentieth century that this view began to slowly change, though not without ideolo-
gical inuences, with some historians even comparing slavery to the extermination initiated by the
Nazis and Auschwitz. “Paternalism” became a term that became common as part of this ideology
that infantilized and victimized the black population, thus legitimizing the continuation in the imagi-
nary of slavery and oppression against African Americans. Gurza maintains that:
Since the late eighteenth century, Thomas Jeerson had asserted that (love between slaves) seems
to be more an anxious desire than that tender and delicate mixture of sensation and sentiment’
that, according to him, characterized love between whites. Already in the nineteenth century, ano-
ther Southern intellectual, in less elegant terms, claimed that black couples were united by ‘very
light bonds of concubinage,’ and that their capacity for conjugal love had been greatly exaggerated.
Another writer, in even more stark language, said with all conviction that ‘the lack of family aection
and insensitivity to ties of kinship’ were inherent characteristics of the black race. These are only
well-articulated manifestations of what was a fairly widespread racist opinion about the supposed
promiscuity and licentious sexuality of blacks (2016: 124).
Remember that the “founding fathers” of the United States and many more presidents of this
country were before and after the abolition of slavery, owners of slaves. At least twelve presidents
of the country had slaves during their lives between the late eighteenth and early nineteenth cen-
turies, when the ownership of slaves was considered a common and unquestionable practice
in the face of any possible conscientious objection among statesmen. To name a few, George
Washington, Thomas Jefferson, James Madison, John Tyler, James Monroe, Martin Van Buren,
William Henry Harrison, James K. Polk, Zachary Taylor, Andrew Johnson, and Ulysses S. Grant, as
well as the most notorious for his infamy, the rst Democratic President: Andrew Jackson. Soler,
critical and timely, comments: “Regarding the US, one must ask oneself this question: were the
founding fathers of this country responsible for slavery in America?” (2021: 27).
June 19th commemorates the arrival in 1865 of Union soldiers (from the North) in Galves-
ton, Texas, to inform slaves that they were free from that moment on and that the civil war had
ended. This event took place more than two years after President Abraham Lincoln signed the
Emancipation Proclamation, which freed the slaves, although there were places like the state
of Texas where the proclamation was barely enforced, since Union troops were practically no-
nexistent in that region to make it valid. Today, 47 states in the United States recognize June
19th as a holiday, although despite initiatives, Congress has never been able to expand and
make it effective at the federal level. For Diego Cobo.
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The Emancipation Proclamation, promoted by Lincoln, destroyed the legal system of slavery that
had inated the economy of the country and Europe with about six hundred thousand slaves, a
number that multiplied to four million at the time of abolition. His strategy was particular: owners
had realized that it was easier to force slaves to have children among themselves than to bring
them from Africa (2018: 76-77).
After the abolition of slavery in the United States, the slave system began to converge towards
social, economic, and political relationships - that is, deeply cultural - based on a kind of “racial
capitalism” that has not been erased even in this decade of the 2020s: exclusive, discriminatory,
biased in the application of the law and the most fundamental rights established in the Constitu-
tion, violent, among many other things. It is enough to remember only the wave of violence that
erupted in the town of Ferguson,8 Missouri in 2015, which led then-African American President
Barack Obama to afrm that racism was in the nations DNA. Inequalities and inequities continue
to be marked and blatant in favor of the white population and to the detriment of the African
American population, not to mention other “minorities” such as the Hispanic population mainly,
among others, who suffer no less than the target population treated in this essay.
Conclusions
This work stops short of the beginning of the Civil War, offering only some general data on
what would come next for the self-proclaimed “American” nation. It seems clear that it was
precisely the lies, economic interests, and political and social exclusions generated by racism
and discrimination around emancipation and the abolition of slavery that ignited the passions
that led to the American Civil War of the mid-19th century between the abolitionist North
(Unionists) and the anti-abolitionist South (Confederates).
Among the objectives of this document was to make it clear to the reader that it was never
kindness, humanism, or virtuous philanthropy that motivated the “abolitionists” of the North to
ght for the termination of the enslavement regime suffered by African Americans, but rather
selsh economic interests, in the rst place; and political interests, in the second place. Lin-
colns true concern was to save the “Union”; therefore, at the end of the war, he found a deeply
divided country between Unionists and Secessionists, going so far as to declare that “The
primary objective of the government in this struggle is to save the Union and not to support
or ght against slavery. If I can save the nation without freeing a single slave, I will do so; if I
can do it by freeing all, I will do so as well, and if I can do it by freeing some and not others, I
will do so(quoted in Cepero Bonilla, 1977: 116). We begin with Condorcet and conclude by
quoting him. He states in the epilogue to his work, to which we alluded, that slavery is not only
an absurdity that must be stigmatized, but an evil that can be eradicated” (Condorcet, 2017:
8 See Robin D. G. Kelley. “Class & Inequality, Race. Forum: Black Study, Black Struggle. The university is not an engine
of social transformation. Activism is”. Published in the Boston Review on March 1, 2016. Retrieved from https://www.
bostonreview.net/forum/robin-kelley-black-struggle-campus-protest/?utm_source=Boston+Review+Email+Subs-
cribers&utm_campaign=d0c48f1b4c-roundup_february_23&utm_medium=email&utm_term=0_2cb428c5ad-d0c-
48f1b4c-41236578&mc_cid=d0c48f1b4c&mc_eid=1b5679a5b8
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82). This prediction, laden with good intentions by the enlightened French intellectual, has not
found its rightful place in American society to date, not to mention the place it occupies in
other social constructs and realities.
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John Ridley and Solomon Northup. Biography: Solomon Northup. Music: Hans Zimmer.
Cinematography: Sean Bobbitt.
“Harriet” (2019). Directed by Kasi Lemmons. 125 min. United States. Screenplay: Gregory
Allen Howard, Kasi Lemmons. Story: Gregory Allen Howard. Music: Terence Blanchard.
Starring: Cynthia Erivo, Joshuah Brian Campbell. Cinematography: John Toll.
“Stand Up”. Ofcial Music Video Performed by Cynthia Erivo - HARRIET -. Available at https://
youtu.be/sn19xvfoXvk
ISSN 2660-903799
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 99-126 Provincia de Pontevedra - España
Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Los músicos polacos
y su contribución a la cultura musical de Venezuela en
el marco de la situación cultural de ambos países
Iwona Stoińska-Kairska*
RESUMEN
En octubre de 2022 se cumplió el quincuagésimo aniversario de la llegada a Maracaibo de 20 instrumentistas
polacos para avivar la orquesta sinfónica de la ciudad. Durante más de veinte años su número superó 50.
Varios tocaban también en conjuntos pequeños y/o se dedicaban a la enseñanza. Con el tiempo, algunos se
trasladaron a Caracas, o a otros países: México, E.E.U.U., Canadá, Alemania, España, Australia y Sudáfrica,
o regresaron a Polonia. Uno de los motivos fueron los cambios políticos y económicos, tanto en Polonia
como en Venezuela. En Polonia, en 1989 se restableció el sistema democrático, el mercado libre y se creó la
sociedad civil, mientras que en Venezuela la situación económica comenzó a empeorar. De todos modos, los
músicos polacos dejaron en Venezuela los cimientos de la educación musical, cuya labor fue continuada y de-
sarrollada por varios jóvenes músicos venezolanos. El desenlace de la historia fue poco afortunado en la que
la Orquesta de Maracaibo se redujo tanto que se hizo imposible interpretar conciertos. En octubre del 2020 se
exacerbaron las circunstancias deplorables dado que las autoridades conscaron los bienes de la Orquesta,
incluidos los instrumentos, suceso que concluyó con la existencia de esta valiosa institución.
Palabras clave:
Orquesta de Maracaibo, Músicos polacos, Educación musical, Migración.
The Maracaibo Symphony Orchestra. Polish Musicians and Their
Contribution to the Musical Culture of Venezuela within the Context
of the Cultural Situation of Both Countries
ABSTRACT
October 2022 marked the ftieth anniversary of the arrival in Maracaibo of 20 Polish instrumentalists to en-
liven the city’s symphony orchestra. For more than twenty years their number exceeded 50. Several of them
also played in small ensembles and/or dedicated themselves to teaching. Over time, some moved to Caracas,
or to other countries: Mexico, USA, Canada, Germany, Spain, Australia and South Africa, or returned to Poland.
Among the reasons were political and economic changes, both in Poland and in Venezuela. In Poland, in 1989,
the democratic system, the free market and civil society were reestablished, while in Venezuela the economic
situation began to worsen. In any case, Polish musicians left the foundations of musical education in Vene-
zuela, whose work was continued and developed by several young Venezuelan musicians. Unfortunately, with
* Investigadora independiente. Graduada (maestría) en la Universidad Adam Mickiewicz en Poznań (Polonia). Profesora y
traductora-intérprete en los idiomas castellano y francés https://orcid.org/0009-0000-9445-5724
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
ISSN 2660-9037
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Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Los músicos polacos y su contribución a la cultura musical de Venezuela... PP: 99-126
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time, the Maracaibo Orchestra was so reduced that it became impossible to perform concerts anymore. In
October 2020, the deplorable circumstances were exacerbated as the authorities conscated the Orchestras
assets, including its instruments, an event that ended the existence of this valuable institution
Keywords:
Maracaibo Symphony Orchestra, Polish musicians, Musical education, Migration.
Introducción y el fondo cultural
# FOTO 1
Orquesta Sinfónica de Mcbo 1974
Realicemos un recorrido por la historia de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, a los po-
lacos que trabajaron en ella y a cómo era la vida cotidiana en la ciudad hace 50 años. Empe-
cemos por la ciudad de Maracaibo, la segunda más grande e importante del país. En 1972
el número de sus habitantes alcanzaba un poco más de 700000 habitantes; hoy tiene más
de 2 millones. En aquel entonces, la región era el mayor centro de producción de petróleo en
Venezuela y en toda Sudamérica. Del resto del país, junto con una gran parte del Estado Zulia
del cual Maracaibo es la capital, la separa un enorme lago (Lago Maracaibo), el mayor del
continente. Cualquier viaje a Caracas o a la mayoría de otras regiones del país requiere cruzar
el Puente Rafael Urdaneta, de 9 kilómetros de largo, el cual, hace 50 años, era el más largo del
mundo en su tipo de construcción.1
1 https://www.macrotrends.net/cities/23226/maracaibo/population
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¿Y cómo era Polonia al comienzo de los años 70? —Fue el inicio de la “época Gierek” (Ed-
ward Gierek fue el primer secretario del partido que gobernaba el país), cuando se exibilizó
el sistema político y los polacos comenzaron a viajar no solamente a los países del bloque
oriental, sino también a los países occidentales. Esto dio lugar a una creciente demanda de
monedas convertibles y, en consecuencia, a un aumento de sus precios en el mercado negro.
De esos viajes también se traía divisas. En las entonces creadas tiendas “Pewex”, podían
adquirirse —únicamente con dólares u otra moneda convertible— muchos productos atrac-
tivos y útiles, difíciles de conseguir o no disponibles en el mercado nacional. La demanda de
divisas iba acelerando. Si en el 1972, el tipo de cambio del dólar —en el mercado negro, claro
está— fueron 72 zlotys, unos años más tarde fue ya el doble. El cambio ocial (3,68 zlotys) se
aplicaba solamente para las transacciones realizadas por el Estado y estaba fuera del alcan-
ce de un ciudadano promedio. En tales condiciones, la visión de poder viajar para trabajar en
uno de los países de la zona dolarizada fue aún más atractiva. El salario medio de un músico
de orquesta en Polonia en aquel tiempo eran unos 2400 zlotys. Y si el sueldo mensual inicial
en la orquesta tenía que alcanzar el monto de 700 dólares, entonces multiplicándolo por 72
zlotys, se obtenía una cuota astronómica de 50400 zlotys. Al mes. Es decir, por un sueldo y
medio (sin contar los gastos de manutención) uno podía comprarse el carro de sus sueños
(de producción nacional) —“Syrena”— cuyo precio ocial oscilaba en torno a 72000 zlotys: los
mágicos mil dólares.
En cuanto a Venezuela, podemos subrayar que en aquella época el país vivía un verdadero
auge económico y cultural y era muy diferente del actual, arruinado económica, política y
socialmente, asociado más a los desastrosos gobiernos de sus dos últimos dirigentes que
al petróleo que antaño era la base de su riqueza. Atraía a extranjeros de muchos países,
también de los E.E.U.U., ofreciéndoles lucrativos puestos de trabajo. Para los polacos, que
venían del sistema que existía entonces en Polonia, Venezuela era un país rico, con estantes
que rebosaban de toda clase de productos, colorido, hospitalario, lleno de música, con gente
maravillosa y amable. Hoy en día, lo único que queda, son sus hermosos paisajes, y ya ni si-
quiera en todas partes, y la gente sufriendo privaciones, que no ha tomado el riesgo de dejar
su tierra natal. Pero hace cincuenta años, en este país orecía una variada vida cultural, con
numerosas exposiciones, conciertos y festivales (entre éstos, el Festival del Cine Polaco). En
cuanto a las orquestas sinfónicas, había una en Caracas (Orquesta Sinfónica Venezuela), y
una en Maracaibo, aunque su auge aún no había comenzado.
Los orígenes de la orquesta se remontan a las primeras décadas del siglo XX, especíca-
mente los años treinta. Uno de los fundadores y directores de la orquesta de Maracaibo fue el
pianista, violinista y compositor venezolano Luis Guillermo Sánchez (1913-1969). A sus veinte
años, en el 1933, él y otros músicos jóvenes formaron el núcleo de la primera orquesta de la
ciudad. Dos años después, con el apoyo del gobernador del Estado Zulia, la agrupación fue
ampliada y fue creada así una orquesta sinfónica. Tanto la música que interpretaba, como la
propia orquesta se dieron a conocer gracias a la radio, que en aquellos años daba en Mara-
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caibo sus primeros pasos. La orquesta tuvo varios jefes y directores de orquesta. Su primera
actuación pública, con artistas de renombre, bajo la dirección de José Ricci, tuvo lugar en
marzo de 1935 en el Teatro Baralt (el principal teatro de la ciudad, muy representativo) y, pos-
teriormente, actuaba en el auditorio de la universidad. Los ensayos, en cambio, se realizaban
en el apartamento privado de uno de los contrabajistas.
En 1958, tras una gran agitación política y un corto pero signicativo periodo (1953-1958)
del gobierno autoritario de Marcos Pérez Jiménez, durante el cual la situación económica
de Venezuela mejoró considerablemente, se produjo un golpe de Estado que depuso al líder
del país y puso en el poder a Rómulo Betancourt recién elegido presidente. Éste fue otro
punto de inexión y un momento muy importante en la historia de Venezuela. Se instauró el
sistema democrático y empezaron a surgir nuevas iniciativas, incluidas las culturales. Con el
propósito de hacer revivir la música en el estado Zulia y en el país en general, en septiembre
de 1958, por decreto del gobierno regional y con el apoyo del comerciante e industrial Horacio
Guillermo Villalobos, se creó ocialmente la Orquesta Sinfónica de Maracaibo que comenzó
sus actividades propias. En el 1961 fue adscrita al Departamento de Educación y Cultura de
la Gobernación del Estado Zulia. La Orquesta la formaban principalmente extranjeros, activos
en Maracaibo, sólo que de profesión eran dentistas, ingenieros etc., sin formación musical
necesaria.2
A principios del 1969, la ciudad de Maracaibo se preparaba para celebrar el 400o aniversa-
rio de su segunda fundación. Era un momento perfecto para destacar la importancia de la ciu-
dad y, por lo tanto, dar a la orquesta una nueva dimensión y signicado. En el 1971, mediante
el decreto rmado por el entonces gobernador del Estado, Hilarión Cardozo, fue reorganizada
y se le asignó un presupuesto propio. La dirección musical y artística fue conada (en octubre
de 1972) al pianista venezolano Eduardo Rahn (1939-2009), formado en Europa y en Estados
Unidos (dirección orquestal en la Juilliard School of Music). Asumiendo este nuevo cargo,
tenía a su disposición a los músicos ya mencionados. Pero después de haberlos audicionado,
sólo dejó una docena que representaba el nivel adecuado. Así que, dados los requisitos de
un verdadero reparto orquestal y la falta casi total de músicos profesionales, especialmente
venezolanos, es decir, con formación musical e instrumental adecuada, todo ello resultó ser
un grave problema. La solución fue buscar y traer músicos del extranjero. El director viajó
entonces personalmente a algunos países de Europa, donde ya, en diversas instituciones
musicales, se había anunciado la búsqueda de músicos para la orquesta de Maracaibo. El
resultado de este viaje fue la contratación de nuevos instrumentistas quienes al principio
constituían más de la mitad del reparto.
Bastante rápido, la orquesta comenzó a representar un alto nivel, llegando a ser recono-
cida en el país y en el continente, a lo que contribuyeron de manera importante los músicos
polacos. Originalmente la orquesta contaba con cincuenta instrumentistas, la cifra que en su
2 http://www.elzulianorajao.com/noticias/orquesta-sinfonica-de-maracaibo/
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momento más oreciente llegó a sobrepasar cien. Representaban diferentes nacionalidades.
Eran (en orden alfabético): argentinos, bolivianos, colombianos, españoles, estadounidenses,
franceses, húngaros, italianos, libaneses, portugueses, uruguayos, algunos venezolanos nati-
vos o nacionalizados, representantes de Centroamérica y, sobre todo, polacos, en su mayoría
muy buenos músicos en edades comprendidas entre 25 a 28 años, principalmente violinistas
(24) y otros músicos de cuerda. Unos años más tarde se juntaron a la orquesta también los
rumanos. A los músicos que tocaban en la orquesta se les titulaba
profesores,
aunque no se
dedicaran a la enseñanza.
El repertorio de la orquesta incluía obras de compositores mundiales, incluidas las con-
temporáneas (para algunas fue su
primera actuación
), y por supuesto también de com-
positores latinoamericanos y polacos. En 1975, realizó su primera gira de conciertos en el
extranjero, en la República Dominicana, y diez años más tarde (1985) en Europa —en Italia. En
el 1983, fue reconocida la mejor orquesta de Sudamérica y— con motivo de su 25 aniversa-
rio– fue galardonada con el título de
Patrimonio Artístico de la Nación,
y en los años 1998 y 2004
recibió la
Orden Ciudad de Maracaibo, de Primera Clase
. Su mejor año fue el 1981, cuando realizó
una gira de dos meses por el continente norteamericano. Fue aplaudida en el
Carnegie Hall
de
Nueva York y en otras grandes salas de Estados Unidos. En total, se presentó en 37 ciudades
de los EE.UU., México y Canadá, recibiendo críticas muy favorables de los principales periódi-
cos estadounidenses:
The New York Times
y
The Washington Post.
En la reseña del concierto en
el
Carnegie Hall
(24.11.1981) se pudo leer:
Este concierto demostró que la Orquesta ha desarrollado un conjunto renado,
un tono homogéneo, una gama impresionantemente matizada de altos y bajos,
y un cuadro de solistas ables.
Para la ciudad de Maracaibo, se convirtió en una institución muy necesaria y multifuncio-
nal, un centro educativo abierto, un museo de historia de la música y un lugar ideal para los
músicos profesionales, satisfaciendo así las expectativas de todo tipo de público, incluyendo
un gran número de jóvenes. Durante los conciertos, la sala siempre estaba llena. Inicialmen-
te, el precio de la entrada fueron 8 bolívares, es decir, menos de 2 dólares. Más tarde, con la
inación, obviamente iba aumentando.
Ese papel multifuncional lo cumplía también el edicio mismo: Teatro Bellas Artes, erigi-
do en La Lago, un elegante sector de la ciudad, terminada su construcción en el 1970. En el
auditorio se daban principalmente conciertos de música, espectáculos de danza y folklore,
así como producciones teatrales, mientras que el amplio hall de entrada fue el escenario de
numerosas exposiciones y otros actos culturales. Así, durante el intervalo del concierto, el
público podía disfrutar, por ejemplo, de exposiciones de pintura, artes grácas, decorativas
y arte popular. Entre los eventos que se organizaron allí en los años setenta, podemos men-
cionar una exposición de obras de Mietek Detyniecki (un pintor polaco radicado en Maracai-
bo), una bellísima muestra de molas panameñas (tejidos de los indígenas Kuna de Panamá),
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como también una exposición de... sillas de forma y propósito inusuales, prestados por los
marabinos para este n. Además, durante la pausa en el espectáculo o concierto, el público
podía contar con la pequeña cafetería situada junto al Teatro, para tomar café, jugo o coca
cola, con el ruidoso acompañamiento de las cigarras.
# FOTO 2
Maracaibo. Teatro Bellas Artes
En el año 1977, se celebró allí el Festival Latinoamericano de Música Contemporánea, con
los compositores polacos Krzysztof Penderecki y Krzysztof Meyer entre los jurados.
Merece la pena añadir aquí unas palabras sobre el telón, una obra absolutamente inusual
(15 metros de ancho por 7 metros de alto), suspendido sobre el escenario. Su autor fue Luis
Montiel Yarariyú (1914-1998), llamado el Rey del Tapiz”, un artista wayúu, indígena de la etnia
wayúu que vivía en la Península de la Guajira, al norte de Maracaibo. El telón es un ejemplo
de la artesanía típica de los wayúu. Curiosamente, quienes se dedican allí a la tapicería, son
principalmente los hombres. La realización de esa obra maestra, llevada cabo por un grupo
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de tejedores guajiros, requirió sin duda varios meses de trabajo, si no más de un año. Fue
nanciada por el grupo de teatro “The Maracaibo Players” para conmemorar la apertura del
entonces nuevo teatro. La técnica consiste en perforar —con una aguja gruesa e hilos de
varios colores, puntada a puntada— un lienzo rígido sobre el que ha sido dibujado un diseño.
# FOTO 3
Auditorio del Teatro Bellas Artes y el telón3
En un principio, los conciertos se celebraban los viernes a las 20:45 horas, pero más tarde
los cambiaron para los jueves a las 20:30 horas. Los jueves, y no viernes ni sábados, ya que
los nes de semana estaban reservados para las estas, los bailes y otro tipo de entreteni-
miento, o salidas a la playa. No hay que olvidar que el clima de Venezuela es tropical y que
Maracaibo se encuentra a poca distancia del Mar Caribe. La hora de inicio de los conciertos
también estaba relacionada con el clima caluroso: antes hacía simplemente demasiado ca-
lor, pero por la noche, la temperatura bajaba a unos 27 grados centígrados. El auditorio, con
capacidad para 600 personas, sí, estaba equipado con el aire acondicionado, ¡aunque... ay!
del que imprudentemente se sentara bajo las rejillas del techo, de donde se oía un silencioso
zumbido y de donde salía un aire gélido!
A veces los conciertos se realizaban fuera de la sala, al aire libre. Uno de esos eventos,
tal vez el más interesante, fue la interpretación de la obertura “1812” de Piotr Ilich Chaikovski
en el Paseo Ciencias, una de las principales, y sin duda la más grande y más bonita plaza de
3 https://twitter.com/ArquitecturaVzl/status/757393699009507330, consultado 08/02/2023
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la ciudad. El escenario se instaló justo al lado de los muros de una iglesia, los que, ilumina-
dos por focos y rodeados de altos árboles, no parecían una iglesia sino el patio de un viejo
castillo. El potente coral nal fue acompañado por el redoble de los tambores, un cañonazo,
el repique de las campanas de la iglesia y el lanzamiento de fuegos articiales en todas las
direcciones, que estallaban por encima del público, despertando el entusiasmo de los venezo-
lanos, amantes de todo tipo de pompas y bravatas. Ah, y la orquesta tocaba con micrófonos,
lo que amplicaba su sonido algo como cien veces. En otra ocasión, durante un concierto
con cantantes solistas, cuando un petardo estalló directamente por encima de la cabeza del
tenor, éste —justo cuando interpretaba el “Coro de esclavos” de Verdi— literalmente cayó del
andamio. (carta E.S. de 11/11/1973)
Los ensayos tenían lugar de lunes a viernes de 10 AM a 1:30 PM, en el auditorio del Teatro.
En los primeros tiempos, los músicos polacos aún no tenían carros (que en aquel enton-
ces costaban al menos el doble de sus precios en Europa Occidental), así que utilizaban el
transporte urbano local –los taxis por puesto– grandes cruceros americanos que recorrían
siempre la misma ruta y que podían llevar hasta cinco pasajeros, o, muy a menudo, le “daban
colalos colegas. Los músicos que vivían a poca distancia del Teatro acudían a los ensayos
y a los conciertos a pie, lo que causaba cierta sensación, sobre todo si uno iba caminando
con el instrumento, puesto que casi no se veía gente caminando en las calles. En cuanto a
caminar, los polacos no sólo llamaban la atención por el hecho mismo de ir a pie, sino tam-
bién por el hecho de que andaban en.… sandalias. Hasta entonces, este tipo de calzado sólo lo
llevaba la gente pobre. Un venezolano medio, incluso en un calor que superaba los 30 grados
centígrados, llevaba zapatos cerrados que no eran ni ligeros ni aireados. No obstante, dado
que en todas partes había aire acondicionado, también en casas y apartamentos, andar o
quedar en un local donde había temperatura de 16 grados, con nada más que sandalias pues-
tas directamente en los pies, no fuera nada agradable. Sin embargo, años después, cuando
los marabinos mismos ya salían a caminar en las calles, pronto se dieron cuenta de que las
sandalias no eran un invento malo y empezaron a usarlas también. De hecho, unos amigos
hasta nos pedían de llevárselas desde Polonia. Otra prenda introducida por los polacos fueron
pantalones cortos para hombres, para llevarlos en la calle. Algo que antes era impensable.
Un hombre con pantalones cortos no podía ser atendido en una tienda, no podía tomar un
autobús o un taxi. Fue despreciado, se arriesgaba a ser silbado. ¡A tal extremo que sucedió
una vez que a uno de los extranjeros alguien le quemó la pierna con un cigarrillo! Las mujeres,
en cambio, siempre llevaban pantalones (largos), independientemente de su edad o gura,
excepto en grandes ocasiones cuando vestían bellas creaciones.
Al cabo de un tiempo, los polacos ya disponían de sus propios carros. Así que la mayoría
de los músicos de la orquesta llegaba al Teatro en carro, lo que suponía un gran número de
vehículos estacionados en una calle relativamente pequeña y sus laterales. Allí, ya les estaban
esperando chicos pequeños, entre seis y doce años de edad como máximo, que se ofrecían
al servicio de vigilar el auto. Más bien, había que aceptar esa “vigilancia”, pues existía el riesgo
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de que un carro “desatendidose encontrara luego rayado con un clavo o con otros daños
menores. Afortunadamente, ese “servicio” de unas horas de guardia costaba poco, un cuarto
o medio dólar como máximo. Otra de las ocupaciones de esos chicos, mientras duraba el
ensayo, era lavar los vehículos dejados, lo cual tampoco arruinaba el presupuesto. Añadamos
un dato interesante. En ese país, hoy día uno de los más peligrosos del mundo, en los esta-
cionamientos, grandes y pequeños, vigilados por adolescentes, funcionaba una norma que
ahora sería inconcebible: junto con el carro, uno dejaba... las llaves. Los carros se colocaban
casi uno al lado del otro, a lo largo y ancho de la placita (pero no caóticamente). Cuando un
carro trancaba la salida del otro, el chico se montaba en el y lo desplazaba. El precio de un tal
estacionamiento no sobrepasaba un cuarto de dólar (1 bolívar).
¿Y cuáles eran otros precios en aquella época, con el cambio del dólar igual a 4,28 bolívares
vigente durante mucho tiempo? —Por 1 (un) dólar se podía comprar 60 litros de gasolina (aun-
que unos años después ya eran 4 dólares) o un botellón de 10 litros de agua potable. Una barra
de mantequilla, un pan, un litro de leche o jugo (en cartón) costaban alrededor de 2 bolívares
(medio dólar). Para comprar 10 toronjas o un rácimo de cambures (bananos) o plátanos, 1
bolívar era suciente. Un diario de 30 a 100 páginas (edición dominical 150 páginas) también
costaba 1 bolívar, lo mismo que un viaje “largoen el taxi por puesto. El periódico “del día de
mañana” lo empezaban a vender los vendedores ambulantes, usualmente chicos jóvenes, a
partir de medianoche, de costumbre en los cruces de avenidas o las calles más grandes.
Unas palabras más sobre las tiendas en el contexto del mercado musical. En Polonia, en el
1972, las grabadoras de cassette y los cassettes (vírgenes) apenas comenzaban a aparecer.
Todavía estaban en uso los magnetófonos grandes, de
bobina
abierta (o carrete abierto) y
cinta grande. El problema fue que esas cintas no eran prácticas, primero por su gran tamaño,
y luego sucedía que se enredaban en el mecanismo o se rompían y hubo que pegarlas. En
Venezuela, en cambio, prosperaban las tiendas de electrónica japonesas (Casa Serizawa y
Casa Japonesa en Maracaibo), con amontonado, del piso al techo, todo tipo de grabadoras de
cassette (grabadoras–reproductoras) y radios, con ondas FM y a menudo con reproductor de
cassette ya incorporado (radiocassettes), casi siempre estéreo, en su mayoría de excelente
calidad. Se podían comprar todo tipo de cassettes: en blanco, con grabaciones de música
clásica y moderna del mundo entero. Después, en Polonia, esas radios captaban muy bien la
emisora clandestina de Europa Libre que transmitía noticias importantes y la Radio Luxem-
burgo que emitía música moderna de grupos famosos, como Los Beatles. Además, existía
un servicio bastante particular de grabado de canciones seleccionadas por el cliente en los
cassettes de éste. Uno llevaba la lista de canciones y a los dos días recogía el cassette con su
música predilecta. La autora misma guarda envidiosamente algunos cassettes que le fueron
grabados de esta manera. Aquí los lectores mayores suspirarán quizás al recordar su propia
juventud, los de mediana edad se sorprenderán por tal descripción y admiración, y los más
jóvenes no sabrán de qué se trata, pero uno de los músicos describió esa técnica entonces
innovadora de manera siguiente:
“Por acá hay una nueva moda: ya no son discos ni grandes bo-
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binas, sino pequeños cassettes para reproducir (y grabar) en pequeñas grabadoras portátiles. Es
extremadamente práctico. Con un solo gesto, puedes introducir la cinta comprada, tal como está, en
el dispositivo y el sonido comienza a reproducirse al cabo de un segundo. Puedes parar o rebobinar
en cualquier momento. ¡Y qué calidad de grabación!.
(carta E.S. de 19/01/1973)
Los músicos polacos de la Orquesta
Después de tan amplia introducción es hora de pasar a los músicos de Polonia y su trabajo en
la orquesta. Ya sabemos que el director Rahn viajó personalmente a Europa para buscar y con-
tratar a los músicos dispuestos a trabajar en Maracaibo. Uno de los países donde emprendió esa
búsqueda fue Polonia. En otoño de 1971, fueron colgados en varias instituciones culturales los
anuncios redactados por la Agencia Artística Polaca PAGART de este contenido más o menos:
„Se buscan músicos dispuestos a trabajar en una orquesta sinfónica de Venezuela
por un periodo de 15 meses – desde octubre de 1972.
Además, en un momento dado, los candidatos tenían que ser audicionados en Varsovia.
Uno de los avisos apareció también en la Filarmónica de Poznan, la ciudad de la autora.
Un día, mi padre llegó a casa, comentó el anuncio y preguntó: —“Bueno, ¿Qué les parece?”—
Sabíamos por supuesto donde quedaba Venezuela, sabíamos que tenía petróleo, pero no
mucho más. La primera información que leímos en una enciclopedia (tengan presente que
el internet no existía y que aún le faltaba mucho por aparecer) fue que la temperatura media
del verano eran 29 y la del invierno 27 grados centígrados. Prometía ser interesante... Tras
algunas vacilaciones, en las cuales dominaba el deseo de conocer algo nuevo, fue tomada la
decisión positiva y empezó la etapa de elaborar el tema. Todavía no había tenido lugar la audi-
ción, y mucho menos se conocieran los resultados, cuando mi padre ya compraba manuales
y discos para aprender el castellano, y cada día le dedicaba una hora a la tarea.
Pero nalmente llegó la invitación para las audiciones (los días 28 y 29 de junio de 1972)
e inmediatamente al día siguiente, el director conrmó haber aceptado 20 músicos. Ahora
quedaba esperar una información de la Agencia Pagart.
He aquí la lista de los candidatos aprobados por el director Rahn, con fecha 30 de junio de
1972, rmada por él mismo, al pie de la cual el director se compromete a contratarlos desde
el día 15 de octubre de 1972 hasta el 31 de diciembre de 1973:
Pero si alguien ya trabajaba en algún lugar, lo primero que se necesitaba para rmar el
contrato con Pagart, era un permiso del empleador de uno. Como ya se ha dicho, el contrato
abarcaba un periodo de 15 meses, entre octubre de 1972 y diciembre de 1973, con posibili-
dad de prórroga. El convenio estipulaba pagar al intermediario, es decir a Pagart, un 10% de
comisión sobre el salario.
La audición de Varsovia se efectuó, la lista de músicos aprobados fue conocida, las for-
malidades en el lugar de trabajo cumplidas. Ahora sólo quedaba esperar. Hasta nales de
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septiembre, no pasaba nada. Pero nalmente, una noche, concretamente sobre la una de
madrugada (!), el timbre de la puerta sonó con fuerza. El cartero, o más bien el repartidor, traía
un telegrama. Un telegrama rara vez traía buenas noticias, y sobre todo uno entregado así, en
plena noche, podía provocar un ataque al corazón.
„El día 7 de octubre de 1972 a las ... horas, favor presentarse
en el aeropuerto de Varsovia para viajar a Venezuela”.
# FOTO 4
Listado de músicos polacos aprobados en 1972
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Esa noche ya no volvimos a acostarnos. Comenzaron las deliberaciones y los preparativos
acelerados. Primero los listados (partituras, accesorios para el instrumento, ropa) y luego las
compras. En Polonia, a nales de septiembre del año 1972, conseguir una camisa de manga
corta, pantalones cortos o sandalias no era ni obvio ni fácil. Sin embargo, al nal todo se
completó y las maletas estaban hechas. La aventura de la vida había comenzado, porque de
lo contrario, cómo llamar de otra manera esa escapada hacia lo desconocido. Así es como el
propio participante de la misma, mi padre Eligiusz Stoiński, describió el viaje:
“13 de octubre de 1972. Me alegro de que por n nuestra familia tenga a un pariente “en América”. He aquí
algunas palabras sobre nuestro viaje. En París, asumí una especie de liderazgo de tutela sobre nuestro grupo
de 20 personas, lo cual se debió principalmente al hecho de que mis colegas no hablaban francés. En París,
hemos acumulado bastantes impresiones, nuestro equipaje fue felizmente recogido y nos montamos en el
poderoso “Jumbo” el que, en una hora y media, nos trasladó a Madrid. Allí, tuvimos una hora de descanso
para repostar el combustible y cargar nuevos pasajeros (en el avión cabían más de 400). En el aeropuerto de
Madrid, me convertí en especialista de castellano (y sigo siéndolo en la orquesta). Tras 10 horas de vuelo, ate-
rrizamos en el aeropuerto de Maiquetía, cerca de Caracas, a las 2 de la madrugada, con 5 horas de diferencia
entre Venezuela y Polonia. En el aeropuerto nos esperaba el consejero cultural de la Embajada de Polonia. En
Maracaibo, a donde llegamos en un avión más pequeño a las 4 de la madrugada, nos recibió toda la orques-
ta en su formación de entonces, y el vicepresidente de la Sociedad de Amistad Venezolano-Polaca, Wojciech
Karmowski, un polaco que llevaba muchos años viviendo en Venezuela. Al parecer, era él quien estaba muy
interesado en que la orquesta estuviera formada por polacos y se alegró mucho de nuestra llegada. Desde
París vino con nosotros una violinista francesa, con su marido violista, tres hijos y cuatro gatos.
Nos dieron una cálida bienvenida y nos alojaron en el Hotel Kristof, dirigido por eslovacos. Todo el primer
día transcurrió en bienvenidas y agasajos.
Empezamos a trabajar el día 9 de octubre con un total de 50 músicos. Para el primer ensayo nos llevó
al teatro la esposa del director Rahn (como ya se ha dicho, en aquellos carros americanos cabían cinco
o, si se apretaban un poco, hasta seis pasajeros, además del chofer). El ensayo comenzó con una con-
versación social, café, el debate sobre los planes. El director me pidió que sirviera de intérprete, tanto de
francés como de castellano. Así que paso horas enteras hablando, viajando cada vez con otra persona
en esos enormes vehículos. He recogido tantas impresiones que sería difícil describirlas. Realmente es un
mundo completamente diferente.” (carta E.S. de 12/10/1972)
Los días 24 y 27 de octubre (1972) tuvieron lugar los primeros conciertos sinfónicos, gratui-
tos, con una sala llenísima. Al cabo de tres meses, en enero de 1973, la orquesta contaba ya con
32 músicos polacos, un poco más tarde llegaron tres más y la pianista, Elżbieta Sobkowicz. Mi
padre escribía:
“De esta manera se ha formado otra orquesta polaca más, ya que la formación completa
son ahora 60 instrumentistas. Los venezolanos, los italianos y otras 15 nacionalidades están aprendien-
do con urgencia el idioma polaco, porque a los nuestros no les va muy bien con el castellano. Pues, es
necesario encontrar un idioma común para toda la orquesta.
(carta E.S. de 04/12/1972)
Al comienzo, los músicos se concentraban en los asuntos de cada día, en ir conociendo la
ciudad y, por supuesto, trabajar en la orquesta. Sin embargo, al cabo de poco tiempo, cuando
por la ciudad corrió la noticia de que habían llegado músicos del extranjero, los marabinos
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empezaron a solicitar clases de instrumento para sus hijos. Así que varios músicos comen-
zaron a dar clases particulares. Sus alumnos eran sobre todo los hijos de médicos, abogados,
directores, personas en puestos de alto rango, que querían que sus hijos se convirtieran en
personas bien educadas en el sentido amplio del término.
Algunos músicos hicieron llegar a Venezuela a sus familiares. Así que llegaron en su ma-
yoría esposas, a veces con hijos. Había entre ellas quienes consiguieron empleo, incluso en
su profesión. Los niños fueron a la escuela. Había comenzado una nueva etapa en sus vidas.
Sin embargo, el trabajo en una orquesta no satisfacía las ambiciones artísticas de los
músicos. Muy pronto, a principios del 1973, se formó un pequeño conjunto de música de
cámara: Orquesta de Cuerdas “Pro Musica”. Estaba formada principalmente por los polacos:
Robert Szreder, Mirosław Kulikowski, Stanisław Rusiecki (primeros violines), Bogumił Toczko,
Ryszard Zeringer, Radgost Mastalarczuk (segundos violines), Zdzisław Waszkiewicz, Eligiusz
Stoiński (violas), Jan Gajęcki (contrabajo) y los italianos, padre e hijo, Oscar y Franco Faccio
(violonchelos). El conjunto interpretaba música de cámara, la más y la menos conocida, inclu-
yendo la música polaca y a veces también venezolana, basada en el folklore. Para interpretar
la música venezolana, se unía a ellos Ciro Adarme quien tocaba el cuatro un instrumento
típico de Venezuela con cuerdas anadas de manera particular: la3, re4, fa#4, si3.
# FOTO 5
Orquesta de Cuerdas “Pro Musica”
En ese mismo año (1973) un acento muy agradable fueron las celebraciones del 500 ani-
versario de nacimiento de Nicolás Copérnico, el famoso astrónomo polaco.
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Puesto que el primer contrato sólo iba a durar 15 meses, era necesario ganar lo máximo
posible durante ese corto periodo y, sobre todo, ahorrar plata para poder volver a Polonia con
dinero suciente para cubrir sus necesidades vitales y las de la familia en un grado mejor que
antes de irse. La vida y el trabajo en Venezuela resultaron ser tan diferentes de las condicio-
nes polacas (sin mencionar el clima de verano perpetuo de Venezuela) que, con el paso de los
meses, el deseo de volver a Polonia en el plazo previsto iba disminuyendo. Así que —si mal no
recuerdo— ninguno de los músicos haya regresado en ese primer momento y cada año los
contratos iban renovándose. Además, algunos de los músicos que decidieron pasar en ese
nuevo país varios años, si no toda su vida profesional, pero con miras de regresar a Polonia
“para sus años de vejez”, transferían a Polonia también las cotizaciones de jubilación.
Bastante pronto comenzaron a surgir oportunidades de trabajo adicional, ya no sólo clases
particulares, sino que apareció en el horizonte la visión de crearse en Maracaibo una escuela
de música. En 1974, se fundó entonces el Conservatorio de Música “José Luis Paz” (un tipo
de escuela de música sin materias de enseñanza general, si lo comparamos con el sistema
polaco). De acuerdo con el programa, en su fase de apogeo, las asignaturas que se impartían,
además de las clases de instrumento, eran: historia de música, educación auditiva, armonía,
formas musicales, composición, contrapunto y fuga, música de cámara, pedagogía musical,
orquestación, práctica orquestal, folklore, coro y solfeo. Este último se enseñaba de forma
especíca, ya que no se trataba de leer las notas en forma de canto (solfeo entonado), como
se practica en varios países (también en Polonia), sino de recitar en voz alta sus nombres (sol-
misación), por ejemplo, las de la línea melódica, a modo de recitar un poema (solfeo hablado).
# FOTO 6
Instituto de la Cultura con el Conservatorio de Música “José Luis Paz”
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El director del Conservatorio en los últimos años fue uno de los músicos de la Orquesta,
antes su autista, Jerzy Łukaszewski (hasta su muerte en 2019). También fue uno de los
pedagogos que había trabajado en “El Sistema” —un programa innovador de enseñar música,
al que dedicaremos unas palabras al nal del artículo– y, como parte de éste, fundador de la
Orquesta de Vientos del Núcleo Maracaibo Centro.
#FOTO 7
Eligiusz Stoiński
Finalizándose el primer contrato, cuando ya se sabía
que casi todos los músicos se quedaban en Maracai-
bo, tuvo lugar una audición en forma de concurso para
cubrir de nuevo las plazas en la orquesta. Así que era
imprescindible prepararse para ello, es decir, practicar.
Era casi imposible hacerlo durante el día, porque prime-
ro, por la mañana había el ensayo de la orquesta, luego,
después del almuerzo una siesta obligatoria (imposible
omitirla en el clima de Maracaibo), y —sobre todo y a
toda hora— el calor. Y todavía, para empeorar la cosa,
el ruido de la calle constantemente “enriquecidopor las
cornetas. No eran sólo pitazos cortos, como en Europa.
En la Maracaibo de entonces, las cornetas eran objeto
de orgullo y envidia, y conseguir una deseada requería
cierto esfuerzo. Pues eran dispositivos que reproducían
melodías enteras (por ejemplo y muy a menudo el tema
principal de la canción “La cucaracha”), algo así como
las señales de teléfonos móviles de hoy día, sólo que mil
veces más potentes. Cuando ocurría un embotellamien-
to o una colisón y los carros estaban parados, en segui-
da comenzaba una “producción” y una competición de
cornetas: mientras más alta y larga fuera la melodía o el
tema, más satisfecho se sentía el dueño. A las cornetas
melódicas había que agregar las de los autobuses urba-
nos, con la fuerza y el sonido de la sirena de un barco.
¿Cuándo entonces se podía practicar? —Sólo por la
noche, cuando el tráco estaba menos intenso. Mi padre
lo describió así:
Solía tocar hasta la medianoche y aun más,
sin el silenciador, con la puerta abierta y a todo volumen. Mis
tres vecinos (entre ellos un italiano) no sólo no protestaban,
sino que me proponían que tocara la noche entera.
Acorde-
mos rápidamente que las ventanas y la puerta abierta de
par en par proporcionaban una corriente de aire vivican-
te. (carta E.S. de 13/12/1973)
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Mi padre (fallecido en 1982), un apasionado pedagogo y músico de cámara, aparte de
tocar en la Orquesta de Maracaibo, impartía clases de violín y viola en el Conservatorio de
Maracaibo y en la ciudad de Acarigua (Núcleo Portuguesa - Módulo Acarigua-Ararure) en el
marco del mencionado “El Sistema”. También daba clases particulares. A menudo ofrecía su
tiempo libre para trabajar más aún con sus alumnos. Incluso, estando postrado en un hospital
de Venezuela, al ver a un estudiante quien venía a visitarlo, preguntó: —¿Qué haces aquí sin el
violín? ¡Hagamos una clase!
Era el músico con más edad en el grupo polaco, tenía una gran experiencia profesional y
conocimientos muy amplios. En Polonia, antes de llegar a Venezuela, había tocado muchos
años en la Orquesta Filarmónica y en la Orquesta de Cámara de la ciudad de Poznan, y también
había trabajado durante más de veinte años como profesor de violín en el Liceo de Música y
en la Universidad de Música de esta misma ciudad donde enseñaba violín, dirigía conjuntos de
cámara, estudios orquestales, prácticas de enseñanza violinística, impartía clases de literatura
especializada para violín y viola. Fue además coordinador de agrupaciones de cámara.
Uno de sus ex-alumnos venezolanos (Jesús Florido), hoy compositor e intérprete de varios
tipos de música, improvisador, profesor de violín y constructor de violines atípicos, quien desde
hace años vive en Los Ángeles, ha tomado el relevo de su primer maestro e incluso ha colgado en
internet un breve e interesante vídeo sobre los inicios de su formación violinística con mi padre
y el apoyo recibido. He aquí algunas de sus palabras: “[El profesor]
nunca me dijo que yo no sería
capaz de hacer algo. Esa fue la clave.
[...]
Mi dedicación a la pasión de la enseñanza está simplemente
grabada en mi corazón como un tatuaje. Me encanta enseñar y es gracias a él. Me ofreció su apoyo y
dedicación. [Una vez dijo que] no hay que superar el violín, sino ser una buena persona, alguien que haga
algo bueno por el mundo. Un pequeño detalle: debes dejar el mundo mejor que el que encontraste”.
El violinista Antoni Jakubowski escribió una hermosa página en la vida de la orquesta y en
la suya propia. Actuó varias veces como solista de recitales y con orquestas en Maracaibo y
Caracas (y también en Italia durante la gira de la OSM), interpretando, entre otros, los concier-
tos para violín de Bach, Wieniawski, Szymanowski, Karlowicz, Sibelius y Shostakovich.
Además, sus intereses musicales incluían la dirección de orquesta. Durante un tiempo
dirigió una orquesta de cámara, con la que actuó en Maracaibo, en un concierto y en una re-
presentación de ballet, así como en conciertos en varias poblaciones del Estado Zulia.
Tras pasar años en Venezuela, se fue a Alemania y luego a España, donde le ofrecieron el
cargo de reseñador musical en Costa Blanca, el que ocupó durante nueve años, publicando
reseñas en la prensa local y regional, con reimpresiones en la prensa nacional.
En el año 1978, por iniciativa del contrabajista Jan Oczkowski, se formó el conjunto “La Ro-
manza” (compuesto por: Jan Oczkowski, Marianna Oczkowska, Antoni Jakubowski, Edward
Domański, Maciej Złotkowski y el uruguayo Domingo Roverano). La agrupación interpreta-
ba canciones populares, alcanzando rápidamente un éxito artístico, grabó también el disco
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“Ojos negros”. Fue Jan Oczkowski quien seleccionaba el repertorio (inicialmente basado en el
folklore gitano) y hacía arreglos. En el conjunto tocaba el contrabajo, el acordeón y el piano, y
su esposa Marianna, cantante profesional, fue solista.
#FOTO 8
Tarjeta de reconocimiento de parte de los alumnos
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# FOTO 9
Antoni Jakubowski
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# FOTO 10
Invitación a un recital
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# FOTO 11
Portada del disco
Ojos negros
de “La Romanza”
Jan Oczkowski demostró su iniciativa estando todavía en Polonia, donde en Cracovia ha-
bía creado el conjunto “Słowianki” [
“Las eslavas”
]
.
Luego, en Maracaibo, no sólo fue activo en la
orquesta y en “La Romanza”, sino que trabajó durante 26 años en la Universidad Católica UNI-
CA, enseñando armonía, contrapunto y piano complementario, y, en el Conservatorio, donde
enseñaba piano. Además, daba clases particulares de acordeón y piano.
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# FOTO 12
Jan Oczkowski
Añadamos en este lugar que ambos sus hijos también tienen mucho talento musical. El
mayor –Piotr– aprendía piano desde la edad de 8 años, con Elżbieta Sobkowicz, pianista de
la Orquesta. Comenzó a actuar a una edad temprana, justamente con la Orquesta de Mara-
caibo. A sus 11 años se presentó por primera vez, interpretando el Concierto para piano en re
mayor de Haydn. Poco después, ejecutó el Concierto para piano en re mayor de Kabalevski,
igualmente con la Orquesta de Maracaibo y luego con la Filarmónica de Caracas, y un poco
más tarde el Concierto No. 3 en do menor de Beethoven. En años posteriores, actuó muchas
más veces en Maracaibo y Caracas, como solista y con la orquesta. Desde hace tiempo vive
y trabaja en Alemania y es un pianista reconocido.
Otro músico con curriculum muy rico fue Edward Domański, quien fue y sigue muy activo,
no sólo en el ámbito de música (oboísta, compositor, director de orquesta, director de coros y
arreglista), sino que fue también fotógrafo y cronista de la Orquesta. Su rico currículum artís-
tico podría ser fácilmente repartido entre varios músicos.
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# FOTO 13
Edward Domański
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Durante su estancia en Polonia, antes de llegar a Venezuela, dirigió coros y, como oboísta,
tocó en varias orquestas, realizó giras por Europa con su Trío de Instrumentos de Caña (en
polaco: Trio Stroikowe). En Maracaibo, fue oboísta y director invitado de la Orquesta Sinfóni-
ca de Maracaibo y de la Orquesta Juvenil, director artístico y fundador de varios coros de la
ciudad: el Coro del Estado Zulia, el Coro del Conservatorio de Música, el Coro de la Secretaría
de Cultura del Estado Zulia, el de la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín, los coros
de las empresas petroleras Maraven y Meneven, así como fundador y director artístico del
festival coral permanente El Zulia Canta, en cuya inauguración se interpretó su obra vocal
y sinfónica “Clamor a la Paz”, escrita a solicitud de la Secretaría de Cultura del Estado Zulia
con motivo del Año Internacional de la Paz. Como educador, fue profesor de la Universidad
Belloso Chacín, director general del Centro Musical Lamas y profesor de dirección coral en el
Conservatorio “José Luis Paz”. También impartía clases en la escuela de música para niños
invidentes.
En 1987 se trasladó a Canadá. Cuando dejaba Maracaibo, la Secretaría de Asuntos Cultu-
rales le organizó un concierto especial de despedida y la prensa escribía: “Edward Domanski
[...] nos deja un rico legado en el campo de la composición y la música coral [...] cabe destacar
su compromiso social y su carácter que le permitieron ganarse muchos amigos en todos los
niveles de nuestra sociedad.
En Canadá sigue estando activo profesionalmente. Trabajó como director artístico del
conjunto vocal polaco-canadiense “Ensemble International de Montréal”, con el que realizó
una gira por Polonia donde participó en el Festival Internacional en Miedzyzdroje (1992). En-
tre otras cosas, es también el fundador y director artístico del Ensemble Vocal Universalis de
Montreal, con el que sigue trabajando.
Sus obras fueron ejecutadas en Polonia, Venezuela y Canadá. En su actividad de compo-
sitor, la música que ocupa un lugar especial es la vocal, en la que utiliza textos literarios. Es
autor del monumental “Réquiem a Bolívar” en 8 movimientos, para tenor, alto, narrador, coro
y orquesta sinfónica, compuesto sobre la base de los textos del siglo XIX. El estreno, recibido
entusiásticamente, tuvo lugar en diciembre de 1983, con el motivo del bicentenario de naci-
miento del Libertador. Los intérpretes fueron los cantantes venezolanos y un recitador, como
también el Coro del Estado de Zulia, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Maracaibo.
Se trata de la única obra musical dedicada, hasta la fecha, a este héroe de cinco países de
América del Sur.
Uno de los violinistas, Wojciech Gałązka, aparte de su actividad como músico, se desem-
peñó durante algunos años, desde 2011, como cónsul honorario de Polonia en Maracaibo.
A su vez, uno de los violistas —Kazimierz Burek— era también luthier. Los músicos de
cuerda tenían un gran apoyo en él, ya que en Maracaibo no había nadie de esta especialidad.
Pero una vez sucedió algo inusual. Los venezolanos siempre han prestado gran atención a la
estética. En una ocasión, uno de los alumnos decidió renovar, o más bien embellecer su vio-
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lonchelo, queriendo que se distinguiera de los demás, por ejemplo, en el escenario. El violon-
chelo no era nuevo, mostraba signos de uso y quizás tenía el barniz ligeramente deslucido o
desgastado en algunas partes. Por ello, el chico tuvo una idea que le pareció original y se puso
a trabajar con empeño: pintó el instrumento de color verde y... con una pintura al óleo. No sé
si simpatizaba con uno de los dos principales partidos venezolanos de la época, tal como
COPEI (Partido Demócrata Cristiano), cuyo color era el verde, o si simplemente pensó que un
violonchelo verde sería especialmente bonito. O, tal vez, sólo tenía ese tipo y color de pintura
en casa. Hablando de los partidos políticos, para que conste, voy a agregar aquí que el otro
partido líder de la época fue la Acción Democrática (AD), cuyo color era el blanco. Los colores
fueron especialmente signicativos en el periodo que precedía las elecciones presidenciales,
puesto que cada partido tenía su símbolo y su color. La historia con el instrumento sucedió
justamente en plena campaña presidencial. Así que alguien que, en la opinión de los vecinos,
tuviera un carro de color “inadecuado” se arriesgaba a que se lo pintaran o rayaran. Nosotros,
por feliz coincidencia, teníamos un carro verde, en consonancia con las convicciones mayo-
ritarias de los marabinos. De todos modos, en cuanto al violonchelo, el luthier logró quitar la
pintura, aunque, parece, no haya logrado devolverle su sonido original. Kazimierz Burek, tras
23 años en Venezuela, regresó a Polonia, a su ciudad natal, donde murió en 2019.
Como dijimos al comienzo del artículo, algunos de los músicos se trasladaron de Maracai-
bo a Caracas. Uno de ellos fue Leslaw Woszczak (fallecido en 1998), percusionista. Regresó
por un corto tiempo a Polonia, pero luego volvió a Venezuela, trasladándose a Caracas donde
trabajó como representante de una empresa estadounidense que vendía órganos eléctricos.
Más tarde salió para Miami, donde también trabajó en una tienda de órganos.
Otro de los músicos —Bogdan Trochanowski (fallecido en 2009)— tocó en la Orquesta
Sinfónica de Caracas, dedicándose también a la enseñanza. Además, fue director artístico
del conjunto de música de cámara que fundó, “Atma Music International”, cuyo nombre hacía
referencia a la villa Atma” del compositor polaco Karol Szymanowski en Zakopane (Polonia).
Trochanowski ofrecía conciertos (utilizando el seudónimo Dan Savicha) y componía. Por su
actividad concertística en Venezuela fue honrado con una medalla y una placa conmemora-
tiva en la ciudad de Cumaná.
Quienes más se mudaron a Caracas para incorporarse a las orquestas sinfónicas de la
capital o a otros conjuntos, fueron: el violista Zdzisław Waszkiewicz, el violinista Tadeusz
Sitarz (posteriormente a Toronto, Canadá, donde falleció en 2012), y otro violonchelista Wo-
jciech Gajzler. Este último (fallecido en 2019), después de trasladarse a Caracas en el 1976,
se implicó activamente en la coordinación del ya mencionado programa “El Sistema”, al que
volveremos más adelante. Se dedicaba también a la enseñanza en el Conservatorio Superior
de Música “Simón Bolívar” donde fue el jefe del departamento de violonchelo, y en el Insti-
tuto Universitario de Estudios Musicales. Fue galardonado con el Premio del Estado por su
actividad cultural y pedagógica, incluida la promoción de la música polaca en Venezuela. Al
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parecer, fue también capitán de la marina mercante, capitán de yate y piloto de avioneta.
Así que no sólo con ambiciones musicales vivían los músicos polacos. Uno de los violon-
chelistas, Jan Dybczyński, fabricó con sus propias manos un yate y lo botó. Como comen-
taban sus colegas, el yate era super lindo, tenía 8 metros de eslora, un camarote con cuatro
camas, y valía 60.000 bolívares, es decir unos 14.000 dólares de la época. Era adecuado para
la navegación lacustre y costera. El propietario tenía la intención de vender su obra maestra y
utilizar los ingresos para construir un yate marítimo.
A su vez, el violinista Stanislaw Rusiecki era miembro de un club de alta montaña y fue el
primer polaco en subir al pico más alto de Venezuela: el Pico Bolívar (4978 m).
Otro violinista, Jozef Wodziczko, quien se trasladó a la Ciudad del Cabo en Sudáfrica, tras
pasar unos diez años en Venezuela, demostró una pasión diferente. Escribió y publicó un libro
(en inglés) titulado
“Three Days in the Zone of Eternity”
(„Tres días en la zona de la eternidad”).
Volvamos todavía a Maracaibo de la década de los 70. El tiempo en Venezuela, y espe-
cialmente en Maracaibo, uía casi sin preocupaciones, tensiones y nervios innecesarios que
solían acompañar la vida en Polonia. Había trabajo, el sol, las sonrisas. Un mundo libre. Por
un momento, y sólo una vez, hacia el nal de la temporada artística 1978/79, este estado de
ánimo despreocupado se vio roto por una carta de la Agencia Pagart, que recibieron varios
músicos polacos de la Orquesta, con idéntico contenido donde se podía leer que no se les
autorizaba más prórroga del contrato. Pues bien, después de haberla recibido varios músicos
simplemente dejaron de pagar las contribuciones a la Agencia, y la permanencia en Venezue-
la se convirtió en su asunto privado. No obstante, Pagart no se había limitado a enviar dicha
carta, sino que también envió una nota a los departamentos de pasaportes en algunas ciu-
dades y, en consecuencia, fueron destruidos los documentos de identidad de algunos de los
músicos, depositados allí por el tiempo de permanencia en el extranjero. Así eran los tiempos:
sales al extranjero, entonces tu cédula se queda con nosotros como garantía”. ¿Garantía de
qué? ¿Que volverías? Las autoridades deben haber creído en el extraordinario poder de este
pequeño documento de color verde...
Y una vez llegó otra “invitación” especial para volver a la patria, enviada a uno de los músi-
cos por los cada vez más impacientes empleados de Pagart, en forma, esta vez, de telegra-
ma. En polaco decía lo siguiente:
“Prosimy o natychmiastowy powrót do raju”.
Se trata aquí de un
juego de palabras muy especial. Pudo ser tanto un error de imprenta, como una broma de un
empleado del correo polaco. De todos modos, el telegrama circulaba de mano en mano pro-
vocando carcajadas. Literalmente, decía:
“Tenga el favor de regresar inmediatamente al paraíso”.
O tal vez incluso estaba escrito con mayúscula: ¿”al Paraíso”? Un lector de habla hispana
necesita aquí una explicación. Se trataba de una letra que faltó. El original decía:
do raju”
(“al
paraíso”) en vez de
do kraju”
(“al país”, es decir a Polonia). Aunque, en aquella época, poco
tenía que ver Polonia con el ¡paraíso!
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En los 1970, las comunicaciones con el “Paraíso” no eran fáciles. Además, no todos en
Polonia tenían teléfono en casa. No había conexiones automáticas. Uno tenía que ir perso-
nalmente a la única ocina CANTV en Maracaibo donde se podía obtener comunicación in-
ternacional. A veces hubo que quedar esperando varias horas (!), en un frío glacial (aire acon-
dicionado), para nalmente oír la información deseada:
“¡Polonia caseta tres!”.
Comunicarse
por teléfono en el sentido opuesto, es decir desde Polonia para Venezuela, era prácticamente
imposible. Sucedía por ejemplo que después de una espera de muchas horas (¡A veces in-
cluso dos días!), la operadora procedía a realizar la conexión a las ocho de la mañana, hora
europea, mientras que en Venezuela eran las dos o tres de la madrugada. La información de
que a esa hora los venezolanos estaban durmiendo, y las ocinas cerradas (estuve tratando,
justamente, de comunicarme con una de ellas), y que por ende la conexión no tenía sentido,
no fue recibida con agrado.
Afortunadamente, existía el correo. Correo en papel, por si el lector dudara. Las cartas tar-
daban, en el mejor de los casos, dos semanas (cartas certicadas, que de vez cuando tenían
que pasar por una ocina de correos especializada, con censura), aunque a veces incluso
dos meses. El recibir y escribir cartas lo acompañaban emociones; era algo completamente
distinto que pulsar el teclado de la computadora o del celular y/o revisar el correo electrónico
como solemos hacer ahora. Aunque en Maracaibo existía el servicio de cartero, pero una di-
rección del apartado postal era más able. La orquesta tenía un buzón de apartado. La llave
la tenía Françoise Delaval, la concertista. Todas las mañanas sacaba las cartas del buzón y
las entregaba personalmente a sus destinatarios. Era un momento muy esperado por todos
y casi solemne.
Las relaciones entre los músicos de la orquesta eran cordiales. A menudo pasaban su
tiempo libre juntos, conversando, cenando, jugando cartas o dominó, o saliendo a la playa. El
ambiente amistoso de Venezuela fue casi contagioso. Incluso ahora, después de tantos años,
uno de los músicos de otra nacionalidad mencionó en una correspondencia conmigo que los
músicos polacos eran buenos colegas y amigos.
Por último, cabe agregar unas palabras sobre el sistema de enseñanza llamado “El Siste-
ma”, mencionado en el texto. En la primera mitad de la década de 1970, José Antonio Abreu
(1939-2018) —músico y economista venezolano, posteriormente ministro de Cultura y direc-
tor del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC)— tuvo la idea de crear un sistema pionero
de orquestas juveniles e infantiles (que abarcaría a los jóvenes y niños en la edad escolar y
preescolar) al que se le dió el nombre del Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Juve-
niles, Infantiles y Preinfantiles de Venezuela, o —en abreviado— “El Sistema”. Este proyecto,
innovador en el mundo, abrió la oportunidad de desarrollo cultural y social a los niños dotados
musicalmente, de diferentes medios sociales, especialmente los más pobres, y la posibilidad
de desarrollar sus aptitudes. En su apogeo, participaron en el proyecto unos trescientos mil
niños y jóvenes. Entre sus profesores había también músicos polacos, varios de la orquesta
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de Maracaibo. El Sistema estaba formado por “núcleos”, instalados en muchas ciudades de
Venezuela, y por “módulos” en los pueblos más pequeños. Allí, los niños aprendían a tocar
instrumentos, aprendían teoría e incluso la dirección de orquesta. Además, fueron creadas
orquestas infantiles y juveniles a nivel regional. En 1975, a partir de los niños y jóvenes más
talentosos de las orquestas regionales, se formó la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela,
la que durante muchos años dio conciertos por todo el mundo (también en Varsovia, capital
de Polonia, en 2010), despertando el entusiasmo en todas partes. Su director principal fue
Gustavo Dudamel, de inagotable energía. El sistema se convirtió en un modelo para otros
países de América Latina, el Caribe, Norteamérica y Europa.
Una curiosidad: en noviembre del 2021, en Caracas, se logró batir el récord Guinness en
cuanto al número de instrumentistas tocando en una orquesta. En la plaza más grande de
Caracas –el patio de la Academia Militar– resonó una orquesta compuesta de... 12000 ins-
trumentistas – siendo casi todos ellos los jóvenes venezolanos agrupados en El Sistema.
Así, con el tiempo, gracias a los años de la formación musical de los jóvenes venezolanos,
donde tuvieron su gran contribución los músicos polacos, la mayoría de los instrumentistas
de la Orquesta de Maracaibo y de otras orquestas ya eran venezolanos, ahora tristemente
dispersos por el mundo, pero quienes siempre recuerdan con cariño a sus maestros polacos.
Epílogo
Entre los años 2010 y 2012, la Orquesta experimentó un gran aumento de interés por parte
de los marabinos e incluso logró reclutar más músicos, de modo que en 2012 fueron 91. Pero
a partir de enero de 2013 la Gobernación detuvo el nanciamiento de la Orquesta y la con-
tratación de nuevos músicos. El director, David Rahn, quien dirigía la Orquesta desde el 2010,
tras la muerte de su padre, siempre intentaba, utilizando los fondos acumulados, pagar a los
músicos sus sueldos los que, lamentablemente, se volvían cada vez más reducidos llevando
a la desintegración casi total del conjunto. Quedó apenas un puñado de 17 músicos. En febre-
ro de 2020, algunos de los instrumentos ya no tenían quien los tocara: viola, contrabajo, auta,
oboe, clarinete, trompeta. Con un conjunto tan reducido no se podía seguir interpretando
música sinfónica y hubo que cambiar la fórmula por la de hacer giras y popularizar la música
en escuelas y pequeños poblados del Zulia, incluso en zonas rurales a donde antes no había
llegado ninguna orquesta.4y5
En octubre de 2020, sin previo aviso, frente a la sede de la orquesta, se detuvo un camión
acompañado de una comisión integrada por representantes de la Secretaría de Cultura (la
misma bajo cuya tutela estuvo la orquesta desde 1961) de la Gobernación del Estado Zulia
y representantes del Ministerio Público. Se incautaron de todo el patrimonio de la Orquesta,
4 http://www.laverdad.com/arteyocio/164488-orquesta-sinfonica-maracaibo-trabaja-solo-17-musicos.html,
17/02/2020;
5 http://www.laverdad.com/arteyocio/173584-orquesta-sinfonica-de-maracaibo-se-queda-sin-musicos-y-sin-instru-
mentos.html, 03/11/2020
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conscando todos los bienes muebles que se encontraban en el edicio: documentos, ar-
chivos, llaves y, sobre todo, los instrumentos, dejando a aquellos últimos músicos sin sus
herramientas de trabajo. Durante mucho tiempo ni siquiera se supo dónde estaban los instru-
mentos incautados. Como unidad responsable del patrimonio de la Orquesta se designó a la
misma Secretaría de Cultura. El director de la Orquesta no había sido informado de la plani-
cación de dichas acciones, ni estuvo presente durante las mismas. Alguien lo ha lmado y se
puede ver como fueron sacados los instrumentos, incluso arrojados de sus cajas sin el más
mínimo respeto. Cabe subrayar que la mayoría de los instrumentos eran propiedad de los
músicos. La situación fue duramente criticada en muchos medios, pero teniendo en cuenta
la emigración masiva de músicos en los últimos años, no había ninguna posibilidad de revertir
el curso de los acontecimientos. Así pues, se aniquiló una de las instituciones culturales más
importantes de Maracaibo.6
Referencias
Cartas personales de Eligiusz Stoiński fechadas:
- 12/10/1972
- 04/12/1972
- 19/01/1973
- 11/11/1973
- 13/12/1973
6 https://sultanadellago.com/2020/10/16/dr-gilberto-urdaneta-besson-han-asesinado-a-la-orquesta-sinfonica-de-
-maracaibo/, 16/10/2020
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PP. 127-139. Provincia de Pontevedra - España
Educación, fraternidad y sociedad. La evocación de
Simón Rodríguez en la narrativa y ensayística de
Arturo Uslar Pietri
Lino Latella-Calderón*
RESUMEN
Al penetrar en el tiempo histórico y en la gura de Simón Rodríguez, Arturo Uslar Pietri esboza una explicación
del problema originario de la identidad de América; su conicto consigo misma, las trampas de la libertad, las
dicultades dramáticas con las que tropieza el proyecto civilizatorio de la América republicana. Esta visión
conictiva de lo americano aparece pregurada magistralmente en la propia vida del hombre Simón Rodrí-
guez, por la desmesura de su gura, tanto intelectual como humana, por encarnar de la forma más intensa
posible la utopía de la fraternidad y la libertad. En este trabajo nos aproximamos a la visión uslariana de Simón
Rodríguez y a la simbología de su gura como representación del problema esencial de Hispanoamérica.
Palabras clave:
Arturo Uslar Pietri; Simón Rodríguez; identidad cultural; proyecto republicano; fraternidad, libertad.
Education, Fraternity and Society. The Evocation of Simón
Rodríguez in the Narrative and Essays of Arturo Uslar Pietri
ABSTRACT
By penetrating into historical time and the gure of Simón Rodríguez, Arturo Uslar Pietri outlines an expla-
nation of the original problem of the identity of America; its conict with itself, the traps of freedom, the dra-
matic difculties encountered by the civilising project of republican America. This conictive vision of what is
American is masterfully pregured in the life of the man Simón Rodríguez himself, by the immoderation of his
gure, both intellectual and human, for embodying in the most intense way possible the utopia of fraternity and
freedom. In this paper we approach the Uslarian vision of Simón Rodríguez and the symbolism of his gure as
a representation of the essential problem of Spanish America.
Keywords:
Arturo Uslar Pietri; Simón Rodríguez; cultural identity; republican project; fraternity, freedom.
* Universidad del Zulia / Universidad Católica Cecilio Acosta, Maracaibo-Venezuela. Correo-e: linolatella@hdes.luz.edu.ve.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8202-1352
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
ISSN 2660-9037
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Lino Latella-Calderón
Educación, fraternidad y sociedad. La evocación de Simón Rodríguez en la narrativa... PP: 127-139
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Introducción
Grandes escritores venezolanos del siglo XX abordaron el problema de nuestra identidad
cultural desde un amplio espectro como la ensayística, la novela o el cuento, para no hablar de
la poesía o el teatro. Clásicos venezolanos como Mariano Picón Salas, Mario Briceño Iragorry,
Arturo Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, por mencionar sólo a quienes se les ha brindado mayor
atención revelan en sus creaciones los conictos y dramas no resueltos de nuestro ser nacio-
nal. Los grandes problemas, las tensiones y las crisis de nuestro devenir histórico se reejan
en sus obras como en una especie de espejo literario y reexivo de nuestra conciencia de país.
El problema de la identidad cultural, el ¿qué somos?, atraviesa nuestra historia intelectual
como país y como continente; desde la Filosofía de la Conquista, guras tales como Francis-
co de Vitoria y Bartolomé de las Casas, comienzan una tradición de pensamiento que abarca
todas las expresiones intelectuales y que mantiene vigencia hoy más allá de los cambios his-
tórico culturales y políticos de nuestro presente, caracterizados por una modernidad tecno-
cientíca y capitalista global, cuya acción se mueve en la vorágine consumista de las masas
provocada por una industria cultural que borra todas las particularidades diferenciadoras en
aras de una especie del uniformismo de la inmediatez.
Tal parece que dicho uniformismo, que por otra parte el relativismo moral imperante en
Occidente convierte en espectáculo y aplausos, intentara borrar la especicidad humana e
histórica de cada sociedad, en tanto que todo el movimiento y poder actual de los avan-
ces tecno-digitales conllevan una inmediatez de la imagen, al mismo tiempo que una des-
estimación del pasado como valor de autorreconocimiento, provocando un descuido y una
desorientación que impide ver dónde estamos, y sobre todo, la imposibilidad de ver a dónde
marchamos como sociedad histórica presente.
Debido a esta situación planteada, consideramos que la pregunta por la identidad cultural
es una pregunta que continúa vigente, en tanto que la reexión losóca nunca supera los
problemas que se plantea, estos problemas permanecen en el tiempo, lo que cambian son
las respuestas y la frecuencia con que estas respuestas aparecen en el horizonte histórico.
De tal forma que el pasado nos asiste como referencia, como experiencia y como evoca-
ción que nos permite aprender la lección de vida y destino. La vida de Simón Rodríguez evo-
cada en los ensayos de Arturo Uslar Pietri muestra esta enseñanza de la historia encarnada
en el personaje y su proyecto, en su vida y en sus resultados.
I. La preocupación por la condición humana expresada en la
narrativa y en la ensayística de Arturo Uslar Pietri
La búsqueda que atormenta la creación uslariana consiste en la necesidad de hallar la
respuesta a la pregunta por el hombre y por el hecho hispanoamericano. No se exagera si
se arma que se trató de su gran motivación intelectual; Más allá de sus ensayos dedicados
especialmente al tema, toda su ensayística sobre educación, economía, política, actualidad,
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crítica literaria, arte, crónicas de viajes, se estructuran sobre la gran pasión de lo hispanoame-
ricano; dentro de lo cual Venezuela tendrá atención primordial.
[…] “toda la historia de América Latina ha sido una historia de toma de conciencia, de denición de
posiciones, una búsqueda hacia afuera y hacia adentro y esa búsqueda ha sido muchas veces frus-
trante y ha sido difícil y los resultados no han dejado de ser muchas veces contradictorios de modo
que si algo podría caracterizar al latinoamericano en el escenario del mundo, es esa situación un
poco hamletiana de estarse preguntando todo el tiempo ¿quién soy? ¿qué soy? ¿qué puedo hacer?
¿cuál es mi situación frente a toda esta gente que me rodea?
Esta interrogante, esa especie de angustia ontológica, ha condicionado la situación hispanoame-
ricana y es precisamente una de sus raíces ¿por qué preguntarnos tanto qué somos? Es curioso,
esa pregunta no se la hacen los africanos, no se la hacen los asiáticos -por lo menos en el mismo
grado angustioso en que la hacemos nosotros no se la hacen los americanos del norte. Todos
ellos parecen estar seguros de lo que son. Tener un adquirido básico desde el cual contemplan
el mundo y comercian con él. Nosotros estamos constantemente revisando ese piso sobre el que
estamos y poniéndolo en duda y descubriéndolo”
1
El problema de la identidad cultural está planteado en la base de estas preguntas; en este
mismo sentido, exponemos una línea interpretativa esbozada por el profesor Antonio Tinoco
quien explica que:
Esto responde a una necesidad metodológica, ya que sería imposible examinar aquí todos y cada
uno de los conceptos que existen sobre la identidad. (…) Aunque es cierto que la problemática
en es mucho más amplia y compleja que las cuatro preguntas formuladas, pues en ellas no se
agota, ya que dentro de la identidad, subyacen una serie de aspectos problemáticos como lo son la
dependencia, la originalidad, la autenticidad y la búsqueda de la esencia americana.
2
En ensayos, novelas y cuentos principalmente, aparecen las líneas uslarianas de la com-
prensión del complejo hecho cultural americano. De sus novelas, Las lanzas coloradas es su
primera indagación sobre el ser cultural venezolano, situándola en los orígenes mismos de la
república como revelación de tensiones internas contrapuestas en choque y drama constan-
te. El drama mismo de nuestra identidad y nuestro ser. Su tipo de novela3 (historia novelada)
es el medio para comprender al hombre hispanoamericano y venezolano.
En su narrativa y ensayística busca comprender la naturaleza humana, al hombre como
ser trazado por contradicciones, tensiones internas, luces y sombras; sacando de los hechos
de la historia los “materiales” de dicha comprensión. Ciertamente, junto a su vigoroso van-
guardismo, puesto de maniesto inicialmente en
Barrabás y otros relatos,
muestra su preocu-
pación por entender lo venezolano genuino, sus condicionamientos, sus posibilidades y las
1 USLAR PIETRI, Arturo: “Lo específico del hombre latinoamericano”, en:
Estudios Internacionales,
N°36, Universidad de Chile,
1976. Pp.: 74. DOI: 10.5354/0719-3769.2011.17115
2 TINOCO Antonio:
Lanoamérica. Filosoa, Idendad y Cultura.
Universidad Cecilio Acosta, Maracaibo, 1992. Pp.: 26-27.
3 Para consideraciones sobre el concepto de novela histórica según Uslar pietri Cfr.: “La historia en la novela”, en: USLAR
PIETRI, A.: Fantasmas de dos mundos, Ed. Seix Barral, Barcelona, 1981. Dicho ensayo incluye una disertación sobre el
tiempo en el lenguaje y la escritura.
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tramas que han desenvuelto su devenir para bien y para mal. Una lucha constante desde la
situación propia y particular para elevarse al debate y encuentro con lo universal. Su temprana
novela
Las lanzas coloradas
fue una respuesta, un acto de presencia con valor universal, como
aggiornamiento
de la literatura y despertar de la conciencia histórico-cultural criolla.
La articulación fundamental del pensamiento uslariano puede caracterizarse, como lo ex-
pone la historiadora Astrid Avendaño, con las siguientes palabras:
En Úslar no sólo se dio sino que se mantuvo a la largo de su vida una suerte de convivencia y
de tensión entre polaridades. Aquella de caminos de la intuición, del mythos, propicia al uso del
lenguaje de la imaginación, y por otra, aquella en que priva el logos, propicia al uso del lenguaje
al servicio del razonamiento. No es el azar que en Úslar tanto las formas de expresión como las
temáticas a través de la cuales se dirige al Otro, es decir, para quien escribe o para quien habla,
se sustituyan en importancia unas a otras a lo largo de su vida, de su producción escrita y de ac-
tuación en la vida pública. Me explico, cuando se analiza su presencia en la prensa se observa que
cuando la literatura predomina, la política, la historia, la economía, entre otras, son temáticas que
se desdibujan ante el peso de la creación literaria. Y cuando esas temáticas prevalecen, la creación
literaria pierde importancia.
4
Ya sea a través de cuentos, ensayos o artículos periodísticos, siempre encontraremos en
Uslar Pietri la vocación por lo venezolano; no es extraño que las guras fundamentales de su
expresión ensayística o de novela sean personajes de Venezuela. Por otra parte, la tensión a que
se reere Astrid Avendaño la comprendemos como la manifestación del humanismo uslariano
donde razón y mito, lógica e intuición aparecen y ocupan lugares propios dentro de su obra.
En
Letras y hombres de Venezuela,
está contenida su preocupación por la condición vene-
zolana: A lo que más se acercan estas páginas es al esbozo de una cronología del espíritu
venezolano, acompañada de una corta galería de siluetas de los hombres en quienes encarna
con torturada vocación.5
En los más de ellos, y en las palabras en que han quedado, con el ansia creadora y con la voluntad de
servir, está la huella de la condición. Los más vivieron dramáticamente, en batalla sin tregua, porque
la vida venezolana nunca fue fácil y se ha caracterizado siempre por una tensión pasional que rompe
a menudo en violencia y en daño. Pero hay en todos una conmovedora continuidad y ninguno des-
esperó denitivamente de su tierra, ni llegó a negarla. En la tensión, en el tormento, y en la ausencia
seguían expresándola. El oscuro sentido del destino colectivo habrá que irlo a buscar en lo que alcan-
zaron a expresar. Ese es el verdadero contenido profundo de las letras de un pueblo.
6
Los ensayos de
Letras y hombres de Venezuela
son una muestra del Uslar angustiado por la
identidad cultural venezolana. Una característica muy constante a través de la vida del autor,
fue su insistencia en conocer el sentido histórico de nuestra existencia como pueblo. Las
4 AVENDAÑO, Astrid: “Arturo Uslar Pietri”. Conferencia de la doctora Astrid Avendaño en la Universidad Nacional Experi-
mental de Yaracuy (Uney), Venezuela, 2006.
5 USLAR-PIETRI, Arturo:
Letras y hombres de Venezuela,
Edime, [4ta Ed.] Madrid, 1978. P. 14.
6
Ibídem
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preguntas fundamentales que serán guía de su pensamiento consisten en trazar el sentido
de nuestra identidad histórica. ¿Quiénes somos los hispanoamericanos? ¿Cuál es nuestra
posición en el mundo? ¿Dónde estamos situados? ¿Qué podemos hacer? A lo extenso de su
obra de escritor y ensayista estas preguntas se mantienen incólumes y traspasan todos los
géneros escriturales abarcados por el autor. La respuesta buscada de la identidad cultural la
encuentra Uslar en la expresión letrada de quienes han sentido la angustia del ser venezolano.
Su novelística es una aproximación a la contradicción humana, porque indaga en sus motivacio-
nes, impulsos y arrebatos. Personajes trágicos como Presentación Campos o el Tirano Aguirre re-
presentan la violencia y el arrebato característicos de nuestra compleja condición histórica originaria.
[…] Presentación Campos, el Tirano Aguirre o el general Peláez hablan de la condición humana,
de la desmesura del hombre, de la relación del amo y del esclavo. El hombre que es Presentación
Campos lo dice Uslar Pietri en sus palabras, en esos signos que provocan las conjeturas del otro,
en la forma como el escritor jó una existencia en símbolos que transmiten vida, sensibilidad, un
mundo de sensaciones y sugerencias. El Tirano Aguirre revela un deseo sin término de llegar a un
destino desconocido, de alcanzar una fuerza, una jerarquía sobre aquel grupo de hombres que
iban a contemplar el terrible espectáculo de ver “la cabeza del tirano, como un farol apagado” […]
La palabra de Uslar Pietri traduce al otro una evocación creadora de las circunstancias históricas
en que mejor se expresó el destino de América, el drama de Chúo Gil, la tragedia de espíritus como
Miranda, Bolívar, Bello y Rodríguez. Por sus libros habla una época, una geografía, una sociedad, un
complejo mundo espiritual que lo desvela, una actitud religiosa frente a los símbolos.
7
II. La evocación de Simón Rodríguez en la obra uslariana
La gura de Simón Rodríguez domina un espacio muy apreciable en la obra de Arturo
Uslar Pietri. Lo que ya hemos caracterizado como la angustia intelectual uslariana, su preo-
cupación antropológica se maniesta en la semblanza que hace de este personaje a través
de ensayos, discursos, artículos breves y en la novela
La isla de Robinson.
Este personaje, para
Uslar representativo de su tiempo y sus circunstancias, también es un personaje trágico, por
incomprendido y fracasado; su gura simboliza las posibilidades y las tensiones del mundo
americano en el momento originario de gestación de su proyecto de ciudadanía moderna.
“Todo el complejo proceso de transición del siglo XVIII al XIX lo encarnaba maravillosamente
Samuel Robinson. No había que inventar nada. Sólo bastaba ingresar en aquel mundo de
peregrinación y angustia en que vivió Rodríguez”8
La semblanza que hará de Simón Rodríguez en
La Isla de Robinson
es una continuación de
la permanente búsqueda uslariana sobre la situación del hombre y del hecho hispanoame-
ricano. Indagar en su tiempo y en su gura le permite una aproximación al problema de los
valores que articulan la construcción del mundo americano como proyecto de originalidad y
fraternidad creadoras. Los temas sobre la utopía, la libertad, la fraternidad y la sociabilidad
están contenidos y encarnados en las acciones y escritos del Robinson evocado.
7 QUINTANA, Ignacio:
Uslar Pietri. Una manera de ser hombre
, Cromotip, Caracas, 1982. Pp. 76 y 78
8
Ibíd.
pp. 17-18
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La isla de Robinson
intenta ser el retrato más el, dedigno y acabado del personaje en
cuestión, del cual siente la necesidad urgente de rescatarlo del injusto olvido y de la caricatura
a los cuales ha sido relegado.
En Simón Rodríguez descubre Uslar su propia angustia humana, porque incide en el miste-
rio que acaece en todo proyecto humano signado por sus contradicciones. Resulta pertinente
una cita de Alexis Márquez sobre las características de la sustancia intelectual uslariana pre-
sente en sus escritos fundamentales:
El temprano humanismo de Úslar lo lleva a interesarse en todo lo que se vincule con el hombre,
entendido doblemente, como concepto y como realidad tangible. Lo cual se desdobla también en
dos vertientes complementarias e interactivas, la del hombre universal, ser racional que puebla la
tierra, y la del hombre venezolano, nacido y actuante en una pequeña parcela del planeta llamada
Venezuela. […] El humanismo de Úslar no se limita a la teoría, con interés primordial en la concep-
tualización del hombre como ser universal. Es de los que, sin dejar de expresarse en este aspecto
teórico que abarca lo losóco y lo antropológico, se ocupa también del hombre – en este caso el
venezolano, y por extensión el hispanoamericano – como hecho concreto, como ser que vive, que
se alimenta, que tiene que vestirse y curarse de sus males corporales, que piensa y siente, que
crea, que debe educarse […]
9
En su acercamiento al personaje de Simón Rodríguez trata de hacer justicia de su gura
histórica; más allá de olvidos, simplicaciones, infortunios, guraciones caricaturescas y extra-
vagantes con los que lo asocian. Es decir, situarlo en su tiempo y circunstancias para entender
el signicado de su pensamiento y acción; en tanto que su obra responde a la visión de la reali-
dad hispanoamericana, como ejemplo del pensamiento que aquellos hombres tenían sobre el
peso que la herencia colonial imponía a las posibilidades reales de construir repúblicas.
Simón Rodríguez tuvo la osadía de aventurarse en el experimento de hacer una ruptura y
renovar los métodos pedagógicos vigentes en la segunda mitad del siglo XVIII. Un hombre de
ruptura, de atrevimientos, que representa, en la totalidad de su gura, los cambios que están
produciéndose en la Caracas de su juventud.
Para Uslar Pietri, este personaje caraqueño es una representación vital de su tiempo y sus
circunstancias; en él ve latir esa identidad colectiva; ve la tensión entre lo dado, como algo
heredado y mineralizado, y el despertar como forma de desafío y enfrentamiento de esas
circunstancias. Rodríguez representa un cambio de época; va a encarnar lo más vital de la
existencia venezolana de entonces.
En
Letras y hombres de Venezuela
encontramos una semblanza completa de la vida y obra
de Simón Rodríguez; se trata de un ensayo que presenta con bastante detalle los sucesos,
acciones, percances y azares que acompañan al personaje de uno a otro rumbo, desde su
juventud, hasta el nal de sus días.
9 MÁRQUEZ Alexis: “Arturo Uslar Pietri y la literatura”, (Conferencia leída en la Fundación Banco Provincial, durante el Ciclo
Homenaje:
Arturo Uslar Pietri: un clásico moderno,
en el centenario de su nacimiento), Caracas, 2006. p. 1. Consultado en:
https://docplayer.es/20775817-Arturo-uslar-pietri-y-la-literatura-alexis-marquez-rodriguez.html
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La vida de azar de Simón Rodríguez bien puede pregurar las dicultades de los destinos
colectivos de la nación venezolana. Precisamente, una característica de los personajes evo-
cados por Uslar Pietri en estos ensayos, consiste en que son unas guras que en el intento de
servir al proyecto de construcción del país naufragan en las tormentas de oprobios y diculta-
des que la realidad venezolana sobrepone a cada una de sus existencias.
Se podría decir que son vidas y destinos dramáticos. En estos ensayos, se destaca un va-
lor presente en el destino colectivo venezolano, el valor de la insistencia, de la tenacidad, del
esfuerzo sostenido; pero también está marcado el destino trágico de cada uno de ellos y por
ende, también el sino de nuestro destino histórico.
III. La utopía americana de Simón Rodríguez: Libertad y fra-
ternidad
Arturo Uslar Pietri destacará de Simón Rodríguez que fue un pedagogo que tuvo de la
pedagogía un sentido que no lo tenía en su tiempo; es decir, la pedagogía como el gran ins-
trumento de transformación social. Simón Rodríguez llegó a atisbar el problema central del
mundo hispanoamericano, ese problema central y fundamental era que los modelos consti-
tucionales y socioeconómicos en los que se inspiraban las nacientes repúblicas no tuvieron
nunca ningún antecedente previo en la forma de vida de aquellos pueblos; nunca vivieron bajo
ninguna forma de régimen democrático o representativo, por tanto, fueron instituciones por
decreto, para las cuales no estaba preparado el continente hispanoamericano, fueron institu-
ciones destinadas a fracasar.
Bolívar conocía el fracaso estruendoso al que se dirigía el destino de las nuevas repúbli-
cas, al querer implantar instituciones aéreas sin arraigo ni antecedente de ningún tipo. La
clave estaba en mirar la realidad social de estos pueblos, la historia de estos pueblos, es decir,
de dónde venimos y qué experiencia hemos tenido. Sobre esta base de la realidad deberían
crearse unas instituciones que correspondiesen a lo que en realidad somos, instituciones que
tengan relación directa con lo que nos rodea, de tal manera que no se trate de una imposición
superpuesta, articial y frágil sin arraigo social y que por tanto quedaran destinadas a no
cumplir la función esperada. Por tanto, luego de lograda la paz al conseguir la independencia
nacería la anarquía social y política consecuencia de las condiciones heredadas.
En la evocación que hace Uslar Pietri, a través de ensayos y la novela
La isla de Robinson,
la
originalidad de Simón Rodríguez consistía en darse cuenta del problema e imagina una nueva
manera de proponer un nuevo orden para organizar los nuevos países, un nuevo orden que
pudiera ser duradero y que garantizara la evolución de unas repúblicas democráticas. Ese
orden no era la monarquía, y la democracia, por otra parte, tampoco se sostenía sobre ningún
antecedente, por tanto, sobrevenía esta como algo adventicio.
Ni podíamos regresar a la monarquía ni podíamos alcanzar la república; de modo que la
vía propicia sería aquella que surgiese de la propia realidad; en este sentido se planteaba que
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la América española no se parecía ni siquiera a la propia España; la América hispana tiene una
originalidad, y es de esta de la que deben surgir sus propias instituciones. El camino consistía
en poner los ojos en nuestra propia realidad para transformarla desde una base realista y
efectiva de lo que era su sustrato social, económico, político y cultural. Este fue el empeño de
Simón Rodríguez puesto de maniesto en todas sus obras como escritor, como pedagogo y
como maestro.
Una materia fundamental en este proyecto es la de sociabilidad humana. Aprender a va-
lerse y a servir a otros en el ejercicio de la responsabilidad. Aprender a ser, a convivir. Si
hemos de articular un concepto de fraternidad político-social, pasa por entender el sentido
convivencial de la responsabilidad y el compromiso asumido. El valerse por sí mismo, el tener
qué ofrecer, el tener la capacidad de prestar un servicio a la sociedad, son las bases de una
ciudadanía fraternal.
La fraternidad del proyecto de Simón Rodríguez no es un dogma teológico. La vieja edu-
cación marcadamente religiosa, no había corregido una suerte de prejuicios sociales en re-
lación con el trabajo manual productor de la riqueza; en dirección opuesta, Rodríguez parece
apuntar al factor económico como palanca de las virtudes modernas; enseña ocios y artes
manuales como albañilería, carpintería y herrería “porque con tierras, maderas y metales se
hacen las cosas más necesarias”. Se debe aprender en la escuela la independencia, la autono-
mía, pero también el servicio y la responsabilidad con el bien común. Esta sería la manera de
articular una armonía de intereses sin los cuales operaría de forma incompleta el sentimiento
humano de empatía y fraternidad.
La utopía republicana la esperaba conseguir Simón Rodríguez a través del aprender a vivir
logrado en la escuela, una escuela que enseñe a vivir, aprendiendo ocios o artes; una escuela
que para lograr estas virtudes y capacidades separaba a los niños y niñas de la vieja socie-
dad, de los viejos prejuicios, para evitar que el lastre del viejo mundo colonial les llegase y los
contaminase; cortar todo contacto con el viejo orden que era antagónico con estos ideales,
formar una generación de relevo sin contaminación de pasado, sin prejuicios, sin discrimina-
ciones “declarar la nación en noviciado”, enseñar a vivir en sociedad, enseñar la materia de
sociabilidad, en la que el sentido del deber y la responsabilidad forman la base de una relación
de fraternidad entre todos los miembros de esta comunidad.
Enseñar a trabajar y a producir, enseñar virtudes cívicas y productivas que debían transfor-
mar la sociedad. Para deslastrar las estructuras de la sociedad de castas donde la inmensa
mayoría se vende como esclavos, el proyecto de Simón Rodríguez crea una escuela y unas
relaciones humanas de mutuo respeto y reconocimiento, una forma de vida fraternal vincula-
da con las virtudes cívicas y con las capacidades del hombre para valerse por sí y ser útil a la
comunidad. Podemos interpretar que el sentido de la fraternidad se adquiere desde la libertad
y la educación. Quizás el modelo losóco pedagógico presente en la intención de Simón
Rodríguez fuese el
Emilio o de la educación
de J.J. Rousseau.
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Más allá de construir escuelas-talleres de emprendimientos artesanales, su proyecto
americano fomentaba los compromisos de la convivencia, los valores de la cooperación y la
fraternidad con los cuales se construirían los soportes de una ciudadanía rme. Detrás de las
propuestas de Simón Rodríguez se encuentran valores para una articulación armoniosa de
la convivencia fraterna que comienza por el respeto al individuo y su dignidad como persona
capaz y comprometida.
Uslar Pietri reere cada uno de estos experimentos llevados a cabo en América y cómo se
frustraron al poco tiempo de iniciados. Rodríguez generó un rechazo permanente del entorno
motivado también en gran parte, por las novedades y cambios extraordinarios con que trans-
formó tanto el régimen interno como la concepción general del sistema educacional propuesto.
Para Simón Rodríguez la república nacería en la escuela:
Para Bolívar el problema capital era el de la organización posible de aquel mundo que parecía en
descomposición. El de encontrar e implantar las instituciones viables que pudieran mantener un
orden estable contra las ambiciones de los guerreros y la prédica disolvente de los demagogos.
10
Rodríguez creía que conocía el verdadero camino para alcanzar ese n. El camino comenzaba en
una escuela. De aquella escuela nueva saldría la nación nueva. La idea era de Rousseau. Como lo
era también la idea de que la escuela enseñara a vivir. Pero es de Rodríguez, y poderosamente
original, la idea de la adaptación americana de ese pensamiento.
11
Uslar Pietri siempre destacará la vigencia de estas tentativas, muy unidas a la conciencia
del pensamiento de Bolívar en la
Carta de Jamaica
y el
Discurso de Angostura
a propósito de la
identidad de los americanos del sur, y la búsqueda de unas instituciones adaptadas y acordes
a las realidades y posibilidades de estos pueblos. La constitución de la República de Vene-
zuela de 1811 traía la concepción federal inspirada de la constitución de los Estados Unidos
de Norteamérica. Pronto se verá la inoperancia de las nuevas instituciones, no adaptadas ni
originadas de la propia realidad histórica criolla. Los americanos del sur no conocieron ni la
libertad ni la igualdad durante los trescientos años de orden colonial, mucho menos la frater-
nidad sometidos como estaban bajo un orden de castas.
Hay una diferencia histórica muy notable entre la América del Norte y la América del Sur
que explica el porqué, poseyendo las mismas experiencias históricas, luego de la indepen-
dencia, los destinos de ambas se distancian tanto, como la distancia que hay entre el éxito
absoluto y el fracaso absoluto.
En
La otra América
Uslar Pietri hace ver esto de la siguiente manera:
No podríamos pretender copiar pura y simplemente la república que se había proclamado en
Filadela, porque la formación, la tradición y la composición de la América Hispana era diametral-
mente distinta a la de la América Anglo-sajona. Para ellos las libertades individuales y la asamblea
deliberante eran viejas instituciones. Nosotros no habíamos pasado de tener un Cabildo aristocrá-
10 USLAR-PIETRI, Arturo:
Op. Cit.
P. 85.
11 Ibídem
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tico, donde la clase alta ejercía algunas limitadas prerrogativas. De un Gobierno sacralizado por la
Iglesia y por la tradición íbamos a pasar, en instantes, a una república igualitaria, libre y popular.
12
Toda la revuelta historia de nuestra América en el siglo XIX y el surgimiento del caudillismo, pueden
explicarse a la vista de esa contradicción fundamental.
13
Los temas de la libertad, igualdad y fraternidad, o la utopía americana del sueño republicano por
alcanzar, han sido una constante del pensamiento hispanoamericano, siempre cultivados con es-
merada pasión. Habría que insistir en que lejos de ser un camino trillado, el problema del proyecto
republicano siempre está abierto a críticas, reinterpretaciones, descubrimientos o nuevas búsque-
das. En este caso, se trata de interpretar una obra narrativa y ensayística como la de Arturo Uslar
Pietri, que puede proporcionar una contribución notable para una mejor comprensión del ser
hispanoamericano y su proyecto de permanente construcción, a partir de la recreación de valores
como igualdad, libertad y fraternidad.
Hemos querido exponer la preocupación y las motivaciones intelectuales de Arturo Uslar
Pietri, mostrándonos su escritura el rol que la historia, como reejo y luz del pasado, nos
reclama como memoria y como conciencia histórica. Las causas más señaladas de nuestro
complejo presente están estudiadas en el pasado, en las ideas y gura de Simón Rodríguez, y
en el rescate y valoración que Uslar Pietri hace de este personaje para ejemplicar un proyec-
to que sigue teniendo validez en las circunstancias de hoy.
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12 USLAR PIETRI, Arturo:
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13
Ibídem
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Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 140-153. Provincia de Pontevedra - España
Factores determinantes para el acceso a la
educación superior en el Municipio San Juan del
Cesar-La Guajira desde la gestión pedagógica*
Julio Guillermo Otero Celedón**,María Martha Daza Mejía***, Yamelys Navarro Becerra****
RESUMEN
El escenario de la gestión pedagógica y de la pertinencia curricular, como base en la interacción comuni-
dad-escuela-universidad. Escenario pedagógico-curricular, que se verá expuesto, a través de los factores
determinantes-académico-curriculares. Los cuales, permiten abordar la evaluación del rendimiento escolar,
desde estándares no convencionales. Desde el máximo aprovechamiento, en relación al desarrollo del pen-
samiento formal y desarrollo de la creatividad en la escuela, como uno de los cuatro factores determinantes
que se establecieron desde la gestión pedagógica. Ello, para el acceso a la educación superior en el municipio
San Juan del Cesar-La Guajira.
Palabras clave:
gestión pedagógica, factores determinantes-académico-curriculares, acceso a la educación superior
Determining factors for access to higher education in the
Municipality of San Juan del Cesar-La Guajira from the
pedagogical management
ABSTRACT
The scenario of pedagogical management and curricular relevance, as a basis for community-school-universi-
ty interaction. Pedagogical-curricular scenario, which will be exposed, through the determinant-academic-cu-
rricular factors. Which allow to address the evaluation of school performance, from unconventional standards.
From the maximum use, in relation to the development of formal thought and the development of creativity in
the school, as one of the four determining factors that were established from the pedagogical management.
This, for access to higher education in the municipality of San Juan del Cesar-La Guajira.
Keywords:
pedagogical management, determinants-academic-curricular factors, access to higher education.
* Artículo desarrollado en función del proyecto de investigación: Gestión pedagógica en la identificación de factores deter-
minantes del acceso a la educación superior en el municipio San Juan del Cesar-La Guajira. INFOTEP (Instituto Nacional
de Formación Técnica Profesional).
** Orcid: 0000-0002-1556-9297
*** Orcid: 0000-0001-6354-9410
**** Orcid: 0000-0002-2831-1738
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Julio Guillermo Otero Celedón,María Martha Daza Mejía, Yamelys Navarro Becerra
Factores determinantes para el acceso a la educación superior en el Municipio San Juan del Cesar-La Guajira ... PP: 140-153
ISSN 2660-9037141
Introducción
En toda sociedad la educación se considera como un proceso fundamental que contribu-
ye a su desarrollo. La misma, con la responsabilidad de formar los ciudadanos que requie-
re el sistema para mantenerse; evolucionar y satisfacer las necesidades e intereses de sus
integrantes. En este sentido, la escuela viene a ser el centro del quehacer comunitario en el
proceso educativo, donde se hace primordial el óptimo desempeño de todos los actores in-
volucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. De manera, que el logro de los objetivos
institucionales, redunden en benecio para la sociedad en general.
Por tanto, la educación debe estar basada en la interacción de todos los miembros de la
comunidad educativa. Por ello, el papel integrador del gerente educativo, como esencial en la
generación de conocimiento, tanto en docentes como en estudiantes. Esto, con miras a opti-
mizar el proceso de enseñanza-aprendizaje con un enfoque global, sustentado en las necesi-
dades e intereses de los docentes, estudiantes y de las instituciones en general, buscando la
excelencia educativa, a través de un currículo de calidad:
Los documentos curriculares son importantes declaraciones nacionales. Deberían reejar
los valores sociales generales y las aspiraciones del país. Se trata de documentos en que
diversos grupos tienen un interés legítimo y en cuyo desarrollo, por lo tanto, deben ser escucha-
dos. Por consiguiente, no es apropiado que los expertos en educación preparen los documentos
curriculares “a puerta cerrada”. Los procesos de elaboración de currículos de calidad no solo
reconocen los intereses legítimos de los interesados, sino que también buscan sus opiniones de
manera abierta y con un espíritu plural. Los procesos curriculares abiertos y participativos
también sirven para mejorar la sostenibilidad social y cultural. Si se solicitan y reconocen las
opiniones de todos los grupos de interesados durante el proceso de elaboración de currícu-
los, hay mayores posibilidades de que el propio currículo sea inclusivo y práctico y de que satisfaga
las necesidades de la diversa gama de estudiantes a la que pretende servir. Debe considerarse a
los directores de escuela y los docentes como interesados particularmente importantes: su
participación aumenta sustancialmente su compromiso con la realización de los currículos en
las escuelas y aulas. (OIE-UNESCO, 2016: 13)
Gran parte de la evolución del currículo y de la educación en Colombia, se debe a la pro-
puesta y ejecución de planes y programas para la atención de las diferentes poblaciones
escolares. De esta manera, se han ido subsanando las fallas en los diferentes contextos edu-
cativos. De allí, que la acción pedagógica, curricular y gerencial requiera; de habilidades téc-
nicas, sociales, y conceptuales, puesto que son esenciales para mejorar el desempeño en la
generación de conocimiento tanto en docentes y estudiantes.
Es necesario visionar estrategias, planeaciones y trazar objetivos, desde el aprovechamiento
y uso de recursos con los que se cuente, en donde vayan de la mano los procesos con el entorno
sociocultural, en el cual se encuentren y se estén desarrollando las actividades educativas.
En una organización es fundamental que existan objetivos claros, de esta manera se pue-
dan encaminar todos sus integrantes. Al respecto, el director como líder del establecimiento
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Factores determinantes para el acceso a la educación superior en el Municipio San Juan del Cesar-La Guajira ... PP: 140-153
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educativo pueda brindar lo mejor de sí, tanto en lo personal como en lo profesional. En este
sentido, sus aportes deben estar fundamentados desde la coherencia y en función de las
necesidades que requiera su organización.
El Ministerio de Educación Nacional de Colombia (MEN), articula para la gestión institu-
cional; cuatro grandes líneas de acción: la gestión directiva, la gestión académica, la gestión
administrativa y la gestión de comunidad. Señalando, que al equipo directivo-institucional le
corresponde vincular tales funciones básicas, para el éxito de las mismas. Siendo relevante
en este proceso, la función de evaluar el desempeño de la comunidad académica, docente y
administrativa. Así, evaluar los resultados de la gestión.
El MEN tiene un documento denominado:
Guía para el plan del mejoramiento institucional. De
la autoevaluación al plan de mejoramiento.
Serie guías 34. Dicho documento, es una herra-
mienta que permite orientar el rumbo de la institución educativa a partir de su caracterización,
con miras sobre propósitos y resultados previamente acordados, y liderados por el equipo de
gestión institucional. De modo, que establece, que, para la gestión pedagógica; componentes
tales como: participación y convivencia, prevención, inclusión y permanencia, y proyección a
la comunidad. Logren favorecer el desarrollo de identidad y sentido de pertenencia por parte
de la comunidad con la institución, y con su Proyecto Educativo Institucional (PEI).
En este sentido, se argumenta que la tarea fundamental en el rediseño de las organiza-
ciones escolares, es revisar la disociación existente entre lo especícamente pedagógico y lo
genéricamente organizacional. Tomando en cuenta, que el posible impulso para que existan
las transformaciones educativas radica en la gestión integrada de la institución educativa.
Siendo evidente, que la transformación está inclinada hacia la forma de trabajo. Puesto, que
de esta manera permitirá situar al sistema educativo en óptimas condiciones de avanzar ha-
cia los objetivos estratégicos que lo estén desaando.
Al respecto, Agüera (1997), expone que la gestión pedagógica va encaminada a darle di-
rección a los objetivos que se requieran conseguir, desde las directrices que marque el líder.
En ese sentido, es fundamental que el director desarrolle estrategias claras y planicadas,
que vayan encaminadas a los objetivos que se quieran alcanzar, para los cuales, es necesario
trazar la ruta a seguir, en un tiempo determinado. De esta manera, poderle realizar seguimien-
to a los procesos que van en pro de las metas planteadas.
Por tanto, el término gestión debe estar enmarcado necesariamente, en dinámicas que ofrez-
can mejoras constantes y congruentes con el entorno, con procesos consecuentes con la reali-
dad de la organización. Todo ello, requiere que el gestor esté en la constante optimización de sus
funciones y directrices. Haciendo uso de las herramientas que le brinda la gestión y con el acom-
pañamiento crítico de su grupo de trabajo, con la oportunidad de ofrecerle alternativas ecientes.
La gestión pedagógica permite cuanticar metas con sustento en la misión de la organiza-
ción. Por ello, es fundamental tener la claridad de los objetivos a los que apunte la institución,
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de esta manera poder asignar las funciones al grupo de trabajo. Partiendo del perl que ofrez-
can y potenciando los mismos. Por tanto, el gestor debe hacer uso de su liderazgo de una
forma propositiva y no impositiva. Que, no solo se limite a lo meramente administrativo, sino
que aborde los diferentes frentes del centro escolar. Que pueda abordar los retos educativos,
en un mundo cambiante, que requiere un espíritu innovador y recursivo ante los desafíos.
Es necesario que el gestor educativo tenga siempre presente, que, si bien se hace necesario
un direccionamiento similar a cualquier empresa, en el caso de las instituciones educativas, los
procesos deben estar encaminados al fomento y mejoramiento de la enseñanza, lo cual implica
el abordaje de estrategias que dinamicen y alimenten esos aspectos de manera positiva.
Por ello, una de las dimensiones más importantes en el proceso de enseñanza-apren-
dizaje, lo constituyen las prácticas de gestión pedagógica. Desde tales prácticas o, gestión
pedagógica se establecen en este trabajo cuatro factores determinantes-académico-curricu-
lares. Factores determinantes, que serán el escenario desde el cual se exponga el proceso
académico necesario e imperativo, para el acceso a la educación superior en el Municipio San
Juan del Cesar-La Guajira. Tales factores determinantes son: la pertinencia del currículo, la
amplitud de los programas de estudio, los métodos de enseñanza-aprendizaje, el desarrollo
del pensamiento formal y el desarrollo de la creatividad en la escuela.
En cuanto a la dimensión geográca-local para tales factores determinantes, hay dos re-
ferentes institucionales: la escuela María Emma Mendoza de la zona urbana y la institución
educativa Ana Joaquina Rodríguez Molina de la zona rural, corregimiento de Cañaverales,
ambas en el municipio de San Juan del Cesar-La Guajira. En cuanto, a la población caracteri-
zada como aspirante para el acceso a la educación superior, se encuentran los estudiantes y
egresados de ambas instituciones educativas.
Tal aspiración o, acceso a la educación superior, de cierta manera puede apreciarse como
complejo, de allí el planteamiento de una oportuna y necesaria gestión pedagógica que ad-
vierta toda posible acción que conlleve al objetivo nal, en cuanto a la factibilidad del mismo,
a través de lo que llamamos desempeño académico y rendimiento escolar.
La Gestión pedagógica
La gestión pedagógica como marco que permite exponer la direccionalidad del tránsito de
los estudiantes y egresados de las escuelas del municipio San Juan del Cesar-La Guajira para
el acceso a la educación superior. Viene a ser, el marco contextual y conceptual necesario,
para poder identicar los factores que mayor incidencia tengan en relación al ingreso a la eta-
pa de educación superior, factores identicados como determinantes para dicho escenario.
Todo proceso, que involucre un objetivo, por tanto involucra una gestión, y en todo proceso
educativo y de tránsito de una etapa a la sucesiva por norma, debe acompañarle una gestión.
La misma, permitirá medir y dinamizar todo lo concerniente al logro del objetivo o, de los
objetivos trazados.
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Es menester, de toda institución educativa desde la primera etapa de la educación, pro-
mover un plan o planes de desarrollo en pro de los aspectos socio-afectivos y cognitivos, que
acompañen el rendimiento y motivación de toda la comunidad estudiantil, para que el acceso
a la educación superior sea factible en el mayor porcentaje.
La educación superior no es de carácter obligatorio, pero sí, de carácter obligatorio y gra-
tuito, los diferentes niveles que le anteceden. Por tanto, la proyección de la misma en tales
niveles, debe ser considerada factible, incluyente y sobre todo pertinente.
En este sentido, los planes y estrategias desarrollados, en cuanto al rendimiento escolar,
serán un indicador para las fortalezas académicas alcanzadas. Las mismas, acompañadas
de procesos tanto cognitivos como socioemocionales, ya que este contexto será en gran
parte lo que determine el acceso a la educación superior. Lo cual, solo podrá ser alcanzado
por una efectiva y más humana gestión pedagógica.
Pues, tal gestión debe trazar la motivación temprana por alcanzar el grado en las diferen-
tes etapas de educación básica y media. Ello, con el objetivo de aspirar ingresar a la educación
superior. De esta manera, trazar un camino de enseñanza-aprendizaje y acompañamiento re-
al-integrado. Un acompañamiento que despeje la idea de cabos sueltos, que tanto la familia,
escuela, estudiante e instituciones de educación superior; en este caso el Instituto Nacional
de Formación Técnica Profesional (INFOTEP) y la Universidad de la Guajira, en cuanto a la
correspondencia geográca del municipio San Juan del Cesar-La Guajira. Estén encaminados
con un mismo n, el de dar prosecución-continuidad a todo ese trayecto pedagógico, que
inicia desde el contexto socio-familiar-escolar hasta la universidad.
Pues, tales instituciones de educación superior, serán las encargadas de liderar tal tra-
yecto. Serán las encargadas de recibir y acompañar la etapa del último tránsito académico
de cada estudiante que ingrese a las mismas. Y, en la medida de lo posible que sea el mayor
número de aspirantes y egresados de las escuelas, que tengan la oportunidad de hacer vida
en sus aulas y alcanzar el objetivo de la profesionalización.
Es por ello, que la pertinencia de la gestión pedagógica debe ser cónsona con la perti-
nencia universitaria. Es decir, la gestión pedagógica debe generar estándares en el currículo,
que eleven la calidad de la formación. Que el desarrollo del pensamiento formal de cada
estudiante, uno de los factores determinantes, sea coherente con los diferentes estándares
que promulgue la educación universitaria, en cuanto a la admisión a la misma. Pues, tales
procesos no deben estar separados.
Por ello, todo profesional de las escuelas, tanto gerentes como docentes. Especialmente
los docentes, deben tener total claridad en relación a los estándares educativos en cada eta-
pa. Los mismos, acompañándose de la claridad, en cuanto a las particularidades del entorno,
desde el aspecto geográco, cultural, incluso económico. Pues, las directrices generales del
MEN, son únicas, lo que varía, viene dado por las características de la zona geográca-cul-
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tural. Que, de acuerdo a las características de cada zona o región, la gestión pedagógica y
universitaria tendrá que contextualizarse y optimizarse.
La sola medición-evaluación del rendimiento escolar-académico, no provee por sí misma,
los estándares y las pautas necesarias de la acción que se propone, en cuanto al acceso a la
educación superior. Al respecto, Cominetti y Ruíz (1997), en su estudio denominado
Algunos
factores del rendimiento: las expectativas y el género.
Reeren, que es necesario identicar qué
variables inciden o, explican el nivel de distribución de los aprendizajes. Lo cual, necesaria-
mente debe proceder del currículo:
El currículo representa una selección consciente y sistemática de conocimientos, capacidades
y valores; una selección que incide sobre la manera en que se organizan los procesos de
enseñanza, aprendizaje y evaluación para abordar cuestiones como qué, por qué, cuándo y cómo
deberían aprender los estudiantes. (OIE-UNESCO, 2016: 6)
Actualmente, desde el contexto de las ciencias de la educación, se busca aportar criterios sig-
nicativos entre teoría y práctica durante el proceso curricular-formativo. Así; estudiar, describir,
analizar y explicar el fenómeno educativo en sus diferentes aspectos, desde su objeto de estudio.
La gestión pedagógica en cuanto a las singularidades de las
instituciones y comunidades educativas
El educador tiene la responsabilidad de planicar, organizar y seleccionar los recursos
más idóneos a través, de los cuales debe garantizar el desarrollo de aprendizajes verdadera-
mente signicativos para sus estudiantes. Sin embargo, uno de los aspectos que lo diferencia
de otros profesionales de la docencia, es que todo su actuar debe estar dirigido a la contex-
tualización y generación de planes que consideren las particularidades étnicas, culturales y
lingüísticas de los estudiantes.
Al respecto, Piarpusan, Rosero y Solarte (2020), señalan que la generación de conocimien-
to de los educadores, contempla un proceso a través, del cual se promueva la enseñanza y
aprendizaje de los estudiantes en un contexto cultural diverso. De allí, que se debe partir de
las particularidades de los diferentes grupos étnicos para la selección de métodos y estrate-
gias que resulten signicativas.
Es decir, un proceso educativo con apertura a la diversidad, que en palabras de Cullen (2006),
ello signica la lucha histórica por la igualdad de oportunidades, la ruptura de los monopolios
educativos. Por tanto, según Cullen; tiene sentido plantearnos fomentar una escuela en y para
la diversidad, siempre y cuando armemos simultáneamente que trabajamos para la igualdad.
En este contexto, Colombia ha sido un país incluyente en materia educativa, al ocializar
la educación como una política de gobierno en las zonas con poblaciones indígenas. En el
caso que compete a este trabajo, en relación a la institución educativa Ana Joaquina Rodrí-
guez Molina de la zona rural, corregimiento de Cañaverales en el municipio de San Juan del
Cesar-La Guajira, es un centro que promueve procesos pedagógicos y culturales, basados en
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los conocimientos ancestrales wayuu, en aras de formar personas integrales, en la apropia-
ción y construcción de saberes, que conduzcan a fortalecer la pervivencia del acervo cultural
coexistiendo con otras culturas; permitiendo al estudiante ser competente, en el uso de las
nuevas tendencias tecnológicas; teniendo en cuenta la importancia de la preservación cultu-
ral-ancestral y el cuidado del medio ambiente.
Por ello, se considera que la educación es un escenario clave para dar respuesta a las
necesidades de la población escolar con diferencias culturales y lingüísticas. De allí, que la
generación de conocimiento debe basarse en el diario vivir de los estudiantes. Por ejemplo, en
cuanto a la cultura wayuu, se debe promover un proceso de enseñanza-aprendizaje basado
en las pautas de crianza y tradición del pueblo wayuu, en el cual se valora la importancia de
los sabedores culturales, donde el componente pedagógico es netamente oral.
De esta manera, la importancia de generar conocimiento, parte de un diagnóstico par-
ticipativo de la realidad que circunda a los grupos de estudiantes. A esto se suma, que los
mismos aprenden en un continuo proceso de interacción con los diferentes elementos de la
naturaleza. No obstante, es importante mencionar que el reconocimiento y simbolismo de la
lengua materna por parte de los educadores, se hace prioritario para que exista una conexión
con la realidad que viven los estudiantes en su cotidianidad.
En este sentido, la gestión pedagógica según la guía 34 del MEN; es la gestión que se
encarga de las relaciones de la institución con la comunidad. Así, como de la participación y
la convivencia, de la atención educativa a grupos poblacionales con necesidades especiales
bajo una perspectiva de inclusión, y de la prevención de riesgos. Por tanto, desde la gestión
educativa, las instituciones deben favorecer encuentros entre los miembros de la comunidad
para contribuir a que, el proceso de enseñanza-aprendizaje sea signicativo, donde todos los
miembros participen de manera activa para que el proceso se torne exible e incluyente.
El MEN expone que la gestión pedagógica facilita la comunicación entre el establecimien-
to educativo y la comunidad. De allí, la gestión comunitaria; que impulsa la inclusión, la pre-
vención, la convivencia, la participación, y la permanencia en la institución educativa.
Por tanto, la gestión comunitaria viene a ser el modo en el que; la escuela, el gerente y los
docentes, conocen y comprenden las condiciones, necesidades y demandas de la comuni-
dad, de la cual es parte. Así como la forma, en la que dicha comunidad se integra y participa
de la cultura. Tal gestión, en gran medida será la encargada de la relación, entre la escuela con
el entorno social e institucional, considerando a todos los grupos como parte fundamental
para favorecer el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Los procesos de gestión comunitaria, realmente se producen, cuando sus actores se sien-
ten parte del proceso; como producto de sus propias reexiones, cuestionamientos y miradas
de la realidad. Por ello, dicha gestión es idónea para identicar necesidades y problemas des-
de el contexto socioeducativo. Ello, en relación a la gestión pedagógica.
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En este contexto, el MEN señala, que la gestión escolar está constituida por cuatro áreas
de gestión: área de gestión directiva, área de gestión pedagógica y académica, área de ges-
tión administrativa y nanciera, y área de gestión pedagógica.
La necesaria sincronía de los factores determinantes
La pertinencia del currículo, la amplitud de los programas de estudio, los métodos de
enseñanza-aprendizaje, el desarrollo del pensamiento formal y el desarrollo de la creatividad
en la escuela, son los factores determinantes para el acceso a la educación superior, des-
de la gestión pedagógica. Cuyo objetivo, es estructurar el proceso educativo en función del
proceso nal. Es decir, el de medir el rendimiento académico para el ingreso a la educación
superior. Rendimiento que dará cuenta a nivel individual y social a la educación universitaria.
Estos factores, considerados como determinantes desde la gestión pedagógica, en cuan-
to a su planeación y desarrollo, serán los que incidan directamente durante todo el quehacer
académico-estudiantil. Los mismos, determinarán el mayor porcentaje de probabilidades
para el acceso a la educación superior.
Por tanto, tales factores no deben quedarse atascados en el nivel organizacional-adminis-
trativo en las escuelas, sino que pedagógicamente su acción sea reiterativa en el aula y en el
aula-comunidad. De modo, que los mismos, se vayan fortaleciendo y contextualizando. Esto
último, de marera imperativa sobre todo en esta etapa pospandemia. Etapa que se suma,
incluso como un factor determinante en el proceso socio-educativo. Pues ello, trajo consigo
un giro que nos determina necesariamente, como una sociedad que debe estar a la par de
las nuevas modalidades educativas, en función de las nuevas tendencias tecnológico-virtua-
les. Desconocer tal factor, aún cuando se trate de un ámbito rural, es desconocer el proceso
educativo en sí.
La sincronía de tales factores, reside en la incidencia de uno sobre el otro. No se puede
hablar de la efectividad del proceso educativo en ninguna institución, si el currículo no es
pertinente en cuanto a la realidad social, cultural, económica y académica. De allí, la amplitud
de los diferentes programas de estudio de acuerdo a las áreas correspondientes, y la inter-
disciplinariedad entre dichas áreas. De donde, necesariamente derivan los métodos de ense-
ñanza-aprendizaje, los más pertinentes e idóneos. Métodos, que serán los que promuevan
el desarrollo del pensamiento formal y el desarrollo de la creatividad en la escuela. Tales de-
sarrollos, serán los principales impulsores y los factores mayormente determinantes, para el
acceso a la educación superior. Factores, por lo regular obviados por la educación tradicional.
La educación tradicional ha establecido con claridad las diferentes etapas del proceso
educativo, en la reproducción de individuos y estándares, más que cualicados, calicados.
Lo cual, no propulsa una movilidad pedagógica, con la que, el individuo en la educación básica
pueda generar y gestar una corriente que le encamine direccionalmente al ámbito universi-
tario.
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La educación tradicional se ha ado más en el esfuerzo, que en las habilidades y destrezas
del estudiante. No solo, el esfuerzo debe ser cuanticable en cuanto al rendimiento estudian-
til, sino las habilidades y destrezas, y no sólo por el hecho que también sean cuanticables.
Sino, que las mismas emanan del contexto del desarrollo del pensamiento formal y del desa-
rrollo de la creatividad en la escuela.
Estas habilidades y destrezas marcan el camino dentro del ámbito universitario, que
acompañadas con una efectiva gestión pedagógica, permitirán al individuo desde una tem-
prana etapa de la educación, poder congurar un área de la profesionalización o, más de una.
Con la cual, desde el punto de vista del pensamiento formal, el individuo vaya realizando un
constructo social-mental que le permita generar vínculos intelectuales-profesionales, en lugar
de una disociación con el ámbito universitario.
De por sí, ya este tipo de deformaciones las hay en algunos espacios socio-familiares. De-
formaciones enquistadas desde la llamada educación tradicional. No obstante, la creatividad
del individuo, aún en tales circunstancias logra hacerse presente. Ello, puede verse reejado
en las tarea diarias de los padres, o de cualquier adulto del ámbito familiar. Cuanto más, se
podrá apreciar en los niños del grupo, ya que continuamente están creando, manifestando
todas sus habilidades y destrezas, en cualquier proceso. Ya sea, escolar, intelectual, afectivo
o de trabajo en el hogar. O, en la constante interacción con el entorno.
En esta dinámica, el niño no solo es un receptáculo o receptor del conocimiento, sino
que es un creador y generador de conocimiento. En ello, precisamente es, donde tiene que
enfocarse toda gestión pedagógica, en la gestión de conocimiento. De, la que es capaz todo
individuo, pues antes de ingresar a la etapa de educación básica, incluso a la etapa inicial, ya
viene enmarcado en todo un proceso intelectual-creativo independiente de las condiciones
sociales, económicas, culturales y geográcas. Pues tales condiciones, en este caso, ven-
drían a representar ciertas singularidades del proceso creativo e intelectual, no a ser un factor
limitante:
La creatividad no es un atributo exclusivo de la infancia, sino que, por el contrario, se va orientando
hacia la productividad a medida que se pasa a las enseñanzas superiores y a la vida profesional. Es
preciso que se pase a las enseñanzas superiores y a la vida profesional. Es preciso, pues, desarrollarla
y consecuentemente comprobar que vamos obteniendo mejoras. Armar que se da importancia a la
creatividad y no evaluarla equivale a reducirla al terreno de las meras intenciones. (Torre, 1991: 11)
Por tanto, toda gestión pedagógica debe ser ingeniosa, creativa y no meramente academi-
cista. Desde tal contexto, el docente puede irrumpir e impactar en el modelo tradicional edu-
cativo del cual fue producto, y del que aún son producto las universidades. Pues tal docente,
ya es capaz de representar el hecho consciente, de salir de la escuela punitiva, a la escuela
donde el pensamiento formal y la creatividad sin mayor obstáculo, propulsarán y, darán rienda
suelta a las habilidades y destrezas de los estudiantes; cultivándolas y desarrollándolas al
nivel del potencial más óptimo.
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Dicha escuela, supondrá un nuevo avistamiento, desde el cual: la sociedad, la familia e
incluso la universidad, podrán ir sintiéndose identicadas. Pues, viene a ser una manera de, ya
no sentirse ajenos al proceso de formación del estudiante desde sus primeras etapas. Sino,
que todas las partes desde sus conceptos preestablecidos y desde su proceso creativo, se
sentirán vinculadas, en lugar de sentirse inadecuadas o fuera de contexto.
Tales conceptos preestablecidos y proceso creativo, comienzan a observarse desde la
llamada etapa preoperacional del individuo. Por tanto, el desarrollo del pensamiento formal
podrá ir estableciéndose desde dicha etapa, alcanzando todo el trayecto de vida, que cogni-
tivamente establece vínculos con el entorno, favoreciendo sus inquietudes como sujeto de
conocimiento, como sujeto cognoscente.
Según Dadamia (2001), se pueden distinguir cinco períodos evolutivos en el proceso de
la creatividad, los mismos partiendo de los estudios longitudinales de Torrance sobre la evo-
lución de la creatividad. Tales períodos son: el multisensorial, simbólico, intuitivo, creativo y
operativo. En este sentido, tanto el lenguaje natural, como el llamado lenguaje articial siem-
pre están presentes en el individuo. El pensamiento opera en un contexto lógico-simbólico,
desde que el sujeto comienza a hacer uso del mismo, no necesariamente tiene que estar en
un ambiente cienticista, para jar y resolver tareas complejas en relación al conocimiento.
En este orden, el pensamiento formal es una dinámica epistémica que alude a plantear
inquietudes, por tanto, a formularlas. Las mismas, en el proceso de autoconocimiento, de
autorreexión y en la interacción con el entorno.
El desarrollo del pensamiento formal, fomenta en el individuo-niño, la pregunta del qué,
cómo, cuándo. La misma, con formulaciones desde una o varias interrogantes. De esta ma-
nera, el individuo ya comienza a formular hipótesis, a desarrollar premisas. Es capaz de cons-
truir y construirse simbólicamente.
Necesariamente, no todo individuo es consciente de ello. Pues, es un proceso tan natural,
que es parte de todo, de un todo y de cada uno. Como tal, somos pensamiento, él mismo,
un hecho natural, básico. Solo, que la mayoría de las veces o, todas las veces pareciera un
hecho extraordinario, y no cotidiano. El reconocimiento cotidiano del mismo, podría mejorar y
ayudar a gran escala, al rendimiento escolar-académico. Al rendimiento en las distintas áreas
del conocimiento y de los programas de estudio.
Por tanto, el desarrollo del pensamiento formal es, lo que fomentaría el espacio idóneo,
para que los escolares del municipio San Juan del Cesar-La Guajira, se vayan apropiando de
la apertura académica-superior a partir de sí.
El desarrollo de este tipo de pensamiento, requiere de herramientas pedagógicas permeables, para
que el mismo, alcance su máxima expresión. Sólo, desde una gestión pedagógica pertinente podrá
alcanzarla. De esta manera, ir subsanando el abismo académico, en cuanto al hecho cientíco. Hecho,
del cual quedan aisladas la educación básica y media. Ante, su no reconocimiento en tales etapas.
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Sólo desde una gestión pedagógica permeable, que se gestione en función de la sincronía
de los factores determinantes-académico-curriculares. Los mismos, en favor del acceso a la
educación superior, se permitirán derrumbar las fronteras ante el hecho de las limitantes para
el ingreso a las instituciones universitarias.
Pues, en este trabajo los factores determinantes se asumieron, en cuanto a su función
epistémica. Función inherente en todo individuo, la cual traza la vertiente de los diferentes
tipos de conocimiento.
El desarrollo del pensamiento formal, así, como llega a ser cientíco, primero es creati-
vo-simbólico. Pues, la ciencia y la invención van de la mano. Por ello, se plantea aquí como
uno de los factores determinantes. Tal vez, el más determinante: el desarrollo del pensamien-
to formal y el desarrollo de la creatividad en la escuela. Factor precedido, por el cúmulo de
conocimiento que le antecede a la escolaridad:
Una buena manera de comprender la creatividad, en qué condiciones se da y cómo fomentarla es
observando a los niños y a las niñas. Se encuentran con más frecuencia niños creativos que adultos
creativos; tal vez el secreto esté en que los primeros aceptan sus logros, para alcanzar una meta
despliegan todas sus capacidades, se sienten satisfechos con los resultados, los disfrutan. Son
más libres y espontáneos, a diferencia del adulto que está más atento al cuestionamiento. (Bravo,
2009: 35)
Seguidamente, Bravo expone; que es, en el juego donde el niño y la niña demuestran ser
creativos por naturaleza; exploran, experimentan, en un impulso innato por investigar, descu-
brir y vencer obstáculos. Indaga qué es lo que produce un sonido, por qué se mueven las co-
sas. La tendencia natural a develar lo desconocido, a buscar seguridad ante lo que le inquieta,
les provoca el estado placentero de la solución a problemas.
De esta manera, el desarrollo del pensamiento formal y el desarrollo de la creatividad en
la escuela, un factor eje y factor epistemológico necesario. El cual, debe ser asumido como
tal desde la gestión pedagógica. Desde un currículo, que no resista los agentes de cambio.
Lo que se hace inevitable como sociedad pospandemia. Así, como es importante una gestión
pedagógica permeable, también lo es un currículo:
El desarrollo curricular de calidad es un proceso continuado y constante, sobre todo porque
los currículos deben responder constantemente al cambio. Los buenos currículos deben
mantenerse al día en un mundo en el que los conocimientos están creciendo rápidamente, las
tecnologías de la comunicación están ampliando el acceso a la información y, como resultado, las
capacidades que necesitan los estudiantes están en constante evolución o se están inventando.
(OIE-UNESCO, 2016: 15)
Así, la pertinencia del currículo, la amplitud de los programas de estudio y los métodos de
enseñanza-aprendizaje, generan espacios acordes con los diferentes tipos de conocimiento,
inteligencia, culturas y necesidades. Pues, el papel de los mismos, contribuirá continuamente
a todo el tránsito de dicha formación, hasta la etapa de la educación superior.
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Consideraciones finales
Toda incidencia educativa en un país, en una organización o, en cualquier sociedad per-
mitirá la mejora de todas las partes involucradas. Por muy diferente que pudiese ser la mis-
ma, y la forma en la que impactaría. Pues, necesariamente tal hecho, trae consigo una serie
de interrelaciones-singularidades que se acomodarían al contexto y a las características del
país, organización o sociedad. Sobre todo, por las razones socio-culturales e interculturales,
en las que tales grupos se sustentan. Pues, se puede hablar de una educación global o, nece-
sariamente globalizante, sobre todo pospandemia. No obstante, la misma, no deja de estar
alineada con las necesidades de los diferentes grupos.
Por tanto, podemos llamar incidencia educativa, todo lo que traiga consigo, cambios y
ajustes que impulsen o reimpulsen, no solo el modelo de gestión, sino el modelo de pensa-
miento para toda apertura epistémico-social-cultural y conceptual. Y, en el caso que compete,
una institución de ámbito urbano y una de ámbito étnico-rural.
Tales incidencias, han de acompañar necesariamente al individuo en todo su trayecto
epistémico, formal o no formal, y en el caso que nos avoca como el formal. Las mismas,
deben verse identicadas a través de la gestión pedagógica, que será la impulsora de desa-
rrollar y gestionar, el desarrollo del pensamiento formal y la creatividad en la escuela. Factor a
partir del cual, el individuo pueda alcanzar una simbiosis orgánica, en cuanto a las diferentes
etapas por las que tenga que transitar. Desde la primera etapa del proceso formal-educativo
hasta la etapa universitaria. Que dicho proceso, en lugar de ser una disociación, resulte en
una simbiosis.
Por ello, el MEN establece en el currículo diversos contenidos para cada una de las áreas
de conocimiento, como también las orientaciones conceptuales, pedagógicas y didácticas
que ayudan a la construcción del diseño curricular, desarrollo y ejecución en los diferentes
niveles de la educación.
Al respecto, se puede decir, que el desarrollo del currículo del MEN, no solo busca que los
actores educativos se involucren de manera pasiva observando y, experimentando las causas
y consecuencias de los fenómenos que se presenten en el contexto educativo, sino que las
orientaciones del currículo, dirigen a acciones que están establecidas en los programas o
proyectos, considerando la institución, el barrio, los diferentes grupos sociales y culturales, la
comunidad en sí.
Todo ello, desde una gestión pedagógica que se reconozca en la pertinencia de los fac-
tores que intervienen como determinantes en cuanto al acceso a la educación superior en el
municipio San Juan del Cesar-La Guajira. Factores como, la pertinencia del currículo, ampli-
tud de los programas de estudio, desarrollo del pensamiento formal y el desarrollo de la crea-
tividad en la escuela. Factores desde los cuales, se podrá hablar de una gestión innovadora,
entusiasta, vanguardista. Una gestión, que necesariamente se identique con las particulari-
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dades del entorno a modo de fortalezas.
Por ende, tanto la gestión educativa como administrativa, consistirán en buscar mecanis-
mos para optimizar el desempeño de las instituciones como tal, entendiendo que la eciencia
de la gestión, depende en gran medida de las capacidades creadoras e innovadoras de su
gerente para conducir los diferentes procesos que tienen lugar dentro y fuera de la escuela.
El gerente educativo no debe estar de espaldas a la realidad social y comunitaria, al contrario,
debe promover la integración y la corresponsabilidad entre todos los sectores.
Recomendaciones
Es necesario continuar hilando esfuerzos para que la educación, tanto en el municipio San
Juan del Cesar-La Guajira, como en toda Colombia continúe siendo cada vez más pertinente
e incluyente, en las diferentes etapas educativas y en los diferentes contextos. Sobre todo,
que tales esfuerzos se vean reejados en relación al acceso a la educación superior.
Desde tales esfuerzos mancomunados, redirigir la gestión pedagógica en relación a las
particularidades de cada institución y comunidad. De esta manera, la gestión pedagógica
fungirá como rectora y mediadora focal, para generar vínculos a nivel rural-municipal, depar-
tamental y nacional.
El vínculo tanto pedagógico como administrativo, cultural y académico, debe promover
vías de comunicación y de transición, para que los diferentes grupos, tanto en la escuela,
comunidad y universidad se reconozcan como pares. Pues, los mismos necesariamente, van
a propender a la formación profesional de la Nación.
Principalmente a la Nación, la misma con el mayor grado de institucionalidad desde lo
administrativo y pedagógico, le corresponde desarrollar y ejecutar un mayor número de pro-
gramas que fomenten la pertinencia del arraigo cultural. Sobre todo, cultural-ancestral como
parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. Campos idóneos, para el desarrollo del pensa-
miento formal y el desarrollo de la creatividad en la escuela.
También es propicio, que desde las diferentes instituciones tanto urbanas como rurales,
se promueva un currículo bien sea, semestral o anual, que reseñe la gestión pedagógica con
las particularidades de la acción-zona-región. Los mismos, emanados como documentos
que le sirvan al MEN como soporte curricular en cuanto al diseño y desarrollo de los diferen-
tes programas.
El Proyecto de Educación Institucional (PEI) requerirá por tanto, estar enmarcado como un
factor determinante-académico-curricular. Pues el PEI, debe constituirse como parte orgáni-
ca-garante del acceso a la educación superior. Por tanto, empezar a plantearnos; en qué me-
dida el diseño y ejecución del PEI, viene a ser un indicador del rendimiento académico-escolar.
Es decir, el PEI, sí permite establecer rigores y criterios que puedan promediar el rendimiento
escolar a largo plazo. De esta manera, poder hablar de la simbiosis escuela-universidad.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Julio Guillermo Otero Celedón,María Martha Daza Mejía, Yamelys Navarro Becerra
Factores determinantes para el acceso a la educación superior en el Municipio San Juan del Cesar-La Guajira ... PP: 140-153
ISSN 2660-9037153
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Reexiones en progreso 2 sobre Cuestiones fundamentales y actuales
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ISSN 2660-9037 154
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 154-167. Provincia de Pontevedra - España
Political Power and Neocolonialism of Vaccines: The
Exercise of the Word and the Human Act
Camilo Andrés Vargas Machado*, Salvador Cazzato Dávila**
ABSTRACT
This paper analyzes the situation generated by the unequal distribution of vaccines that -at the international
level- has occurred in the framework of the epidemic generated by COVID-19. For this, the concepts of «act»
and «word» derived from the theoretical-political theses of Hannah Arendt (1993) are used, with which it was
sought to evidence the situation of neocolonialism of vaccines derived from this situation, from the philoso-
phical deconstruction to raise the urgent consequence of neocolonialism in health, which allowed us to infer
how Human Rights are not the central axis of the national and state discourses or praxis of the government
systems of countries with more stable and stronger economies, since the decisions and behaviors reect the
interests of the main actors of the National States that have economic support for the large-scale purchase
of vaccines against COVID-19. Which in turn are the protagonists of a sociopolitical phenomenon that can
be categorized as global health neocolonialism, which is presented as a phenomenon of neocolonialism that
began with the condentiality agreements signed between the States of the countries and the pharmaceutical
corporations, inside or outside COVAX in the year 2020. Concluding that the massive purchase of vaccines
was subject to an exclusivity character to acquire the batches, where some factors of discrimination or non-in-
clusion are revealed, afrming that COVAX did not comply with the purpose for what was initially created.
Keywords:
Human Act, COVID-19, Neocolonialism, Speech, Power.
Poder Político y Neocolonialismo de las Vacunas: El Ejercicio de la
Palabra y el Acto Humano
RESUMEN
Este trabajo analiza la situación generada por la distribución desigual de vacunas que -a nivel internacional-
se ha producido en el marco de la epidemia generada por el COVID-19. Para ello, se utilizan los conceptos
de «acto» y «palabra» derivados de las tesis teórico-políticas de Hannah Arendt (1993), con las que se buscó
evidenciar la situación del neocolonialismo de las vacunas derivado de esta situación, desde la perspectiva
losóca deconstrucción para plantear la urgente consecuencia del neocolonialismo en salud, lo que permitió
inferir cómo los Derechos Humanos no son el eje central de los discursos o praxis nacionales y estatales de
los sistemas de gobierno de países con economías más estables y fuertes, ya que las decisiones y compor-
tamientos reejar los intereses de los principales actores de los Estados Nacionales que cuentan con apoyo
económico para la compra masiva de vacunas contra el COVID-19. Los cuales a su vez son los protagonistas
* Universidad Cooperativa de Colombia. Correo-e: camilo.vargasma@campusucc.edu.co. https://orcid.org/0000-0003-
0993-358X
** Universidad de Zulia. salvadorcazzato@gmail.com. https://orcid.org/0000-0003-3255-6700
Recibido: 5/11/2022
Aceptado: 10/3/2023
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Political Power and Neocolonialism of Vaccines: The Exercise of the Word and the Human Act... PP: 154-167
ISSN 2660-9037155
de un fenómeno sociopolítico que se puede catalogar como neocolonialismo global en salud, el cual se pre-
senta como un fenómeno de neocolonialismo que se inicia con los acuerdos de condencialidad rmados
entre los Estados de los países y las corporaciones farmacéuticas, dentro o fuera de COVAX en el año 2020.
Concluyendo que la compra masiva de vacunas estuvo sujeta a un carácter de exclusividad para adquirir los
lotes, donde se revelan algunos factores de discriminación o no inclusión, armando que COVAX no cumplió
con el propósito por el cual fue creado inicialmente.
Palabras clave:
Human Act, COVID-19, Neocolonialism, Speech, Power.
Introduction
From the year 2020, the “lebenswelt” (way of life) (Schutz, 1984, pág. 25), A large part of
the world population was affected by COVID-19, a disease caused by the SARS-CoV-2 virus
and its different variants. Its appearance modied the customs and forms that obeyed the
parameters of normality established and historically constructed. What caused each culture,
State and Nation to take prevention measures, planning and public health policies in the face
of the imminent threat of the pathogen (Kaffure, Pellegrini, & Navas, 2021). However, the em-
powered ofcial voice that manifested itself worldwide, through the different media, institu-
tional and political networks, was that of Doctor Tedros Adhanom Gebreyesus; Director of
the World Health Organization (hereinafter WHO) (WHO, 2017). Who with his statements and
pronouncements marked the rhythm of the recommendations and concerns of the health or-
ganizations that were dedicated to investigating and intervening in the presence of the virus.
The results of the investigations on SARS-CoV-2 have been benecial or favorable depend-
ing on the criteria with which they are evaluated, but it is clear that COVID-19 came to alter
the normality of life in every way: economic, political, social, educational, health among others
(Mercola & ʽCummins, 2021). Likewise, the anxiety caused was not only due to the events
that were taking place on the planet, but also to the fact that eventualities such as speeches,
behaviors and actions that each nation -with its systems and government representatives-
assumed or gave the case they stopped assuming (Avalos, 2022). Faced with the multiple vi-
cissitudes that the global spread of the virus produced, the possible decisions, behaviors and
paths assumed by the different political regimes were different, since these ranged from the
mandatory use of the mask to the rational and anticipated massive purchase of biologicals, to
prevent mortality or minimize the harmful effects of the Coronavirus on their populations. The
alteration of daily life at a personal, family, sociopolitical and economic level (Martín-Corral,
2022) They led governments to rely on normative decisions [decrees, laws, administrative res-
olutions] that -from their ideological belief- are justied to elicit compliance by citizens while
mitigating the impact of discourses focused on structural conditions. of poverty, social and
economic inequality that were evident during the pandemic, triggering feelings of resistance
and disapproval of the normative measures from which it is perceived that principles such as
tolerance, solidarity and cooperation are violated, raising questions regarding compliance of
authority in crisis situations (López-López, Velandia-Morales, & Alzate, 2020, págs. 257-260).
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CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Camilo Andrés Vargas Machado, Salvador Cazzato Dávila
Political Power and Neocolonialism of Vaccines: The Exercise of the Word and the Human Act ... PP: 154-167
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Starting from the analytical view of Moscovici (Moscovici, 1976), the dissemination and
spread of information regarding COVID -19 was not clear enough, which determined a distant
relationship between the government and the citizenry, causing an increase in both the feeling of
uncertainty and the decrease in the perception of self-efcacy or the feeling of that it is possible
to move forward in the midst of adversity. Without considering that the COVID-19 pandemic is
part of a social fact of great impact, not only because of the numerous direct and indirect vic-
tims it leaves, but also because of the fear generated from the limitations in social interactions
which, from the protocols of self-care and social distancing, changes were caused in the ways
of working, studying, among others, with the risk that fear would be the trigger for indifference
and apathy that will lead to a decrease in social cohesion, strengthening an authoritarian attitude.
At that historical moment, some countries were in a proven capacity to purchase the neces-
sary quantities of vaccines, in view of which it was to be expected that the reaction of the WHO to
the excessive purchases of vaccines by some countries led to realities of profound inequality or
disparity that would affect the attention of public systems (López, 2021) whose objective was to
preserve the health status of the demography as it was their duty to safeguard or protect. In such
a way that, faced with this scenario, the opinions of important gures issued warnings.
An example of this was the already mentioned director of the WHO, who predicted a critical
periodicity:
…[W]here countries prioritize vaccinating their own populations over those of other countries—it
leaves the world vulnerable to an even longer pandemic, given that the WHO estimates that the co-
ronavirus pandemic will only end when 70% of the population global is immune. It is predicted that
500 million would need to be vaccinated in the Americas region to control the pandemic, although
the forecasts were before the rise of variants such as Delta and Omicron. (Adhanom Gebreyesus,
cited by WHO, 2022)
In this same sense, it should be emphasized that certain public opinions issued judgment
matrices based on what was expressed by Adhanom Gebreyesus, who predicted a world
scenario marked by the aforementioned causes of inequity. Which led to the fact that public
gazes were no longer focused on the whipping or whipping of the so-called COVID-19 (ONU,
2020). Thus, the combination of the multiple ravages of the coronavirus and the erroneous
decisions of the States of certain governments patented a reality: a new neocolonialism.
Neocolonialism of vaccines and the exercise of political power
Neocolonialism, in the contemporary world, has adopted other dimensions, other charac-
teristics and actors (Zea, 1971). Well, it has acquired new meanings, coming from an unusual
complexity that originated with the global situation of the pandemic, where its dimensions lead
the analytical gaze both to the eld of health and the global health of all the inhabitants of the
planet. However, with a world of countries in a framework of capitalism and changing global
complexity in its forms of expression, it is now based on other instrumental mechanisms refer-
ring to disparity and social inequity that are decanted in the event of global distribution.
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A marked inequality can be perceived as a result of the emphasis placed by various nations
that -with their particular economic capacities- promoted the purchase of sufcient doses
and vaccines to protect their populations from the eventuality of contagion. This human-state
event also produced a phenomenon in the state of defenselessness that arose from countries
with limited economic situations, which could not protect themselves. In this sense, Haiti and
Mali were possible extreme cases to consider for study. This situation is an example of how
inhumanity threatens the human lives of the most affected populations.
Through the analysis carried out, it is inferred how human rights -among them, the right
to life- are not the central axis or priority of the national or state discourses or praxis of the
government systems of countries with more stable economies (Velasco, 2021), nations of the
so-called First World, which have been able to operate with a number greater than enough to
prevent the spread of the disease.
Therefore, it was determined that fundamental human rights were disrupted if it was in-
tended, using the expressions of Adhanom Gebreyesus, to specify “immunized balloons” or
“massive herds”. This purpose does not obey state priorities because human rights are not
fundamental in themselves. Which was observed in that there were decisions devoid of per-
sonal senses of solidarity, dignity, common sense or respect for the planetary modus vivendi,
ignoring what was proposed by the United Nations when they indicate that human rights are
indivisible, therefore there is no room for exclusion. of individuals and collectivities and the
privilege of one over the other (Sabucedo, Alzate, & Domenico, 2020).
The power of national autonomy -understood as the ability to make their own government
decisions in search of compliance by citizens- rests historically on a previous thought of the
modern age. Therefore, this autonomy has persisted with its own policies and processes that
drag to date such as statism or bureaucracy, which serve as justication for the oratory and ac-
tions of regimes contrary to the principles upheld by the WHO. Therefore, the emergence of this
phenomenon of neocolonialist, now redirected to global public health, is questionable. Where the
particularistic decisions of some heads of state who ignored the recommendations of the WHO
caused disparity and imbalance in distribution, generating inequity in the supply of vaccines to
counteract the coronavirus. In such a way that it is not fortuitous that the WHO has repeatedly
mentioned it in its speeches and documents. Well, it can be reiterated that this is how “vaccine
nationalisms” arose, an expression proposed by Director Adhanom Gebreyesus himself. As of
August 2020, the WHO warned of this possibility. By then, certain countries showed a particular
aligned interest in the series of vaccines that were in the experimental phase.
Because they were being publicized at the wrong time, showing evidence that their guide-
lines, which were pointing off the radar of the then newly created global vaccine system,
named COVAX (WHO, 2022). Therefore, this “vested interest” -to use Jacinto Benaventes
expression- would translate into a guideline and a practice to be followed by various world
powers (1907). About which the most emblematic example was the United States.
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In this way, COVAX emerged as a global platform created in April 2020 by the WHO, which
aims to manufacture, develop and equitably distribute biological vaccine products (UNAM,
2021). This has been in charge not only of the WHO, but with the participation of France with
public-private alliances they create the World Vaccine Alliance, apart from being a mecha-
nism created to coordinate these purposes (COVAX, 2020), This global mechanism -it is worth
mentioning- fullled its functions throughout almost the entire year; under penalty of national
interests that intervened to hinder their functions at some point.
At that time, it was public knowledge that the rst country to apply the rst doses was
the United Kingdom, despite the fact that Prime Minister Boris Johnson had denied months
before the effectiveness of the biological. Given the scope of the disease in some countries
and the epidemic peaks reached, I am correcting its position regarding the virological scourge
for December 2020 (Euronews). Little by little, the United States and France began to replicate
particularistic national interests, not hiding their claims to watch over, protect and ensure
the rst massive orders of anti-COVID-19 vaccines (Pacheco, 2021). By January 15, 2021,
more than three-quarters of the mass vaccines were directed and contingents had entered
developed countries with high economic resources. For low-income countries, only 11% of the
world’s population had access to the rst dose for the least amount (Harrison, 2022).
Faced with this situation, the Director of the WHO: Adhanom Gebreyesus, had no choice
but to issue a global warning and concern, about the limitations not only being localized to
vaccines: there were “brief moments” of “unprecedented crisis” regarding the production area
of masks or ventilators sufcient for certain (BBC, 2021) regional or national spaces [it is
worth remembering how India was a massive focus of the pandemic and crisis]. Likewise, he
warned that so that this unfortunate episode would not happen again, measures should be
taken jointly by the countries so as not to generate abysmal inequalities in the global distribu-
tion of antiviral biologicals, thus preventing the unnecessary prolongation of a pandemic that
can be avoided becoming a catastrophic endemic.
Thus, it became clear that the development and power of the States is not enough to
mitigate the pandemic. Therefore, it is necessary to consider economic and sociopolitical
resilience from the relationship between countries. In this sense, the director of the WHO
pointed out:
While there is a desire among leaders to protect their own people rst, the response to this pan-
demic must be collective. This is not charity, we have learned the hard way that the fastest way to
end this pandemic and reopen economies is to start by protecting the most at-risk populations
everywhere, rather than the entire population of just a few countries (cited by UN News, 2020)
In this way, it is evident that the inequity and social inequality of the distribution of vaccines
could be prevented since 2020, avoiding the phenomenon of disparity, which is what aggra-
vated the problem to the point that -even by April 2022- it had an index of signicant global
impact.
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Premeditated Intent and Neocolonialism
It was identied that the premeditated intentionality of some countries prevailed [United
States, France, United Kingdom] in which the scope of the purchase of vaccines depended
on the purchasing capacity of each country. Against which it was sought to obtain the neces-
sary doses to immunize, being able to even buy them by contract, ignoring the warrants and
moderate claims of the WHO. As noted, this was not an isolated event: such guidance was
observed as early as 2020. In relation to which Chase Harrison was able to concisely express
this relationship when he stated that the purchase of vaccines for covid-19 depended on the
existing value factor, stating that the gaining of vaccines is topic to the actual purchase value
of the same , which -as a National State- do not have the powers or the political will to specify
the cancellation of the necessary doses to prevent (Harrison, 2022, págs. 2-3)
This reference illustrates the aforementioned scenario, which, added to the negligence of
certain governments for the effective acquisition of retroviral biologicals, fuels and stirs up the
degrees of inequity that have spilled over global population health, an afrmation that does
not include the depth of the specicities of the problems that characterize each country.
Obviously, each Nation has its particular problems, which reect specicities in the health
policies and systems that characterize them and differentiate them from each other. These
differences are due, to a greater or lesser extent, to the terrible or regular health policies ap-
plied for decades by the rulers of the day with a lack of political will towards this area. In other
words, the will of the various political regimes has ignored or neglected key areas for general
prevention planning against the virus. Demonstrating its drive by proportionally entering any
nation that tried to stay out of the health recommendations of world organizations.
Therefore, there was no intention or political will of some rulers to avoid higher costs to
the population of a given territory with regard to decisions on public and state health policies.
Since the concretion of this preventive political will of certain Western national States would
be fruitful and benecial if they had reacted promptly and acted on time, I place the popula-
tions involved in that state of disaffection.
The decisions and behaviors reect the interests of the main actors of the Nation States - the
Western countries more than anything - that have economic support for the large-scale purchase of
vaccines against COVID-19. These are the protagonists of a sociopolitical phenomenon that can be
categorized as «global health neocolonialism», a situation that is still sustained by the gap between
social or common welfare, the network of interests of the ruling State and the national population
to which the huge shipments of vaccines purchased by their regimes are destined for it.
This has been, without a doubt, a socio-global phenomenon created and generated by the
political subjects that stage it since the end of 2020 when the rst biological systems of the dif-
ferent approved vaccines appear because they are experimentally suitable for being applied to
the rst groups humans. In this regard, the Government of the United Kingdom, despite having
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been reluctant at the beginning, was the one who raised the objective of combating, reducing or
immunizing the harmful effects against the health of the world population by acquiring them,
rationality prevailing in the process. Where the date that this phenomenon of neocolonialism
begins can be estimated due to the condentiality agreements signed between the States of
the countries and the pharmaceutical corporations, inside or outside COVAX, when some retro-
viral that had approved the phases were publicly disclosed. experimentation positives.
Although some nations reacted late, despite the primary positive results in August 2020, oth-
ers showed both negligence and temporary political will and intention to prevent endemic human
disaster situations [e.g., India]. In any case, other national States subordinated to their created or
economic interests that prevailed over the common sense of common welfare (Vargas, 2019,
págs. 37-38) of humanity. The truth is that the prioritization of these variables of interest over di-
mensioned the health and health vulnerability of certain societies -particularly poor ones- that were
premeditatedly subjected to forced mortality or, in any case, to a series of avoidable ailments.
So, exposing the national health conditions of some societies unable to buy vaccines make
them vulnerable in a way contrary to the recognized parameters of well-being and dignity. This
points to actors of the stature of the presidents of Brazil; Jair Bolsonaro and Mexico; Andrés
Manuel López Obrador, who openly disdained temporarily and did not prioritize decisions in
the face of the proposed health scenarios, subjecting their populations to situations that -at
the time- were avoidable health-wise (Vargas & Cazzato, 2022, págs. 751-753).
In relation to the aforementioned, there is evidence of how the health systems of some
countries, despite the turbulence caused by the appearance of SARS-CoV-2, have returned to
normal channels. As each regime, through its primary actors, has in its power the authority
and decision-making that its acts and autonomous words entail, the power of the industrial-
ized powers of presidents must be emphasized in terms of autonomy of thought and political
action that they embody (representing the political wills for the most part) a priori.
Of course, there are other ways of thinking, saying and acting that resize the way of govern-
ing and managing their social and health policies; characterizing them. The predicted modes
or ways of behaving politically in the areas of health-health; these other forms or modes con-
note Words and Acts of the autonomous leaders that can be the target of more philosophical
analytical-interpretive perspectives that will be detailed.
Arendt and the unpostponable consequence of neocolonial-
ism in health
Generally, political nationalisms are unstoppable historical-contemporary eventualities, and
“the effects” of the pandemic-endemic of the aforementioned virus are not unrelated to the
new phenomenology of health, because although vaccines are not unrelated to this complex
process of public policies of a Nation, the revelations or reections of the eventualities worthy
of being analyzed under the optical prism of Hannah Arendt (1993, 2002) are not alien either.
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The pandemic-endemic has generated a phenomenology of events with their own conjunc-
tures. In context, to the extent that it covered its dark trajectory during 2020, it put public policies
in tension, not only because of the consequences of morbidity and mortality. Since it was also
relevant to the perception of risks and threats and the projections of the sanitary and epidemio-
logical problem in order to acquire the necessary vaccines; Most of the health policies collapsed
according to what was investigated. For this reason, it is important to highlight that those who
would assume the political-sanitary decisions, at the time, were in charge of the main political
authorities, so that the purchases of the vaccines are acts and decisions that start from their will,
and from the role The preponderant role played by the number of state decisions that -represent
or subjectively agglutinate- the political intentions of those who voted for this leader.
Having claried what has been stated, it is necessary to resort to the philosophical decon-
struction of the philosopher H, Arentd through words and actions. As Comesaña Santalices
and Cure de Montiel pointed out to us that, in H, Arndt, the act and the word are two ways and
means in which we as human beings represent ourselves before others and those others with
us, which is executed in the development of relationships and human coexistence, And this is
what produces human conicts, for the same reason as freedoms. In such a way that speech
and action are especially human manifestations of the exercise of life, just as life begins with
birth and ends with death, which leads us to afrm that the act and the word are the form
of insertion in the human world and our representation to validate who we are, showing the
unique and personal individual identity (2006, pág. 15).
In such a way that while the vital course of human beings, from the word and the act, they
develop; guidelines are formed that distinguish us at birth and death in the life of each human
being, that vital passage of national political subjects does not escape what is proposed, in
a given case, because they also belong -they- to the spectrum or dimension of the urgent. In
such a way that the dimension of impostponability is afrmative, when inquiring about the
existence of the word and the act.
According to H, Arentd (1993, 2002), the word connotes or denotes a communicative
mode that is not reduced to it. Then the act, on the other hand, does not cease to be a way of
concretizing the human, as long as it is understood that the phenomenon of human impos-
tponability goes through a spectrum of endless consequences -according to the word and
the act- that they ow into incommensurables without abandoning the interaction of humans
itself. This means that the actions of subjects or national leaders such as Emmanuel Macron
-looked at concretely from the analytical angle of the thinker -are revelations of achievements
that gain meaning in the complexity of a process rooted in the autonomous individuation that
delegated a collective-, but that loses ground in the materiality of discursive ethics, of applied
ethics (Cazzato, 1999, págs. 82-83) and of current bioethics when said political leaders accept
those political priorities directed at the territorial populations that they exercise under their
mandatory authority.
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As we can see, according to what has been stated, it can be interpreted that both the word
and the actions of the national subjects or political actors of the State lose meaning in rela-
tion to the common well-being of the human, and instead the referential frames of a series of
well-dened interests that safeguard the population, only that this act is not always a correct
indication that provides concrete substance to the human rights of each human being, given
the case of conglomerates of people outside the limits of the nation that are examine.
As a product of these words and actions, together with their political decisions, these
leaders reveal the validity and validity of Arendt’s philosophical approach (2002), every time it
allows reviewing the meanings that cannot be postponed between what that word and that
act represents or is. If we start from this focal premise, the decisions of these leaders are less
humane if they only perceive with meaning the population of a country, but not those who are
not citizens within its territory, which also exempts those who are French, although it is not
nd within the Welsh space. In such a way that the Cartesian doubt or that allows questioning
this word or act violates the vital course of some European compatriots.
Figure 1 Number of COVID-19 vaccines delivered to Latin American countries by the COVAX
system (May, 2022)
Source: Own elaboration based on data published by the Pan American Health Organization in 2022
Likewise, so that the acts that actors like Boris Johnson decide or assume represent
modes of interpretation always loaded with biases or subjective substrata that only validate
the imperative socio-political character of a State in the hands of a leader and those who ac-
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company him, but not by this rests on contents of applied ethics or global bioethics whatever
its current; It would certainly be more sensible or common sense to work on decisions that
allow safeguarding or providing some protection to countries that border it, for example, the
United States). If you look from Latin America, for example, Chile with Sebastián Piñera at the
head of his presidential term, did a commendable job of leading effective and efcient mas-
sive vaccination programs and plans that earned him the ephemeral respect of other nations
that are understood as developed or with locations in the OECD. Now, if Chile is a case worthy
of evaluation, the speech and the act of going ahead with urgent and effective vaccinations
before other governments of the day grant analytical certainty to our revisionist approach, as
well as reveal the philosophical antithesis of the concretion undertaken by Jair Bolsonaro in
Brazil. However, the fact that the word was congruent with his speech and the precautionary
acts of sanitary health in favor of the life of Chileans implies a sociopolitical act - of word and
act - that cannot always be focused under the revealing purposes of what which connotes
humanity for Arentd. Piñera also prevented himself by being one of the pioneers in reserving
and subsidizing biologicals against COVID-19, even though his words and actions are prudent,
it does not mean that they are consistent with the sense of general human well-being or that
they are postponed. This led him to also act in a national particularistic manner.
In contrast to Bolivia, for example, while their vital life passed in the second half of the
year 2020 was another. For the rst half of 2021, the differential situation between the two
nations was signicant. Chile had reached almost 48% of the population vaccinated with the
rst dose and 39.4% with the second dose. In contrast, Bolivia -for the same date- barely ex-
ceeded 7% of those vaccinated with the rst doses, and could not reach 2.5% with completed
doses. It should be noted that these last two countries were helped to nance the purchase
of vaccines (OWD, 2021). Likewise, similar data arises with its neighboring country Ecuador
when its Minister of Health warned that planning was needed because there was no dened
vaccination plan of any kind for the same month of May 2021, when Lenin Moreno was pres-
ident. Their vaccination values were alarming: only 9.8% of vaccinated had the rst dose. It
did not even reach 2.4% with doses completed for its entire population. The group of low- and
middle-income countries are nanced, and they do not have to pay for the vaccines. The dos-
es for these countries are nanced by the GAVI COVAX Advance Market Commitment (AMC)
program, which raises funds through ofcial development assistance, the private sector and
philanthropy. Vaccine purchases for nanced countries come from COVAX, not from money
paid into the system by self-nanced countries. That said, the facilitys goal is to use money
from self-nancing countries and Gavi COMAX AMC to negotiate better prices and incentivize
manufacturers to increase production capacity. Among the Latin American countries, there
were ve countries nanced (GAVI, 2021). As of the date of this investigation, the COVAX
distribution mechanism still seeks to subsidize and ll the decit –rather gap- of vaccines in
nations that by far have not managed to achieve herd immunity. This is corroborated in Figure
1 emphasizing the cases of both Bolivia and Ecuador.
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Special emphasis is placed on the fact that the political actors in turn through their “nation-
alist” words, decisions and acts reveal merely socio-political concretions with respect to health
care policy; but that under the analytic-critical lens raised means or congures a disrespect that
violates the fundamental rights of other nations to be able to effectively and quickly acquire the
amount of retroviral sufcient to at least approach the expected 70% of population vaccination
-or herd immunization - as established by the parameters of the World Health Organization.
Faced with this, it is necessary to infer from the assertion of Comesaña Santalices and
Cure de Montiel that the word without act is a sign or the manifest incompleteness of human
beings (2006, pág. 16). By virtue of Arentd’s thought, an act without the conjugated accom-
paniment of the discursive word tends not to complete what it means to be and to be in the
now at the discretion of both. In such a way that it translates into an unnished present that
has no culmination or concretion without the duality of the two predicted forms of human
expression. Thus, it is possible to infer that such decisions, translated into the weight of words
and actions, carry out and reveal the full breach of fundamental human rights, entail an un-
nished present or a human-ontological incompleteness that obtains substantial support in
the realization of the purchase of retroviral that accompanied by the channels of discursive
expression (the word) but in the underlying substratum of the human does not complete its
completion of the ontological act.
Conclusion
To address this problem raised about neocolonialisms such as that of vaccines, political
regimes and the social inequity that this produced, there are various forms of interpretive-an-
alytical analysis. One of them has been the contributions of the human condition of Hannah
Arentd (1993, 2002). In her text with the same name, the author proposes, through precise
categories such as the word and the act, events of a social nature.
Regarding the problem described, certain rulers of the day with their political regimes ac-
cepted nationalist and effective decisions that sought to stop the ravages of the Coronavirus
in their countries, without this meaning a human act in itself in the extensive Arentdian sense,
since the condition of sociopolitical subjects is not restricted to the specic borders of a na-
tion as if a national State could warn, control or contain a virus with decisive positions that
favor the country, but harm so many others.
The word and the act expressed by the human beings who directed certain countries al-
located considerable resources to this purpose, also revealing the dark interests that govern
them. A priori they are distinguished by being the leaders in charge of a nation, in the practice
of Real Politick they respond to other interests not conditioned to humanity or, for example, to
the preservation of known fundamental human rights.
In such a way that certain main actors leaned in favor of national prioritization, a phenom-
enology that was sponsored and promoted by the political regimes of the day, be it the United
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States, Chile and many others, they involved words and acts that elucidate or hint at forms of
modern or postmodern domination that would undermine or controvert the equity and social
parity of the global distribution of anti-COVID-19 vaccines, harming the public health policies
of others.
Consequently, the act of prioritizing the shelter and protection of some national demo-
graphics means and connotes that some countries with better resources effectively acquire
biological ones at the time, but that it also assists or calls for the impostponability of human
acts -discordant with the human rights- highlighted by the immeasurable consequences of
the acts. The decisions of certain government systems implied putting at risk or depleting
necessary retroviral biologicals to other territories in order to achieve, at all costs, the distant
herd immunization two years ago.
It can be inferred that weighty decisions such as those of D. Trump, J. Biden, E. Macron,
and S. Piñera reduced the possibilities of acquiring vaccines from other political regimes that
are less likely to cancel them or reserve them with a stipulated advance payment. in the pur-
chase contract at the given time, which the WHO had been expressing with great concern. The
massive and excessive purchase of the rst anti-COVID-19 biologicals established a charac-
ter of exclusivity, subordinating the human condition to the voracity of supply and demand
for the different vaccines that would be released on the global market through the COVAX
mechanism. This concern of those who are coordinating the WHO is perceived, for sure, the
state of vulnerability and lack of protection of nations with limited resources that are not able
to quickly access the COVAX distribution mechanism.
The mere fact that the massive purchase of vaccines was subject to an exclusivity charac-
ter by and for some government systems empowered to acquire the batches reveals factors
of discrimination or non-inclusion with regard to certain countries - with scarce or medium
resources - marginalizing them beforehand. [e.g., Bolivia, Ecuador]. Thus, COVAX did not fully
fulll that purpose for which it was created. On the contrary, in specic cases, some countries
were discarded -without the tacit intention of causing damage- as a result of the same un-
equal international distribution that occurred, skewing and violating the universal declarations
of fundamental human rights against all generations. as indicated by our analytical-interpre-
tive and philosophical criteria.
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Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 168-180. Provincia de Pontevedra - España
El Lago de Maracaibo: espacio vital aglutinador de
la identidad regional zuliana
Angélica Arámbulo*
RESUMEN
Al celebrarse los 200 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo es pertinente hacer un llamamiento
académico e intelectual que consolide la creación de referentes identitarios hacia la Cuenca del Lago de Ma-
racaibo y la subjetivice como espacio vital humanizado, centro aglutinador de la identidad regional zuliana y
patrimonio geohistórico, sociocultural de la humanidad. Al analizar las manifestaciones de la cultura popular
y las discusivas de la intelectualidad, se comprende que la simbólica alrededor de la cuenca del Lago de Mara-
caibo como espacio de vida natural, se ha transformado en el devenir del tiempo histórico a causa de la obje-
tivación de su naturaleza, en razón de la actividad comercial impuesta por la explotación petrolera. La cuenca
del Lago de Maracaibo es un imponente y sin igual patrimonio natural que debe preservarse, promoviéndose
la exaltación, desde los distintos escenarios de la cultura popular y de la intelectualidad, de su imagen natural
que actualmente está velada por la degradación ambiental.
Palabras clave:
Lago de Maracaibo, Cultura Popular, Intelectualidad
Lake Maracaibo: vital space that brings together the regional
identity of Zulia
ABSTRACT
On the occasion of the 200th anniversary of the Naval Battle of Lake Maracaibo, it is pertinent to make an aca-
demic and intellectual appeal that consolidates the creation of identity references towards the Lake Maracaibo
Basin and subjectivizes it as a humanized vital space, a center that brings together the regional identity of Zulia
and a geohistorical and sociocultural heritage of humanity. By analyzing the manifestations of popular culture
and the discussions of the intellectual community, it is understood that the symbolism around the Lake Ma-
racaibo Basin as a natural living space has been transformed over time due to the objectication of its nature,
as a result of commercial activity imposed by oil exploitation. The Lake Maracaibo Basin is an imposing and
unparalleled natural heritage that must be preserved, promoting the exaltation of its natural image, which is
currently veiled by environmental degradation, from the different scenarios of popular culture and intellectual
discourse.
Keywords:
Lake Maracaibo, Popular Culture, Intellectual Community.
* Licda. En Educación mención Historia. M.Sc. en Historia de Venezuela. Profesora Ordinaria UNERMB. Correo electrónico:
anmaram@hotmail.com. Miembro de número de la Academia de Historia del Zulia.
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Angélica Arámbulo
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Introducción
El sistema Lago de Maracaibo, es una cuenca hidrográca, sedimentaria y petrolífera, si-
tuada al occidente de Venezuela, demarcada en su territorialidad como el componente natu-
ral geográco del Estado Zulia, al cual uyen 135 ríos, en toda la extensión de su naturaleza.
Según lo reere el geógrafo William Fuenmayor (2011:56) es “…una extensa supercie de
agua rodeada en su mayor parte por cordilleras, con una sola área abierta hacia el norte” que
se integra al Estrecho de Maracaibo, la Bahía del Tablazo y el Golfo de Venezuela con salida
al Mar Caribe.
El geógrafo Fco. Sánchez Pardo (2007/2008:4) resalta además que “(es el único Lago de
agua dulce en el mundo que tiene una conexión directa, y natural, con el mar)”.
Este sistema natural en el estado Zulia, según datos aportados por el geógrafo William
Fuenmayor (2011:27), tiene un área total de 63.100 km2, siendo su supercie continental de
50.230 km2 y su extensión lacustre un área de 12.780 km2, ocupada por el Lago de Maracai-
bo y el Golfo de Venezuela, con 1253 km de costa: 184 km de costas marítimas, 728 km de
costas lacustres y 340 km de costas uviales.
Para el ingeniero Roger Nava (Acervo histórico del Zulia, 2003: 282), “…el Lago de Maracai-
bo constituye el eje de un complejo ecosistema, por sus dimensiones y variabilidad geográ-
ca.que ocupa 121.422 km2 en área total
Está densa descripción geográca ha querido resaltar la signicativa e imponente naturaleza
que compone a este paisaje lacustre, el cual es referente identitario del occidente venezolano.
Se hace más que imperante la necesidad de visibilizar en las actuales generaciones de
zulianos la imagen natural que compone el espacio que vive, no en su dimensión demarcada
en lo político territorial, sino en su propia constitución natural, que les permita crear vínculos
y referentes con los elementos que conforman su espacio de vida, en cuanto a su biodiversi-
dad, a lo ecológico, a lo sustentable y lo ambiental. Es así como se logrará resignicar en el
zuliano la importancia del Lago de Maracaibo en su identidad.
1.Imágenes y representaciones desde y hacia el espacio
La imagen y las interpretaciones que hacia el Lago ha tenido y tiene el zuliano se han
ido transformando a medida que se ha cambiado el sentido natural del Lago por un sentido
comercial industrializado, a la par del avance del desarrollo petrolero en la región zuliana,
conllevando a un proceso de objetivación del Lago de Maracaibo, en razón de la actividad
económica. Según el economista, sociólogo y catedrático mexicano, Enrique Leff
“En el proceso de objetivación del mundo, el valor de cambio se desvinculó de su conexión con lo
real, la economía se desprendió de la condición de materialidad de la naturaleza y de la necesidad
humana; la generalización de los intercambios comerciales se convirtió en ley universal, invadiendo
todos los dominios del ser y los mundos de vida de las gentes. Con la invención de la ciencia eco-
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nómica y la institucionalización de la economía como reglas de convivencia universales, dio inicio
un proceso de cinco siglos de economización del mundo. …destruyendo el ser de las cosas –la na-
turaleza, la cultura, el hombre– para reconvertirlas a su forma unitaria y universal” (Le, 2004:112)
La objetivación del espacio de la Cuenca del Lago de Maracaibo se evidencia en el impac-
to ambiental causado por la explotación petrolera, por la industrialización y por la urbaniza-
ción del espacio, lo que ha conllevado a la reconguración de una imagen negativa hacia el
Lago por parte de las jóvenes generaciones de zulianos, vinculándolo no ya a su razón natural
sino a su razón comercial petrolera , a la contaminación, a los derrames de petróleo, a la desi-
dia, a la indolencia, describiéndolo como asidero de aguas negras y contaminadas por basura
o por la presencia de la Lemna.
Expresiones recogidas en sondeos realizados entre jóvenes zulianos en edades escolares
comprendidas entre los 12 a 15 años; los cuales además en su mayoría, maniestan que no
han tenido contacto con el Lago de Maracaibo, en su estado natural, lo más cercano ha sido
ir a la vereda del Lago.
La vinculación del pueblo zuliano con el Lago en su devenir histórico construyó una iden-
tidad regional fraguada por las dinámicas humanas en el espacio territorializado, un espacio
que el historiador e intelectual Germán Cardozo Galué categorizó como la Región histórica
marabina, la cual dene como:
Un área con características históricas comunes, producto de la lenta gestación y fraguado de vín-
culos económicos y socioculturales entre los paisajes humanos que la componían, y del predomi-
nio e inuencia de una ciudad que actuó como centro jerarquizante: Maracaibo; una región nodal
aglutinada durante un período de larga duración, que generó un espacio social con especicidad
propia (Cardozo Galue, 1991: 13)
Esta categoría en donde predomina el sentido territorializado del espacio, donde se resal-
ta como vinculo identitario lo económico y lo sociocultural, con una ciudad que jerarquiza el
poder dentro de ese paisaje humano, fundamenta las miradas que hacia el Lago están pre-
sentes en la actualidad y responde a las subjetividades de un tiempo en el cual debía aportar-
se una visión de la historia desde los espacios locales y regionales historiados representando
una ruptura con la historiografía tradicional.
Actualmente es necesaria otra ruptura ideológica axiológica que oriente una reinterpreta-
ción del espacio natural vivido desde lo ecológico y lo sustentable, cimentada en esa visión de
lo local y lo regional que aporta tan importante historiador, que permita demarcar y visibilizar
no solo el espacio de la región histórica marabina en su dimensión económica y sociohis-
tórica, sino preponderar a su espacio natural vital humanizado que ha sido el verdadero eje
dinamizador de su identidad como región, permitiendo la reapropiación de la naturaleza en la
cuenca del Lago de Maracaibo.
Entendiendo como espacio vital humanizado al ecosistema que alberga y da vida, que se
humaniza por la sociedad al vivirlo, recongurarlo y transformarlo, desde una visión ecológica
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y sustentable, de respeto, convivencia y reconocimiento, a través de un proceso de intersubje-
tividad, que se orienta a la desobjetivación de su ser, visibilizando su potencial natural como
sujeto de vida, ante la imagen impuesta de una naturaleza que es objeto mercantilizado.
Es la reapropiación de la naturaleza la que da signicado a ese espacio vital humanizado,
un territorio de vida, donde se reconguran identidades culturales locales por los actores
sociales que valorizan los recursos ambientales, desde referentes ecológicos sustentables,
rearmando así su ser en la naturaleza, tal como lo plantea Enrique Leff:
En el territorio se precipitan tiempos diferenciados donde se articulan identidades culturales y
potencialidades ecológicas. Es el lugar donde convergen los tiempos de la sustentabilidad: los pro-
cesos de restauración y productividad ecológica, de innovación y asimilación tecnológica, de re-
construcción de identidades culturales.
Empero, los retos de la sustentabilidad y de la democracia, de la entropía y la otredad, abren el
cerco del pensamiento único globalizado y lo desplazan hacia las singularidades locales, condu-
ciendo la construcción de una racionalidad capaz de amalgamar la potencia de lo real (ecología) y el
sentido de lo simbólico (cultura): una racionalidad ambiental que acoge a la diferencia (las diversas
matrices de racionalidad cultural). (Le, 2004: 126)
2.El Lago e identidad
El presente del Lago de Maracaibo, sumido en la contaminación e indolencia, que lo hace
ser un objeto desarraigado, desvinculado y desconocido para las nuevas generaciones, re-
quiere la creación de una racionalidad hacia su ser desde lo ecológico y sustentable que
lo visibilice ante la sociedad como lo que verdaderamente es, su espacio vital humanizado,
restableciendo así ese vínculo entre lo cultural y lo natural que conguró al Lago como el ver-
dadero aglutinador de la identidad regional zuliana
Al disertar sobre la identidad regional zuliana, se tendrían que puntualizar varias concep-
tualizaciones que han hecho intelectuales de renombre en la región para entender ¿Por qué
el espacio vital humanizado Cuenca del Lago de Maracaibo es el centro aglutinador de la
identidad regional?
El Doctor y profesor Américo Gollo, plantea que “…la identidad de un pueblo es la concien-
cia de y un pueblo tiene conciencia de << cuando adquiere sentido de su pertenencia…
(Valbuena y Parra, 1997: 43) y arma además basado en dicha conceptualización de identi-
dad que “…el Zulia ha perdido su identidad, que el ser zuliano carece de sentido de pertenen-
cia(Gollo, en: Valbuena y Parra, 1997: 44), haciendo una somera descripción de las causas
que generaron esa pérdida de identidad, puntualiza:
“Veamos a grandes trazos qué ocurrió. El Zumaque, con sus más de ochenta años a cuestas, pro-
vocó en el país un cambio gigantesco. Dicen que con él entró la modernidad. Para el Zulia aquello
fue mucho más terrible. Porque su instinto primario de sentirse y ser parte de la región, empezó
violentamente a ser sustituido por una orientación ideológica, hábilmente manipulada, en función
de la riqueza, de la ostentación, del poder mismo que aquella generaba, en donde el trabajo crea-
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dor, que de alguna manera estuvo vinculado a su pesquería, a su agricultura, a su ganadería, a las
artesanías, fue sustituido por el trabajo formalizado, real desde luego, pero en donde las relaciones
humanas cualitativas dejan lugar a las relaciones humanas del nuevo modo de explotación a la
naturaleza, la moderna explotación petrolera, que le era en su totalidad ajeno a esta cultura. Extra-
ñamiento que necesariamente provocaría el distanciamiento de la naturaleza, de su medio, de su
realidad cultural, para generar otras formas que le imponen violentamente.” (Gollo, en: Valbuena
y Parra, 1997: 44)
Por su parte el historiador Germán Cardozo, dene a la identidad regional “…como toda
realización material o creación espiritual del ser humano, es un producto cultural y simbólico
resultante de la praxis social” (Cardozo, en: Valbuena y Parra, 1997: 53) y la relaciona intrínse-
camente al “…sentimiento de apego o pertenencia a determinado espacio del que es nativo
o residente” (Cardozo, en: Valbuena, 1997: 55), por lo que es de reexionar el hecho de que si
actualmente las generaciones de jóvenes zulianos no conocen su espacio natural vital que es
la Cuenca del Lago de Maracaibo, ¿Cómo pueden sentir apego o pertenencia a dicho espacio?
No se quiere lo que no se conoce.
Es de considerar que muy poco se enseña en los programas educativos ociales sobre los
espacios inmediatos o locales.
Actualmente se evidencia que las generaciones de adolescentes y niños zulianos están
desvinculados del Lago y su naturaleza, tal carencia en lo educativo la señala también el Doc-
tor Américo Gollo como causas de la pérdida de identidad del Zuliano al
“No haber respetado las particularidades de cada región, su historia, sus expresiones artísticas bá-
sicas…y el haber eliminado la educación para el trabajo humano, realmente humano en sus relacio-
nes con la naturaleza y haber execrado el arte de la escuela” (Gollo, en: Valbuena y Parra, 1997: 46)
Para el historiador Manuel Suzzarini “…la identidad es fundamentalmente lo nuestro, y
ello está muy vinculado a la soberanía. Identidad es entonces ser soberano de lo propio.
(Suzzarini, en: Valbuena y Parra, 1997: 90). Pero ¿cómo se puede ser soberano de algo que se
desconoce y no se siente propio?
Así mismo el historiador arma “…que la identidad es un proceso que se construye a fu-
turo, que no es rígida, que está sujeta a cambios y que en ella participamos todos los que
estamos” (Valbuena y Parra, 1997: 89).
Esa armación fundamenta la necesidad de crear en conjunto, como colectivo, una racio-
nalidad ecológica sustentable que visibilice al Lago como ese espacio vital humanizado en
los referentes identitarios del ser zuliano
Tal cual como lo escribe en su discursiva el historiador Ángel Lombardi
“El Lago, además de mar es río y puerto. La ciudad y el Lago son inseparables, un dialogo, un espa-
cio en el tiempo, que a veces se complementan y otras muchas se oponen, de acuerdo al interés del
hombre y de cada generación, porque igual construimos que destruimos y al nal siempre la ciudad y
el Lago serán lo que nosotros queramos que sea.” (Lombardi, en: Valbuena y Parra, 1997: 93)
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Estas disertaciones discursivas en torno a la identidad regional, en su mayoría, resaltan
como símbolo identitario de la sociedad zuliana a lo que categorizo como su espacio vital
humanizado, la Cuenca del Lago de Maracaibo.
Debe hacerse una reexión crítica en cuanto a los referentes identitarios que en la actuali-
dad están presentes en los zulianos en relación a su espacio vital humanizado, porque es de
esa relación identitaria (mismidad/ otredad) que surgen las bases fundamentales que viabili-
zan la construcción de una sociedad armónica y en equilibrio con su naturaleza
La Doctora, lósofa e historiadora Carmén Bohorquez, estudia la discursiva política y la
discursiva popular en torno al regionalismo zuliano y a la identidad regional y señala que en
el discurso político ha imperado la intencionalidad de “…una defensa y exaltación de deter-
minados valores o virtudes tenidas por características de la zulianidad…la laboriosidad, la
hospitalidad y el sentido del humor.(Bohorquez, en: Valbuena y Parra, 1997:166), discurso
que se apoya según la autora en una simbólica “…la ciudad y su perdido tesoro urbanístico,
sus héroes patrios y la Chinita, por nombrar sus más elementales expresiones”. (Bohorquez,
en: Valbuena y Parra, 1997: 166).
De esta primera lista de valores y símbolos que según la autora, argumentan el regiona-
lismo zuliano, el gran ausente es el Lago de Maracaibo, ¿Cómo el espacio que congura el
sentido del ser y hacer regional no aparece entre los referentes simbólicos que connotan a la
región y su identidad?
Ha existido una clara intencionalidad política de velar al Lago como espacio natural y esa
intencionalidad tiene también su connotación económica mercantilizada, a razón de crear
un desarraigo del zuliano con las cualidades naturales del Lago y con ello permanecer en el
esquema de explotación desmedida de su riqueza petrolera, sin importar el costo que ello
acarrea a su ecosistema.
La autora también puntualiza los elementos regionalistas que están presentes en los ha-
bitantes de Maracaibo, para determinar la discursiva popular, lo hace manifestando los resul-
tados de una encuesta que realiza a una muestra representativa…para medir las diferencias
o variaciones generacionales en cuanto a la manera de expresar ese regionalismo…” (Bohor-
quez, en: Valbuena y Parra, 1997: 167)
En dicha encuesta se hacen preguntas que relacionan al regionalismo con las ideas de
apego a la ciudad, con símbolos o expresiones tradicionales de la ciudad como: la Chinita,
San Benito, el calor, la gaita, el voseo, la artesanía guajira y la comida en coco, al conocimien-
to de valores históricos o culturales, incluidos: escritores, pintores, cientícos, deportistas,
artistas, a la Universidad del Zulia y a personalidades políticas” pero no hay preguntas que
relacionen la idea de regionalismo e identidad regional con el Lago de Maracaibo. (Bohorquez,
en: Valbuena y Parra, 1997: 167-168)
De los resultados de la encuesta, Bohorquez concluye que
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“…el regionalismo zuliano se asienta hoy sobre bases muy endebles y espurias. Se le ha reducido
simple y llanamente a símbolos desprovistos de todo contenido o por lo menos, a símbolos que
sólo se asumen como lección aprendida, pero con los cuales no se da una identicación personal…
Se alimenta un regionalismo articial que no sólo no tiene ya asidero en la realidad, sino que es
incluso negador de esa misma realidad.” (Bohorquez, en: Valbuena y Parra, 1997: 171)
Al preguntar a las generaciones de jóvenes escolares sobre a qué referentes, ideas o es-
pacios vinculan su identicación como zulianos, sus respuestas coinciden en mucho con los
resultados de la encuesta realizada por Carmen Bohorquez en cuanto a las ideas y simbólica que
visibilizan al petróleo, la Virgen de Chiquinquirá, la gaita y hasta el Puente General Rafael Urdane-
ta como elementos integradores de su identidad regional, destacando que muy pocos o ninguno
puntualizan al Lago de Maracaibo en su entorno natural, como idea o simbólica identitaria
De este sondeo general a estos jóvenes zulianos (resultado de mi praxis docente a nivel
de Educación Superior, Educación de Adultos y Media Diversicada) me atrevo a decir que el
Zuliano contemporáneo ha perdido su sentido de pertenencia con el Lago, no vive ni siente a
este espacio y a su naturaleza como próximo o cercano, a pesar que habita bordeando sus
costas, tal parece que permanece de espaldas al Lago, lo mira con el desprecio de algo que
está sucio, andrajoso, inservible, invivible, porque sólo mira lo supercial, que es lo que estas
generaciones de la inmediatez y tecnología visibilizan actualmente.
3.Creando y recreando imaginarios: el Lago
La imagen del Lago como símbolo identitario se ha ido recreando y reinventando a medida
que se ha transformado su espacio natural y el relacionamiento de los zulianos con dicho
espacio vital humanizado.
A las postrimerías de rememorar acontecimientos históricos que se gestan en el Lago
de Maracaibo: su primera exploración por los europeos Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa
y Américo Vespucio el 24 de agosto de 1499, la primera fundación de Maracaibo, un 8 de
septiembre de 1529 y el bicentenario o 200 años de la Batalla Naval del Lago, fraguada un 24
de julio de 1823, es propicio rescatar la imagen de ese espacio vital para visibilizarlo como la
génesis de la identidad regional
Así mismo para darle brillo al Lago ante la sociedad que lo habita, connotarlo de su valiosa
esencia, preponderar la increíble belleza natural de la Cuenca del Lago de Maracaibo que ha dic-
taminado el desarrollo geohistórico y cultural del espacio vital humanizado de la región zuliana.
Las primeras descripciones que se conocen sobre el espacio lacustre son las emanadas
del viaje de exploración que en 1499 realizaron Alonso de Ojeda, Américo Vespucio, Juan de
la Cosa y su tripulación en representación de la Corona Española al Lago de Maracaibo.
En la Carta que envía Américo Vespucio a Lorenzo di Pier Francesco de Médicis describe
sus impresiones del espacio de la Cuenca del Lago de Maracaibo al tener contacto con la
Península de la Guajira, la cual identica como una isla
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“…fuimos a otra isla vecina de aquella a diez leguas, y encontramos una grandísima población que
tenía sus casas construidas en el mar como Venecia, con mucho arte; y maravillados de tal cosa,
acordamos ir a verlas, y al llegar a sus casas, quisieron impedir que entrásemos en ellas. Proba-
ron como cortaban las espadas y se conformaron con dejarnos entrar, y encontramos que tenían
colmadas las casas con nísimo algodón, y las vigas de sus casas eran también de brasil, y les qui-
tamos mucho algodón y brasil, volviendo luego a nuestros navíos. Habéis de saber que en todas
partes donde saltamos a tierra, encontramos siempre gran cantidad de algodón, y los campos
llenos de plantas de él, tanto que en esos lugares se podrían cargar cuantas carabelas y navíos hay
en el mundo, con algodón y brasil…” (De la Torre, Ernesto, 1994:149)
Hacia 1502 estos exploradores realizan un segundo viaje de exploración al interior de la
Cuenca del Lago de Maracaibo, en el que atraviesan la barra y encuentran agua dulce
“…tanto Ojeda como Juan de la Cosa llegaron a la conclusión de que Coquivacoa era una peninsula,
que la tierra rme continuaba más allá de ella y que la gran extensión de agua que habían encon-
trado detrás del golfo y del estrecho canal que mediaba entre el cabo de San Román y el Cabo de
la Vela, era un lago: el lago de San Bartolomé, lago de Maracaibo, entre los tantos otros nombres
que recibirá.” (Amodio, en: Acervo Histórico del Zulia, 2003: 11)
Las crónicas y relaciones que van surgiendo de las distintas exploraciones develan el in-
terés material que guiaba a los enviados por la Corona española, signado por las ansias de
metales y piedras preciosas o de recursos y tierras para explotar. Es así como se va resigni-
cando el espacio natural explorado y conquistado: el europeo se reapropia de la naturaleza y
de todo lo que en ese espacio es vida, dándoles nuevos nombres, connotaciones y signica-
dos, según sus referentes de identidad.
“En la misma corte peninsular se recibieron en 1500 muestras de “piedras verdes” encontradas por
la expedición de Alonso de Ojeda, Américo Vespucio y Juan de la Cosa, en las costas del Golfo de
Venezuela, lo que incentivó años más tarde a otros conquistadores en buscar la ruta del comercio
de esmeraldas en la meseta Chibcha” (Cunill Grau, 2004: 32)
Estas primeras descripciones del espacio vital humanizado, también evidencian la rela-
ción geohistórica cultural que existía entre el espacio y sus primeros pobladores ancestrales,
las dinámicas desarrolladas en torno a la naturaleza y los recursos que de ella manan, reeja-
das en sus construcciones palafíticas sobre el Lago de Maracaibo, en la recolección y uso del
algodón y del palo de brasil como lo identica el navegante italiano.
“En la expedición de Alonso de Ojeda, Juan de la Cosa y Américo Vespucio, desde nales del mes
de julio y comienzos del mes de agosto de1499 se experimenta la voluptuosidad del algodón en el
litoral árido occidental venezolano con sostenido rescate o trueque de almaizares y paños multico-
lores. Incluso se registra en la toponimia y la cartografía el hallazgo de la mota algodonera... el ha-
llazgo del algodón está asociado incluso al reconocimiento del establecimiento palafítico indígena
que sustentaría el imaginario del topónimo de Venezuela.” (Cunill Grau, 2004: 42”
Las dinámicas humanas en torno a la Cuenca del Lago de Maracaibo, inician desde -
nales del holoceno, según lo señalan Iraida Vargas y Mario Sanoja y desde entonces, vienen
fraguando la conguración del espacio natural lacustre a razón de la actividad humana “…de
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importantes e intensos movimientos de población, mismos que se originaron en la porción
atlántica del noreste colombiano” según Vargas y Sanoja (Acervo Histórico del Estado Zulia,
2003: 184), quienes además puntualizan que dichos movimientos fueron dinamizadores his-
tóricos de los procesos de desarrollo regional y son “…claves para entender lo singular dentro
de lo general en lo que se reere a la cuenca con respecto a la totalidad de la región geohistó-
rica” (Vargas y Sanoja, en: Acervo Histórico del Estado Zulia, 2003: 184)
Pero dichas dinámicas geohistóricas ancestrales, solo se develan en discursivas a razón
de un gurismo supercial de la resistencia indígena ante el español o europeo.
Evidentemente, la visibilización o imagen creada sobre la Cuenca del Lago de Maracaibo
ha estado marcada por la resignicación mercantilizada que desde el momento de la con-
quista se le otora este espacio vital humanizado y es esa la simbólica que predomina en
la identidad del zuliano, lo que explica su indolencia e indiferencia hacia este espacio de vida.
Tal como lo registra Pedro Cunill Grau que ya para 1516 “… la Corona daba el topónimo de
Costa e Provincia de las Perlas a todo el litoral desde Cariaco hasta Coquibacoa, zona que
cubría más de mil kilómetros de extensión.” (Cunill Grau, 2004: 55)
Es necesario crear una nueva racionalidad hacia el Lago de Maracaibo, que permita esta-
blecer vínculos identitarios entre el zuliano y su espacio de vida; entendiendo que un espacio
de vida es aquel espacio geohistórico que alberga y da vida, el cual se congura en el imagina-
rio y praxis colectiva como hábitat natural vivido, donde se establecen relaciones biológicas,
humanas y socioculturales entre todos los elementos que conforman su ecosistema vital.
Una racionalidad ecológica sustentable integrada por conceptualizaciones o categorías
que pretenden crear referentes hacia el Lago como espacio natural; tales como: Espacio Vital
Humanizado, Espacio de Vida y Ecosistema Vital ,que emergen bajo la corriente geohistórica
inscrita en la geografía de la percepción, derivada de la geografía humanista.
Según el Académico Pedro Cunill Grau “La cambiante geografía de la percepción es clave
para entender la geografía histórica del comportamiento humano en la conformación y utili-
zación del paisaje”. (Cunill Grau, 2004: 28), fundamentos estos que sustentan a las categorías
propuestas, las cuales integran la construcción de una racionalidad ecológica sustentable
para la preservación del Lago de Maracaibo, determinada por la sensibilidad integrada en va-
lores geohistóricos que promueven intersubjetividades ecológicas en la identidad del zuliano.
Una nueva percepción del espacio vivido “…en función de su valor subjetivo, como un es-
pacio histórico conocido y aprehendido personal y socialmente.” (Cunill Grau, 2004: 29)
“En la geografía humanista se intentan aprehender los signicados, los valores, los objetivos, los
propósitos, las intenciones voluntarias e intervenciones espontáneas, que expresan creativa o des-
tructivamente diversas acciones humanas. Por lo tanto, es fundamental el aborde conceptual del
paisaje cultural a través de la percepción histórica.” (Cunill Grau, 2004: 28)
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Ese abordaje conceptual se replantea la conguración de una imagen de la Cuenca del
Lago de Maracaibo como espacio vital humanizado, haciendo prevalecer su naturaleza, su
signicado geohistórico, sociocultural, ecológico y ambiental, en contraposición a la imagen
mercantilizada que ha prevalecido tras la irrupción de la explotación petrolera.
4.El Lago en la identidad zuliana
En la cultura popular del zuliano, antes de la explotación petrolera, prevaleció la imagen del
Lago como ese entorno natural vivido, percibido como propio, que se conoce y aprehende en
su devenir sociohistórico. Para John Street
La cultura popular tiene un enorme poder para crear un marco y una identidad dentro de los
cuales reorganizar el tiempo y la memoria. Se trata de una forma de identidad que proporciona la
sensación de dominio de uno mismo y de posesión de un espacio y un pasado. (Street, 2000: 58)
El Lago era para el zuliano ese espacio natural propio, reejo de su presente y pasado, en
el que se hacía vida cotidiana. Sus aguas cristalinas eran las abastecedoras de la ciudad y el
entorno de la cuenca, servían de balneario, de esparcimiento, recreación, navegación y comu-
nicación. Así mismo fue el escenario de inspiración creativa para diversas manifestaciones
culturales populares.
Por ejemplo, una de las primeras películas proyectada en el Teatro Baralt de Maracaibo, un
28 de enero de 1897, se llama “Muchachos bañándose en la Laguna de Maracaibo” de Manuel
Trujillo Durán. Ya en 1911 se proyecta “La Película del Lago” el 8 de diciembre y por varios días
más, otra lmación que recrea tomas del Lago, la ciudad y las actividades como paseos y
regatas que solían hacerse, siendo pioneras para otras que han tratado temas sobre el Lago
en su devenir histórico.
Pero, sin lugar a dudas una de las manifestaciones de la cultura popular que más ha resal-
tado al Lago ha sido la gaita zuliana, género musical declarado en el año 2014 “bien patrimo-
nial de interés cultural y artístico de Venezuela” por la UNESCO.
Lo cierto es que la gaita desde sus orígenes ha resaltado los elementos culturales y reli-
giosos de su época conjugándolos a su espacio lacustre y su sentir.
Una gaita popular que reere esas características es “Lago de Maracaibode la Agrupa-
ción Compadres del Éxito, compuesta en 1965 por Rafael Rincón González. En ella se des-
cribe al Lago de Maracaibo, “El de las aguas de seda”, también se resalta en su Coro al Lago
como escenario de la historia “Donde llegara el de Ojeda quedando maravillado”.
Es una gaita escrita en los años de bonanza petrolera, cuando el espacio vital humanizado
de la Cuenca del Lago de Maracaibo empieza su transformación material y cultural en torno
al petróleo; así lo evidencian estas letras “Tus riquezas petroleras al mundo tiene asombrado”,
o estas referidas al recién inaugurado puente en su II Estrofa “Con su Lago y con su puente el
Zulia se crecerá y el mundo te envidiará por ser algo diferente”.
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Esta gaita emblemática, reeja además las discursivas presentes en el Zuliano de la épo-
ca que aun percibía al Lago como ese espacio de identidad y vida, tal como lo expresa la III
Estrofa “Lago que inspiró a Baralt, Lago que inspiró a Udón Pérez, Lago donde las mujeres se
bañan para hermosear”.
Es sin duda alguna, un completo mosaico que reeja la cultura popular del zuliano hasta
en lo religioso, en su I Estrofa reere la devoción a la Virgen de Chiquinquirá “En sus aguas
navegó, en una linda tablita, la grandiosa patroncita, que del Zulia se adueñó
Muchas han sido las gaitas que en sus letras mencionan al Lago, ya sea para exaltarlo
como parte de la identidad regional o para denunciar su estado de contaminación ambiental.
Destaca la gaita Fuente Divina, interpretada de forma magistral por la gaitera Gladys Vera
con la Agrupación Cardenales del Éxito en la temporada gaitera de 1992, escrita por Jesús
Rizo y musicalizada por Jorge Luis Chacín, que se ha convertido en tema emblema sobre el
Lago y su contaminación.
En su Coro se denuncia imperativamente “Pregunto quiero saberlo, dónde estará nuestro
Lago aquel de aguas cristalinas, solo y triste se ha quedado, hoy la inmundicia lo arruina”, así
mismo se plantea la necesidad de crear conciencia para preservar al Lago en su II Estrofa
exclamando “Si juntos podemos hacerlo, si no tomamos conciencia de que está contamina-
do, nunca veremos la esencia de lo que Dios ha creado”.
Es una gaita poética que denuncia la situación de contaminación que se hace ya evidente
en el Lago y que se reeja en la conciencia colectiva contemporánea. También usa connota-
ciones de esa imagen que aún prevalece en el zuliano de esa época del Lago cristalino, del
Lago como creación, del Lago como espacio de vida y de identidad religiosa en expresiones
como “Hermoso Lago, hermosa fuente divina, lleno de plenitud y transparencia, viste nacer
a mi Chinao las que enmarcan su biodiversidad “fueron los peces, junto a las olas, los que
llevaron la tabla de nuestra Santa Patrona
Otras canciones referidas al Lago y que se han convertido en expresión de la cultura po-
pular son las de El Cantor del Pueblo Alí Primera, llamadas “El Lago, el puerto y su gente” y
“Coquivacoa”.
“El Lago, el puerto y su gente” es una canción de gran connotación histórica que visibiliza
al Lago como símbolo identitario cuando exclama “porque sin Lago no hay puerto ni gente
de Maracaiboy hace un canto imperativo al decir “Pero yo soñé que un día, el corazón del
zuliano, latía por salvar el Lago, es decir su propia vida”.
Mientras que Coquivacoa es una canción de fuerte denuncia y protesta ante la situación
de contaminación que sufre el Lago por la explotación petrolera, en sus letras en la rada se
puso negro el Lago estando azulito el cielo” se enuncia la realidad ambiental del Lago y reere
de forma expresiva muy popular “Que molleja primo tan cristalino que estaba el Lago ayer, no
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es el palato lo que está matando todo lo que hay en él”, llama además a la conciencia, cuan-
do dice que “La inocencia no mata al pueblo pero tampoco lo salva, lo salvará su conciencia
y en eso me apuesto el alma”.
Esta canción retrata la esencia del paisaje lacustre y la dinámica entre la naturaleza y
sus pobladores que ya se ve dislocada por las transformaciones causadas por la explotación
petrolera cuando usa expresiones como “Pare primo la canoa que me parece que llora el
pescador allá en la orillao “No hay ores en la rivera sólo peces muertos hay”. Así mismo
resalta guras o símbolos importantes de la zulianidad como a la Chinita en lo religioso con
letras como “Que me parece que llora la Chinita allá en la orilla” o a Armando Molero, trovador
zuliano, al referirse a “La guitarra enamorada de Armando llorando su cocotero”.
Es un tema musical de gran contundencia social en la época de 1976 y que aún tiene
pertinencia pues como bien lo dijo Alí Primera que no es una pesadilla, despierto puedes
ver, que somos nosotros los que lo están matando, sí” “Que molleja Primo tan cristalino que
estaba el Lago ayer”.
A través de este análisis discursivo de la intelectualidad y de expresiones populares tan
insignes como la gaita y la canción protesta se comprende cómo se ha ido transformando la
percepción hacia al Lago en la identidad del zuliano, una identidad que se recrea y reinventa a
medida que se vincula e interactúa con su espacio vital, sus símbolos, su cultura, su historia
y tradiciones.
La percepción indolente hacia el Lago de Maracaibo es un fenómeno contemporáneo, que
reeja el desarraigo, el desapego que se produce al no conocer la naturaleza lacustre porque
no se puede valorar lo que se es desconocido.
Conclusión
En la medida que se perciba al Lago como espacio natural vivido, en esa medida cambiará
la actitud indolente colectiva que impera hacia este espacio vital humanizado aglutinador de
la identidad regional zuliana.
Es hora de iniciar la tarea desde todos los ámbitos y escenarios: educativo, cultural, social,
político, académico e intelectual.
El Lago de Maracaibo es un patrimonio natural de la humanidad, una connotación que no
se le ha otorgado ni por el Estado ni por organismos internacionales como la UNESCO, pero
que se la da su milenaria existencia como uno de los más antiguos del mundo, su impor-
tancia geohistórica y sociocultural como espacio ancestral y sus extraordinarias cualidades
naturales que lo hacen ser un ecosistema sin igual en el mundo.
Por más está resaltar que la Cuenca del Lago de Maracaibo desde que entra en la geogra-
fía del sistema mundo globalizado con el proceso de exploración, conquista y colonización y
luego en la etapa petrolera ha irradiado el desarrollo y consolidación con sus importantísimos
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recursos naturales que han sido histórica y sistemáticamente explotados generando así su
degradación ambiental. La deuda que el mundo tiene con el ecosistema Cuenca del Lago de
Maracaibo es impagable.
Es el momento histórico para la resignicación de la naturaleza de la Cuenca del Lago de
Maracaibo. Su situación ambiental demanda la retribución de ese desarrollo económico que
por siglos ha generado al sistema mundo capitalista.
La construcción de una racionalidad ecológica sustentable y la visibilización de este espa-
cio como patrimonio natural e histórico de la pueden crear nuevos referentes identitarios que
garanticen su preservación y promuevan su inclusión en la lista patrimonial de la humanidad.
Según la UNESCO para que un “sitio” sea declarado Patrimonio Natural de la Humanidad
debe “…poseer fenómenos naturales notables, representar alguna de las principales etapas
de la historia de la Tierra, mostrar principios ecológicos y biológicos signicativos o contener
entornos naturales importantes”, cualidades que están presentes y documentadas en este
espacio vital que es el centro aglutinador de la identidad regional zuliana e indudablemente
un patrimonio de la humanidad.
Referencias
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Ensayos
ISSN 2660-9037183
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
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Los protocolos de los sabios de Sion: Un texto que
se niega a morir
The Protocols of the Elders of Zion: A text that refuses to die
Gabriel Andrade*
Es fácil formarse la idea de que
Mi lucha,
de Adolf Hitler, es el libro que más ha inspirado
el antisemitismo en tiempos modernos. Pero Hitler y el nazismo están completamente des-
prestigiados, al punto de que en muchos países, la publicación y circulación de
Mi lucha
está
proscrita.
En cambio,
Los protocolos de los sabios de Sion
siguen gozando de popularidad. El propio
Hitler citó
Los protocolos de los sabios de Sion
en su libro: “
Los protocolos de los sabios de Sión,
tan detestados por los judíos, muestran, de una manera incomparable, hasta qué punto la
existencia de ese pueblo está basada en una mentira ininterrumpida1. De hecho, hay espacio
para aventurarse a pensar que, si no fuera por el odio inspirado por
Los protocolos de los sabios
de Sion,
el nazismo nunca hubiese llegado al poder.
Los protocolos de los sabios de Sion
constan de las actas de un congreso de judíos que,
según parece, se reunió secretamente a nales del siglo XIX. Esos judíos son los sabios de
Sion; es decir, los representantes más poderosos de los judíos en todo el mundo. Sion es la
montaña en Jerusalén donde, según la Biblia, Abraham se disponía a sacricar a Isaac.
En esa reunión, los sabios de Sion proponen un plan para dominar el mundo, a través de
artimañas que, desde entonces, los conspiranoicos han atribuido a los judíos. El libro consta
de veinticuatro protocolos, pues supuestamente, hubo veinticuatro reuniones. Las cosas que
los sabios de Sion proponen no son muy concretas; son más bien principios generalizados,
pero imbuidos de mucho cinismo y frío cálculo perverso. Por ejemplo, uno de los sabios pro-
clama: “Muy pronto, se habrán de desplomar los pilares de los estados constitucionales que
aún quedan en pie; los estamos desequilibrando continuamente para que se vengan abajo.
Los gentiles creen que están aanzados sólidamente en sus bases nacionales y que el equili-
brio de sus países habrá de durar. Pero los jefes de sus estados son disminuidos”2.
1 Adolf Hitler,
Mi Lucha
(Grupo Sin Fronteras SAS, 2022).
2
Los Protocolos de Los Sabios de Sion
(Valladolid: Maxtor, 2008).
* Ajman, United Arab Emirates ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8053-072X
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
ISSN 2660-9037
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Gabriel Andrade
Los protocolos de los sabios de Sion. Un texto que se niega a morir. PP: 183-188
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Los sabios proponen inltrar con su gente a las grandes organizaciones del mundo, para
poder dominarlas tras las sombras. Es necesario apoderarse silenciosamente de los medios
de comunicación, de forma tal que se puedan crear matrices de opinión. Para ello, se autoriza
el pago de sobornos. También hay que sembrar discordias entre distintos grupos religiosos,
nacionales y étnicos; si eso implica generar guerras, pues que así sea. Conviene sembrar la
inmoralidad, el irrespeto a cualquier forma de autoridad, y destruir la institución de la familia.
Hay que alentar revoluciones. Es necesario colocar altos impuestos, para que los propietarios
protesten y se sientan despojados.
La intención de todo esto es generar un clima de zozobra, de forma tal que la población, des-
esperada ante el caos, acceda a que se presente como gobernante un “descendiente de la casa
de David” (es decir, un judío), que aparezca como salvador. Una vez en el poder, este gobernante
judío mantendrá la paz mundial, pero utilizando técnicas invasivas de control y vigilancia.
Los sabios de Sion también proponen alentar el pensamiento crítico, el materialismo y el
racionalismo, a n de destruir las religiones, y eventualmente, prohibir la vida religiosa. Ante el
vacío moral que dejen las religiones, los sabios de Sion podrán rellenarlo con su poder. Para
poder controlar a las masas, es necesario alentar a la población a que vigile y delate a sus
vecinos. Los masones son buenos aliados en este propósito, pues a través de sus logias, se
puede tener más inuencia sobre los borregos.
Cabría esperar que, en un congreso, sean varios los que participen. Con todo,
Los proto-
colos de los sabios de Sion
es más bien como un discurso que una persona pronuncia, y en él,
va enunciando todos los perversos pasos que tiene en mente para destruir el orden actual, y
suplantarlo con una tiranía que pretende apoderarse del mundo.
La truculenta historia del texto
Una y otra vez se ha demostrado que este libro es un fraude3, pero los conspiranoicos ter-
camente se empeñan en creer que son las actas de una reunión real, y que a lo largo del siglo
XX, los judíos han cumplido a cabalidad su plan original.
En los primeros años del siglo XX, Rusia era un hervidero de revolución. El zar Nicolás II en-
carnaba toda la tradición antisemita rusa de épocas anteriores. En la segunda mitad del siglo
XIX, había habido varios pogromos (violentísimos ataques a comunidades judías), y en vista
de que hubo un judío involucrado en el asesinato del zar Alejandro II en 1885, el poder zarista
tenía una gran desconanza con los judíos. Rusia, un país empobrecido, atrasado y opresor
de su propia población, era un caldo de cultivo de revolucionarios de todo tipo.
Pero, aun conservando las rancias estructuras políticas, Nicolás II tenía alguna disposi-
ción a hacer algunas reformas, y así, escuchaba los consejos de Sergei Witte, un moderado
reformador liberal que se planteaba una parcial modernización de Rusia4. En el gobierno za-
3 Stephen Eric Bronner,
A Rumor about the Jews: Antisemitism, Conspiracy, and the Protocols of Zion
(Oxford University Press, 2003).
4 Francis W Wcislo,
Tales of Imperial Russia: The Life and Times of Sergei Witte, 1849-1915
(OUP Oxford, 2011).
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rista había muchas personas reaccionarias que resentían la inuencia de Witte y su programa
de reformas liberales, y así, concibieron un plan para acabar con su inuencia política.
El plan sería producir un falso documento en el cual, los judíos, supuestamente, planica-
ban la conquista del mundo. La intención no era propiamente alentar a las masas a atacar
a los judíos en pogromos (como sí se había hecho muchas veces en el siglo XIX), sino más
bien, persuadir al zar Nicolás II de que corría un enorme peligro si seguía escuchando a Witte.
En 1897, Pyotr Rachkovski, el jefe de la policía secreta rusa, ordenó a uno de sus agentes
en Francia a producir el documento en cuestión. El encargado de la redacción del texto fue
Matvei Golovinski. No fue muy creativo; Golovinski tomó dos textos que ya existían, modicó
ligeramente algunas cosas, y produjo así
Los protocolos de los sabios de Sion,
posiblemente en
1902. El primero de los textos en los que se basó Golovinski fue la novela
Biarritz,
de Hermann
Goedsche, un autor alemán antisemita. En esa novela, hay un capítulo que narra cómo los
representantes de las doce tribus de Israel (aparentemente Goedsche no sabía que las tribus
del norte ya habían desaparecido con la deportación asiria) se reúnen en un cementerio en
Praga cada cien años, para planicar la conquista del mundo, e invocar a Satanás para comu-
nicarle sus planes.
El otro texto en el cual se basó Golovinski fue el
Diálogo en el inerno entre Maquiavelo y
Montesquieu,
del periodista francés Maurice Joly5. Este texto, que se remonta a 1864, era una
sátira política que Joly compuso en contra de Napoleón III, atribuyendo al nuevo emperador
francés todos los trucos sucios de los que se vale un gobernante para mantenerse en el po-
der. Joly no atribuyó nada a los judíos, pero Golovinski tomó muchos pasajes de la obra de
Joly, e introdujo menciones a los judíos, de forma tal que diera la impresión de que el texto
procedía de los supuestos sabios de Sion.
Al principio, Los protocolos de los sabios de Sion circularon discretamente en la sociedad
rusa. Aquella movida estaba muy bien calculada: la idea era crear la sensación de que ese
perverso documento se había ltrado, pues los judíos habrían querido mantenerlo secreta-
mente. Eventualmente, Sergius Nilius, un místico ruso que tenía cierta inuencia en la corte
de Nicolás II, hizo llegar el texto al zar6.
El zar se alarmó. Paranoico ante lo que tramaban los judíos, Nicolás II dio difusión al
texto, denunciando el perverso plan de los sabios de Sion, quienes estaban en alianza con
los masones. Empezó así el mito de la conspiración judeomasónica que tanto obsesionó al
dictador español Francisco Franco. En 1905, hubo una primera revolución en Rusia (no tuvo
éxito en derrocar al zar), y frente a aquellos acontecimientos, Nicolás II se convenció aún más
de la amenaza que representaban los judíos. A su juicio, todo lo que los sabios de Sion habían
tramado, se estaba empezando a cumplir en la revuelta de 1905.
5 Peter Woog, “The ‘Protocols’ Again,
Patterns of Prejudice
1, no. 4 (1967): 19–20.
6 Michael Hagemeister, “The Protocols of the Elders of Zion: Between History and Fiction,
New German Critique,
no. 103 (2008): 83–95.
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Pero, en la propia Rusia había también un sano escepticismo. ¿Realmente los conspirado-
res generarían un texto así de burdo, que en realidad, no propone cosas concretas? Un refor-
mador en la corte del zar, Pyotr Stolypin, ordenó una investigación sobre los Protocolos de los
sabios de Sion, y concluyó rmemente que todo se tratada de un fraude7. Nicolás II aceptó
el dictamen de Stolypin, y sensatamente, se retractó. Pero, era demasiado tarde. Si bien la
histeria colectiva en torno a los sabios de Sion menguó, en los sectores más reaccionarios de
la sociedad rusa quedó la idea de que los judíos tramaban algo perverso.
Cuando en 1917 estalló la revolución bolchevique, y se dio inicio a la guerra civil rusa, nue-
vamente apareció la conspiranoia en torno a
Los protocolos de los sabios de Sion.
En las mentes
conspiranoicas, aquel caos era producto de una componenda de bolcheviques y judíos, y
empezó así un nuevo mito, el de la conspiración judeobolchevique. Según esta teoría conspi-
ranoica, los judíos no eran realmente revolucionarios, sino cínicos banqueros que nanciaron
a los bolcheviques con su mensaje revolucionario, para en realidad, nalmente hacerse con el
poder en Rusia. El hecho de que algunos bolcheviques eran efectivamente judíos (en especial,
Trotsky), rearmaba las convicciones conspiranoicas.
Los reaccionarios perdieron aquella guerra civil, y muchos emigraron como refugiados a
Europa y EE.UU. Llevaron consigo su teoría conspiranoica sobre
Los protocolos de los sabios de
Sion.
En los años posteriores a la revolución rusa, se tradujo el texto a varias lenguas, y hubo
múltiples ediciones.
Cuando Hitler llegó al poder, se encargó de que el libro se enseñase en las escuelas8. Su
decisión de acabar con los judíos del mundo en parte se debía a su creencia de que él debía
actuar, antes de que los judíos conquistasen el mundo, tal como se lo habían propuesto hacer
los sabios de Sion en su perversa reunión. Además, Hitler estaba convencido, como muchos
otros conspiranoicos alemanes de aquel momento, de que Alemania había sido traiciona-
da en la Primera Guerra Mundial por los judíos9. Es cierto que, en aquella guerra, las tropas
enemigas nunca entraron en el territorio alemán; pero en realidad, Alemania no contaba con
la capacidad militar o económica de seguir en la contienda. Con todo, casi de inmediato,
surgió en Alemania la leyenda conspiranoica de la puñalada en la espalda, según la cual, los
judíos alentaron la rendición alemana, a pesar de que se estaba ganando la guerra. Eso es
históricamente falso. También Hitler pensaba que los judíos habían preparado el Tratado de
Versalles, el cual imponía condiciones muy severas a Alemania como nación vencida en la
guerra. De nuevo, no hay ningún dato histórico que sustente estas teorías. Pero, la circulación
de
Los protocolos de los sabios de Sion
parecía armar la convicción de que los judíos sí habían
planicado todas esas cosas.
7 Abraham Ascher,
PA Stolypin: The Search for Stability in Late Imperial Russia
(Stanford University Press, 2002).
8 Randall L Bytwerk, “Believing in ‘Inner Truth’: The Protocols of the Elders of Zion in Nazi Propaganda, 1933–1945,
Holo-
caust and Genocide Studies
29, no. 2 (2015): 212–29.
9 Tim Kirk, “Finding the Fuhrer: Belief in Hitler, Then and Now,
TLS. Times Literary Supplement,
no. 6137 (2020): 32–33.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Gabriel Andrade
Los protocolos de los sabios de Sion. Un texto que se niega a morir. PP: 183-180
ISSN 2660-9037187
En EE.UU.,
Los protocolos de los sabios de Sion
tuvieron también una difusión especial. Hen-
ry Ford, el famoso empresario y diseñador de automóviles, creó un periódico, el
Dearborn in-
dependent.
En el libro, se publicaban constantemente artículos antisemitas, y eventualmente,
Ford fue publicando
Los protocolos de los sabios de Sion
en fragmentos10. Luego, hizo una edi-
ción con un considerable número de ejemplares, y Ford se encargó de entregar gratuitamente
un volumen a todo aquel que comprase sus automóviles.
Ha habido muchas investigaciones periodísticas y documentales que demuestran la fal-
sedad del libro. En Suiza, en 1933, hubo un juicio legal que dictaminó que
Los protocolos de
los sabios de Sion
no son auténticos11. Eso no ha impedido que hoy siga siendo un libro muy
popular. En los países árabes, se sigue asumiendo su veracidad. Nasser, el dictador egipcio,
continuamente hacía referencia al libro12, y en su país, hace algunos años hubo una serie te-
levisiva dramatizando las reuniones de los sabios de Sion13.
En Occidente, los conspiranoicos tratan de ser un poco más racionales. Ellos admiten que
Los protocolos de los sabios de Sion
no son realmente las actas de un congreso judío secreto
a inicios del siglo XX. Pero, tal como el conspiranoico racista David Duke explica, un texto no
necesita ser literalmente verdadero, para expresar cosas más profundas. Así lo explica Duke:
es irrelevante si el texto original de
Los protocolos
fue escrito por agentes zaristas o no. De he-
cho, como señalo, son en realidad una obra de ‘ccióncon gran poder predictivo— lo mismo
que 1984 de George Orwell, o Un mundo feliz de Aldous Huxley”14.
Según Duke,
Los protocolos de los sabios de Sion
son falsos en el sentido de que nunca hubo
una reunión secreta de judíos tal como se describe en el libro; pero no son falsos en todo
sentido, pues sí existe una elite internacional judía que está haciendo cumplir muchas de las
acciones propuestas en el libro. De hecho, cuando se hizo muy evidente que
Los protocolos de
los sabios de Sion
no eran reales, Henry Ford pidió disculpas a los judíos, pero siguió insistien-
do en que ellos planicaban la dominación del mundo.
Más colorida es la teoría conspiranoica de David Icke. Según él,
Los protocolos de los sabios
de Sion
son obra de algún judío que deliberadamente la plagió de textos anteriores, buscando
desprestigiar a todo aquel que criticase a los judíos15. Así pues, el texto en cuestión cierta-
mente es un fraude, pero es también una táctica deliberada para hacer creer que no existe
10 Robert Singerman, “The American Career of the” Protocols of the Elders of Zion,
American Jewish History
71, no. 1 (1981): 48–78.
11 Laura Ymayo Tartako, “Synagogues, Cemeteries, and Frontiers: Anti-Semitism in Switzerland,
Society
54 (2017): 56–63.
12 Michael Sharno,
Defining the Enemy as Israel, Zionist, Neo-Nazi Or Jewish: The Propaganda War in Nassers Egypt, 1952-196
7
(Vidal Sassoon Internat. Center for the Study of Antisemitism, 2012).
13 Esther Webman, “Adoption of the Protocols in the Arab Discourse on the Arab− Israeli Conflict, Zionism, and the Jews,” in
The Global Impact of the Protocols of the Elders of Zion
(Routledge, 2012), 187–207.
14 David Duke, “Help Us Publish This Incredible New Book! & Watch New Video: The Illustrated Protocols!,” June 3, 2014,
https://davidduke.com/illustrated-protocols-zion/.
15 Daniel Allington and Tanvi Joshi, “‘What Others Dare Not Say’: An Antisemitic Conspiracy Fantasy and Its YouTube Audien-
ce,
Journal of Contemporary Antisemitism
3, no. 1 (2020): 35–54.
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Gabriel Andrade
Los protocolos de los sabios de Sion. Un texto que se niega a morir. PP: 183-188
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un complot judío. La mente conspiranoica se vuelve un espiral, y da giros para crear dobles o
triples teorías conspiranoicas.
Las ideas antisemitas inspiradas por
Los protocolos de los sabios de Sion
persisten. Pero,
sería un error pretender erradicarlas a través de la censura, tal como se ha intentado hacer
con
Mi lucha.
En nuestro mundo globalizado y saturado por tecnologías de información, es
imposible detener la circulación de ese texto. Mucho más efectivo es confrontar esas ideas,
exponiendo su carácter fraudulento, y persuadiendo racionalmente al público de que nunca
hubo una reunión secreta de judíos en el cementerio de Praga, ni tampoco los judíos dominan
el mundo.
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Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 190-203. Provincia de Pontevedra - España
Servio Tulio Baralt: una vida entre la gloria y la
tragedia
Servio Tulio Baralt: a life between glory and tragedy
Carmelo Raydan*
En febrero de 1915 muere en Caracas, en la cárcel de La Rotunda, como prisionero político
del régimen gomecista, Servio Tulio Baralt Faria, fotógrafo y cineasta maracaibero de mucho
prestigio en su momento y amplia obra realizada; quien paradójicamente es muy poco cono-
cido en la Venezuela de hoy, siendo mencionado mínimamente dentro de la historia de las dos
disciplinas grácas que ejecuto. A poco más de un siglo de su desaparición física, vamos a
colocar un grano de arena, en función de comenzar a hacerle el reconocimiento que aún no
ha recibido y que nosotros no dudamos en considerar que merece.
Nuestro hombre nace en Maracaibo el 11 de abril de 1876, hijo de Ignacio Baralt Echeto y Clo-
tilde Faria1; perteneciendo la familia a la elite social de la ciudad, que proviene de los tiempos de la
colonia. Sobre los estudios que realizo, tuvimos acceso a tres documentos que nos proporcionaron
sus propios descendientes: el primero, con fecha 14 de Julio de 1889, emitido por el colegio Sagra-
do Corazón de Jesús, probablemente de la ciudad de Maracaibo, certica que aprobó de manera
sobresaliente el curso de aritmética básica; el segundo, manuscrito por el vice-rector de la Univer-
sidad de los Andes, en la ciudad de Mérida, el 16 de Septiembre de mismo año ya mencionado
de 1889, informa que el joven Baralt”, con tan solo 14 años de edad , se matriculo para recibir las
clases correspondientes al primer año de Latín; y el tercer comprobante académico, nuevamente
escrito por el vice-rector de la señalada casa de estudios y fechado al año siguiente, el 20 de Agos-
to de 1890, informa que termino con calicación destacada la cátedra en cuestión2. No teniendo
nosotros conocimiento si continúo o no sus estudios universitarios y que grado académico obtuvo,
información que habrá que buscar en futuras investigaciones en los archivos de la ULA.
En el ámbito de las relaciones familiares, con Servio Tulio Baralt se nos presenta una situa-
ción muy particular, estaba vinculado con varios de los principales fotógrafos de Maracaibo.
Era primo hermano de Nemesio Baralt, hasta donde se sabe el primer fotógrafo profesional de
nuestra urbe del lago, ya que los progenitores de ambos eran hermanos de padre y madre3; primo
1 Acta de nacimiento de Servio Tulio Baralt Faria. Archivo de la Alcaldía de Maracaibo. Expedientes Matrimoniales. Año
1898. Tomo 104. Legajo 18.
2 Documentos manuscritos pertenecientes a Rafael José Baralt, nieto de Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoá-
tegui. 2006.
3 Kurt Nagel. “La Familia Baralt de Maracaibo y otras Alianzas”. Banco Occidental de Descuento. Maracaibo. 2011. Página 51.
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
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CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Carmelo Raydan
Servio Tulio Baralt: una vida entre la gloria y la tragedia. PP: 189-203
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segundo de Julio Cesar Soto, importante fotógrafo y cineasta maracaibero de entre nales del
siglo XIX y comienzos del XX, debido a que este era hijo extramatrimonial de Nemesio4; también
primo segundo de Arturo Lares Baralt, posiblemente el más importante fotógrafo de la capital
zuliana del siglo XIX, por causa de que la madre de este y su abuelo era hermanos de padre y
madre5; y yerno de Juan Bautista Maggiolo, destacado fotógrafo de la ciudad durante las últimas
décadas del siglo XIX, ya que en primeras nupcias se casó con la hija de él, Edilia Maggiolo6.
Las notas periodísticas de esa época relacionadas con nuestro investigado que logramos
ubicar abarcan 10 años, los cuales van desde 1905 hasta 1915; conteniendo en nuestra opi-
nión las informaciones más relevantes, las que se encuentra en los siguientes voceros: de
Maracaibo, en “El Fonógrafo” del 27 de Junio de 1905, en “La Guitarra” del 22 de Marzo de
1906, en “El Fonógrafodel 6 de Septiembre de 1906, del 24 de Septiembre 1908, del 17 de
Octubre y del 15 de Diciembre de 1911; de Caracas, en “La Bandera Española” del 30 de Junio
de 1908, en “El Constitucional” del 17 de Julio de 1908, en “El Tiempo” del 20 de Septiembre y
del 12 de Octubre de 1911; y de Valencia, en “El Cronista” del 13 de Agosto y del 2 de Octubre
de 1908. A esto hay que sumarle las no pocas informaciones que se encuentra en la revista
quincenal caraqueña “El Cojo Ilustrado” a partir del año 1911, cuando Servio Tulio se convierte
en uno de los principales fotógrafos de ese vocero impreso; destacando por su contenido los
ejemplares del 15 de marzo de 1911, donde se reseña el premio que obtuvo en Paris y el del 1
de marzo de 1915, donde en un muy pequeño obituario se informa sobre su muerte.
En Junio de 1905 anuncia en Maracaibo la inauguración de su taller fotográco, localizado en
la calle Carabobo, esquina con Urdaneta, a una cuadra de la Plaza Bolívar, y cuadra y media de la
galería de las hermanos Trujillo Duran, que posiblemente son para ese momento sus principales
competidores en el ocio; allí ofrece diversos tipos de trabajos, con la especialidad del retrato de
estudio en formato tarjeta postal iluminado y salpicado con brillantina7; establecimiento que para
Marzo de 1906 se mantiene en la misma dirección y ofrece los mismos servicios8. Parte para Cara-
cas en una fecha no determinada y luego de una corta estadía en esa ciudad, retorna a Maracaibo
en septiembre de ese mismo año de 1906, momento en el que avisa por la prensa que reabre su
taller por breve lapso, ya que ha decidido trasladarse denitivamente a la capital del país9.
Para 1907 ya se encuentra establecido en Caracas y dedicado a hacer fotografía y cine.
Con relación al segundo ocio, funda en asociación con su hermano Ignacio Baralt y con Ma-
nuel Delhom la empresa “Baralt y Compañía”, con la que realiza al menos tres cortometrajes
documentales, los cuales se exhiben, que se sepa, en Caracas y Valencia, los nombres de
estas cintas son: “Carrera de Caballos en el Hipódromo”, que muestra lo que indica el títu-
4 Testimonio oral de Consuelo y Rosaura Sánchez, bisnietas de Julio Cesar Soto. Maracaibo. Estado Zulia. 2010.
5 Kurt Nagel. OB CITT. Páginas 40 a 42.
6 IBID. Página 62.
7 Diario “El Fonógrafo”, del 27 de junio de 1905. Maracaibo.
8 Diario “La Guitarra”, del 22 de marzo de 1906. Maracaibo.
9 Diario “El Fonógrafo”, del 6 de septiembre de 1906.
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lo; “5 de Julio, Película Criolla”, que trata sobre un paseo por Caracas en el mencionado día
mostrando los actos ociales conmemorativos; y “Las Trincheras-Valencia”, que presenta una
visita del presidente Cipriano Castro a las dos localidades mencionadas; también hay noticia
de un cuarto lm titulado “Cazadores en Catuche”, que aunque no queda claro en la nota de
prensa si fue producido por la Empresa Baralt o solamente exhibido por esta, lo más probable
es que sea una creación de ellos; no conservándose en la actualidad, hasta donde tenemos
conocimiento, ninguna de estas producciones10.(10) Veamos un comentario que se publicó
en el periódico caraqueño “La Bandera Española” del día 30 de Junio de 1908, con motivo de
la película “Carrera de Caballos en el Hipódromo”.
Teatro Caracas
“Cada noche que trabaja el cinematógrafo de los señores “Baralt
y Compañía” en este coliseo, es un verdadero éxito el que alcanza.
Las películas locales que exhibe son de todo punto interesantes.
La de carrera de caballos en el hipódromo, superiorísima, no puede
pedirse más”.
Y ese mismo año de 1908, en septiembre, obtiene el primero de cuatro premios en fotogra-
fía que le son otorgados, uno nacional y tres europeos; logros sin lugar a dudas destacados,
que sin embargo no solo los está alcanzando el en la Caracas de esos años iniciales del siglo
XX, pues su colega y principal competidor, Pedro Ignacio Manrique, los estaba obteniendo
muy similares. El inicial de estos lauros lo conquista en el Bazar de Caridad, en Caracas, donde
le conceden primer premio con medalla de oro “por sus trabajos fotográcos”11. Pasan poco
más de dos años, y en febrero de 1911, obtiene en la Exposición Internacional de Paris, el gran
premio con medalla de oro y diploma; pudiéndose observar tanto la imagen ganadora como el
diploma en el ejemplar del 15 de marzo de 1911 de “El Cojo Ilustrado”. Trascurren apenas ocho
meses y en octubre de ese mismo año de 1911 obtiene en Londres otro triunfo fotográco,
hecho sobre el que nos informa el periódico caraqueño “El Tiempoy en Maracaibo se hace eco
“El Fonógrafo12. Finalmente, en diciembre, apenas a dos meses del logro anterior, es premiado
en Roma; veamos la nota que al respecto público “El Fonógrafo” del 15 de diciembre de 1911.
Repetidos triunfos
“Nuestro estimado amigo el señor Servio Tulio Baralt, ha obtenido
el diploma del gran premio de la exposición Riunite de Roma, 1911.
Con este son tres grandes premios ganados por el coterráneo, que
tan alto sabe poner el nombre del Zulia en el exterior. Por ello lo
felicitamos calurosamente”.
10 Varios Autores. “Filmografía Venezolana, 1897-1938”. Fundación Cinemateca Nacional. Caracas. 1997. Páginas 14 y 15.
11 Diario “El Fonógrafo, del 24 de Septiembre de 1908. Maracaibo.
12 Diario “El Fonógrafo, del 17 de Octubre de 1911. Maracaibo.
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Para Septiembre de 1911 su establecimiento fotográco se halla entre las esquinas de
Madrices y Marrón, local número 35, a menos de dos cuadras de la Plaza Bolívar, informán-
donos la publicidad del taller que este fue construido siguiendo los planos del estudio pari-
sino del afamado profesor Rentlinger13; sitio que será visitado por gran parte de la clase alta
capitalina de ese momento, para requerir sus servicios como retratista de estudio, como lo
demuestra la no pequeña cantidad de obras salidas de sus manos, que aún se conservan en
poder de algunas familias, de coleccionistas, y de varias instituciones privadas del ámbito
de la cultura, en la ciudad de Caracas. No pudiendo nosotros precisar desde que momento
labora en la mencionada ubicación urbana.
Con respecto al trabajo que Servio Tulio Baralt llevo a cabo para “El Cojo Ilustrado”, pode-
mos decir que las primeras imágenes que publico en ese órgano periódico fueron tres gra-
cas del manicomio de Maracaibo, las cuales vieron la luz pública en el ejemplar número 347
del 1 de Junio de 1906, mientras que la ultima es un retrato de la señorita Cecilia Díaz Paul,
que se presentó en la edición número 511 del 1 de Abril de 1913; siendo sus años de mayor
actividad en la revista 1911 y 1912, cuando es uno de sus principales trabajadores grácos
y publico allí cientos de imágenes. Sobre los géneros que ejecuto durante sus años de activi-
dad en el quincenario caraqueño, determinamos que fueron cuatro: el primero de estos es el
retrato en estudio, el cual a su vez lo desarrollo en cuatro modalidades, de niños, de damas
jóvenes, de personajes prominentes y de actores interpretando escenas particulares, donde
lo importante no es la persona retratada sino la actuación que está representando; en segun-
do lugar, tenemos ceremonias ociales del gobierno gomecista, correspondiendo muchas de
estas a los festejos del centenario de la independencia nacional; en tercer lugar, encontramos
ambientes urbanos caraqueños en sus labores cotidianas; y por último, imágenes de edica-
ciones públicas de asistencia social en actividad.
Y da comienzo, en algún momento no ubicado por nosotros, lo que será la última aventura
profesional del creador maracaibero. Con motivo de la conmemoración en el país de la prime-
ra centuria de los hechos ocurridos el 19 de abril de 1810 y del 5 de julio de 1811, que dieron
inicio a nuestra gesta independentista, el gobierno de Juan Vicente Gómez lo contrata para la
realización de una serie de fotografías que muestren monumentos históricos y edicaciones
gubernamentales destacadas, de la ciudad de Caracas y otros sitios del centro del país, dán-
dosele por nombre al conjunto graco encargado “Álbum del Centenario”. Es de suponer que
por lo amplio del encargo, la empresa le ocupo a nuestro fotógrafo varios meses de trabajo,
pero no tenemos la certeza de que lo haya llevado hasta el punto por el deseado, porque los
sucesos dramáticos que le acontecieron durante ese periodo de su vida, nos inducen a pen-
sar que posiblemente el proyecto fue cancelado antes de su nalización; y muy relacionado
con este conjunto de circunstancias que se presentaron, el trabajo hecho nunca tuvo ningún
uso por quien lo ordeno, desde que fue entregada la obra hasta el día de hoy, esta descansan
afortunadamente a buen recaudo, pero olvidada y desconocida.
13 Diario “El Tiempo”, del 20 de septiembre de 1911. Caracas.
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Con relación a la situación actual (año 2023) de ese muy importante conjunto de fotogra-
fías, hasta donde nosotros hemos logrado conocer, en Caracas se conservan dos juegos de
imágenes originales del mencionado álbum. Uno está en la Ocina del Cronista de la ciudad,
en su portafolio original de más de cien años, en un estado de conservación de mediano de-
terioro, el cual no está a disposición del público. Y el otro se encuentra en el Archivo Audio-Vi-
sual de la Biblioteca Nacional, en dos álbumes con tapas de madera de confección reciente,
hallándose este segundo conjunto en mejores condiciones de preservación que el de la oci-
na del cronista y siendo posible su revisión por cualquier persona que así lo desee. El primer
grupo están conformados por 49 fotografías, de tamaño 25 por 34 centímetros, faltando una
de su hoja de resguardo, que en algún momento fue sustraída y que debe ser localizada y
restituida; estas se encuentran adheridas a una cartulina algo mayor, que genera un borde de
varios centímetros en torno a las imágenes, estando identicado el motivo documentado con
su nombre en la parte inferior-central del folio. El segundo grupo, el de la Biblioteca Nacional,
está constituido por 67 gracas del mismo tamaño y montadas en el mismo tipo de cartuli-
nas que las de la Ocina del Cronista, pero hay 17 copias fotográcas repetidas, lo que nos
da un total de 50 sitios registrados, es decir, una imagen más que en el primer archivo, donde
falta una. Ambos conjuntos contienen las mismas imágenes, siendo la primera de estas un
retrato de Juan Vicente Gómez, presidente de la nación para ese momento y quien encargo
la realización del álbum, luego tenemos 47 gracas caraqueñas de instituciones públicas y
monumento históricos, habiendo también tres fotografías de la población de Puerto Cabello,
dos de actividades navieras y una de una plaza pública.
Llegados a este punto es necesario expresar cuatro ideas con relación al “Álbum del Cen-
tenario”. Primera, seria de valor indagar en ambas instituciones mencionadas, como fueron las
circunstancias de la adquisición de los conjuntos grácos en cuestión y cuánto tiempo tienen
guardados en cada una de ellas; asunto del que no nos ocupamos en la presente pesquisa.
Segunda, no es del todo descartable que puedan existir más juegos de copias fotográcas de
dicha compilación, en manos de otras instituciones públicas o entes privados. Tercera, es per-
tinente mencionar que todas las fotografías fueron hechas con una estética positivista, debido
a ser esa la corriente losóca que para esa época prevalecía en las elites gobernantes en toda
Latinoamérica y también a la circunstancia innegable de que el trabajo fue encargado desde el
poder político, siendo uno de sus objetivos la promoción del régimen gomecista; realidad que no
le quita valor a la obra como importante documento gráco de la Caracas de esos años. Y, por
último, señalar que en ninguno de los dos acopios grácos se menciona el nombre de Baralt, sin
embargo, su autoría para nosotros no tiene dudas por dos motivos, primeramente, por la rme
tradición oral que así lo señala entre sus familiares y los trabajadores de las dos instituciones
donde se resguarda ese legado, y en segundo lugar, debido al hecho comprobable de que varias
de ellas fueron publicadas durante esos años por “El Cojo Ilustrado”, con el nombre de su autor.
Volvamos con los datos biográcos de nuestro creador de imágenes. Luego de su última
fotografía publicada por “El Cojo Ilustrado”, en la edición del 1 de abril de 1913, no encontra-
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mos más informaciones sobre el hasta la que nos proporciona nuevamente la misma revista,
en su número del 1 de marzo de 1915, cuando en un muy pequeño texto nos comunica su
muerte. Por otro lado, de fuente oral que provienen de su propia familia, se nos señala que
murió preso en febrero de 1915, posiblemente asesinado, siendo un recluso político en la cár-
cel La Rotunda, en Caracas14. Tenia para ese momento la edad de 39 años y le pudo dedicar
a la creación gráca tan solo ocho años. Este dramático e inesperado acontecimiento nos
plantea la siguiente pregunta. ¿Qué actividad estaba llevando a cabo que lo hizo destinatario
de semejante destino? A nosotros se nos ocurre plantea la hipótesis de una posible relación
cercana entre nuestro fotógrafo y el derrocado Presidente Cipriano Castro, quien para estos
años que estamos tratando se hallaba en las islas del Caribe, imposibilitado de entrar al país,
y vigilado por agentes del gobierno gomecista15;(15) un indicio que nos lleva a esa conjetura
son los dos cortos cinematográcos publicitarios de su gestión, que Servio Tulio le realizo a
Castro en 1908, uno, sobre los festejos ociales del 5 de Julio de ese año, y el otro, con mo-
tivo de la visita de este a las localidades de Valencia y Las Trincheras, ambos llevados a cabo
pocos meses antes de ser destituido por su vicepresidente y compadre Juan Vicente Gómez,
en diciembre de 1908, aprovechando la ausencia de Castro en Venezuela, quien por razones
médicas se hallaba en ese momento en Alemania16.(16)
Ahora bien, independientemente de cual fuera la causa de los trágicos sucesos que le cos-
taron la vida a nuestro investigado, no es difícil llegar a la conclusión que el principal motivo
que explica su actual desconocimiento como fotógrafo, cineasta y gura histórica integral, es
el hecho de haber pasado los últimos años de su vida y haber muerto siendo un proscrito, el
cual según los intereses de la dictadura gomecista debía ser borrado de la memoria nacional.
Finalmente, antes de terminar este corto ensayo, nos sentimos en la obligación de invitar
a los estudiosos de nuestro pasado, a ocuparse de un actor social como Servio Tulio Baralt
Faria, quien a más de cien años de su muerte en manos de un régimen oprobioso y casi no-
venta de la desaparición de dicha dictadura, aún se halla en el olvido al que esta lo condeno.
En el presente momento de la historia política venezolana, cuando con razón está siendo
reexaminado todo lo que se nos contó sobre los acontecimientos pretéritos de nuestro país
y del mundo, es de mucha pertinencia hacer visible a este creador y colocarlo en el lugar que
con justicia le corresponda.
14 Testimonio oral de Rafael José Baralt, nieto de Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoátegui. 2006.
15 Siso Martínez. “Historia de Venezuela”. Editorial Yocoima. Ciudad de México. 1968. Pagina 649.
16 Siso Martínez. “Historia de Venezuela”. Editorial Yocoima. Ciudad de México. 1968. Página 648.
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Universidad Central
Hospital Vargas. Servicio de ginecología
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Palacio de Miraores. Patio principal
Paraninfo de la Universidad Central
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Hospital Militar
Bajo un dombo japonés. Señorita Carmen Luisa Blanco
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Bella caraqueña
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ISSN 2660-9037199
Concurso de El Cojo Ilustrado. Espejo natural. María Teresa Guerrero Páez y Carmen Dolores Carreño
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Bernado Jambrina
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Servo Tulio Baralt
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Fuentes Bibliográficas
Fernández, Angélica y De Sousa, Jessica. “Recopilación de la Biografía y la Obra Fotográca
de Servio Tulio Baralt”. Tesis de grado inédita para optar al título de Licenciado en Comu-
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Martínez Siso.
Historia de Venezuela.
Editorial Yocoima. Ciudad de Mexico. 1968.
Nagel, Kurt.
La Familia Baralt de Maracaibo y Otras Alianzas.
Banco Occidental de Descuento.
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Raydan, Carmelo.
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Varios Autores. “Filmografía Venezolana, 1897-1938”. Fundación Cinemateca Nacional. Ca-
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Fuentes Manuscritas
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dientes Matrimoniales. Año 1898. Tomo 104. Legajo 18.
Constancias estudiantiles emitidas por el colegio Sagrado Corazón de Jesús y por la Univer-
sidad de los Andes, en los años 1889 y 1890. Propiedad de Rafael José Baralt, nieto de
Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoátegui. 2006.
Fuentes orales
Rafael José Baralt, nieto de Servio Tulio Baralt. Puerto La Cruz. Estado Anzoátegui. 2006.
Consuelo y Rosaura Sánchez, bisnietas de Julio Cesar Soto. Maracaibo. Estado Zulia. 2010.
ISSN 2660-9037 204
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 204-218. Provincia de Pontevedra - España
Pensando en la Educación desde la otra orilla
Thinking about Education from the other shore
Valmore Muñoz Arteaga*
Crucemos a la otra orilla
“Jesús regresó en una barca a la otra orilla, narra San Marcos, y como una gran multitud
se reunió alrededor de él, decidió quedarse en la orilla del lago” (5, 21). Anteriormente escribe
el mismo Marcos: “Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: Crucemos a la otra orilla”
(4, 35). El evangelio según San Marcos es el más antiguo de los cuatro. Se arma que los
evangelios de Mateo y Lucas fueron desarrollados a partir de su narración. Se trata del evan-
gelio de la buena noticia. Además es el más breve de los evangelios. Sin embargo, también
expone una idea que siempre me ha seducido. Una idea que es una invitación: cruzar hacia la
otra orilla”. ¿Qué puede decirnos hoy esta invitación de Jesús? En especial hoy que seguimos
luchando, al menos en Venezuela, contra la pandemia y una crisis humanitaria escandalosa-
mente dolorosa. En estas breves palabras, compartiré lo que a mí me dice.
El lósofo francés Jean-Luc Marion, abordando un análisis sobre el tema de lo erótico,
arma que el amor ha sido silenciado, que el hombre de nuestro tiempo ya no dispone de
palabras para nombrar al amor. De una manera más sutil, Benedicto XVI sostiene esta idea en
Deus caritas est, su primera carta encíclica. Marion, así como tantos otros pensadores, seña-
lan que el racionalismo moderno nació con una carencia y esta carencia se cocina a partir de
la represión del amor. Marion, especialista en el pensamiento de René Descartes, sostiene que
esta represión se descubre con todas las letras en la denición que Descartes le asigna al ego.
Para Descartes, el hombre es una cosa pensante, o sea que duda, que arma, que niega,
que entiende pocas cosas, que ignora muchas, que quiere y que no quiere, que también ima-
gina y que siente. En tal sentido, y por omisión, que no ama ni odia, lo cual parece evidencia,
al menos para Marion, que amar no forma parte de los modos primarios del pensamiento y
por lo tanto no es resaltada como propiedad primaria del ego. El amor quedó relegado y arro-
jado al descarte racional. El amor quedó en permanente estado de sospecha y todo cuanto
él pueda envolver.
Adolphe Gesché en su libro El Sentido, uniendo su voz a la de tantos pensadores, arma
que para que el ser humano pueda construir el sentido no se puede conar exclusivamente
* Profesor del Colegio Mater Salvatoris. https://orcid.org/0000-0002-8899-8287
Recibido: 5/11/2022
Aceptado: 10/3/2023
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en la racionalidad. Necesitamos otro campo más amplio. Gesché lo resalta como imaginario,
otros lo señalan como irracionalidad, en mi caso preero hablar de sensibilidad.
Imaginario, irracionalidad o sensibilidad, se trata de un espacio en el cual la persona busca
la forma de comprenderse y dar sentido a su existencia. Este espacio, como potencia uni-
cadora, va innitamente más allá de nuestra razón, concluye. La razón tiene sus límites y los
tendrá siempre. Quizás por ello los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35) no lograron compren-
der aquel ardor en el corazón cuando el “extraño” peregrino les hablaba por el camino. A este
espacio en constante estado de sospecha pertenece el amor, la otra orilla a la que Jesús nos
invita.
San Francisco de Asís vivió permanentemente en esa otra orilla. Ese San Francisco que
inspira dos documentos fundamentales del magisterio petrino: Laudato Si y Fratelli Tutti. Do-
cumentos que son una permanente invitación a dar un profundo cambio antropológico que
nos permita reconocernos los unos a los otros desde la mirada de Cristo, quien es, en
mismo, la otra orilla.
Esa otra orilla es un grito de apertura, de quiebre con un sentir que no siente porque piensa
demasiado en el cálculo político, social, cultural, económico y religioso. Un grito que denun-
cia que la fe no puede cerrarse, replegarse en misma, pues se vuelve histérica, paranoica,
absurda, seca de amor. En la otra orilla podemos recuperar la verdadera fe que permite que
aguardemos en la esperanza. En la otra orilla nos espera la posibilidad de pensar y concebir
al mundo desde otra perspectiva, una más amable, una más vivible. Entonces, ¿por qué no
indagar en una Educación que venga de esa otra orilla?
Educación, amistad y ternura
Pierre Hadot, lósofo francés, nos regaló con su obra, la enseñanza de contemplar la épo-
ca griega como un momento en el cual la adopción de una visión losóca implicaba una
modicación de la propia existencia con la nalidad de poner en conformidad su teoría y su
práctica. En su libro ¿Qué es la Filosofía Antigua? Arma que el discurso losóco nace de
una elección de vida y de una opción existencial. En esta armación de Hadot podemos re-
saltar lo que efectivamente somos los hombres: seres capaces de distinguir el Bien del Mal,
lo justo de lo injusto, la tierra del cielo, lo Bello de lo Feo. El hombre es un ser de cultura y la
cultura nos aleja de la naturaleza, de lo instintivo, nos sustrae de las obligaciones que some-
ten ciegamente a los animales, que no tienen elección.
“¿Hay que civilizar al hombre o hay que dejarlo abandonado a su instinto?”, se pregunta
Diderot. La pregunta del enciclopedista nos conduce irremediablemente a pensar en la Edu-
cación y las posibilidades que ella brinda para alimentar el interior del hombre con el alimento
necesario para poder discernir con mayor provecho sobre él, sobre el otro, sobre todo. La
Educación le permite al hombre edicar un tipo de sociedad que no sea reducida, simple y
limitada, que no sea ja y que, por lo tanto, evolucione. El hombre, por medio de la Educación,
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puede deshacerse de la bestialidad, dándole una forma, no solo creativa, sino de provecho
para sí y para los demás.
La Educación, en tal sentido, debería promover lo humano. Humberto Maturana señala
que es en el conversar donde somos humanos, ya que lo que vivimos lo traemos a la mano y
conguramos en el conversar. “Todo lo espiritual, lo místico, los valores, la losofía, la historia,
pertenecen al ámbito de las relaciones en lo humano que es nuestro vivir en conversaciones.
En el conversar construimos nuestra realidad con el otro”. La Educación es camino para es-
tablecernos una losofía de vida frente a la existencia y de posibilitar los espacios para la
conversación.
Pensando en Nietzsche, Derrida, lósofo francés, indica que es en la semejanza donde
siempre nos asemejamos al otro. Entiende que es uno el que inicialmente impone reglas,
uno dene y el otro cede. Por ello, cree que, tanto en esta relación esporádica de dominación,
existe la amistad que será, o debería ser, el sustento de la existencia.
La amistad es el vivir, la aceptación del otro, en la legitimidad del otro, en la convivencia,
sin exigencia, sin peticiones y sin juicios, escribe Humberto Maturana, como un espacio en
el cual todo es posible y legítimo, incluso el desacuerdo y la discrepancia. Cuando le exigi-
mos al amigo o el amigo nos exige ser de cierta manera, la amistad se compromete. El Papa
Francisco en su magisterio nos ha hablado sobre la importancia que para la existencia de la
humanidad tiene la amistad. Menciona la amistad social como una necesidad para la buena
convivencia, pues es un regalo para la vida y un don de Dios.
La Educación debe procurar salir al encuentro de nosotros mismos para reencontrarnos
con el otro. Para ello debemos hacer nuestra la convicción de que “no hay amor más grande
que aquel que da la vida por los amigos”. Armó San Josemaría que no debemos permitir que
crezca la hierba mala en el camino de la amistad. Estos tiempos de pandemia fueron propicios
para enseñar que no abandonar al otro cuando llegan las dicultades, ni traicionar, ni envidiar,
mucho menos hablar mal ni permitir que sea criticado. Quienes tenemos responsabilidades
de aula nos toca promover entre los alumnos que aprendan a alentarse y apoyarse sin vender
humo, como dice Francisco, sino haciendo el aguante: “el aguante de saber que somos felices,
porque tenemos un Padre que está en el cielo”. La amistad es el vivir, la aceptación del otro, en
la legitimidad del otro, en la convivencia, sin exigencia, sin peticiones y sin juicios, escribe Hum-
berto Maturana, como un espacio en el cual todo es posible y legítimo, incluso el desacuerdo y
la discrepancia. Cuando le exigimos al amigo o el amigo nos exige ser de cierta manera, la amis-
tad se compromete. El Papa Francisco en su magisterio nos ha hablado sobre la importancia
que para la existencia de la humanidad tiene la amistad. Menciona la amistad social como una
necesidad para la buena convivencia, pues es un regalo para la vida y un don de Dios.
La Educación debe procurar salir al encuentro de nosotros mismos para reencontrarnos
con el otro. Para ello debemos hacer nuestra la convicción de que “no hay amor más grande
que aquel que da la vida por los amigos”. Armó San Josemaría que no debemos permitir que
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crezca la hierba mala en el camino de la amistad. Estos tiempos de pandemia fueron propi-
cios para enseñar que no abandonar al otro cuando llegan las dicultades, ni traicionar, ni
envidiar, mucho menos hablar mal ni permitir que sea criticado. Quienes tenemos responsa-
bilidades de aula nos toca promover entre los alumnos que aprendan a alentarse y apoyarse
sin vender humo, como dice Francisco, sino haciendo el aguante: “el aguante de saber que
somos felices, porque tenemos un Padre que está en el cielo”.
El grandioso escritor Oscar Wilde pensaba que en el arte como en el amor es la ternura la
que da la fuerza. La ternura no es blanda. Eso lo comprendió la doctora Elisabeth Kübler-Ross
cuando, al acompañar a miles de enfermos en su camino a la muerte, el recuerdo frecuente
en ellos no estaba atado al éxito o al triunfo, sino con experiencias profundas con un ser
amado, esos momentos de intimidad abrazados al abrazo de la ternura. Maturana resalta a la
ternura como expresión de que uno, al aceptar al otro en su legitimidad, lo acoge; es moverte
con el otro en esa visión que los acoge y en la cual uno descubre sus deseos y sus necesida-
des y las toma en cuenta en su vivir.
Esta ternura debe invadirse por la revelación de Dios como Amor, así lo reconoce Chiara
Lubich cuando arma que podemos comprobar en nuestra historia, desde el comienzo ha
estado presente un único educador, el Educador por excelencia, es decir, Él: Dios Amor, Dios
Padre. “Es Él quien tomó la iniciativa con nosotros, quien nos ha acompañado, nos ha reno-
vado y regenerado”. Tomó la iniciativa atándonos desde el principio “con lazos de ternura, con
cuerdas de amor, los atraje hacia mí. Los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pe-
cho” (Os 11,4) Lazos que, de alguna manera, nos abren a una experiencia de cercanía sensual
de la caricia, permitiendo volver a establecer al amor como una posibilidad de refundarse el
fenómeno social. Somos hijos del amor. Comprender esto es algo absolutamente esencial
para comprender lo humano. El amor es, concluye Maturana, un elemento fundamental desde
el útero hasta la tumba.
En la otra orilla se educa la interioridad
Escribió Antonio Rosmini en su
Introducción a la Filosofía
que más allá de la ciencia hay un
mundo real, que se escapa a menudo a los ojos de los cientícos y de los lósofos y, en este
mundo, vive en gran parte el hombre, que no vive solo de ciencia. Advertía el sacerdote y ló-
sofo italiano lo que la Modernidad y el Positivismo no pudieron, ni quisieron comprender. En
los últimos siglos la racionalidad cartesiana y positivista ha ido relegando progresivamente la
espiritualidad y todo tipo de racionalidad ajena a la certeza al ámbito de una subjetividad esté-
ril e incluso, en algunos casos, enfermiza. Y aunque el mundo fue desarrollándose a partir del
dato cierto y el cálculo, a pesar de ello, comenzaron a proliferar cursos de crecimiento perso-
nal, terapias alternativas, técnicas orientales de meditación y nuevas visiones de religiosidad
que fueron denunciando la existencia de un vacío de las fórmulas y los números no podían
llenar. El ser humano entendió intuitivamente que hay algo más y que, como señaló Rosmini,
no vive solo de ciencia.
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Se han identicado tres grandes causas que han inuido en cierta tímida recuperación
de la espiritualidad. Se señala el interés por la interioridad como balanza al efecto deshu-
manizador de la tecnologización que vivimos como sociedad y que, como se ha denunciado
reiteradamente, puede derivar en una peligrosa concepción mecanicista del ser humano. En
segundo lugar, el fenómeno migratorio ha acercado a los pueblos cuyo modo de pensar no
ha desistido de mantener la mirada puesta en el misterio de la vida cotidiana. En último lugar,
el paso rme que viene dando la psicología humanista en la formulación de nuevos marcos
teóricos, entre ellos la educación emocional que ha abierto un camino en el abordaje del tema
de la interioridad. Camino que ha ayudado a superar las tradicionales reticencias entre las
ciencias humanas y la espiritualidad.
Debido a estos acercamientos vienen desarrollándose interesantes propuestas que apun-
tan hacia formulaciones que ayuden a educar la interioridad con la nalidad de perder el
temor y los recelos de pensar con los sentimientos. Acercamientos que pausadamente vie-
nen estableciendo puentes que permitan ir superando las concepciones negativas con las
que hemos venido asumiendo la interioridad del hombre. Josep Otón, profesor en el Instituto
Superior de Ciencias Religiosas de Barcelona, arma que el interior humano requiere ser ex-
plorado y trabajado para descubrir en él los destellos de la dimensión trascendente de la exis-
tencia. Educar la interioridad implica una doble acción: 1.- posibilitar la emergencia de aquello
que brota del interior; y 2.- canalizar este material psíquico para aprovechar su potencial sin
distorsionar la vida consciente. Pensar en educar la interioridad nos obliga a asistirnos con
la etimología del término educar. Por un lado, procede del verbo latino educere, que signica
sacar de dentro”. Por otro lado, tenemos la segunda etimología que se le atribuye al verbo
educar que es educare, cuyo signicado es “conducir”.
A través de la acción educere-educare¬ se puede ir congurando el espacio interior que,
como es sabido, es moldeable. Tanto la Literatura como la Música son vehículos apropiados
para poder conducir hacia el exterior aquello que se oculta en lo profundo del ser humano.
Escribe Rainer Maria Rilke en sus
Cartas a un Joven Poeta:
“Su mirada se dirige hacia lo exterior
y eso es precisamente lo que ahora no debería hacerExiste sólo un remedio. Adentrarse en
sí mismo… Excave dentro de sí mismo en busca de una respuesta profunda”. La Literatura
puede ayudarnos a hallar el paraíso que brota brevemente, en fragmentos deslumbrantes. Nos
muestra la ruta hacia lo profundo del bosque para beber del silencio introvertido de los árboles.
Sin embargo, el mundo que concebimos hoy tiene a la Literatura, así como al universo
de la interioridad humana como algo inútil. Algo ajeno a los presupuestos, el cálculo, las ga-
nancias. Un mundo utilitario que ha hecho que un martillo valga más que una sinfonía, un
cuchillo más que una poesía, una llave inglesa más que un cuadro; porque, como resalta
Nuccio Ordine, es fácil hacerse cargo de la ecacia de un utensilio mientras que resulta cada
vez más difícil entender para qué pueden servir la música, la literatura o el arte. El utilitarismo
ha transformado al bello albatros de Baudelaire en algo feo y grotesco. Una educación de la
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interioridad puede ayudar al hombre a reencontrarse con la convicción de que lo inútil puede
hacer que cualquier cosa sea más bella.
La poesía, ya lo armaba Ionesco, la necesidad de imaginar es tan fundamental como
lo es respirar. Respirar es vivir y no evadir la vida. En su discurso de recibimiento del Premio
Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa señalaba que “un mundo sin literatura sería un mundo
sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser
humano sea de veras humano: la capacidad de salir de sí mismo y mudarse en otro, en otros,
modelados con la arcilla de nuestros sueños”.
Educar la interioridad permite reconocerse desde dentro, relacionarse desde lo auténtico
y lo profundo para poder encontrar un equilibrio personal. La interioridad no es un espacio
al cual se le debe temer o desconar. Todo lo contario. Teológicamente hablando, se una
experiencia de encuentro con Dios y conmigo mismo, implica una cierta soledad, sí, pero una
soledad que me regresa al corazón, una soledad que me vuelve hacia el centro de mi propio
ser en donde encuentro mi verdadera identidad.
¿Poesía? ¿Educar una razón poética?
Desde el reconocimiento de su obra en la segunda mitad del siglo XX, la importancia de la
obra de María Zambrano ha venido creciendo vertiginosamente. Su obra ha sido ampliamen-
te estudiada por el universo académico vinculado a la Filosofía, aunque no resulta obligatorio
mencionar que es, además una de las mejores plumas del siglo XX, por ello resulta ser la
primera mujer en obtener el Premio Cervantes de Literatura en 1988. Destaco de su magníca
obra Filosofía y Poesía (1939), donde aborda la relación entre el pensamiento losóco y la
poesía a lo largo de la historia cultural de Occidente, cuyo origen sitúa en Grecia.
A partir de la reprobación platónica de los poetas en La República, losofía y poesía uyen
apartadas como formas de racionalidad y de discurso análogos cuyo fondo magmático es
similar, pero con distintos itinerarios, proyectos y caminos. María Zambrano apuesta por una
voluntad de conciliación entre pensamiento y poesía, el hallazgo de un logos mediador que
armonice la palabra losóca con la palabra poética, y que encuentra en el propio estilo lite-
rario de la autora un vehículo perfecto de expresión. Precisamente, los tiempos aciagos que
transcurren exigen, o parecen exigir, la posibilidad de plantearnos una educación que tenga
como columna vertebral un razonar poético.
Cuando pienso en razonar poético, a pesar de hacerlo a partir de una idea formulada por
María Zambrano, no dejo de reconocer y de valorar lo que Nietzsche nos brinda desde su
losofar a martillazos, según el cual nos enmarca en una invitación arriesgada, pero seduc-
tora: vivir es inventar. Una vida que contemple un estado de ensueño que llene de sentido a
la propia vida. Tendríamos que destacar también a otro español, José Ortega y Gasset para
quien la escisión entre vida y razón restaba notablemente peso a la existencia, puesto que el
tema de nuestro es precisamente la vida.
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María Zambrano le habla al hombre de esta hora invitándolo a que se plantee la necesidad
de un saber sobre el alma, como hiciera en 1934, transformando la razón vital orteguiana en
razón poética. Muchas voces aseveran que los poetas hacen losofía por medio de sus poe-
mas, es más, que en la poesía podemos hallar más losofía, así como un tipo de verdades
distintas y más profundas, que en muchas obras estrictamente losócas, es decir, que en
ensayos, artículos y tratados losócos.
En este sentido, Wordsworth arma en el prólogo a sus Baladas Líricas, de algún modo
siguiendo a Aristóteles, que “la poesía es la más losóca de todas las formas de escritura
[…] su objeto es la verdad, no individual y local, sino general y operativa; no dependiendo de la
evidencia externa, sino revivida en el corazón por la pasión”. Otro gran poeta norteamericano
y amigo del anterior, Samuel Coleridge, pensaba de manera similar, pues consideraba que uno
no podía ser un gran poeta sin ser al mismo tiempo un profundo lósofo”, implicando que el
gran poeta construye un pensamiento orgánico a través de su poesía.
Una Educación forjada a la luz de un razonar poético brindaría unidad compuesta de ins-
tantes fugaces que le acercan a cierta musicalidad, cierta sensibilidad que la conducen a
ir más profundamente, hasta la raíz del conocimiento. Un razonar poético le abre al pensa-
miento la posibilidad de palabras transidas desde la sangre para escribir con sangre lo que se
piensa desde el cuerpo. Una razonar poético le abre el corazón al pensamiento para que este
se abra a la vida y disuelva su alma entre las pasiones, los intersticios de la cotidianidad, para
llenar de sentido y sensibilidad el acto siempre lejano del pensar.
Poesía y razón se completan y requieren una a otra, insiste Zambrano. Por eso defendió la
idea de entender lo que se siente, sin anularlo, sin dejar de sentirlo; por “una inteligencia que
rescata a lo más alejado de ella”, pues hay que “ir llevando el sentir a la inteligencia”. De tal
forma que la razón poética de Nietzsche, esa que labraba interpretaciones librescas y daba
rienda suelta a la imaginación, esa loca que incita a vivir creativamente, ofrecía un mayor
conocimiento de nosotros mismos (aunque no total), del hombre íntegro, que el que ofrece el
soberbio racionalismo moderno, tal como esperaba la propia Zambrano.
Educar para vivir poéticamente
Escribe el poeta alemán, Friedrich Hölderlin (1770-1843), “bendice cuanto te suceda,
propenso a la alegría”. El poema se llama Valor Poético, escrito entre 1799-1802. Curiosa-
mente, la vida del poeta no fue precisamente un camino de gozo y alegrías. Todo lo contrario.
Sin embargo, resulta maravilloso leer estos versos en quien tanto sufrió. Precisamente en
esos años de composición del poema, Hölderlin comenzó a cobrar clara consciencia de sus
problemas mentales que lo conducían a espesos estados depresivos. Sin embargo, nos pide
que bendigamos todo lo que nos sucede e intentemos ser proclives a la alegría.
En otro poema escribe unos versos cargados de luces para motivar a construir una educa-
ción que enseñe a vivir poéticamente: “¿Puede cuando la vida es toda fatiga, un hombre mirar
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hacia arriba y decir: así quiero yo ser también? Sí. Mientras la amabilidad dura aún junto al
corazón, la Pura, no se mide con la mala fortuna, el hombre con la divinidad. ¿Es desconocido
Dios’ ¿Es maniesto como el cielo? Esto es lo que creo más bien. La medida del hombre es
esto. Lleno de méritos; sin embargo, poéticamente, habita el hombre en esta tierra. Pero más
pura no es la sombra de la noche con las estrellas, si yo pudiera decir esto, como el hombre,
que se llama una imagen de la divinidad. ¿Hay en la tierra una medida? No hay ninguna”.
Estos versos condujeron al lósofo, también alemán, Martin Heidegger, a plantear la idea
de un habitar poético a partir de cuestionarse, por ejemplo: ¿cómo puede el hombre habitar
poéticamente cuando su habitar es el alojamiento determinado por el mundo del trabajo, de
la empresa, e incluso del placer cuando hay un ordenamiento de su tiempo libre?
La Educación es un camino lleno de posibilidades para esta aspiración de un vivir poético.
En primer lugar, ¿a qué se reeren Hölderlin y Heidegger con vivir poéticamente? Se reeren
a buscar un despertar de la conciencia del poder revelador de la palabra que nos habita, una
extrañeza para muchos hoy día. Una palabra con la que deberías restablecer una relación
existencial es contemplar. Contemplar se sostiene sobre la posibilidad de estar siempre aten-
tos. Comprender que el conocimiento es mucho más que clasicar y poder predecir com-
portamientos. Los Evangelios nos animan en este sentido a “mirar las aves del cielo: [que]
no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No
valéis vosotros más que ellas?” (Mt 6, 26). Ver los pájaros del cielo es mirarlos volar y volar
con ellos. Contemplar solicita de nosotros detenernos, tener calma, tratar de hallar la ausen-
cia de ansiedad, precisamente para poder mirar las aves que vuelan.
Nos recuerda el poeta Armando Rojas Guardia que vivimos dentro de una sociedad que
se quiere a misma productivista y económicamente competitiva, regida por la entroniza-
ción de la mercancía, en medio de la cual la palabra poética no es rentable, no se traduce en
dividendos lucrativos, habla desde una esfera cualitativa que no se deja reducir a lo empírica-
mente cuantitativo y vericable, escapa de los alcances de la mera racionalidad instrumental
y técnica. Esa racionalidad instrumental y técnica impulsa al hombre a vivir en la agitación
constante: el tiempo vale oro. Pésima interpretación para poder aprovechar el día. Aquí se
camina sin preguntar” como advierte Rafael Cadenas.
Desafortunadamente, la vida del estudiante se ha transformado también en un mercado
donde lo importante no es el conocimiento, sino la calicación¸ ese numerito frío, sin vida, que
dice todo sin decir nada. Se ha perdido el gozo por el sabor del saber para salir tras una carre-
ra universitaria y continuar allí el afán numerológico. Ellos, los alumnos, y nosotros, los docen-
tes, corriendo nuestra propia carrera, hemos olvidado que somos personas: bloque sensorial,
psíquico y espiritual de atención ante toda la dinámica existencial de la propia vida, ante la
expresividad del mundo, ante la sinfonía de detalles cotidianos en los que esa expresividad
se concreta. “¿Puede, cuando la vida es toda fatiga, un hombre mirar hacia arriba y decir: así
quiero yo ser también?”, se pregunta Hölderlin.
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El lósofo coreano-alemán, Byung-Chul Han, señala que uno de problemas que atravesamos
en la actualidad es el ritmo de vida acelerado, la prisa constante, que nos promete una vida mejor,
más dichosa, pero difícil de alcanzar, y la gran mayoría de las personas nos damos cuenta de
que esa promesa se aleja o simplemente no llega. A cambio, quedamos agotados, anestesiados,
desmotivados, e incluso vanagloriándonos de nuestro cansancio como sinónimo de éxito, lo que
más bien es un síntoma de una vida alienada y desconectada de nosotros mismos.
La Educación debe transformarse en una ventana que aproxime al hombre a lo que, hasta
ahora, ha sido considerado inútil, pero que, justamente, son los aspectos que le dan sentido
a la vida: la sensibilidad, el arte, la música, aquellas pequeñas cosas donde son alumbrados
los detalles de lo cotidiano. La Educación debe abrirse por caminos creativos que nos alejen
de esta condición de guetos para volvernos hogares calurosos, carnes hospitalarias siempre
atentas y enamorados. Claro que siguen siendo importantes las clases de Castellano, Mate-
mática, Física o Química; por supuesto que siguen siendo necesarias las clases de Historia o
Biología, pero si el docente no logra ayudar a desarrollar corazones imantados hacia todas las
cosas, entonces, poco o nada se ha hecho. Seguiremos siendo los hombres huecos de Eliot.
En la lectura de San Lucas y los discípulos de Emaús (24, 13 35), cuando nos hablan
de un corazón que siente ardor, nos están reriendo precisamente a dos hombres que han
despertado a la poesía del vivir aquí y ahora. Lo poético no tiene cabida como una ocupación
más, aunque quiera volvérselo entretenimiento para el tiempo libre. Para la empresa cultural
del estado. Hoy lo poético no determina la vida de los hombres, no ocupa un lugar central en
nuestras vidas, como lo hacía el arte sagrado en la Antigua Grecia, cuando nació Occidente
del ardor de la libertad. Nunca fuimos más creativos, inocentemente creativos. El habitar
poético, entonces, está en el despertar de la conciencia, que no es otra cosa que vivir vigilan-
tes, atentos al poder revelador de la palabra que nos habita, despiertos a la verdad cósmica,
sintiendo la vibración de eternidad en cualquier lugar o persona.
Si la Educación se comprometiera con una propuesta más poética, podríamos entusias-
mar al hombre del futuro, que es el joven de hoy, a concebir la cotidianidad no como mero
tiempo intercambiable y mecánico, sino como mistagogia, es decir como introducción pau-
latina y autopedagógica en el misterio. Hombres del futuro de cuyos labios brota la poesía
que propaga la paz, de corazones regocijados, animados a mezclarse con lo viviente, felices,
como escribiera Hölderlin, amigos de todos.
Educar para la armonía
Ferrater Mora asevera que la Educación plantea regularmente dos tipos de problemas. Es-
tos problemas son, por un lado, de carácter técnico, reriéndose con ello a las circunstancias
procedimentales que nos piden estar atentos a las situaciones concretas y los medios que
pueden emplearse en vista de ellos. Por otro lado, los problemas de carácter general confor-
mados por los casos de sentido, los cuales exigen una profunda reexión sobre los diversos
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nes en vista de los cuales se dirige el proceso educativo. Estos dos tipos de problemas no
se excluyen. Uno implica al otro.
Ahora bien, uno de los aspectos que vinculan a estos dos problemas es el hecho de que
están dispuestos para sacar de dentro del estudiante algo que denitivamente lo encamine
hacia su plenitud como persona, puesto que, como aspiraba Comenio, a la felicidad y plenitud
del hombre se llega por la Educación. Para él, la Educación tiene como n, no la profesiona-
lización, ni el conocimiento técnico o cientíco, importantes, claro está, sino la salvación, la
felicidad eterna. Por Jesucristo es el maestro por excelencia. Sin embargo, la felicidad y la
desgracia del hombre son, en gran medida, obra de su propia mano, así lo pensaba John
Locke, pero también queda expuesto, en más de una oportunidad, en la Sagrada Escritura.
Dios nos ha brindado desde el principio de los tiempos “un corazón inteligente” (Eclo 17,5)
lleno de ciencia e inteligencia, dándonos a conocer el bien y el mal (Eclo 17,6). Hizo al hombre
a su propia imagen (Gen 1,26 Eclo 17,3). Eso que hay en el corazón y que nos hace inteligen-
tes es lo que debe salir para iniciar la dinámica social. Al ser el hombre imagen de Dios signi-
ca, entre otras cosas, que compartimos con Dios su esencia de “bondad plena(Timeo de
Platón) y su potencia creadora; es decir, el hombre, al ser creado por Dios, es creado creador.
A través de su corazón y sus manos descansa la responsabilidad de continuar la Creación
empezada al comienzo de los tiempos.
En el Timeo, Platón desarrolla su mito de la formación del mundo. El mundo surge de la
bondad de Dios. Él era el bien pleno, escribe el lósofo, pero lo que es bueno no tiene envidia
de nada. Totalmente libre de tal pasión, quiso que todo se le pareciera en cuanto fuera posible.
Sería lo más recto y oportuno prestar asentimiento a esta opinión que nos legaron hombres
sobre el origen del devenir y de todo este conjunto mundano. Pero el detalle del demiurgo
platónico, no estriba únicamente en que todo se le pareciera, sino que, además, prevaleciera
el orden, puesto que este estado era mejor que aquel primero [Caos] en que se encontraba”.
Ese orden es la armonía.
Esa armonía forma parte de la interioridad de cada ser humano, pero requiere de una
mano que le oriente hacia el sentido y la sustancia que se maniestan más allá de en la
memoria, en la conducta (Montaigne). Esta armonía que alimenta el orden, abre los ojos a la
belleza, hace “arder el corazón” (Lc 24,32). Armonía también revelada en el mito de Orfeo, que
domeña a la naturaleza animada e inanimada con el poder de sus sones, y que Pitágoras y su
escuela justicarán cientícamente brindándole racionalidad a la armonía de toda la natura-
leza que late en el fondo de aquel mito.
Pitágoras contempla los opuestos, tal como lo harán Anaximandro y Zaratustra, como
fuerza creadora universal: la luz y las tinieblas, lo bueno y lo malo, es decir, la antítesis en sí
misma concebida como característica constitutiva del mundo. Esta misma oposición se en-
cuentra ahora en la serie de los números. Lo impar es símbolo de la constante limitación; lo
par, divisible hasta el innito, representará lo ilimitado. Entre ellos hay un puente: la armonía,
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la disposición de los números en forma que aparezca una relación determinada de unos con
otros, es decir, el orden.
El término creación pertenece al campo de la Teología, no al losóco, ni al cientíco. Des-
de la perspectiva judeocristiana, a la cual me suscribo plenamente, Dios creó todo. Esto indi-
ca que la creación no se produjo de manera arbitraria o azarosa, sino producto de un sujeto,
de una libertad, es decir, es producto de una intención y una voluntad. Un sujeto, una libertad,
una intención, una voluntad: un amor y el amor es orden, armonía, por lo tanto, belleza. De
hecho, si nos remitimos a la mitología griega, vemos cómo armonía o, más bien, Harmonía, es
presentada como hija de Afrodita (diosa de la belleza y del amor) y Ares (dios de la guerra), al
menos en la tradición tebana. Por ello es identicada como el equilibrio o la concordia.
En tal sentido, podríamos armar que la belleza es un conjunto de muchas cosas que
deben estar en armonía para que pueda ser sentida en su máximo esplendor, es esa conexión
interior que se ve de forma tangible en el exterior. Esa armonía que podemos sentir hasta los
huesos cuando comprendemos que es el resultado del amor de todas las cosas. Amor de
quien ama con olvido de mismo penetrando en el signicado del mundo. Amor que dene
la ciencia mística y permite ser iluminado por una luz interior. La belleza, señala Valle Inclán,
es una misteriosa intuición de la unidad y sus caminos, inevitablemente, conducen a Dios.
Recuerdo en este momento una historia que cuenta Antonio Pérez Esclarín en uno de sus
libros, en la cual el maestro es presentando como un escultor que trabaja sobre una piedra y
cómo, poco a poco, con paciencia y amor, va dándole forma a esa piedra para transformarla
en una obra artística, hermosa y maravillosa. Dentro de los estudiantes hay una obra de arte
que ansía salir para embellecer al mundo. El maestro esculpe, pero, al mismo tiempo, es
esculpido, pues en él también arde esa belleza que ansía salir. En cada ser humano arde un
fuego que transforma al alma, es una chispa. Una chispa que armoniza y le permite, según
Santo Tomás de Aquino, compartir “algo de lo que es propio de la naturaleza de los ángeles”
y que dene como synderesis o parte superior del alma humana.
Ese algo es lo que debe salir al exterior. Ese algo que es producto de la armonía interior
que debemos descubrir, es camino expedito para poder edicar la civilización tan acariciada
por Dios y su Iglesia. La Educación es camino certero para tal n. Y aunque casi siempre las
condiciones del educador son adversas, hay que insistir porque, en la medida en que esculpe,
es esculpido.
La armonía para sentir
“Después de todo, escribe Fernando Pessoa, la mejor manera de viajar es sentir”. Lue-
go, como exigencia profunda de su mismidad más humana arma que desea sentir como
varias personas, intensa y estridentemente; simultánea y unicadamente, dispersamente,
sentir, pues en el sentir cree poseer la existencia total del Universo. Sentir hasta que sienta
sollozar en lo íntimo de su corazón el pasmo conmovido de haberlo sentido todo de todas las
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maneras y excesivamente. Sentir, sentir, sentir, sentir esa locura exquisita que es fuente de la
sabiduría: el asombro del que hablaba Platón. Sentir la extensión de lo humano con ese amor
que no cansa ni se cansa.
A este mundo parece que le falta sentir, es más, necesita aprender a pensar con los sen-
timientos que ayuden al hombre, al menos por una vez, escapar de una racionalidad que se
volvió ideología que se ceba con el mito cientíco que domina la cultura moderna: lo que es
cientíco tiene garantía de seriedad, de calidad e incluso de verdad. Lo otro, eso que siempre
le será sospechoso, irracional, será señalado como parte maldita, instante oscuro, locura.
El racionalismo, dirá Jung, mantendrá una perversa relación de complementariedad con la
superstición: “Es una regla psicológica que la sombra aumenta proporcionalmente con la
luz; así, pues, cuanto más racionalista se muestre la conciencia, más ganará en vitalidad el
universo fantasmal del inconsciente”.
Resulta necesario pensar en una educación para el sentir, una educación que estimule
la apreciación de la belleza que deambula desnuda dentro del hombre y fuera de él. Por ello
Albert Camus señaló enfático que el mundo es bello, y fuera de él no hay salvación. Y en esa
belleza que nos habita y que habita el mundo, el hombre puede encontrar la experiencia sal-
vadora de la plenitud… por eso es bello.
Una educación que sienta la belleza que arde en la creación es una que aprenda a contem-
plar, que enseñe a contemplar, que se aleje velozmente de esto en lo que se ha vuelto: algo
prosaico, técnico, gris y, muchas veces, vulgar. Se ha transformado en una especie de ocio
espeso donde van y vienen recetas, y se metió tanto en los recetarios que pasó por algo fun-
damental: el ser humano no responde a recetarios, entre otras cosas, porque el ser humano
es un caos, un caos maravilloso. El ser humano es un misterio que desborda la receta, que lo
desborda todo. Recetas que pretenden enseñarlo todo, pero es que no hay manera, ni forma,
ni camino posible para poder aprenderlo todo. Es una tarea absurda que nos dejará vacíos
como terminó sintiendo hasta en los huesos el Fausto de Goethe.
En tal sentido, ¿qué podemos hacer si no podemos saberlo todo? Aprender a sentir. Apren-
der a deletrear el abecedario del amor. Darle la oportunidad a una dimensión que arde en
cada uno de nosotros, pero que hemos sepultado y se nos ha enfriado el corazón. El hombre
necesita un corazón que arda (Lc 25, 32), un corazón de carne y no de piedra (Ez 36, 26). Una
educación que no averigüe, que no explique, que no dirija, que no comprenda, tan sólo que
contemple. Una educación que busque a un hombre que busque ser hondo desde lo sencillo.
Una educación que estimule al ser humano a buscar infatigablemente aquello que es más
grande que él, pero que lo habita, le da forma, lo mueve, el silencio.
El conocimiento se construye desde el ser que siente, desde el ser sentido heideggeriano.
Sentido como verdad encarnada que brota a partir de una sociología de la caricia, un logos
afectivo, y el logos es el soplo divino que nos traspasa comunicándonos con el Absoluto. Esto
nos llevaría a establecer, desde ese conocimiento, una consciencia armónica o consciencia
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de la armonía que posibilite un equilibrio entre las tres dimensiones de la realidad expuesta
por Nietzsche en Así habló Zaratustra, y que Panikkar intenta denir como dimensión metafí-
sica, noética y empírica. Todo lo que existe cualquier ser real, presenta esta triple y única es-
tructura expresada en tres dimensiones: Libertad, Conciencia y Materia. En términos menos
místicos, lo que se necesita es que el hombre sea más humano en lugar de no-humano, pues-
to que, arma Heidegger, esto es ajeno a su esencia. Mantenernos en la esencia es no dejar
de ser sonrisa de niño. Llegados a este punto es imposible no pensar en la losofía oriental
que se sustenta en la repetibilidad del transcurrir de las cosas, mostrándonos, a partir de una
transparencia incandescente, cómo sienten y se sienten ellas, es decir, las cosas mismas.
La educación es una experiencia sensible. Cuando hablamos de la experiencia sensible, sin
lugar a dudas, hacemos referencia al amor como la experiencia existencial más relevante para
todos los seres humanos. El amor como acto fecundo de la voluntad, como conciencia superior
de estar vivos, como conciencia luminosa que se lanza al mundo para abrazarlo en su totalidad,
en su trascendencia mundana. Amor que nos impulsa hacia un saber del alma que se va tejiendo
en el caminar en compañía del Otro que se desnuda junto a nosotros en la metáfora del corazón
que nos ayuda en este proceso de interpretación y autointerpertación sensorial. Esta experiencia
sensible nos cobija en la intuición de gustarnos, mirarnos, olernos, tocarnos y escucharnos. Que
aprendamos a buscarnos a nosotros en el Otro sin abandonar nuestro sí-mismo más profundo.
Buscarnos en el otro vaciándonos y, al mismo tiempo, que el Otro se busque en saliendo de él
mismo. El ser se da, dirá Heidegger, por eso es posibilitación amante.
La experiencia sensible potencia el amor y nos impulsa a aguardar su verdad. En tal sen-
tido, esta experiencia nos transfronteriza y la piel se transgura en abridora de sentido. Expe-
riencia sensible entre unos y otros, cuya máxima categoría existencial se encuentra denida
por una inteligencia afectiva orientada a partir de una comprensión de las cualidades vitales
que incluyen también las mortales. Hablamos en denitiva de la posibilidad de edicarnos un
conocimiento a partir de una experiencia sensible comprendida desde la existencia del sujeto
abierto al amor de amar para así transformarnos en fruto maduro de un árbol frondoso que su-
pone la vida. Sin esa experiencia, complementaría Álvaro Márquez-Fernández, el amor carece
de sentido existencial porque no se nutre del origen de su conciencia de querencia por el deseo
y por el goce del placer a la vida. Esto nos comprometería y compromete a amarnos en el amor
sin condicionamientos, nos obliga a ser luz resplandeciente del acto de amorosidad viviente.
Cerramos arbitrariamente pensando en la belleza
La belleza es armonía y la armonía es orden. Un orden que brota insólitamente del misterio.
Sobre este orden Platón arma que el Caos es la condición de posibilidad del orden que le
impone el demiurgo: «Como el dios quería que todas las cosas fueran buenas y no hubiese en
lo posible nada malo, tomó todo cuanto es visible, que se movía sin reposo de manera caótica
y desordenada, y lo condujo del caos al orden», esto lo desarrolla en el Timeo. El universo al
que pertenecemos está ordenado. Nosotros formamos parte de ese orden que arde en lo más
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íntimo que cada ser humano. Todo está ordenado y ese orden descansa sobre unas leyes. La
comprensión de estas leyes signica enfrentarse al misterio de la mismísima creación.
El siguiente paso de ese dios del que habla Platón, su demiurgo, es crear el alma humana.
La crea para que pueda extasiarse en el orden que se derrama en belleza. Un alma, anima
mundi, que cobra forma a partir de la música y lo convirtió en un ser vivo y único, una especie
de mezcla invisible que reúne lo material y lo inmaterial. Hablamos de belleza. Una belleza
que está implícita en todos los conocimientos por cuanto forma parte de la interioridad hu-
mana. Por eso Platón insiste en la idea de que la belleza es la punta de un triángulo de una
pirámide en la cual conuyen la verdad y la bondad. Esto nos ubica frente a la noción de que
educar la belleza rebasa los límites del mero conocimiento estético, va mucho más allá. Arde
en ese misterio oscuro donde el amor mejor se comunica.
José Hierro, magníco poeta español, escribe en un poema titulado Libro: “Irás naciendo
poco a poco, día a día. Como todas las cosas que hablan hondo, será tu palabra sencilla. A
veces no sabrán qué dices. No te pidan luz. Mejor en la sombra amor se comunica. Así, in-
cansablemente, hila que te hila”. Mejor en la sombra amor se comunica, recojo del poema.
El amor se comunica mejor en la sombra, el amor es conocimiento. Hemos arrastrado con
la Modernidad la necesidad, casi vital, de explicarlo todo, de comprenderlo todo, de saberlo
todo, de estar informados de todo. No paramos de decir, de explicar. Sin embargo, ya lo resal-
taba Antoine de Saint Exúpery: lo esencial es invisible a los ojos.
Hemos ido detrás de sombras haciendo a un lado la posibilidad de contemplar algo que
nos supera, que es más grande que nosotros que podemos llamar belleza, pero que, sin duda,
es otra cosa –más bien otro alguien– que nos trasciende, aunque nos ha llenado de su ser.
Ser que está muy dentro, en nuestro corazón, asido al perfume de lo no conocido. Estamos
hechos de la misma sustancia de los sueños, armó Shakespeare.
Desde siempre nos hemos preguntado qué somos nosotros los seres humanos: somos
luces y sombras. Somos misterio y los misterios no son comprensibles. Por eso, al ser huma-
no no hay que entenderlo, sino contemplarlo. Escribía Antonio Machado como Juande Mai-
rena: “Hay hombres que nunca se hartan de saber. Ningún día -dicen- se acuestan sin haber
aprendido algo nuevo. Hay otros, en cambio, que nunca se hartan de ignorar, No se duermen
tranquilos sin averiguar que ignoraban profundamente algo que creían saber. ¡A, igual A!, de-
cía mi maestro, cuando el sueño eterno comenzaba a enturbiarle los ojos. Y añadía, con voz
que no sonaba ya en este mundo: ¡Ateme usted esa mosca por el rabo!”
No podemos dejar de ser lo que somos, esto es así. Sin embargo, podemos mejorar lo
que efectivamente somos y la contemplación de la belleza posibilita esa transformación. La
contemplación, claro está, no es un fenómeno exclusivamente visual. La contemplación se
derrama sobre todos los sentidos humanos: podemos contemplar con los oídos, con el gusto,
con las manos, con el olfato. Y esto es tan a ras de suelo que puede ser experimentado por
absolutamente todo aquel que esté vivo.
ISSN 2660-9037
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Pensando en la Educación desde la otra orilla. PP: 204-218
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La belleza transforma tanto como la educación cambia la vida. Educar la belleza, más
bien, educar la relación con la belleza, implica la posibilidad de transformar el corazón, ese re-
cinto íntimo de la mismidad. Tallarle en sus bordes esa propiedad maravillosa de los imanes.
Esa propiedad de la que nos habla Ramón del Valle Inclán en su Lámpara Maravillosa cuando
cuenta que “en aquel momento, como mirase hacia el mar, volví a extasiarme, llenos los ojos
de inocencia, y el corazón imantado hacia todas las cosas”. Educar la relación con la belleza
es justamente eso: sentir el corazón imantado hacia todas las cosas, vivir en permanente
enamoramiento. La belleza nos habla de la relación entre las parte y la educación modera ese
camino para hacerlo verdaderamente ecaz, pues busca hacerlo consciente.
Paz y Bien
Reseñas
ISSN 2660-9037221
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 221-222. Provincia de Pontevedra - España
Pedro Páramo
Autor:
Juan Rulfo
Comentario:
Ángel Rafael Lombardi Boscán*
Comala, el pueblo, es en realidad un cemen-
terio. Comala es el anti-paraíso. Es la metáfora
regionalista con ribetes universales de una hu-
manidad adolorida tanto por sus contradiccio-
nes inherentes a una genética imperfecta así
como por las agresiones sociales. “Vine a Co-
mala porque me dijeron que acá vivía mi padre,
un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo”.
Pedro Páramo
es básicamente la historia de
América Latina en sus rasgos más negativos.
A diferencia de Alonso Quijano en el Quijote
(1605) de Cervantes que es un loco heroico
muy noble y hasta simpático, Pedro Páramo,
es el rencor vivo de un cacique rural al que to-
dos temen y desprecian.
Juan Rulfo publicó
Pedro Páramo
en el año
1955 y como toda obra escrita es un testimo-
nio autobiográco. Las circunstancias históri-
cas que inspiran a la novela fueron la Revolución Mejicana del año 2010 y la Guerra Cristera
entre los años 1926 y 1929. Nuestras revoluciones son intentos fallidos por avanzar en la
Historia. Implican tragedias y retrocesos. Lo que queda de las mismas es la utilización de-
magógica de los asaltantes y custodios del Poder. Mitos traicioneros como encubrimientos
de lo innombrable. 250.000 fallecidos tuvieron esta guerra civil que enfrentó efectivos de las
fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano.
Los protagonistas de
Pedro Páramo
son los muertos. Esto que es lo más sorpresivo se
puede explicar por el sincretismo que existe en Méjico entre los rituales religiosos paganos
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Ángel Rafael Lombardi Boscán
Pedro Páramo,
de Juan Rulfo.
PP: 221-222
222
o precolombinos junto al culto católico traído por los misioneros españoles a partir del siglo
XVI. La Santa Muerte y el Día de los Muertos son manifestaciones de esto que decimos. La
nitud o el aniquilamiento físico de nuestro cuerpo carecen de la dramatización que usual-
mente le damos. Para Rulfo el más allá forma parte de una cotidianidad metafísica amable ya
que sus fantasmas no asustan ni generan escalofríos. Son ánimas en pena cansadas de un
reposo inmortal no tan plácido como se nos ha hecho creer bíblicamente.
En Comala se instaló el olvido y los espectros. La más dura metáfora poética del conti-
nente latinoamericano como proyecto histórico atrapado por la miseria, el atraso cultural, la
violencia social y la superstición. Comala es una recurrencia de Ortiz: de las
Casas Muertas
(1955) de nuestro Miguel Otero Silva. Si nosotros borráramos las imaginarias fronteras nacio-
nales nos reconoceríamos todos en los mismos dolores y en las mismas aspiraciones como
resultado de una cultura primigenia común. La talla de nuestros pasados son los mismos.
“Salió afuera y miró el cielo. Llovía estrellas. Lamentó aquello porque hubiera querido ver un
cielo quieto. Oyó el canto de los gallos. Sintió la envoltura de la noche cubriendo la tierra. La
tierra, “este valle de lágrimas”.
Rulfo no se puede permitir que los vivos existan dentro de unas existencias anuladas por
el infortunio y por ello devienen en fantasmas. Su radicalidad es absoluta y solo hay vitalidad
en la textura de los ambientes de la naturaleza. Metáforas preciosas y lacónicas de los cuatro
elementos: aire, agua, tierra y fuego compensan el horror de la pobreza y de universos inte-
riores acosados por la culpa, el desamor, la huida y la desesperanza. “Por el techo abierto al
cielo vi pasar parvadas de tordos, esos pájaros que vuelan al atardecer antes que la oscuridad
les cierre los caminos. Luego, unas cuantas nubes ya desmenuzadas por el viento que viene
a llevarse el día. Después salió la estrella de la tarde, y más tarde la luna”.
Los desvalidos: pobres e indios, son las presencias sepulcrales principales. Y las mujeres
también como víctimas del patriarcado ancestral reforzado por los cuchillos del catolicismo
primitivo que las injurió como origen del mal y los pecados. El Derecho de Pernada tropical
trajo a los hijos de nadie unidos sólo por el agravio de la madre que cuece algún tipo de repa-
ración o venganza. Estos mestizos fueron engendrados desde la indiferencia, la violencia y el
desafecto. El resultado humano y familiar ha sido lamentable y penosamente circular. “Los
indios esperan. Sienten que es un mal día. Quizá por eso tiemblan debajo de sus mojados
gabanes de paja; no de frío, sino de temor. Y miran la lluvia desmenuzada y al cielo que no
suelta sus nubes”.
Pedro Páramo
no deja indiferente a nadie. A mí particularmente me impactó como pocos
escritos lo han hecho. Porque desde la angustia de la noche y dónde sólo hay piedras, lamen-
taciones y desiertos: su autor, Juan Rulfo, fue capaz de generar una poesía de inconmensu-
rable belleza. Y esto es un incentivo vital sobre las posibilidades humanas cuando creemos
que no hay escape ante la derrota. Rulfo nos motiva a vivir siendo su relato un relato de la
ultratumba.
ISSN 2660-9037223
Liderazgo político y conformación del estado
democrático venezolano (1945-1999)
Autor:
Jorge Villasmil Espinoza
Comentario:
Moisés Flores*
* Filósofo y Politólogo. Egresado de la Universidad del Zulia, en Maracaibo-Venezuela. ORCID ID: https://orcid.org/0000-
0001-6982-7936. Email: moises_2088@hotmail
Para entender el presente es necesario
hacer una mirada al pasado y poder compren-
der los acontecimientos que han tenido lugar
hasta el momento en el que vivimos. En con-
secuencia, uno de los aspectos claves para to-
mar conciencia de la evolución política del país
y sus efectos a través del tiempo, es el estudio
de la historia política de Venezuela.
El último Libro del Dr. Jorge J. Villasmil Es-
pinoza, tiene por objetivo explicar el papel des-
empeñado por el liderazgo político en la con-
formación del Estado democrático venezolano
entre 1945-1999; empleando como herramien-
tas de análisis metodológico la nueva retórica,
el análisis documental y la interpretación her-
menéutica de textos con el n de lograr desa-
rrollar una detallada revisión de la evolución de
la dirección política del país y su evolución ins-
titucional desde principios del siglo XX, hasta
la aparición del chavismo en 1999.
Este estudio se encuentra dividido en tres capítulos los cuales desarrollan una descrip-
ción y análisis de las principales acciones del liderazgo político venezolano en la construcción
de las instituciones del país y la conformación del Estado democrático. Siendo el primero de
ellos el estudio de la génesis del liderazgo político democrático de la revolución liberal restau-
radora de 1899 a la revolución de octubre de 1945. En donde expone los primeros intentos
de reunicación nacional y modernización institucional que eclosiona durante el gobierno de
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 223-225. Provincia de Pontevedra - España
Recibido: 5/10/2022
Aceptado: 10/2/2023
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Moisés Flores
Liderazgo político y conformación del estado democrático venezolano (1945-1999),
de Jorge Villasmil Espinoza
PP: 223-225
224
Cipriano Castro y, se consolida, en el gobierno del general Juan Vicente Gómez, detallando
el proceso de modernización en materia institucional, estructural y económico de la nación.
Marca pauta en el desarrollo de las instituciones, a comienzos del siglo XX, la gura de
Rómulo Betancourt y su inuencia política en la generación del 28. Señalando que las tenden-
cias autoritarias y militaristas del siglo XIX no logran continuar en el siglo XX.
De manera que hace un balance histórico político de la Venezuela republicana de inicios
del siglo XX, a la gesta del protagonismo del liderazgo civil en su primer intento con la consti-
tución de 1947, durante el gobierno liberal democrático de Rómulo Gallegos.
El segundo capítulo desarrolla una descripción del militarismo y liderazgo autocrático en
Venezuela entre los años 1948 a 1958, en donde retornan las dictaduras militares al país;
amparados por la ideología del nuevo ideal nacional como programa político.
Por último, el tercer capítulo revisa el liderazgo político y la conformación del estado de-
mocrático venezolano de 1958 a 1998, donde es la principal característica el ejercicio del
poder político a cargo de civiles. Señalando aspectos claves como el acuerdo de gobernabi-
lidad que fue el pacto de punto jo, el nacimiento de la democracia de partidos, la formación
y consolidación de la democracia representativa, la estabilización y prosperidad del sistema
político nacional, el desgaste del sistema en los años 80`s y su posterior colapso en los años
90`s.
Siendo uno de los tantos aportes del libro, señalar en todo momento, la importancia del
factor civil democrático en la etapa de mayor crecimiento y prosperidad de Venezuela. El
liderazgo civil bajo el cual aora el conocimiento y la formación ciudadana, que permitieron el
progreso político e institucional, de la nación llevándola a la vanguardia de las democracias
del continente.
Así como el estudio de los diversos factores histórico-políticos que inuyeron en la con-
formación del Estado democrático venezolano desde la consolidación del estado nacional,
a principios del siglo XX, durante el régimen de Juan Vicente Gómez a sus gobiernos pos-
teriores. Donde el impulso de las reformas democráticas de los gobiernos de Eleazar López
contreras e Isaías Medina Angarita permitieron el primer intento de gobierno liberal en 1947.
Tras el lapsus de autoritarismo entre 1948-1958, se desarrolla efectivamente un gobier-
no democrático amparado por los principales lideres políticos del país, desarrollando una
adecuada política de la alternabilidad del poder que se estableció con el pacto de punto jo.
Destruyendo el mito de la negatividad que gira en torno a este acuerdo político, el cual es la
consolidación de la democracia de partidos que domino la vida política de Venezuela entre los
años 1960-1998; permitiendo rescatar los preceptos democráticos de la constitución de 1947
y desarrollar los procesos sociales y políticos que permitieron al país ser una de las naciones
con el mayor grado de libertad política y solidez institucional entre los años 70 y 80, cuando
en el resto de América Latina aoraban regímenes autoritarios de corte militarista
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Moisés Flores
Liderazgo político y conformación del estado democrático venezolano (1945-1999),
de Jorge Villasmil Espinoza
PP: 223-225
ISSN 2660-9037225
El texto, resalta los logros de los 40 años de la democracia venezolana y la rearmación
del rescate de la memoria histórica del país, para tomar una hoja de ruta que permita la res-
tauración de la institucionalidad y las bases políticas necesarias para asegurar una correcta
evolución de la democracia. Lo que resulta ser de utilidad al ser una importante herramienta
para llevar a cabo la reconstrucción democrática del Estado venezolano en el futuro.
ISSN 2660-9037 226
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP. 226-229. Provincia de Pontevedra - España
Sodomía en Indias. El homoerotismo en
Iberoamérica durante el periodo colonial*
Autor:
Luis Alberto Ramírez Méndez**
Comentario:
Jorge Fymark Vidovic López.***
* El libro se puede compara en AMAZON en cualquiera de sus tiendas KDP libros por título o por autor.
** Historiador. Miembro de Número de la Academia de Historia del estado Zulia, licenciado en Historia de la Universidad de
Los Andes (ULA, 1980). Magíster Scientiae en Ciencias Políticas ULA (1992). Doctor en Historia en la Universidad Central de
Venezuela (1999). ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7014-8105
*** Historiador. Miembro Honorario de la Academia de Historia del estado Zulia. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8148-4403
El sodomita denido como pecador-delin-
cuente fue la visión predominante en los do-
minios iberoamericanas de España y Portugal,
un espacio geo-histórico dominado por los
europeos, también conocido como Las Indias
occidentales, en cuya dilatada geografía han
existido diferentes visiones de sexualidad, re-
sultado de múltiples culturas y nociones do-
minantes, en diversos periodos históricos, las
que le han conferido construcciones ideológi-
cas y losócas cimentadas sobre desiguales
y heterogéneos valores cuya vigencia han sido
controladas y custodiadas en diversas socie-
dades que se han sucedido en ese espacio.
De ese modo, en el presente estudio de la
sodomía en las Indias se aborda desde la pers-
pectiva de la existencia dos sistemas sexo/
género que tuvieron diferenciadas y opuestas
visiones de la sexualidad: el primero el sistema
sexo/género analógico practicado por las diferentes comunidades indígenas durante el perio-
do precolonial y luego el sistema sexo/genero digital de tradición judeocristiana impuesto por
conquistadores, durante el dominio colonial; quienes además introdujeron los africanos en
condición de esclavizados, portadores de su particular visión de la sexualidad. La presencia
de esos dos sistemas sexo/género en la sociedad colonial iberoamericana motivó en primera
Recibido: 5/11/2022
Aceptado: 10/3/2023
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Sodomía en Indias. El homoerotismo en Iberoamérica durante el periodo colonial,
de Luis Alberto Ramírez Méndez
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instancia la represión absoluta de la sodomía, la cual tuvo dos expresiones fundamentalmen-
te represivas en el contexto colonial: la primera en el castigo de la sodomía como un pecado
y delito y la segunda como una justicación para imponer y mantener el dominio colonial.
A pesar de esas temibles restricciones y de la reticencia casi general para expresar y menos
aún nombrar el pecado nefando se permitió un doble funcionamiento: por una parte, una extre-
ma censura y por otra, una tolerancia, seguramente muy amplia, como ha sido expresado por
algunos estudiosos.
En ese aspecto, es preciso reiterar que el homoerotismo es una conducta
humana, que no puede ser eliminada ni suprimida, por lo tanto, uno de los fundamentos sobre
los que se apoya el presente trabajo es el presupuesto historiográco de que el homoerotismo,
tanto en el pasado como en el presente, ha existido y ha sido prácticamente igual de identicable.
De acuerdo con lo expuesto, el análisis histórico que realiza el autor sobre la sodomía en
Indias consiste en identicar y conocer las relaciones de poder, saber, placer y amor, que no
pueden considerarse forzosamente secundarias y derivadas y que, de todos modos, a pesar
de la inexibilidad de la represión fue imposible eliminarlas o desaparecerlas como manifes-
taciones de esa orientación sexual. En ese sentido, se analiza con detenimiento y se estable-
cen tipologías de relaciones y actuaciones para reinterpretar los contenidos signicantes en
la información, que a pesar de que la misma fue producto de la represión generalizada y de la
ignorancia obvia del sistema sexo/género digital aplicado con el patrón de lo que se supone
nunca existió, por lo cual hay que examinarlos a partir de los mecanismos positivos, produc-
tores de saber, poder, multiplicadores de discursos, inductores de placer y amor.
Al considerar el placer sexual como una categoría de análisis histórico, los historiado-
res podrían comprender mejor las razones por las cuales las personas tomaron algunas de
sus determinaciones cotidianas, motivados por el placer en sus múltiples manifestaciones
físicas, sexuales y afectivas. Por otro lado y en el campo religioso, convivió una especie de
espiritualidad omnipresente que inuía continuamente en la decisiones, actos y creencias de
individuos, que a menudo, simplemente solo intentaban vivir, aunque sus deseos estuvieran
en conicto con el dogma de la iglesia.
En esa incesante búsqueda del placer existió una intensa circulación de los cuerpos que se
intercambian para disfrutar unos de otros, sin restricciones, como se reiteró al contar que se
regalaban unos a otros y cometían el pecado nefando unos con otros”. La disposición de los
sodomitas para establecer contactos sexuales tanto esporádicos como continuados demuestra
la constante búsqueda del placer como lo aseguraron al decir que habían cometido el pecado
nefando innidad de veces con diferentes y muchas personas” y también lo reiteraron al describir
cómo se olgaban cometiendo el pecado nefandoy asimismo que habían enseñadoa disfrutar
el placer del amor de hombres, como la demostración fehaciente de un pasado delicioso.
Desde el punto de vista teórico, el estudio se fundamenta en la visión de Michel Foucault
sobre la historia de la sexualidad, especialmente mostrada en su trabajo la Voluntad del Sa-
ber, en donde expresa de manera contundente la relación entre el poder del Estado y del
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conocimiento durante el siglo XIX y primera mitad del siglo XX. Otros postulados teóricos
que abordaron la complejidad adicional de la sexualidad y plantearon numerosas interrogan-
tes sobre la misma fue la teoría queer, que se desarrolló a principios de la década de 1990,
un período de intenso activismo contra el sida, y combinó elementos de los estudios sobre
gays y lesbianas con otros conceptos originarios del análisis literario y feminista. Los teóricos
queer argumentaron que las nociones sexuales eran fundamentales para otros aspectos de
la cultura y lograron obtener una mayor atención sobre la sexualidad, señalando que existía
serias discordancias entre lo que se denía como “normal” y demostraron que la línea diviso-
ria entre “normal” y “anormal” siempre fue construida socialmente, por lo tanto, las categorías
sexuales y de género eran articiales y cambiantes.
Del mismo modo se describen los espacios de la sodomía en Iberoamérica colonial, la ca-
tegoría de espacios ha sido extensamente utilizada para analizar las conductas en diferentes
escenarios dividida en públicos y privados, los cuales han sido denidos como espacios de co-
munidad y de intimidad. En el primero priva la potestad y jurisdicción del Estado, es donde se
realizan reuniones, donde no se está restringido el acceso, salvo las disposiciones del poder,
como el mercado, las plazas, los caminos entre otros, a diferencia del privado que está restringi-
do en cuanto a su ubicación, tipo de propiedad y uso especíco, porque en el mismo se destina
para hacer el amor o satisfacer necesidades intimas, las cuales se efectúan en ámbitos que
corresponden con la vida social y cultural, incluyendo la coherencia entre el espacio y el discurso.
En particular, los espacios de la sodomía en Iberoamérica colonial estuvieron diferencia-
dos. La mayoría fueron espacios privados, pero con acceso al público como ocurrió en los
temascales, las pulquerías, los conventos y los colegios. Otros espacios privados con acceso
restringido mediante invitaciones como las residencias y casas que se utilizaron para hacer
saraos y otros fueron públicos como los caminos, que son referidos como escenarios de en-
cuentros sexuales, en los cuales se desplegaron distintas formas de sociabilidad.
En este aspecto es necesario precisar que, de acuerdo a las descripciones que se mues-
tran en los testimonios, existieron dos niveles de reunión en esos espacios sodomíticos, en
la primera se caracterizó por la privacidad para sostener relaciones sexuales y amorosas,
las cuales se ubicaron en el interior espacios cerrados y otra en espacios que pudieron ser
privados o públicos, que también posibilitaron la reunión de los sodomitas para socializar,
para conocer, para compartir, para conquistar y para establecer relaciones que pudieron ser
esporádicas o continuadas. Finalmente, se describen las relaciones sodomíticas continuadas
en las que los vínculos de placer y amor fueron evidentes en la convivencia de las parejas y
con relativa duración temporal de las mismas.
En el aspecto metodológico el trabajo se fundamenta en la numerosa literatura que se
ha publicado sobre esta temática, entendiendo que en la mayoría de los casos se abordó
con la reserva expresada por algunos historiadores en las décadas anteriores a 1980, sobre
la posibilidad de encontrar información que revelara las emociones como el placer, los sen-
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timientos, la tipología de las relaciones, debido a que esas investigaciones presentan una
imagen sesgada y parcial de la judicialización de un delito, por lo cual es imposible determinar
completamente qué sucedió o el porqué. En oposición a esa postura, se revisan los escritos y
materiales visuales del pasado, lo que a menudo se denomina discurso”, para determinar la
forma en que varias cosas se signicanen ellos y sus posibles signicantes.
Finalmente; añadiremos que el erotismo expresado a través de pensamientos, fantasías,
deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones sexuales han
sido estudiado por diversas disciplinas a lo largo de la historia. En este sentido es más que
evidente que la sexualidad es una actividad fundamental para el ser humano y comprende
varios aspectos de su comportamiento como la identidad, roles, orientación, género, el ero-
tismo, el placer, la intimidad y la reproducción. La misma está inuida por la interacción de
factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
religiosos y espirituales. En este sentido, consideramos que los aportes fundamentales en el
conocimiento de la misma son procedentes de la historia, que describe cómo se construye
el delicado entramado sobre el cual descansa el conjunto de valores, creencias y reglas que
condicionan y determinan el funcionamiento de la misma.
En oposición a lo que se ha creído y pensado durante varias centurias, las investigaciones
sobre la sexualidad han demostrado que los principios impuestos por la tradición judeo-cris-
tiana sobre la misma han sido excluyentes y discriminatorios, porque los humanos asumen
diferentes orientaciones sexuales con numerosas peculiaridades, las que se han clasicado
en: heterosexual, bisexual, asexual y homosexual. En el caso especíco de la homosexuali-
dad, denida como la orientación sexual hacia un mismo sexo, se acepta como una conducta
universal de la sexualidad humana, lo cual es un axioma que ha sido obviado por numerosos
investigadores de la historia, omisión que tal vez se deba a sus propios prejuicios, y como una
parte de su subjetividad, la que se muestra en sus trabajos, en los que se atreven a sostener
que en determinado sitio, lugar, país o nación no se han hallado pruebas de la existencia de la
misma, problemas, tal vez derivados de su percepción, o bien de la inexistencia de expedientes
documentales, u otros tipos de pruebas, pero negar la existencia de una orientación sexual
humana universal, es estar fuera de todo contexto; de allí, el valor agregado de la propuesta de
análisis planteada por el profesor Luis Alberto Ramírez Méndez en torno a este tema.
ISSN 2660-9037 230
1. Métodos de Envío y de Evaluación de los Trabajos
Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en Ediciones Clío deberán remitir
su propuesta a los siguientes correos. esdicionesclio.es@gmail.com . jorgevidovicl@gmail.
com
Las propuestas deben tener: identicación del autor o autores, indicando: nombre, ape-
llido, institución que representa (universidad, instituto, centro de investigación, fundación),
correo electrónico, resumen curricular de cada autor con una extensión no mayor de diez
(10) líneas, incorporar el enlace ORCID de cada autor y proporcionar un número celular con
el código internacional del país de procedencia. Así mismo se presentará una comunicación
escrita rmada por los autores y dirigida al director de la revista señalando que maniesta
interés de proponer su trabajo para su publicación.
Los artículos o escritos propuestos deben ser inéditos y no deben haber sido propuestos
simultáneamente a otras publicaciones. Todos los trabajos serán evaluados por parte de un
Comité de Árbitros Especialistas de reconocido prestigio en cada una de las áreas del conoci-
miento que sean propuestas. La evaluación de los Árbitros se realizará mediante el procedi-
miento conocido como par de ciegos: los árbitros y los autores no conocerán sus identidades
respectivas. Los criterios de evaluación son los siguientes:
a.- Criterios formales o de presentación: 1) originalidad, pertinencia y adecuada exten-
sión del título; 2) claridad y coherencia del discurso; 3) adecuada elaboración del resumen;
4) organización interna del texto; 5) todos los demás criterios establecidos en la presente
normativa.
b.- Criterios de contenido: 1) dominio de conocimiento evidenciado; 2) rigurosidad cien-
tíca; 3) fundamentación teórica y metodológica; 4) actualidad y relevancia de las fuentes
consultadas; 5) aportes al conocimiento existente.
Al recibirse la respuesta del Comité de Árbitros designados se informará a los autores por
correo electrónico la decisión correspondiente; en caso de ser aceptado, el trabajo deberá
remitirse por correo electrónico a los contactos – correo, WhatsApp - proporcionados por la
revista.
2. Presentación de los trabajos
Los trabajos deben presentar un resumen de 150 palabras como máximo y hasta cua-
tro palabras claves; tanto el resumen como las palabras claves estarán en español e inglés.
Igualmente, el título y el subtítulo del trabajo serán presentados también en español e inglés.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP.230-234. Provincia de Pontevedra - España
Normas
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Normas para el envío y la recepción de trabajos. PP: 230-234
ISSN 2660-9037231
La extensión máxima del trabajo no debe superar el máximo de veinte 20) páginas y como
mínimo de quince (15). Todos los trabajos serán presentados en formato Word digital tamaño
carta, con numeración continua y con márgenes de (2) centímetros a cada lado. El texto se
presentará a espacio y medio, en fuente Times New Roman, tamaño 12. Para las notas a pie
de página el tamaño será en fuente Times New Roman tamaño 10.
3. Cuerpo del artículo
Título: Debe ser corto, explicativo y contener la esencia del trabajo. Este título debe pro-
porcionarse tanto en el idioma español como inglés.
Autor(es): Indicar los nombres y apellidos completos, el nombre de la institución donde se
realizó el trabajo o de la institución a la cual pertenece el autor. Esto se debe colocarse como
nota a pie de la primera página del artículo.
Resumen: No mayor de ciento cincuenta (150) palabras, en español y en inglés. En caso
que el trabajo se presente en otro idioma. El resumen debe redactarse en ese mismo idioma,
en español e inglés.
Palabras clave: Deberán incluirse palabras claves en español y en inglés, en un número
que oscila entre tres y cuatro palabras. Estás palabras descriptoras facilitan la inclusión del
artículo en la base de los datos internacionales.
Apartados y Sub-apartados: Se recomienda, si es el caso, dividir el trabajo en: resumen,
introducción, fundamentos teóricos, metodología, análisis o discusión, conclusión o conside-
raciones nales y referencias. Cada uno de los apartados o sub-apartados serán numerados
con números arábigos.
Citas: El citado se realizará en el texto utilizando la modalidad autor-fecha indicando, en
caso de ser cita textual, se ubica dentro del paréntesis: apellido (s) del autor, coma, año de
publicación de la obra, seguido de dos puntos y el (los) número (s) de la (s) página (s), por
ejemplo: de acuerdo a (Granadillo,1998: 45); si no es cita textual sino una paráfrasis no se
indicará el número de año, ejemplo: de acuerdo a Granadillo (1998) o (Granadillo, 1998). Si hay
varias obras del mismo autor publicadas en el mismo año, se ordenarán literalmente en orden
alfabético; por ejemplo, (Granadillo, 2008a: 12), Granadillo (2008b: 24). Si son dos autores, se
colocarán solamente el primer apellido de cada uno, por ejemplo: Según Pietri y Granadillo
(2008: 90) o (Pietri y Granadillo, 2008: 90), siguiendo el mismo criterio explicado anteriormente
para las citas textuales y las paráfrasis. En caso de ser tres autores o más se colocará el apelli-
do del autor principal seguido de “et al”, ejemplo: (Rincón et al, 2008: 45). Deben evitarse, en lo
posible, citas de trabajos no publicados o en imprenta, también referencias a comunicaciones
y documentos privados de difusión limitada, a no ser que sea estrictamente necesario. En
caso de fuentes documentales, electrónicas u otras que por su naturaleza resulten inviables o
complejas para la adopción del citado autor – fecha, sugerido en estas normas, puede recurrir-
se u optarse por el citado al pie de página.
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Normas para el envío y la recepción de trabajos. PP: 230-234
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Referencias bibliográcas: Las referencias (bibliográcas, hemerográcas, orales y/o
documentales) se presentarán al nal del texto, El orden de las referencias es alfabético por
apellido. Las diferentes obras de un mismo autor se organizarán cronológicamente, en orden
ascendente, y si son dos obras o más de un mismo autor y año, se mantendrá el estricto
orden alfabético por título.
Se referirán únicamente a las citadas en el trabajo y se ordenarán en estricto orden alfabé-
tico. Los autores son responsables de la delidad de las referencias.
Si se trata de libros o manuales, deben contener apellido(s) y nombre(s), del (de los) au-
tores en mayúscula (punto); año de publicación entre paréntesis (punto) título de trabajo en
negritas (punto), lugar de publicación editorial.
Si se trata de información obtenida por medios electrónicos, la referencia bibliográca
deberá contener los mismos elementos señalados por los artículos sumados a: medio elec-
trónico, dirección electrónica o página web, fecha de recuperación y cualquier otro dato que
se considere útil para la plena identicación de la referencia.
Anexos: los anexos constituyen elementos complementarios del texto que reera el lec-
tor a una parte del trabajo o fuera de él, con el propósito de ilustrar las ideas expuestas en
el texto, ampliar o aclarar o complementar lo allí expresado. Los anexos son contabilizados
como parte del número de páginas del escrito. En el caso de guras y cuadros, el autor podrá
acompañar el original con las ilustraciones que estime necesarias.
Otros Trabajos: Se aceptan también los siguientes trabajos de corta extensión (máximo
quince cuartillas): Conferencias, Ensayos, Reseñas: comentarios de lectura reciente. Recen-
siones: análisis (o comentario) crítico de la lectura reciente, documentos, textos de carácter
histórico, jurídico, acuerdos, declaraciones, entrevistas: realizadas con nes de investigación.
Cualquier otra situación no prevista, será resuelta por los editores según estimen apropia-
dos a los intereses de la revista.
4. Objetivos y Alcances de la publicación
Enfoque y alcance
La revistaClío, constituye una publicación auspiciada por Ediciones Clío, Academia de Histo-
ria del Estado Zulia, Centro Zuliano de Investigaciones Genealógicas, Centro de Estudios Histó-
ricos de la Universidad del Zulia y Red Internacional Sobre Enseñanza de la Investigación; entre
otros centros asociados.
Entre sus objetivos guran:
Contribuir con el progreso cientíco de la Ciencia Histórica y las Ciencias Humanas,
a través de la divulgación de investigaciones y avances de investigación propuestos
por sus autores.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Normas para el envío y la recepción de trabajos. PP: 230-234
ISSN 2660-9037233
Estimular la investigación en Ciencias Sociales, así como en todas las disciplinas anes.
Propiciar la presentación, discusión y confrontación de las ideas y avances cientícos
con compromiso social.
Clío aparece al menos dos veces al año y publica trabajos originales con avances o re-
sultados de investigación en las áreas de Ciencias anteriormente descritas, los cuales son
sometidas a la consideración de árbitros calicados.
5. Declaración de privacidad
La revista Clío, reconoce públicamente el compromiso ético de todas las partes involu-
cradas en el proceso de elaboración intelectual de las investigaciones o avances de investi-
gación. De conformidad a lo dispuesto en las actuales normativas de Protección de Datos, le
informamos que el responsable de tratamiento de los mismos es de carácter personal. Solo
se utilizará para atender las consultas y cualquier tipo de gestión realizada por este medio de
comunicación, razón por la cual, sus datos no se cederán a terceros, salvo por obligación legal.
Tiene usted derecho a acceder, recticar o suprimir los datos erróneos, solicitar la limita-
ción del tratamiento de sus datos así como oponerse o retirar el consentimiento en cualquier
momento.
6. Etapas del Proceso Editorial
Una vez que el Editor y el Comité Editorial reciben un artículo, se iniciará su revisión en
siete semanas, más tres semanas para su publicación que están sujetas a la periodicidad
deClío. Revista de Historia, Ciencias Humanas y Pensamiento Crítico.
Etapa 1: Revisión Interna o pre-revisión, en un lapso de una (2) semanas. Se vericará
la correspondencia entre citas y referencias, la compatibilidad temática del artículo con los
bloques disciplinarios de la revista, así como el control y vericación de plagio a través de un
software en la Web. Se informará al autor sobre la aceptación o rechazo para continuar en el
proceso de arbitraje.
Etapa 2: Revisión externa, en un plazo de cuatro (4) semanas, mediante la inclusión de
dos pares especialistas, como evaluadores del artículo bajo la modalidad doble ciego, y en
caso de presentarse desacuerdo en la evaluación, se asignará un tercer evaluador para diri-
mir los desacuerdos. Estos especialistas realizarán observaciones y emitirán un concepto en
términos de: (a) Publicable sin modicaciones, (b) Publicable con ligeras modicaciones, (c)
Publicable con modicaciones sustanciales, (d) No publicable. Tal como se aprecia en nues-
tro instrumento de evaluación.
En el proceso de arbitraje se tienen en cuenta los siguientes criterios:
a. Criterios de contenido: 1) dominio de conocimiento evidenciado; 2) rigurosidad cien-
tíca; 3) fundamentación teórica y metodológica; 4) actualidad y relevancia de las fuentes
ISSN 2660-9037
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
Normas para el envío y la recepción de trabajos. PP: 230-234
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consultadas; 5) aportes al conocimiento existente.
b. Criterios formales o de presentación: 1) originalidad, pertinencia y adecuada extensión
del título; 2) claridad y coherencia del discurso; 3) adecuada elaboración del resumen; 4) or-
ganización interna del texto. 
El formato que usan los revisores para evaluar los artículos incluye dos grandes paráme-
tros:Criterios formales o de presentaciónyCriterios de contenido, los cuales se evaluarán en
una escala que expresa los valores: E=Excelente B=Bien R=Regular D=Deciente
Criterios formales o de presentación: 1) Originalidad, pertinencia y adecuada extensión
del título; 2) Claridad y coherencia del discurso; 3) Adecuada elaboración del resumen: objeti-
vo, metodología, resultados y palabras clave; 4) Organización interna del texto.
Criterios de contenido: 1) Dominio de conocimiento evidenciado; 2) Rigurosidad cien-
tíca; 3) Fundamentación teórica y metodológica; 4) Actualidad y relevancia de las fuentes
consultadas; 5) Aportes al conocimiento existente.
Una vez arbitrado el artículo, se dará a conocer el concepto de publicación a través de un
correo electrónico al autor(es) de contacto. En caso de requerirse ajustes al artículo (Acep-
tado previo cumplimiento de correcciones), el o los autores tendrán un plazo máximo de 15
días para realizar los ajustes (este lapso forma parte de las 5 semanas la Fase 2), y deberán
enviar nueva versión del documento y una carta en la que se responda a cada una de las
sugerencias/observaciones emitidas por los evaluadores. Es responsabilidad de los autores
dar cumplimiento a todas las sugerencias y recomendaciones enviadas; si existen desacuer-
dos, deberán informar y argumentar su posición. El editor decide si el artículo modicado es
enviado nuevamente a los mismos pares evaluadores asignados para solicitar su aval nal.
Recibidos los comentarios, conceptos o correcciones, el editor junto con el Comité Editorial,
toma la decisión nal de Aceptado para Publicación o No Aceptado, según el caso.
Si el artículo esAceptado para publicación(sin correcciones o correcciones mínimas) los
autores deberán cumplir con la entrega de; a) la versión nal del artículo en español o en in-
glés, según la preferencia de los autores; (b) una autorización al Comité Editorial de la revista
para la reproducción de texto con rmas de los autores; y (c) los datos de identicación de
los autores para la respectiva base de datos de la revista (código ORCID, nombres completos
y correo electrónico).
Los artículos rechazados (No aceptados para publicación) serán noticados a sus autores
vía correo electrónico.
Etapa 3: Una vez aceptado el artículo, se inicia el proceso de edición nal y maquetación,
en tres (3) semanas, que incluye la asignación de DOI y publicación del material en formato
electrónico en la plataforma deClío. Revista de Historia, Ciencias Humanas y Pensamiento
Crítico.
ISSN 2660-9037235
1. Methods of Submission and Evaluation of Works
Researchers interested in publishing their work in Ediciones Clío should send their propo-
sal to the following emails. esdicionesclio.es@gmail.com.
Proposals must have: identication of the author or authors, indicating: name, surname,
institution that they represent (university, institute, research center, foundation), email, curri-
culum summary of each author with an extension no greater than ten (10) lines, incorporate
the link of each ORCID of each author and provide a cell phone number with the international
code of the country of origin. Likewise, a written communication signed by the authors and
addressed to the director of the magazine will be presented stating that he expresses interest
in proposing their work for publication.
Proposed articles or writings must be unpublished and must not have been simultaneously
proposed to other publications. All works will be evaluated by a Committee of Specialist Referees
of recognized prestige in each of the areas of knowledge that are proposed. The evaluation of
the Referees will be carried out through the procedure known as a pair of blind men: the referees
and the authors will not know their respective identities. The evaluation criteria are the following:
a.- Formal or presentation criteria: 1) originality, relevance and adequate extension of the
title; 2) clarity and coherence of speech; 3) adequate preparation of the summary; 4) internal
organization of the text; 5) all other criteria established in these regulations.
b.- Content criteria: 1) domain of evidenced knowledge; 2) scientic rigor; 3) theoretical
and methodological foundation; 4) topicality and relevance of the sources consulted; 5) con-
tributions to existing knowledge.
Upon receipt of the response from the appointed Referees Committee, the authors will be
informed by email of the corresponding decision; In case of being accepted, the work should
be sent by email to the contacts - mail, WhatsApp - provided by the magazine.
2. Presentation of the works
The works must present an abstract of 150 words maximum and up to four keywords; both
the abstract and the keywords will be in Spanish and English. Likewise, the title and subtitle of
the work will also be presented in Spanish and English. The maximum length of the work must
not exceed a maximum of twenty (20) pages and a minimum of fteen (15). All papers will be
presented in letter-size digital Word format, with continuous numbering and with margins of
(2) centimeters on each side. The text will be presented at a space and a half, in Times New
Roman font, size 12. For footnotes, the size will be in Times New Roman font size 10.
Guidelines
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Guidelines for sending and receiving papers. PP: 235-239
236
3. Body of the article
Title: It should be short, explanatory and contain the essence of the work. This title must
be provided in both Spanish and English.
Author (s): Indicate the full names and surnames, the name of the institution where the
work was carried out or the institution to which the author belongs. This should be placed as
a footnote on the rst page of the article.
Abstract: No more than one hundred fty (150) words, in Spanish and English. In case the
work is presented in another language. The abstract must be written in the same language, in
Spanish and English.
Keywords: Keywords in Spanish and English should be included in a number that ranges
from three to four words. These descriptive words facilitate the inclusion of the article in the
international database.
Sections and Sub-sections: It is recommended, if applicable, to divide the work into: sum-
mary, introduction, theoretical foundations, methodology, analysis or discussion, conclusion
or nal considerations and references. Each of the sections or sub-sections will be numbered
with Arabic numerals.
Citations: The citation will be made in the text using the author-date modality, indicating,
if it is a textual appointment, it is located within the parentheses: last name (s) of the author,
comma, year of publication of the work, followed by a colon and the number (s) of the page (s),
for example: according to (Granadillo, 1998: 45); if it is not a textual quotation but a paraphrase,
the year number will not be indicated, for example: according to Granadillo (1998) or (Granadi-
llo, 1998). If there are several works by the same author published in the same year, they will be
arranged literally in alphabetical order; for example, (Granadillo, 2008a: 12), Granadillo (2008b:
24). If there are two authors, only the rst surname of each will be placed, for example: Accor-
ding to Pietri and Granadillo (2008: 90) or (Pietri and Granadillo, 2008: 90), following the same
criteria explained above for textual citations and paraphrase. If there are three or more authors,
the last name of the main author will be placed followed by “et al”, example: (Rincón et al, 2008:
45). Quotations from unpublished works or works in print, as well as references to communi-
cations and private documents of limited circulation, should be avoided as much as possible,
unless strictly necessary. In the case of documentary, electronic or other sources that by their
nature are unviable or complex for the adoption of the aforementioned author - date, sugges-
ted in these regulations, the one cited at the bottom of the page can be resorted to or chosen.
Bibliographic references: References (bibliographic, newspaper, oral and / or documen-
tary) will be presented at the end of the text. The order of the references is alphabetical by sur-
name. The different works by the same author will be organized chronologically, in ascending
order, and if there are two or more works by the same author and year, the strict alphabetical
order by title will be maintained.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico / Año 3, Núm 6. Julio / Diciembre (2023)
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ISSN 2660-9037237
They will refer only to those cited in the work and will be ordered in strict alphabetical order.
Authors are responsible for the accuracy of the references.
If they are books or manuals, they must contain surname (s) and name (s), of the authors
in capital letters (period); year of publication in parentheses (period) title of work in bold (pe-
riod), place of editorial publication.
If it is information obtained by electronic means, the bibliographic reference must contain
the same elements indicated by the articles added to: electronic means, address electronic
or web page, date of retrieval and any other information that is considered useful for the full
identication of the reference.
Annexes: the annexes constitute complementary elements of the text that the reader re-
fers to a part of the work or outside of it, with the purpose of illustrating the ideas presented in
the text, expanding or clarifying or complementing what is expressed there. The annexes are
counted as part of the number of pages of the document. In the case of gures and tables, the
author may accompany the original with the illustrations that he deems necessary.
Other Works: The following short works are also accepted (maximum fteen pages): Conferen-
ces, Essays, Reviews: recent reading comments. Reviews: critical analysis (or comment) of recent
reading, documents, texts of a historical and legal nature, agreements, statements, interviews: ca-
rried out for research purposes.
Any other unforeseen situation will be resolved by the editors as they deem appropriate to
the interests of the magazine.
4. Objectives and Scope of the publication.
Focus and scope
The Clío magazine is a publication sponsored by Ediciones Clío, the Academy of History of
the Zulia State, the Zulia Center for Genealogical Research, the Center for Historical Studies
of the University of Zulia and the International Network on Research Teaching; among other
associated centers.
Its objectives include:
Contribute to the scientic progress of Historical Science and Human Sciences, throu-
gh the dissemination of research and research advances proposed by their authors.
Stimulate research in Social Sciences, as well as in all related disciplines.
Promote the presentation, discussion and confrontation of ideas and scientic advan-
ces with social commitment.
Clío appears at least twice a year and publishes original works with advances or research
results in the areas of Sciences described above, which are submitted to the consideration of
ISSN 2660-9037
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238
qualied referees.
5. Privacy statement
Clío magazine publicly recognizes the ethical commitment of all parties involved in the
process of intellectual development of research or research advances. In accordance with the
provisions of current Data Protection regulations, we inform you that the person responsible
for data treatment is personal. It will only be used to answer questions and any type of mana-
gement carried out by this means of communication, reason for which, your data will not be
transferred to third parties, except by legal obligation.
You have the right to access, rectify or delete erroneous data, request the limitation of the
processing of your data as well as oppose or withdraw consent at any time.
6. Stages of the Editorial Process
Once the Editor and the Editorial Committee receive an article, the review will begin in
seven weeks, plus three weeks for its publication, which are subject to the periodicity of Clío.
Journal of History, Human Sciences and Critical Thought.
Stage 1: Internal review or pre-review, within a period of two (2) weeks. The correspon-
dence between citations and references, the thematic compatibility of the article with the
disciplinary blocks of the journal, as well as the control and verication of plagiarism through
software on the Web will be veried. The author will be informed about the acceptance or
rejection to continue in the arbitration process.
Stage 2: External review, within a period of four (4) weeks, through the inclusion of two
specialist pairs, as reviewers of the article under the double-blind modality, and in case of
disagreement in the evaluation, a third evaluator will be assigned to settle disagreements.
These specialists will make observations and issue a concept in terms of: (a) Publishable wi-
thout modications, (b) Publishable with slight modications, (c) Publishable with substantial
modications, (d) Not publishable. As can be seen in our evaluation instrument.
The following criteria are taken into account in the arbitration process:
a. Content criteria: a) domain of evidenced knowledge; b) scientic rigor; c) theoretical
and methodological foundation; d) topicality and relevance of the sources consulted; f) con-
tributions to existing knowledge.
b. Formal or presentation criteria: 1) originality, relevance and adequate extension of the
title; 2) clarity and coherence of speech; 3) adequate preparation of the summary; 4) internal
organization of the text.
The format used by reviewers to evaluate articles includes two main parameters: formal
or presentation criteria and content criteria, which will be evaluated on a scale that expresses
the values: E = Excellent B = Good R = Fair D = Poor
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ISSN 2660-9037239
Formal or presentation criteria: 1) Originality, relevance and adequate extension of the
title; 2) Clarity and coherence of speech; 3) Adequate preparation of the summary: objective,
methodology, results and keywords; 4) nternal organization of the text.
Content criteria:1) Domain of evidenced knowledge; 2) Scientic rigor; 3) Theoretical and
methodological foundation; 4) Actuality and relevance of the sources consulted; 5) Contribu-
tions to existing knowledge.
Once the article is refereed, the concept of publication will be made known through an
email to the contact author (s). If adjustments to the article are required (Accepted after com-
pleting corrections), the author (s) will have a maximum period of 15 days to make the adjust-
ments (this period is part of the 5 weeks of Phase 2), and they must send a new version of the
document and a letter in which each one of the suggestions / observations issued by the eva-
luators is answered. It is the responsibility of the authors to comply with all the suggestions
and recommendations sent; if there are disagreements, they should inform and argue their
position. The editor decides if the modied article is sent again to the same peer evaluators
assigned to request their nal endorsement. Once the comments, concepts or corrections are
received, the editor, together with the Editorial Committee, makes the nal decision of Accep-
ted for Publication or Not Accepted, as the case may be.
If the article is Accepted for publication (without corrections or minimal corrections) the
authors must comply with the delivery of; a) the nal version of the article in Spanish or Engli-
sh, according to the preference of the authors; (b) an authorization to the Editorial Committee
of the journal for the reproduction of text with the authors’ signatures; and (c) the identication
data of the authors for the respective journal database (ORCID code, full names and email).
Rejected articles (Not accepted for publication) will be notied to their authors via email.
Stage 3: Once the article is accepted, the nal editing and layout process begins, in three
(3) weeks, which includes the assignment of DOI and publication of the material in electronic
format on the Clío platform. Journal of History, Human Sciences and Critical Thought.
ISSN 2660-9037 240
Datos sobre el trabajo
Título del trabajo.
Fecha de Recepción en RCS:/ / Fecha de envío al Arbitro:/ /
Recibido por el Arbitro: Fecha de Evaluación:
Arbitraje
Aspectos a Evaluar E B R D Justicación y/o Observaciones
1.Título
2.Resumen
3.Palabras Claves
4.Claridad y coherencia del discurso
5.Coherencia interna del trabajo
6.Organización de secciones y sub-secciones
7.Bibliografía citada
8.Dominio del conocimiento
9.Aportes al conocimiento del objeto
10.Contribucion a futuras investigaciones
11. Conclusiones
12. Tablas, cuadros y grácos
13. Apreciación General
E=Excelente B=Bien R=Regular D=Deficiente
OPINIÓN
Publicable sin modicaciones.
Publicable con ligeras modicaciones.
Publicable con modicaciones sustanciales.
No publicable.
* Nota: Si requiere modificaciones, por favor inclúyalas en hoja aparte; y siempre que sea posible indique página y líneas
donde sugiere las modificaciones. Esto se puede hacer como nota de comentario al texto en la parte lateral derecha del
mismo. Atentamente; Dr. Jorge Vidovic Director – Editor de Clío. Revista de Historia, Ciencias Humanas y Pensamiento
crítico.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP.240. Provincia de Pontevedra - España
ISSN 2660-9037241
Clío: Revista de Historia, Ciencias Humanas y Pensamien-
to Crítico; es un órgano de difusión periódica de investi-
gaciones arbitradas de alcance internacional, adscrita a
Ediciones Clío, La Academia de Historia del Estado Zulia
y al Centro Zuliano de Investigaciones Genealógicas. Su
objetivo es difundir investigaciones y reexiones que se
hacen desde las Ciencias Humanas abordando proble-
máticas sociales desde distintas áreas del estudio como
la Historia, Filosofía, Educación y Pedagogía, Ciencias
Políticas, Antropología, Sociología entre otras ciencias
humanas; siempre bajo una perspectiva crítica. Su na-
turaleza es interdisciplinaria de manera que aparte de
publicar artículos cientícos; permite la incorporación de
otras secciones o apartados dentro de su contenido para
conferencias, ensayos, entrevistas, escritos sobre arte y
artistas, textos de carácter histórico, jurídico, acuerdos,
declaraciones, reseñas de libros y medios audiovisuales;
entre otros.
CLÍO: Revista de ciencias humanas y pensamiento crítico
Año 3, Núm 6. Julio /Diciembre (2023)
PP.241. Provincia de Pontevedra - España